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Relatoria, Soliloquis De San Agustin.


Enviado por   •  17 de Marzo de 2014  •  805 Palabras (4 Páginas)  •  439 Visitas

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Seminario de San Agustín y Santo Tomas de Aquino.

Soliloquios de San Agustín

Por: Julio Cesar Ruiz Cantillo

Considero, pues, que los soliloquios de San Agustín es un intento racional y, un poco desesperado, para lograr encontrar un camino para conocer a Dios. Si bien, como ya es conocido en los escritos de San Agustín, las constantes plegarias y alabanzas al creador son constantes y muy repetitivas, característica de la escritura de obispo.

San Agustín en este texto en particular, deja ver que, más allá de una comunión o un intento de comunicación con su Dios, el obispo inicia una conversación con la razón. Algo un poco irracional si se considera que “estaba hablando solo”, como es habitual en Agustín puesto que, escribe a su Dios y no a un hombre.

En sus dialogo el obispo trata temas como el conocimiento de dios la inmortalidad el alma y la verdad. Todo esto en para llegar a conocer a Dios y establecer, a partir de una comprensión racional y verdadera, un acercamiento y una comunión con Dios desde la base guía del conocimiento.

Antes de comenzar dar un concepto de la verdad, hace interrogantes, como, “¿una cosa es la verdad y otra lo verdadero?, ¿lo verdadero puede morir o no? y hasta llega a cuestionarse sobre la existencia de la verdad. Sus conclusiones fueron claras y precisas; respecto a la verdad y lo verdadero afirmó que lo más excelente es la verdad puesto que “todo lo verdadero lo es por la verdad” Agustín se refiere que si el concepto de verdad o la verdad en sí, puede morir o no puede morir, llegando a la conclusión de si es necesaria que perezca, tiene que ser verdadera, sino no, no sería la verdad.

Cuando entra en el tema de la existencia de la verdad, manifiesta que, a pesar de no tener el conocimiento para saber dónde se encuentra, ésta si existe, puesto que sabe de su existencia y sabe, además, que no ocupa algún espacio ya que no es cuerpo, entonces, dice “existe la verdad, y no se halla en ningún lugar”, afirmando esto lo lleva a la deducción de que la verdad no puede estar en ninguna cosa, excepto en las inmortales, afirmación que da mucho que pensar, ya que ahora entra en la temática sobre la inmortalidad del alma, considerando, pues, que la verdad se encuentra en las almas.

Sobre la inmortalidad del alma, afirma que “el alma no puede menos que coexistir con la naturaleza de las cosas, si no puede faltar de ella alguna vez la falsedad” , esta afirmación, en vez de dar al obispo una respuesta, le plantea una nueva problemática, la falsedad. Menciona pues Agustín que la falsedad es, que una cosa es falsa porque es diversa de lo que parece, lo cual sería que una cosa fuera una cosa que no es, entonces no existiría, así pues, no puede haber falsedad ya que, de ser así, eso no sería verdadero. Sin embargo, la verdad

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