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Principios éticos


Enviado por   •  17 de Diciembre de 2013  •  Tutoriales  •  18.611 Palabras (75 Páginas)  •  253 Visitas

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Introducción

La Ética (del griego ethika, término que proviene de ethos, cuyo significado era ‘comportamiento’, "carácter" o incluso ‘costumbre’), como sabemos es la parte de la filosofía que estudia los principios o pautas de la conducta humana. Aunque demasiado a menudo la ética se confunde con la moral (del latín mores, ‘costumbre’) por extensión, el estudio de esos principios a veces también es llamado filosofía moral. Este tema se ocupa de la ética sobre todo en este último sentido y se concreta al ámbito de la civilización occidental, aunque cada cultura ha desarrollado modelos éticos propios.

La ética, como una rama de la filosofía, está considerada como una ciencia normativa, porque se ocupa de las normas de la conducta humana, y para distinguirse de las ciencias formales, como las matemáticas y la lógica, y de las ciencias empíricas, como la química y la física. Las ciencias empíricas sociales (como la psicología, la sociología, la antropología, la historia etc.) sin embargo, chocan en algunos puntos con los intereses de la ética ya que ambas estudian la conducta humana y social, pero desde distintos puntos de vista: mientras que las primeras tratan de describir y de explicar cómo es de hecho el comportamiento humano, la etica trata más bien de razonar acerca de cómo debe ser ese comportamiento. Por ejemplo, las ciencias sociales a menudo procuran determinar la relación entre principios éticos particulares y la conducta social, e investigar las condiciones culturales que contribuyen a la formación de esos principios.

Por otra parte, las diversas teorías éticas contemporáneas suelen tener en cuenta las aportaciones de estas ciencias para sus propios propósitos.

Principios éticos

Los filósofos han intentado determinar la bondad en la conducta de acuerdo con algunos principios fundamentales y han considerado algunos tipos de conducta buenos en sí mismos o buenos porque se adaptan a un modelo moral concreto. El primero implica un valor final o summum bonum, deseable en sí mismo y no sólo como un medio para alcanzar un fin. Pero en la historia de la ética hay tres modelos de conducta principales, cada uno de los cuales ha sido propuesto por varias escuelas como el bien más elevado:

• la felicidad o placer;

• el deber, o la obligación

• la virtud y la perfección, el más completo desarrollo de las potencialidades humanas.

Dependiendo del marco social e histórico de cada época, la autoridad o el fundamento invocado para calificar o justificar una conducta como buena es la voluntad de una deidad, el modelo de la naturaleza o el dominio de la razón. Cuando la voluntad de una deidad es la autoridad, la obediencia a los mandamientos divinos o a los textos bíblicos supone la pauta de conducta aceptada. Si el modelo de autoridad es la naturaleza, la pauta será la conformidad con las cualidades atribuidas a la naturaleza humana. Cuando rige la razón, se espera que la conducta moral resulte del pensamiento racional.

Prudencia, placer o poder

Algunas veces los principios elegidos no tienen especificado su valor último, en la creencia de que tal determinación o justificación es imposible. Esa filosofía ética iguala la satisfacción en la vida con la prudencia, placer o poder, pero se deduce ante todo de la creencia en la doctrina ética de la realización natural humana como el bien último o la finalidad principal de la existencia.

1. Una persona que carece de motivación para tener una preferencia puede resignarse a aceptar todas las costumbres y por ello puede elaborar una filosofía de la prudencia. Esa persona vive, de esta forma, de conformidad con la conducta moral de la época y de la sociedad. Es el caso, por ejemplo, de la ética de Descartes.

2. El hedonismo es la filosofía que enseña que el bien más elevado es el placer. El hedonista tiene que decidir entre los placeres más duraderos y los placeres más intensos, si los placeres presentes tienen que ser negados en nombre de un bienestar global y si los placeres mentales son preferibles a los placeres físicos. El mejor ejemplo de esto es, sin duda, el epicureísmo.

3. Una filosofía puede considerar que el logro más elevado es el poder y que este puede ser resultado de una competición. Como cada victoria tiende a elevar el nivel de la competición, el final lógico de una filosofía semejante es un poder ilimitado o absoluto. Los que buscan el poder pueden no aceptar las reglas éticas marcadas por la costumbre y, en cambio, conformar otras normas y regirse por otros criterios que les ayuden a obtener el triunfo. Es el caso de la filosofía de Nietzsche. Pero también pueden intentar convencer a los demás de que son morales en el sentido aceptado del término, para enmascarar hipócritamente sus deseos de conseguir poder y tener la recompensa habitual de la moralidad: como se observa en el caso de los sofistas.

Los problemas de la Ética.

En general después de que las normas morales son reconocidas y aceptadas crítica y reflexivamente, se presentan diferentes puntos de vista y por ende problemas en el momento de considerar las diferentes respuestas existenciales que ejercen las personas frente a ellas. Estos problemas se mencionan a continuación.

• El Problema de la Diversidad de Sistemas Morales. Este se da debido al pluralismo que existe en las tendencias frente a un mismo acto, esto es que, para cuando algunas personas un acto es lo correcto, para otros es inmoral, por ejemplo el divorcio, el aborto, la eutanasia, etc. O sea la pregunta que normalmente se hace una persona que rige su conducta con base en las normas morales es ¿cuál es el criterio para escoger una norma o la contraria?. Y ¿por qué existe tanta diversidad, no ya sólo de códigos morales sino de teorías éticas acerca de la moral?

• El Problema de la Libertad Humana. La libertad humana no es del todo real (mejor dicho, no es absoluta), ya que todo individuo está de cierta forma condicionado por un temperamento innato y por una sociedad en la cual toda persona actúa bajo presión social, cultural educacional o laboral; aunque considerando las cosas desde el punto de vista de la ética y la moral, ello no nos impide tener una conciencia libre (al menos hasta cierto punto), la misma que permite a una persona actuar en base a un criterio propio. El problema está en la presunta incompatibilidad de la libertad humana y las normas morales, o sea entre el ser y el deber ser, pero también en nuestra capacidad para

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