¿Qué ha cambiado y qué perdura en los valores, principios y normas de la Ética Profesional de la Comunicación y el Periodismo?

¿Qué ha cambiado y qué perdura en los valores, principios y normas de la Ética Profesional de la Comunicación y el Periodismo?

Tatiana Lozano Jaramillo

En mi opinión, hay ciertas normas y valores en cuanto a la ética profesional en la Comunicación Social y el Periodismo que, si bien en teoría son muy buenos y deberían ser cumplidos, en la práctica esto nunca se ha dado. Según la Red Cultural del Banco de la República, el periodismo “Desde comienzos del siglo XX, se convirtió en la profesión que asumía, como misión de carácter público, la labor de mantener informados a todos los sectores de la sociedad sobre los acontecimientos y sucesos de su entorno; los cuales incluyen denuncias y problemas fundamentales”. Probablemente esta labor siga siendo la misma, sin embargo, hay ciertos valores y normas que aunque han estado contemplados desde siempre nunca se han cumplido. La Constitución Política de Colombia, tanto la de 1886 como la de 1991, protegen la libertad de prensa y la libertad de expresión. No obstante, se han dado constantemente casos de violaciones a la libertad de expresión. Tal vez una de las más evidentes se dio en el gobierno de Gustavo Rojas Pinilla, algunos periódicos fueron obligados a cerrar por su clara oposición al Gobierno, así como por sus repetidas negativas a hacer rectificaciones. Esto se debe a que la relación del periodismo y la política ha sido demasiado estrecha desde el inicio.

Esta realidad es algo que aún vivimos todos los días en el Periodismo colombiano. Los valores de objetividad e imparcialidad que supuestamente siempre han sido la base del Periodismo ético, tienden a desaparecer cada vez más. Los medios de comunicación se mueven hoy, más que nunca, en las esferas de poder económico y político. Eso es algo que se puede analizar desde la manera en que titulan, las noticias a las que les dan más importancia, y las que, por el contrario, ni siquiera mencionan. Todo esto contribuye a la configuración de la opinión pública y los medios, conscientes del poder que tienen, manipulan la información de modo que favorezca a quienes a ellos les interese. Lo más grave de todo, sin embargo, es que muchas veces los periodistas se ven forzados a informar de esta manera, pues si no lo hacen pueden perder su trabajo o incluso su vida. De acuerdo con la Fundación para la Libertad de Prensa, desde 1983 hasta el 2018 han sido asesinados 158 periodistas por causas asociadas a su oficio.

Por otro lado, considero que algo que sí ha cambiado, aunque en una pequeña medida, es la actitud del que consume información. Con la llegada de las nuevas tecnologías de la información, la necesidad de los medios de informar primero que el resto dejó de ser tan inminente. Ahora, el consumidor no busca esa rapidez (porque la encuentra en todas partes) sino la información más completa. Esto no quiere decir, claro está, que no sigamos siendo vulnerables a la manipulación de la información. Al contrario, al ser usuarios que buscan estar más informados somos más vulnerables a caer en noticias falsas o imparciales por medios de comunicación que no son confiables o son completamente parcializados hacia una tendencia política.

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