PAULO FREIRE
MIRTA21Ensayo26 de Junio de 2022
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A partir de la lectura de los capítulos seleccionados
- ¿De qué concepción de hombre parte Freire para dar cuenta del concepto de educación?
Freire plantea: “No existen los unos sin el otro, mas ambos en permanente interacción”. Claramente es fundamental partir de la idea de que el hombre es un ser de relaciones y no solo de contactos, no solo está en el mundo sino con el mundo. Esta relación con el otro y con el mundo parte de su característica humana, de su conciencia, de su existencia y permanencia en el mundo, vive estableciendo relaciones. Las relaciones entre los propios seres humanos y la inequidad de estas relaciones, conllevan a situaciones de poder desiguales, en las cuales unos seres humanos someten a otros, y en ese sometimiento, se genera un proceso que lleva a la alienación, a la negación del propio ser, tanto de los dominadores como de los dominados.
Freire sugiere, para romper con la relación de opresión de unos seres humanos sobre otros, es el proceso comunicativo; como vía para liberarse de la enajenación.
Este proceso comunicativo es entendido como la posibilidad, de cada ser, de decir su palabra libre y críticamente, asumiendo con responsabilidad su participación en los procesos sociales.
La condición de humanidad sólo puede establecerse sin la enajenación: las relaciones basadas en la opresión deben desaparecer. Para que esta liberación ocurra, los oprimidos deben tener claro que: “Solo en la medida en que descubran que alojan al opresor podrán contribuir a la construcción de su pedagogía liberadora. Mientras vivan la dualidad en la cual ser es parecer y parecer es parecerse con el opresor, es imposible hacerlo.
Para efectuar esta liberación, Freire propone emerger de ella y liberarse de su fuerza: “...lo que sólo es posible hacerlo a través de la praxis auténtica; que no es ni activismo ni verbalismo sino acción y reflexión”. La propuesta educativa queda definida como una educación para la libertad: “...la educación para la liberación es un acto de conocimiento y un método de acción transformadores que los seres humanos deben ejercer sobre la realidad”.
- ¿Qué relación encuentra entre la humanización del hombre y la búsqueda de Ser más de la que habla el autor?
Primeramente debemos partir de reconocer cuál es la idea del hombre, como ser, como existencia humana, pero distinguiendo entre el hombre humanizado y el hombre deshumanizado. En segundo lugar de la respuesta implica que para encontrar la idea del hombre es necesario reconocer que si hablamos de deshumanización, y entendemos que la deshumanización es una acción del hombre hacia otro hombre, entonces nos referimos a las acciones humanas que crean situaciones concretas de despojo de lo humano, de deshumanización del hombre. La Primera es la única que responde a la vocación de los hombres, una vocación negada, pero a la ves afirmada en la propia negación. Esta vocación es negada en la injusticia, en la explotación, en la opresión, en la violencia de los opresores, el hombre es deshumanizado. Pero cuando el hombre deshumanizado, ansia ser libre, anhela la justicia, lucha contra sus opresores, busca recuperar su humanidad del cual fue despojado. La deshumanización no se observa solo en el hombre despojado de ella, sino también pero de manera diferente en los que a ellos despojan, “es distorsión de la vocación de SER MÁS”.
La violencia de los opresores, deshumanizándolos también, no instaura otra vocación, aquella de ser menos. Como distorsión del SER MAS, el ser menos conduce a los oprimidos a luchar contra quien los minimizo. Lucha que solo tiene sentido cuando los oprimidos, en la búsqueda por la recuperación de su humanidad, que deviene una forma de crearla, no se sienten idealistamente opresores de los opresores, ni se transforman, de hecho, en opresores de los opresores sino en restauradores de la humanidad de Ambos.
Conceptos básicos:
Humanización: Vocación de ser hombre (SER MAS). Esta búsqueda debe ser realizada en comunión con otros hombres. El descubrimiento de si mismo. Creador y recreador del pensamiento.
Deshumanización: Vocación de ser del hombre es NEGADA. Es dependiente, pasivo y esclavo como consecuencia de la opresión.
- Explica la noción de adherencia desarrollada por Freire
Como bien explica Freire los oprimidos son seres inauténticos, duales que enfrentan una "contradicción opresor-oprimido" de la que les es difícil escapar, estos alojan al opresor en sí mismos. De allí que los oprimidos en vez de buscar la liberación en la lucha y a través de ella, tienden a ser opresores también o subopresores, debido a las pautas que los han guiado en su historia de vida, la estructura de su pensamiento se encuentra condicionada por esta contradicción en la situación concreta, existencial en la que se forman, los llevan a asumir una postura de "adherencia" al opresor, la cual los conduce, en su búsqueda por la liberación, a una identificación con su opresor. En efecto, los oprimidos que no han hecho una reflexión rigurosa sobre su condición encuentran en la opresión su camino a la liberación. Es decir, el oprimido comúnmente cree que la manera de salir de su estado de opresión es convirtiéndose en opresor. "Para ellos el hombre nuevo son ellos mismos, transformándose en opresores de otros". El oprimido, entonces, cae en una contradicción porque, al adherirse al opresor, mantiene el estado de opresión que, inicialmente, deseaba acabar.
