NO HABRA FINAL FELIZ

“NO HABRA FINAL FELIZ”

Paco Ignacio Taibo.

“No habrá final feliz” muy a mi pesar es una historia típica de nuestro México, una fotografía de nuestra realidad.

Comencemos hablando del protagonista de nuestra historia, el detective Héctor Belascoarán, un hombre valiente, capaz y perseverante. Sin darse cuenta, se involucro en un problema político muy grave, al descubrir, junto con algunos de sus amigos, en un baño público a un hombre degollado extrañamente vestido de romano. (Más tarde descubriríamos que se trataba de un integrante del ejército “Los Halcones”. *) Este suceso le vendría a dar un vuelco a su vida; tenía dos opciones, la primera de ellas huir del país y la segunda quedarse y enfrentar al grupo político que tenía su vida en las manos.

El detective decidió valientemente quedarse y llegar al fondo de todo. Empezó a investigar y logro vincular todo lo que está pasando a su alrededor con un antiguo conocido de trabajo; Zorak. Se entera de que Zorak fue el entrenador del ejercito “Los Halcones”, evidentemente él contaba con información privilegiada que debía mantenerse por debajo del agua.

Belascoarán logra capturar a un integrante del ejército y por medio de este contacto, encuentra al Capitán Estrella, líder de los Halcones. Tras planear cuidadosamente un ataque hacia el principal de sus agresores, investigando y espiando a los supuestos “policías del metro”, consigue colarse a la oficina del Capitán, donde después de charlar un rato, se percata de que efectivamente está involucrado con este grupo armado por una confusión (el Capitán se sabía investigado por Belascoarán, antiguo colaborador de Zorak, lo cual era un error) El Capitán Estrella, un hombre corrupto, duro, violento, acostumbrado a jugar con las vidas de cientos de personas, obviamente sabia que el detective ahora sí representaba una amenaza, por todo lo que ya sabía, así que ambos comenzaron una balacera, de la que el Capitán no pudo librarse y perdió la vida, mientras Héctor logró obtener tan solo heridas pequeñas.

Cuando todos pensábamos que lo malo ya había pasado, que Belascoarán salía airoso de una lucha casi imposible, el título de la obra nos viene a recordar que en países tan corruptos, violentos y cargados de impunidad como el nuestro nunca habrá final feliz. Héctor es asesinado por un grupo de guerrilleros, acabando con la raíz de una fuerte amenaza hacia la integridad de su grupo armado.

Resulta sorprendente comparar esta historia con el episodio de crisis por la que México paso hace algunos años, en la matanza de Tlatelolco, bajo el sexenio de Gustavo Días Ordaz, y aún durante el mandato de Luis Echeverría. Fue creado el “Escuadrón de la Muerte”, el cual estaba encargado

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