ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Relación Entre Lévinas Y Dussel


Enviado por   •  3 de Mayo de 2015  •  1.558 Palabras (7 Páginas)  •  475 Visitas

Página 1 de 7

Relación entre Levinas y Dussel

Como ya sabemos, el pensamiento de Enrique Dussel se divide en dos etapas claramente marcadas. La primera es la etapa ontológica en la década de los sesenta, en donde el filósofo estuvo muy influenciado por las lecturas que hacía de Hussel y Heidegger. Su intención filosófica para su proyecto era elaborar una filosofía latinoamericana original.

En esta etapa se distinguen características que se verán reflejadas a lo largo de toda la obra del autor. Algunas de ellas son: interés por una ética afirmativa como filosofía primera, un método filosófico capaz de integrar textos no convencionales para la historia de la filosofía, uso permanente de la historia como premisa para un pensamiento siempre situado, una crítica a la dualidad cuerpo-mente y finalmente, un anhelo por construir categorías propiamente latinoamericanas.

Pero a finales de los sesenta, ocurren diversos hechos que obligan a Dussel a tomar un giro en sus supuestos filosóficos. Estos hechos son principalmente políticos e históricos, pero el que mayormente influyó y fue decisivo para sus posteriores planteamientos fue la lectura de Totalidad del Infinito del belga de origen judío Emmanuel Lévinas. En consecuencia, en el año 1973 se produce en Dussel una ruptura de su pensamiento y se desplaza hacia la segunda etapa de su filosofía, la etapa metafísica, en la cual intenta construir la ahora conocida “Filosofía de la Liberación”.

Para aquel entonces, el fenómeno de la liberación comenzó a tomar importancia en diversos ámbitos (teología, pedagogía y filosofía, entre otros). Hasta entonces se hablaba de naciones desarrolladas o subdesarrolladas, pero luego ese pensamiento evolucionó y comenzó a hablarse de conceptos como “dependencia” y “liberación”.

Pero cabe preguntarse: ¿Por qué Lévinas?

Porque la filosofía de Lévinas venía a dar armazón y estructura filosófica a la experiencia de dominación y postergación de Latinoamérica y de las culturas consideradas “tercermundistas”. Esa estructura filosófica se componía de dos momentos: uno negativo, de crítica a la cosmovisión filosófica occidental, construida por una totalidad prepotente y egocéntrica; y otra positiva, el intento de configurar una “metafísica de la alteridad”, alternativa a la ontología de la totalidad.

Lo que Dussel observó en Lévinas era fundamentalmente una radical crítica a la filosofía occidental en su totalidad, una propuesta filosófica alternativa, centrada en la metafísica y antropología de la alteridad. Los planteamientos de Lévinas venían directamente a resolver y a aportar una solución y fundamentación teórica a la situación de conciencia de dependencia de todo un grupo de filósofos hispanoamericanos.

Si bien Dussel incorporó en su pensamiento los planteamientos de Lévinas con respecto a la liberación y la alteridad, recogió estos aspectos de forma personal y crítica. Personal en el sentido de que determinadas categorías las asume con un contenido diferente al que le da Lévinas; y crítico en cuanto a que en varios aspectos considera el sistema levinasiano incorrecto e insuficiente.

A continuación, unas palabras del propio Enrique Dussel haciendo referencia a la influencia que tuvo Lévinas sobre su pensamiento:

“Debo además aclarar, que Lévinas nos sirvió al final de la década de los sesenta para construir una “filosofía de la liberación”, como Feuerbach pudo servir a Marx (entre 1842 y 1844); nos despertó del sueño ontológico “cerrado”. Pero hubimos de ir “más allá” rápidamente, por su incapacidad de construir una política de la liberación (…)”

Frente a la ontología de la totalidad de la filosofía occidental, Lévinas propone una metafísica de la alteridad, es decir, del otro. Y frente a la dialéctica de Hegel, plantea una analéctica de la liberación. Con respecto a la alteridad, la filosofía de la liberación toma todos los elementos que la filosofía occidental invisibilizó y dejó fuera. Como por ejemplo lo femenino, la naturaleza y la gran parte de la humanidad. Tomó como punto de partida todos estos elementos, partió del otro, concreto y oprimido (mujeres, negros, obreros, indígenas, naturaleza, etc.) Con respecto a la analéctica, cabe señalar que es el método de la filosofía de la liberación utilizado por Dussel para derrocar la ontología de la filosofía occidental.

Como consecuencia de ello, aplican el concepto de exterioridad a Latinoamérica. Para la filosofía latinoamericana, Latinoamérica ha sido tratada a lo largo de la historia como otro siempre postergado, como una exterioridad con la que el centro nunca ha contado y que la ha tratado como un mero apéndice, como algo “irracional” y “bárbaro”. Por lo tanto se la ha considerado como un otro pero nunca como una realidad diferente.

