Ontología La Ontología de Nietzsche
Félix I. HernándezEnsayo8 de Septiembre de 2017
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ATENEO EDUCATIVO DE FORMACION INTEGRAL
Ontología
La Ontología de Nietzsche
Félix Ismael Hernández Sánchez
Profesores:
- Lic. Ma. de los Ángeles Galván Portillo
- Lic. Juan Francisco Novoa Acosta
Fecha de entrega:
11 de Junio del 2009.
Introducción
Creo que para cualquiera, el solo hecho de retomar algún tema del famoso filósofo Friedrich Nietzsche, indudablemente hará que dé un gran giro en cuanto a su esquema de pensamiento. Y digo esto porque al revisar la vida de este emblemático y controversial filósofo, y al analizar sobre todos sus obras, se podrá certificar que hace un cambio tan radical en la historia y en el pensamiento filosófico, que culminará en una distinción tan grande y significativa, al hablar de un “antes” y “después” de Nietzsche.
Al indagar y ahondar en la obra de este filósofo, es necesario desde un principio darse cuenta que antes que respuestas o propuestas, la filosofía de Nietzsche estará impregnada de críticas, las cuales irán encaminadas a todos los ámbitos y ramas de la filosofía, comenzando por la Ontología.
Así que si algo es seguro precisar en la filosofía de Nietzsche, es que éste tratará de poner en duda y en hacer tambalear todo el edificio filosófico construido hasta ese momento, especialmente en sus bases, las cuáles se creían tan sólidas y fundamentadas, que nadie se atrevía si quiera a tratar de cuestionarlas.
Es precisamente por esto, que en el presente ensayo, el cual tratará de aproximarse a la Ontología de Nietzsche, primeramente se darán a conocer las críticas que hace este filósofo a la Metafísica Tradicional. Este apartado abarca gran parte del trabajo, pero me parece necesario revisar estos puntos de vista, pues serán de gran importancia, para poder después extraer una posible y nueva Ontología que propondría Nietzsche.
Posteriormente en el siguiente tema, se hará un intento por dar realce a algunos conceptos que Nietzsche analiza y confronta de una manera muy interesante: la Verdad y el Ser.
Es menester señalar que Nietzsche no tiene una obra en la cual hable específicamente de Ontología. No obstante, dentro de sus diferentes textos, se puede rastrear elementos que directa o indirectamente estén relacionados con este tema.
Por último hay que tener presente que en sentido estricto lo que Nietzsche explica no es tanto el Ser sino la vida, pero a partir de ésta y del hombre mismo, se podrá fundamentar el distinto modo de ver a la Metafísica.
Ontología de Nietzsche
- Críticas a la Metafísica Tradicional
“Hay buenas razones para esperar que, en filosofía, todo dogmatismo, tal vez no haya pasado de ser una noble puerilidad, algo propio de principiantes”.[1]
El hablar de la ontología de Nietzsche, tiene que remitir primera y necesariamente, a dar un vistazo general a lo que él mismo ha de criticar en cuanto a los filósofos y sistemas filosóficos que han hecho sus propios planteamientos en cuanto a este tema.
Si bien, hay que resaltar que en general la filosofía de Nietzsche va a tender a criticar todos los supuestos de cualquier índole, que ya se daban por hecho, y con una seguridad estable hasta ese momento.
También hay que decir que con todo esto, este gran filósofo, hará una verdadera revolución en materia de filosofía, tanto así que hará tambalear el “suelo fijo” a partir del cual la mayoría de los filósofos, por no decir que todos, habían construido y fundamentado sus edificios filosóficos. “Quizá esté muy cerca la hora en que se vaya comprendiendo qué es lo que ha bastado realmente para cimentar esos sublimes e incondicionados sistemas filosóficos que los dogmáticos han venido erigiendo hasta la fecha”.[2]
De esta forma, el presente tema se centrará en las críticas que hace Nietzsche de manera especial a la Metafísica Tradicional, y contra algunos filósofos en específico, con los que no estará de acuerdo en muchas cuestiones.
Ahora bien, lo primero que criticará Nietzsche a los dogmáticos, será el hecho de que quieren encontrar el fundamento, o la esencia de este mundo buscándolo fuera de él, buscándolo en un “más allá”. “Lo que tiene un valor supremo ha de tener un origen diferente, propio; no puede proceder de este mundo efímero, engañador, y miserable”.[3] Y es en este campo, donde también se producirá un cambio totalmente diferente en la manera de abordar y de trabajar con la Metafísica.
Al presentar esta crítica en boca del mismo Nietzsche, y al analizarla más detenidamente, se pueden recalcar varios conceptos que será importante dilucidar.
