Martin Fierro

ARTE Y SENTIDO DE MARTIN FIERRO

Martin fierro como gesto

La obra era y es un gesto personal único. En ese gesto se funden una protesta social, un momento histórico, los personajes del poema, el alma y la persona del poeta, y el público al cual se había dirigido. El gesto personal de Hernández, que hace posible y libera su poema, penetra, y hasta cierto punto, determina la estructura de la obra de arte.

Los distintos niveles de intencionalidad vital, moral y personal que posibilitan y van hacia el arte del poema, al adquirir forma propia, constituyen al Martin Fierro- gesto. Por gesto se entiende a un acto integral humano que implica una “entrega” de la persona del hacedor a su acto. Gesto y acto poético son fatalmente humanos porque pertenecen a la zona de la vida interior. Gesto y arte son intentos de trascendencia hacia un objeto y ante un público en el que el ser humano se entrega a una forma que no es él sino algo que él ha inventado o ha escogido. La persona del hacedor entre, y está, y en parte se pierde en la nueva unidad creada. En general, los gestos y actos poéticos brotan de una intención o de intenciones específicas. Exigen una forma más ideal de la vida. Por ser humanos, tienen algo de artificios. Siempre van dirigido a un público que el autor tiene en cuenta constantemente y así la creación cobra sentido.

En el acto de ser escritos hay siempre algo de gesto. Las obras-gestos nunca dejan de tener un elemento “autobiográfico” indispensable. La persona del autor está presente de un modo u otro en toda obra literaria pero en las “obras-gesto” está en cuanto persona y de un modo decisivo, imperante. Para el autor, tal obra nunca llega a convertirse en mero objeto de su ingenio, porque su ligazón vital con ella es tanto psíquica, personal, como lo es específicamente estética.

La clave del gesto, sino de todo el Martin Fierro es la persona de José Hernández pero no por su biografía como suele emplearse en el término, sino al vida interior donde gestaba y de donde broto su obra. Al decir persona, incluimos los aspectos parciales de voluntad consciente, subconsciencia y alma. Cada uno esta patente y fundidos en el Martin fierro.

Retrato personal de José Hernandez

Como su héroe: Martin Fierro, no era un hombre perfecto, pero sí simpático y admirable. Era leal, generoso y valiente. Amaba la verdad. Durante su vida siguió tres causas: 1) la de su país, tal como él lo concebía, era patriota nato, 2) la del gaucho, del campo y de los caudillos del interior, y 3), la de sus amigos y de su familia.

Era autodidacto, no inculto, pero de mediana cultura, conocía los clásicos textos literarios españoles y literatura romántica española y argentina. Su actuación periodística y de combatiente político revela, junto con el poeta latente y el patriota, no líder, sino el secuaz y el defensor.

La intransigencia feroz de la época que vivió, una educación sumaria, su horizonte intelectual limitado, pero no cerrado, y las desgracias de sus vidas, si la combinamos con una clara conciencia de su propio valer, nos ayudan a comprender lo que había en él de rebelde y arrogante,, y de cohibido, desconfiado y amargado. Era capaz de aprender y adaptarse en las circunstancias, inclusos trascenderlas, como en su personaje. El eje de su ser era más sentimental y moral que intelectual.

En todo era fiel a sí mismo. En él y en sus actos, hasta los menos defendibles, se ve siempre la dignidad de una persona entera, muy parecida a la de su héroe. Su vida tiene la misma entereza que su obra y personaje principal, las proporciones del hombre más profundas, amplias y complejas coinciden ella. Esta relación íntima, personal, de obra y autor es fundamental para a toda penetración profunda del Martin Fierro, gesto y poema. La prueba está en el hecho de que esta obra repleta de sabiduría humana directa y fuera de lo común provoca al lector preguntas autobiográficas, lo cual no ocurre con obras meramente literarias.

Los gestos extraliterarios

La presencia de mucho gestos en la vida de Hernández es que revelan la búsqueda constante, y no del todo consciente, del autor de Martin fierro en pos de formas adecuadas para expresar su mensaje, mensaje compuesto por un lado de un fuerte sentido público (preocupaciones morales y sociales) y por otro, de aspiraciones íntimas, encontrarse y realizarse.

Sus convicciones morales y su temperamento le llevaban a trascender la política y pasar al terreno más plenamente humano de los gestos y así lo llevaban a la poesía.

Los gestos de Hernández son defensores, defensivos y desafiantes porque se alió a la causa del cambo en contra de la ciudad; por su actuación militar en contra del gobierno de Bs. As en Pavón; su postura disconforme respecto a los gobiernos de Mitre, Sarmiento y también la guerra del Paraguay; su Vida del Chacho y los artículos periodísticos en defensa del guacho en el Río de La Plata y otros diarios, fue su gesto más desinteresado, hizo una larga campaña periodística a favor del guacho. El propósito en estos artículos no era de índole política sino moral, intentaba la redención del gaucho como persona humana, y como un campeón el elocuente en el campo.

Luchaban la “civilización” y la “barbarie”, ambas existían dentro de los dos bandos, y dentro de los mismos individuos que luchaban. Parece ser que el ser verdugos o víctimas, dependía en gran medida, de quienes estaban o no estaban en el poder. Las víctimas de una civilización tan poco civilizada no tenían posibilidades de escapar de las consecuencias de las decisiones de los que mandaban y no les quedaba otra que ser fieles a sí mismos y la naturaleza bárbara del país. Y sin embargo, valían tanto como los otros. Hernández quería reconciliar y fundir estas oposiciones, la cuidad y el campo, los criollo y los inmigrantes, lo nativo y lo mejor de lo que venía de afuera. La civilización triunfaba,

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