Mirada Personalista

UN ENFOQUE PERSONALISTA

EN LAS LETRAS

GABRIEL QUESADA MORA

egogarnez@hotmail.com

Universidad de Costa Rica

Resumen

En las letras, partiendo del principio de que en la obra literaria hay una cosmovisión de lo que es la persona humana y el mundo, vamos a reflexionar y evidenciar la importancia de incorporar el pensamiento personalista como un referente a la hora de profundizar en el texto literario. El personalismo, al estar vinculado con los grandes temas de la verdad, del bien, de la belleza, de la ética, de la libertad, de la responsabilidad, del amor y de la trascendencia, hace posible un acercamiento de gran exigencia valorativa para comprender la imagen del hombre y el mundo en la literatura.

Palabras clave: personalismo, literatura, formación de la persona, idea-imagen de la persona y el mundo.

1. Las grandes palabras de la literatura

En su libro Crítica de la crítica Todorov defiende la relación ineludible que existe entre la literatura y un conjunto de valores determinados. Rechaza la postura de Blanchot que afirma que la crítica debe estar “asociada a una de las tareas más difíciles, pero más importantes de nuestro tiempo… la tarea de preservar y liberar el pensamiento de la noción de valor” (Todorov 70). ¿Por qué tanto recelo a referirse a los valores vinculados con la literatura? Con Todorov, nos parece que este desprecio por los valores es un signo más de la postura relativista que impera en la postmodernidad: todo es válido, en una sociedad en la que se exalta de manera desmedida la libertad individual y la tolerancia, cualquier referencia a un sistema de valores, remite sin más a un referente absoluto, lo absoluto –para los que piensan de este modo– ha sido ya descartado. Se levanta entonces la multiplicidad de opiniones y posturas: todo es defendible y justificable. Aunado a esto se produce una ambigüedad tal en la que impera entonces la duda; no hay ninguna certeza en este mundo relativista. La literatura empieza a estudiarse desde este paradigma ajeno de valores; se la ve como puro juego con el lenguaje, estructura en la que importan sus partes y no tanto el contenido. Ante esto Todorov afirma que la relación con los valores es inherente a la literatura, ya que el mismo acto de escribir implica una tentativa de comunicación, y esta comunicación sólo es posible bajo la posibilidad de un acuerdo fundamentado en un conjunto de valores comunes (Todorov 178). Nos parce importante este rescate del acto comunicativo de la literatura, ya que implica además la aceptación de un tú que configura el hecho literario. Además esta pretensión de comunicación revela el carácter dialógico de la literatura. El autor afirma, sin ambages, que:

Ya es tiempo de volver (de regresar) a las evidencias que no han debido olvidarse: la literatura trata de la existencia humana, es un discurso, y tanto peor para los que tienen miedo a las grandes palabras, orientado hacia la verdad y la moral. La literatura es un descubrimiento del hombre y de su mundo, decía Sartre; y tenía razón. No sería nada si no nos permitiera comprender mejor la vida (Todorov 177).

Como se comprende, hay una humanización de la literatura ya que se acepta sin escándalo de lo que ella habla: del ser humano y su condición como tal, la cual implica la referencia a una jerarquización de valores; ignorar o desestimar dichos valores, significa no querer comprender en su gran complejidad dicha realidad. Lo anterior además va configurando lo que podemos llamar el rostro humano de la literatura. Es persona el que escribe la obra literaria; es persona el que lee e interpreta dicha obra; y los diferentes personajes literarios son la encarnación de la diversa y compleja condición humana. De manera que por donde quiera

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