Por una parte se tiene el enfoque de un mundo de vista efímero, engañador, ilusorio de dónde no sería posible sacar algo fundamental. Y por otro lado Nietzsche comienza a presentar las ideas que fundamentan la Metafísica Tradicional, como son el Ser inmutable, la idea de Dios, el alma, el “Yo”, la “cosa en sí”, las cuales serán blanco de críticas y burlas por parte de este filósofo.
Según este pensador, todas estas cosas son de alguna manera meros inventos, que le han servido al hombre para darle un mayor sentido a su vida, para sentirse más pleno en su existencia, y sobre todo para garantizarse a sí mismo, una supuesta seguridad y estabilidad, que al final de cuentas serán baladíes.
“Sólo tratan de reconquistar algo que en otro tiempo se poseyó con más seguridad todavía, algo que formaba parte del antiguo patrimonio de la fe de otros tiempos; en suma, una de esas ideas con las que se podía vivir mejor, es decir, con más vigor y alegría que con las ideas modernas”.[4]
Porque ciertamente, refiere el mismo Nietzsche, que es más fácil creer o peor aún inventar, y así morir en una nada segura, que hacer lo mismo en una realidad incierta.
Y todo esto se puede comprobar en la misma historia de la humanidad, pues a lo largo de ésta, se ha visto que todos los grandes avances científicos y tecnológicos obedecen a un deseo del ser humano por estar más cómodo, por hacerse la vida más fácil, por crearse seguridades, para sentirse a su vez, “inmortal”.
Las respuestas que se han dado al buscar un principio o fundamento que nos dé algún sentido o consistencia, también serán muy criticadas por Nietzsche. Y empezando con los presocráticos, pasando por Sócrates, Platón, y qué decir de Aristóteles, con su planteamiento de la Causa Primera o motor inmóvil, que para muchos de manera análoga hace alusión a Dios. “Buscar esta causa es buscar el otro principio: aquello de donde procede el inicio del movimiento”.[5]
Por lo tanto la idea de Dios como causa primera no cabrá en la mente de Nietzsche, ya que él considera que la “causa sui” es la mayor contradicción interna que se ha podido concebir nunca, y que aparte es un atentado enorme contra la lógica. Para Nietzsche este deseo de que haya una causa sui equivale al ansia de cargar sobre uno mismo la responsabilidad total y definitiva de nuestros actos.
Pero a pesar de esto, no se deben de cosificar los conceptos de “causa y efecto” como hacen los investigadores de la naturaleza, ya que ellos solamente llegan a un mero mecanicismo, el cual limita a la causa, como algo que presiona y que empuja hasta que se produce el efecto.
Así bien, se han de utilizar entonces estos términos sólo como conceptos puros e independientes uno de otro, con los cuales se puedan designar y entender ciertos fenómenos, pero que no se utilicen para explicar éstos.
Nietzsche, al igual que en la época moderna lo había dicho David Hume, considera que en los sucesos no hay nexos causales, ni necesidad alguna.
“Somos nosotros los únicos que hemos inventado las causas, la sucesión, la reciprocidad, la relatividad, la necesidad, el número, la ley, la libertad, el motivo, la finalidad, y cuando introducimos erróneamente en las cosas de este mundo de signos y lo confundimos con ellas como si fuera un en sí, seguimos haciendo lo mismo de siempre: obrar de una forma mitológica”.[6]
De esta cuestión inmediatamente surge otra, la cual también será criticada por Nietzsche: el alma. Este concepto a su vez, viene antecedido por el atomismo materialista, que por cierto también fue muy controversial y fue muchas veces atacado por varios filósofos, los cuales incitaban a creer que darle un crédito muy loable a los sentidos, era a la larga de dudosa confiabilidad.
Es entonces a partir de la destrucción de la Necesidad Atomista que Nietzsche se lanza contra la Necesidad Metafísica, la cual según el mismo autor es predicada por el cristianismo, que sólo se dedica a engañar a la gente.
Justamente Nietzsche, a través de varios argumentos tratará de derribar el atomismo anímico, el cual define como “la creencia que concibe al alma como algo indestructible, eterno, indivisible, como una mónada, como un átomo”.[7]
Con este planteamiento, nuestro autor dejará en claro que esta creencia hay que dejarla fuera del campo de la ciencia, sin embargo, esto no quiere decir que se tenga que suprimir completamente este concepto, sino solamente darle una resignificación.
Asimismo, la siguiente crítica que tiene una relativa cercanía a los conceptos anteriores, se refiere a las creencias y suposiciones que se tienen en cuanto a las certezas inmediatas. Esto sin lugar a dudas, directa o indirectamente, es una crítica cartesiana, la cual pondrá en juego la existencia del “yo pienso”. “Como si en este caso el conocimiento lograra, captar su objeto de una forma pura y desnuda, en tanto que cosa en sí, sin que se produzca ningún falseamiento por parte del sujeto o del objeto”.[8] De esta manera Nietzsche considerará que las nociones de certeza inmediata, conocimiento absoluto, y cosa en sí, implican una contradicción.
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