Para Lévinas y Dussel, la filosofía primera es la ética e intenta hacer de ésta, de la responsabilidad hacia el otro, el centro de la filosofía. El punto de partida del pensamiento levinasiano y de la filosofía de la liberación es el amor al otro, como consecuencia de la experiencia radical del encuentro con el rostro indigente del otro, pero sobre todo como pobre y marginado. Pero ese otro, ya no se puede objetivar con las categorías ontológicas de antes, sino que se debe estar a la escucha de sus palabras y a la espera de su revelación. Es por esto, que no cabe una dialéctica en relación con el otro, por lo que se necesita del método analéctico. Porque la verdad y la revelación vienen de la posición privilegiada del otro y también porque rompe la cerrazón de la dialéctica, en donde “todo ya está dado, sólo es necesario que termine de advenir.” En cambio, “en la novedad del otro como exterioridad, en lo mismo, en lo dado, irrumpe lo realmente nuevo”, en palabras de Dussel en su obra “Método para una filosofía de la liberación”.

Por esta misma razón, es que el diálogo entre seres humanos individuales como entre pueblos y culturas, no pueda quedarse encerrado en una dialéctica, sino abierto a la radical y absoluta novedad. A este horizonte de novedad, es a lo que Lévinas denomina Infinito.

A modo de reflexión personal, considero que Enrique Dussel no sólo cambió su propuesta filosófica al pasar a la segunda etapa de su pensamiento, sino que además evolucionó en sus planteamientos e ideas con respecto a Latinoamérica y su liberación, ya que la etapa inicial en la que estaba sumergido poseía categorías excluyentes al no considerar la alteridad en el ser humano, es decir, dejaba muchos elementos esenciales de la vida fuera del pensar filosófico.

Considero muy acertado el progreso que hizo Dussel con su pensamiento, tomar categorías planteadas por Lévinas como por ejemplo la alteridad, el punto de partida del no ser, incorporar todo lo que el logos occidental había dejado de lado, la ética como filosofía primera, la analéctica como método para la filosofía nueva que se quería construir, etc. Puesto que personalmente, me parece una evolución en su pensamiento al poder visualizar más allá de lo que había estado acostumbrado y ser capaz de incorporar nuevas categorías con el fin de encontrar soluciones al problema latinoamericano referente a Europa.

De la misma manera, me parece aún más destacable, que si bien Dussel estuvo influenciado por el pensamiento levinasiano y siguió al pie de la letra a Lévinas en su crítica y “deconstrucción” del pensamiento filosófico occidental, a la hora de construir la alternativa como “metafísica de la alteridad” los caminos de ambos pensadores se separaron, ya que Dussel consideraba insuficiente la filosofía de Lévinas por ser “todavía europea”. Respecto a esto puedo agregar tres críticas hacia la filosofía de Lévinas: en sus planteamientos se visualiza una poca concreción de su referencia al otro porque su europeidad le hace cómplice de la dominación eurocéntrica sobre el resto del mundo, a diferencia de todo latinoamericano que sufre tal dominación. “Lévinas nunca ha pensado que el otro pudiera ser un indio, un africano o un asiático. En cambio, el otro para nosotros, es América Latina con respecto a la totalidad europea, es el pueblo pobre y oprimido latinoamericano.”

Como segundo punto, Lévinas habla siempre del otro como lo absolutamente otro. Tiende a la equivocidad, es decir, negarse a aceptar algún tipo de analogía. Dussel plantea que hay diferentes concepciones de la analogía y que es legítimo hablar analógicamente del otro. Desde la equivocidad levinasiana, sólo se puede utilizar el concepto de totalidad para una conformación sociocultural violenta y dominadora. Por lo tanto, se tendrá que utilizar otro concepto para una forma correcta de configurar la existencia humana, basada principalmente en el respeto por el otro.

Además, entre ambos pensadores se observa una diferencia diametral en sus concepciones de otro. Para Lévinas, el encuentro con el otro pareciera partir de una concepción individualista de las personas que entran en contacto. En cambio Dussel, entiende que ningún individuo se encuentra aislado de su contexto socio-histórico. Cada persona es siempre fruto de su historia y de su contexto social y cultural. Por lo tanto, es un fruto de la sociedad pero aun manteniendo y respetando su autonomía.

A modo de conclusión podemos apreciar que Dussel se independiza para hacer de su filosofía algo más propio y auténtico, como lo señala en la siguiente cita: “más será una inspiración en Lévinas que un referir su pensamiento, por otra parte tan profundo, difícil y personal” en “Método para una filosofía de la Liberación”. Porque de esta manera podemos estar seguros que la filosofía de Dussel, sus pensamientos y planteamientos no son una mera copia del trabajo de Emmanuel Lévinas, sino que sirvió como una inspiración para un trabajo posterior y más completo de Enrique Dussel, del que hoy tenemos plena conciencia del mérito que posee.

...

Descargar como  txt (9.9 Kb)  
Leer 6 páginas más »
txt