Metafísica
pmpv0522 de Noviembre de 2012
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CONCEPTO Y DEFINICION:
La metafísica es una rama de la filosofía que se encarga de estudiar la naturaleza, estructura, componentes y principios fundamentales de la realidad. La metafísica es una de las partes fundamentales de la filosofía que se ocupa del estudio del ser, sus propiedades, principios, causas y fundamentos esenciales de su existencia, es decir y en otras palabras, la metafísica enfoca su atención hacia todo aquello que trasciende lo meramente físico.
Reparte su atención a dos cuestiones que son las que a su vez determinan su división en dos grandes ramas, la Ontología que es la que se ocupará exclusivamente del estudio del Ser y su esencia y por el otro la Teología, que destina sus esfuerzos al estudio de Dios y su esencia.
El nombre metafísica (deriva del griego μεταφυσική, que significa «más allá de la naturaleza») proviene del título puesto por Andrónico de Rodas a una colección de escritos de Aristóteles.
La metafísica aborda problemas centrales de la filosofía, como lo son los fundamentos de la estructura de la realidad y el sentido y finalidad última de todo ser, todo lo cual se sustenta en el llamado principio de no contradicción. La metafísica tiene como tema de estudio dos tópicos: el primero es la ontología, que en palabras de Aristóteles viene a ser la ciencia que estudia el ser en tanto que ser. El segundo estudio es el de la teología, o también llamada «filosofía teológica», que es el estudio de Dios como causa última de la realidad.
La metafísica estudia los aspectos de la realidad que son inaccesibles a la investigación científica. Según Immanuel Kant, una afirmación es metafísica cuando afirma algo sustancial o relevante sobre un asunto («cuando emite un juicio sintético sobre un asunto») que por principio escapa a toda posibilidad de ser experimentado sensiblemente por el ser humano.
La metafísica pregunta por los fundamentos últimos del mundo y de todo lo existente. Su objetivo es lograr una comprensión teórica del mundo y de los principios últimos generales más elementales de lo que hay, porque tiene como fin conocer la verdad más profunda de las cosas, por qué son lo que son; y, aún más, por qué son.5
Tres de las preguntas fundamentales de la metafísica son:
1. ¿Qué es ser?
2. ¿Qué es lo que hay?
3. ¿Por qué hay algo, y no más bien nada?
No sólo se pregunta entonces por lo que hay, sino también por qué hay algo. Además aspira a encontrar las características más elementales de todo lo que existe: la cuestión planteada es si hay características tales que se le puedan atribuir a todo lo que es y si con ello pueden establecerse ciertas propiedades del ser.
Algunos de los conceptos principales de la metafísica son: ser, nada, existencia, esencia, mundo, espacio, tiempo, mente, Dios,libertad, cambio, causalidad y fin.
Problema Metafísico: La Realidad
¿Qué es la realidad? Es algo que depende de nuestro conocimiento. Filosóficamente se pueden diferenciar cuatro posibilidades:
a) Nada existe fuera de nuestra mente: toda la realidad es una construcción mental, es conocimiento.
b) Algo existe, aparte de nuestra mente, pero esa realidad es por completo incognoscible. La realidad que conocemos es muy diferente de cómo son las cosas en sí mismas. Es decir, hay una separación infranqueable entre la realidad en sí misma y la realidad conocida.
c) Nuestro conocimiento de la realidad es completamente fiel a la realidad en sí misma, nuestro conocimiento nos muestra la realidad tal y como es.
d) La realidad en sí misma y la realidad conocida no coinciden exactamente, pero existe cierta concordancia o equivalencia entre los diversos elementos, como si nuestro cerebro tradujera cada elemento de la realidad, conservando una cierta relación entre la traducción y lo traducido. Así, los colores de las cosas no existen en sí mismos (el verde de la hierba, el azul del cielo, el rojo de la sangre... no son reales), pero son la traducción que hace el cerebro de ciertas longitudes de onda electromagnética, es decir, de ciertos tipos de energía que sí son reales.
El tema de la realidad es un tema eminentemente metafísico. Científicamente no se puede resolver la cuestión. No se puede decidir si la verdad está en a), b), c) o d). Los cuatro son creencias, o puntos de vista filosóficos, y normalmente se toma como verdadero el d) porque es el menos complicado.
El punto a), llevado al extremo, nos conduce al solipsismo, la creencia de que solo existe mi mente, y que todo el universo y su contenido es un producto de mi mente. La mente de las demás personas no existe, todo es como si fuera un sueño mío. En un sueño parece que hay otras personas con su propia mente, pero no es cierto.
