Que no te coma tu entorno

NO TE COMA TU ENTORNO[pic 1]

Vivir una vida con enfoque, propósito y atención plena resulta complicado en una sociedad como la actual, repleta de prisas y distracciones, continuamente ocupados.

Vivimos buscando la paz mental y la felicidad, y entre más la buscamos, menos la encontramos, ya que Las obligaciones diarias, los correos electrónicos, mensajes a nuestros celulares, distracciones de los medios de comunicación, incluidas las redes sociales, etc., tratan de captar nuestra atención constantemente, haciéndonos esclavos de una forma de vivir y creando poco espacio para esta búsqueda.

Esto a lo único que nos lleva es a vivir engañados, esclavizados a falsas ideas programadas que no cuestionamos, haciéndonos sentir separados de la esencia, experimentando emociones de carencia porque no hay nada que nos de la gratificación interna que necesitamos.

El ruido de la mente a través de los pensamientos no nos permite liberarnos y alcanzar esa felicidad y esa paz que tanto anhelamos.

La mente produce un falso ser (el ego), como sustituto del verdadero yo, arraigado en el ser. Que nos lleva a estar inmersos en los pensamientos, a estar ausentes, estar inconscientes. Y liberarse de él significaría una pérdida de la identidad.

Los deseos de la mente buscan su realización en las cosas externas, por lo tanto, vive en un estado de miedo y de carencia, siempre está buscando algo a que agarrarse para sostener y fortalecer su ilusorio sentido de identidad y se aferra con gusto a sus problemas. Mientras creamos que somos esta mente, seguiremos creyendo que somos estos deseos, estas necesidades o estos apegos, y seguiremos sintiéndonos fragmentados, separados de la fuente.

Al estar identificado con la mente (ego) nos lleva a vivir en la ilusión del tiempo (el tiempo no existe, es sólo conceptual), entre la memoria el pasado y anticipando experiencias, entre el estado de presencia y el estado de identificación con la mente, en forma de juicios, descontentos y proyecciones que nos alejan del presente.

Hará todo lo que pueda para tenerte atrapado en el tiempo, se siente amenazado de que quieras vivir en el momento presente ya que él sabe perfectamente que el momento presente supone su muerte.

El único punto de acceso al reino sin tiempo y sin forma del ser, es el ahora. La vida es ahora, nada existe fuera del ahora. Nunca nada ocurrió en el pasado, ocurrió en el ahora. Nunca ocurrirá nada en el futuro; ocurrirá en el ahora. El único lugar donde ocurre el verdadero cambio y donde puede disolverse el pasado es el ahora.

Es muy desgastante tratar de estar “aquí” cuando quieres estar “allá” o estar en el presente queriendo estar en el futuro.

El pasado es una huella de la memoria almacenada en la mente de un ahora anterior. Cuando se recuerda el pasado, se reactiva una huella de la memoria, y lo hace ahora. El futuro es un ahora imaginado (proyección de la mente) que cuando llega, llega como el ahora. El pasado y el futuro no tienen realidad propia.

Aprende a usar el tiempo para los aspectos prácticos de la vida, pero regresa inmediatamente a la consciencia del presente cuando esos asuntos prácticos estén resueltos, así no habrá una identificación con el pasado y futuro.

Para estar presente en la vida diaria se necesita estar arraigado en el interior. Estar presente con cada célula del cuerpo. Ser uno con la mente del creador. La respiración es una manera de hacernos conscientes del presente ya que cuando le prestamos atención paramos de pensar, ya que no es posible hacer las dos cosas al mismo tiempo. Solo se está presente en un momento a la vez. Cuando esto se logra entender, todo se siente vivo, irradia energía, emana ser.

Para disfrutar del momento presente, el entusiasmo es un ingrediente esencial para vivir una existencia plena, ya que el entusiasmo es un estado de conexión y conciencia con la vida que impulsa a vivir cada momento con plenitud. Es estar inspirado por Dios. Por ello es importante que en cada área de nuestra vida tengamos objetivos a todo lo que se hacemos, lo que provoca un cambio en las frecuencias vibratorias, en la calidad de la conciencia y, por consiguiente, en la calidad de lo que hacemos o estemos creando. Los resultados entonces, vendrán solos y reflejarán esa calidad.

El entusiasmo y el ego no pueden coexistir. El uno implica la ausencia del otro. Cuando no se logra el objetivo aparecen el estrés, la angustia, la ira como señal de que el ego está queriendo controlar la situación, y es aquí en el control del ego sobre nuestras vidas que le damos tanta importancia a cosas externas y creemos encontrar la felicidad.

El ego cree que la fuerza reside en resistirse, cuando en realidad la resistencia te separa del Ser, el único estado de verdadero poder. La resistencia es debilidad y miedo disfrazados de fuerza. Lo que el ego considera debilidad es tu SER en toda su pureza, inocencia y poder. Lo que consideras fuerza es debilidad. Por tanto, el ego existe y se mantiene mediante la resistencia continua, y representa papeles falsos para encubrir tu debilidad, que en realidad es tu poder. La resistencia es decir “NO” a lo que es, a través de juicios mentales, negatividad emocional; diciendo “eso es peligroso”, “te sentirás herido”, “serás muy vulnerable”.

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