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nefh17 de Agosto de 2014

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Naturaleza humana y conflicto: Un estudio desde la Filosofía para la

Paz2

Sonia París Albert

Universitat Jaume I

Introducción

Estas páginas pretenden adentrarse en el análisis de los conflictos destacando, muy especialmente, su

carácter inherente a la naturaleza humana. Para conseguir este objetivo, se toma como punto de partida el hecho

según el cual los conflictos no están necesariamente vinculados con la violencia, sino que también pueden ser

considerados de manera positiva, siempre que tengamos en cuenta los medios pacíficos posibles que están a nuestra

disposición a la hora de regularlos. Por consiguiente, se aborda la relación entre conflicto y naturaleza humana

desde una perspectiva positiva, a la que se aúna el rasgo de la complejidad como otro elemento a recordar en esta

relación. El sentir general de este trabajo se podría resumir con la siguiente cita textual:

La destructividad no es ni mucho menos la única opción de que el hombre dispone para enfrentarse a los

problemas y desafíos de su existencia. También aquí la historia nos demuestra que en todas las

civilizaciones, culturas y sociedades no ha faltado las personas y grupos que lejos de elegir la

destructividad como norma de conducta han optado por formas de ser y de obrar de orden constructivo,

desde la amistad y el espíritu de concordia a la solidaridad y ayuda mutua.

3

Las siguientes páginas se estructuran en varios apartados en los que se introduce, en primer lugar, la

relación entre la conflictividad, complejidad y naturaleza humana a partir de una revisión de las ideas expuestas por

algunos pensadores de la filosofía antigua y, en segundo lugar, una breve síntesis de las aportaciones que las

neurociencias podrán hacer al respecto.

La conflictividad y la complejidad de la naturaleza humana: una visión positiva

Son muchos los conflictos con los que nos vamos encontrando en nuestra actualidad, de tal modo que,

continuamente, vivimos y escuchamos hablar de conflictos interpersonales de índole muy variada y, al mismo

tiempo, recibimos noticias de conflictos internacionales que tienen lugar en diversos lugares del mundo, por muy

recónditos que éstos sean, y que afectan muy directamente a la sociedad civil, produciendo en ella grandes

sufrimientos con todo tipo de violencia directa, estructural y cultural. Es esta sobreabundancia de conflictos la que

2 Este estudio se inserta en el Proyecto de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico FFI2010-21639-C02-02, financiado por el

Ministerio de Ciencia e Innovación (actualmente Ministerio de Economía y Competitividad) y con Fondos FEDER de la Unión Europea, y en las

actividades del grupo de investigación de excelencia PROMETEO/2009/085 de la Generalitat Valenciana. 3 H. Saña, Tratado del hombre, Almuzara, Andalucía, 2010, p. 237.Las raíces de la violencia en la obra de Castoriadis | Vicent Ballester García

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causa en los y las investigadoras para la paz la necesidad de estudiarlos y de comprender sus dinámicas, no con

miras a establecer modelos de regulación únicos y válidos para todas las situaciones conflictivas, que además nos

hagan interpretarlas a todas por igual, sino, más bien, para aprender de cada vivencia conflictiva, para estar al

corriente de los medios pacíficos que tenemos a nuestra disposición si queremos transformarlos positivamente y,

muy especialmente, para saber más de la naturaleza humana. De todas maneras y aunque es importante hacer esta

clase de investigaciones, cabe resaltar las afirmaciones de Gutiérrez Estévez cuando dice que:

[…] debemos desconfiar de la inflación de conflictos. Porque quizás no sean tantos ni tan importantes o

tan novedosos como parecen. Creo que debemos impulsar y desplegar un manto de escepticismo general

sobre el campo de la conflictividad. Y que es mejor, para el funcionamiento de nuestra cabeza, promover

una cierta inapetencia hacia los conflictos. No indiferencia, pero sí alguna protección para que el empacho

cerebral no nos produzca un colapso reflexivo.4

Lo que en este trabajo se propone es abordar la relación entre los conflictos y la naturaleza humana

tomando como punto de referencia las investigaciones de carácter filosófico que se vienen realizando en la Cátedra

UNESCO de Filosofía para la Paz de la Universitat Jaume I y en el Instituto Interuniversitario de Desarrollo Social

y Paz (IUDESP) de la mencionada universidad. Con este propósito, se parte de una revisión antropológica que pone

el énfasis en los siguientes dos rasgos de la naturaleza humana: La conflictividad y la complejidad. En estas páginas

se entiende que son dos rasgos que están íntimamente relacionados y se plantean poniendo el énfasis en su relación

positiva (la de la conflictividad y la complejidad) con la naturaleza humana.