No se puede refutar científicamente la hipótesis solipsista, ni tampoco se puede verificar, pero complica innecesariamente las cosas. Siempre que haya una explicación más sencilla, es preferible adoptarla, si puede explicar las cosas igual de bien que otra más compleja. A esto se le llama "la navaja de Occan". A veces, no obstante, elegimos explicaciones más complicadas porque nos ofrecen mayor grado de seguridad o consuelo. O simplemente porque nos atraen más, nos ofrecen un mayor grado de fascinación o maravilla.
Ha habido solipsistas en todas las épocas, y continúa habiéndolos en la actualidad. Algunos personajes famosos, como Barbara Streisand, se consideran solipsistas. Bertrand Russell cuenta que una vez recibió una carta de un solipsista que decía: "considero el solipsismo tan obvio y tan probado racionalmente que me extraña que no haya más gente solipsista". Pero desde una óptica solipsista, ¿cómo va a haber más gente solipsista, si ni siquiera hay más gente, pues está uno solo? Este tío no se aclaraba.
¿Y qué diferencia hay entre ser solipsista y no serlo? ¿Para qué sirve ser solipsista? ¿Qué utilidad tiene? Quizás uno se sienta más seguro pensando que toda la vida es un sueño de su propia mente, pues eso le permite mantener la esperanza de, llegado el caso, mantener un control total sobre el universo. Pero la verdad es que el solipsista tiene que ir al trabajo como todo el mundo, ganar dinero, conseguir comida, pagar impuesos, etc, etc... Su vida no se va a diferenciar gran cosa de la de otra persona que no sea solipsista. Nada cambia, en realidad, siendo solipsista, excepto la forma en que interpretamos lo que nos sucede. Adoptamos un punto de vista u otro (un complejo de creencias u otro) dependiendo de la seguridad, el consuelo y la utilidad que nos ofrecen las creencias, que es variable en cada experiencia. Pasa lo mismo con creer en Dios o no, o con cualquier otra creencia. Las creencias nos ayudan psicológicamente cuando necesitamos esa ayuda, y cuando no la necesitamos, tampoco necesitamos las creencias.
Hay muchas personas que adoptan el punto a) sin llegar al extremo del solipsismo. Aceptan que las demás personas existen al igual que ellos, pero creen que cada uno construye mentalmente su realidad. Algunos creen que TODA su realidad es mental, y eso incluye las leyes de la naturaleza, tales como la gravedad. Otros no son tan estrictos y creen que controlan su suerte, lo que les pasa, sus actitudes... se han escrito demasiados libros que defienden la idea de que con el pensamiento podemos atraer lo bueno o lo malo, de manera que construimos automáticamente, lo sepamos o no, gran parte de nuestra realidad interna y externa. Con nuestra mente hacemos milagros todos los días sin darnos cuenta, forzando los acontecimientos que nos ocurren. La realidad sería, por lo tanto, un tira y afloja de los millones de mentes que la estarían construyendo o influyendo en ella en cada momento.
La realidad puede concebirse igualmente como el sueño de un Dios o del universo. Pero este Dios o este universo es simplemente eso: su propio sueño. En este caso, nuestro conocimiento de la realidad podría identificarse con la realidad misma, ya que todos seríamos parte del mismo sueño, y tendríamos una conexión directa con las cosas, el conocimiento sería directo. Este es el punto c): lo que conocemos es la realidad. Pero también pudiera ser que lo que conocemos estuviera completamente desconectado de la realidad. La realidad sería el ser total o la máquina que sostiene la existencia, pero los seres que pululamos por aquí dentro de ella no tenemos acceso a esa realidad incognoscible para nosotros, y tenemos que conformarnos con vivir en nuestra ilusión, que seríalo conocido. Estaríamos hablando del punto b), lo que conocemos es distinto por completo de la realidad en sí misma.
La mayoría de las personas "razonables" toman como punto de partida el d), que ni es tan ingenuo como para confundir conocimiento y realidad, ni tampoco es tan radical como para considerarlos completamente separados. Tenemos que reconocer que el conocimiento científico parte implícitamente de un supuesto metafísico, a saber, el d), que acepta la existencia de una realidad objetiva e independiente de nuestro conocimiento, pero que forzosamente hemos de "traducir" mediante el acto de "conocer", aunque conservando cierta semejanza entre lo conocido y lo real. El conocimiento ordinario tiende a ser más ingenuo y confundir conocimiento y realidad (punto c)
Por supuesto, si a alguien se le metiera entre ceja y ceja cualquier otra postura distinta de d), no habría forma de demostrarle que está equivocado, aunque él tampoco podrá demostrarnos que lo estamos nosotros. Podremos convencernos, sí, y persuadirnos,
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