Todos llevamos al opresor dentro, en la misma constitución de nuestra identidad como oprimidos, llevamos la huella o marca de la opresión y un profundo anhelo de llegar a ser nosotros mismos opresores. Por lo tanto, la única vía, no es eliminar, destruir o acabar con el opresor sino humanizar. Humanizarnos a nosotros mismos y al opresor como horizonte de esperanza e igualdad.
- ¿Qué implica la inserción critica de las masas en la realidad?
La realidad social, objetiva, es producto de la acción de los hombres. Si los hombres son los productores de esta realidad y si esta, en la “inversión de la praxis” se vuelve sobre ellos y los condiciona, trasformar la realidad opresora es tarea histórica, es tarea de los hombres. Al hacerse opresora la realidad implica la existencia de los que oprimen y de los que son oprimidos. Estos a quienes cabe realmente luchas por su liberación junto con los que con ellos verdaderamente se solidarizan, necesitan ganar la conciencia crítica de la opresión, en la praxis de esta búsqueda.
De este modo, la superación de ésta exige la inserción crítica de los oprimidos en la realidad opresora con la cual objetivándola actúen simultáneamente sobre ella. Es por esto por lo que inserción crítica y acción ya son la misma cosa. Es por esto también por lo que el mero reconocimiento de una realidad que no conduzca a esta inserción crítica —la cual ya es acción— no conduce a ninguna transformación de la realidad objetiva, precisamente porque no es reconocimiento verdadero. Este es el caso de un “reconocimiento” de carácter puramente subjetivista, que es ante todo el resultado de la arbitrariedad del subjetivista, el cual, huyendo de la realidad objetiva, crea una falsa realidad en sí mismo. Y no es posible transformar la realidad concreta en la realidad imaginaria.
Es lo que ocurre, igualmente, cuando la modificación de la realidad objetiva hiere los intereses individuales o de clase de quien hace el reconocimiento.
En el primer caso, no se verifica inserción crítica en la realidad, ya que ésta es ficticia, y tampoco en el segundo, ya que la inserción contradiría los intereses de clase del reconocedor.
La tendencia de éste es, entonces, comportarse “neuróticamente”. El hecho existe, mas cuanto de él resulte puede serle adverso. De ahí que sea necesario, en una indiscutible “racionalización”, no necesariamente negarlo sino visualizarlo en forma diferente. La “racionalización”, como un mecanismo de defensa, termina por identificarse con el subjetivismo. Al no negar el hecho, sino distorsionar sus verdades, la racionalización “quita” las bases objetivas del mismo. El hecho deja de ser él concretamente, y pasa a ser un mito creado para la defensa de la clase de quien hace el reconocimiento, que así se torna un reconocimiento falso. Así, una vez más, es imposible la “inserción crítica”. Ésta sólo se hace posible en la dialecticidad objetividad-subjetividad.
He aquí una de las razones de la prohibición, de las dificultades — para que las masas populares lleguen a insertarse críticamente en la realidad. Es que el opresor sabe muy bien que esta “inserción crítica” de las masas oprimidas, en la realidad opresora, en nada puede interesarle. Lo que sí le interesa es la permanencia de ellas en su estado de inmersión, en el cual, de modo general, se encuentran impotentes frente a la realidad opresora, como situación límite que aparece como intransponible. Es interesante observar la advertencia que hace Lukács al partido revolucionario sobre que “...debe, para emplear las palabras de Marx, explicar a las masas su propia acción, no sólo con el fin de asegurar la continuidad de las experiencias revolucionarias del proletariado, sino también de activar conscientemente el desarrollo posterior de estas experiencias”.
Al afirmar esta necesidad, Lukács indudablemente plantea la cuestión de la “inserción crítica” a que nos referíamos. “Explicar a las masas su propia acción” es aclarar e iluminar la acción, por un lado, en lo que se refiere a su relación con los datos objetivos que le provocan y, por otro, en lo que dice respecto a las finalidades de la propia acción.
Cuanto más descubren, las masas populares, la realidad objetiva y desafiadora sobre la cual debe incidir su acción transformadora, tanto más se “insertan” en ella críticamente. De este modo, estarán activando “conscientemente el desarrollo posterior” de sus experiencias.
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