1) La conflictividad. Pone de manifiesto que es inherente al ser humano el hecho de vivir conflictos; el ser

humano es conflictivo porque es propio de su naturaleza vivir conflictos.

5 Pero, ¿qué son los conflictos? Su

definición etimológica nos hace interpretarlos como un «luchar con», pues deriva del prefijo «co-» (que quiere decir

«unión» o «colaboración») y del verbo «fligere» (que quiere decir «luchar»).

6 Esta definición etimológica nos hace

suponer que es esencial a la naturaleza humana «luchar con»; interaccionar con otros y con otras para luchar.

7

Evidentemente, es importante matizar aquí que esa interacción, ese «luchar con», puede realizarse con violencia o

pacíficamente. Tanto es así, que se aprecia como el verbo luchar está vinculado con la violencia («luchar con

violencia»), pero también puede adoptar otra connotación más positiva. El verbo luchar, procedente del latín luctari

4 M. Gutiérrez Estévez, “La antropología y los conflictos interculturales”, en Néstor García Canclini (coord.), Conflictos interculturales, Gedisa,

Barcelona, 2011, pp. 93-94. 5 I. Comins Mingol y otros, “Hacer las paces imperfectas: entre el reconocimiento y el cuidado”, en Francisco Muñoz y Jorge Bolaños Carmona

(eds.), Los habitus de la paz. Teorías y prácticas de la paz imperfecta, Granada, Universidad de Granada, 2011a, pp. 95-122. F. Muñoz, La paz

imperfecta, Granada, Servicio de publicaciones de la Universidad de Granada, 2001. F. Muñoz y B. Molina Rueda, “Pax Orbis: complejidad e

imperfección de la paz”, en Francisco Muñoz y Beatriz Molina Rueda (eds.), Pax Orbis: complejidad e imperfección de la paz, Eirene,

Universidad de Granada, 2009, pp. 15-53. S. París Albert, Filosofía de los conflictos. Una teoría para su transformación pacífica, Barcelona,

Icaria, 2009. S. París Albert, “Filosofía, transformación de conflictos y paz”, en Irene Comins Mingol y Sonia París Albert (ed.): Investigación

para la paz: estudios filosóficos, Barcelona, Icaria, 2010, pp. 89-104. 6 V. Martínez Guzmán, Podemos hacer las paces. Reflexiones éticas tras el 11-S y el 11-M, Bilbao, Desclée de Browver, 2005. 7 Esta idea refiere a la intersubjetividad que hace notar que las relaciones humanas tienen lugar entre sujetos. La intersubjetividad es

ampliamente valorada en la filosofía para la paz, convirtiéndose en un punto central de los quince puntos del giro epistemológico que le dan

fundamento. En estas páginas también se tendrá en cuenta la intersubjetividad, desde la misma noción de conflicto que se propone y, por lo

tanto, deberá ser recordada al plantear su relación, y el de la complejidad, con la naturaleza humana.Sonia Paría Albert | Naturaleza humana y conflicto: Un estudio desde la Filosofía para la Paz

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y unido a las preposiciones «con», «contra» y «por», significa, por un lado, usar las fuerzas y los recursos propios

para vencer a otro, a un obstáculo o conseguir una cosa y, por el otro lado, el ataque recíproco que se realizan las

personas con sus fuerzas y sus armas.

8 Sin embargo, en un sentido figurado, ese «luchar con, contra y por» puede

verse como el esfuerzo individual o colectivo que se realiza para alcanzar una cosa sin el uso necesario de la fuerza

violenta.

9 Está claro que es este último el sentido que me interesa destacar en estas páginas, pues lo que se quiere es

subrayar la visión positiva de la relación entre la conflictividad, la complejidad y la naturaleza humana porque,

además, es este sentido el que evidencia que los conflictos entendidos como un «luchar con» pueden afrontarse por

medio de la violencia, pero también pueden serlo por medios pacíficos. Nuevamente y con la misma finalidad, son

estos últimos los que me interesa acentuar a la hora de regular los conflictos porque son éstos medios los que nos

hacen comprender más fácilmente qué es lo que quiere decir el ser conflictivo, puesto que hacen ver que los

conflictos no están unidos necesariamente a la violencia. Somos conflictivos, pero ello no quiere decir que seamos

violentos.

2) La complejidad.

10 Supone que el ser humano tiene posibilidades diversas para afrontar sus conflictos,

bien sean estas posibilidades

...

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