Saber Sonreir

Saber sonreír

“La sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz”

Proverbio escocés

El ser humano se distingue por ser capáz de determinar su propia trascendencia. Pero no sólo por eso, sino también se diferencía por el simple hecho de tener las enormes capacidades de soñar, de amar y, sobre todo, el maravilloso don de sonreír.

En estos días, el ser humano navega por mares repletos de indiferencia y desesperanza, mares tempestuosos ,estos impiden mirar lo bueno que se puede llegar a ser, muestran lo que no se tiene al tiempo, lo cual vuelve ciego al hombre para comprender asi los regalos de la vida, para ver lo que se tiene. Lamentablemente, se llora demasiado y se sonrie muy poco.

Y es cierto. Por otro lado se crean culturas y pensamientos, pero a veces no todo causa aquella felicidad, sino más bien fuese como si se arrebatara aquella capacidad de sonreir, inclusive las propias obras transforman al ser humano en un ser infeliz. Mientras tanto gran parte del problema está en dejar de ser creativos, se ignora cómo hallarle el sentido a la vida y consecuentemente se olvida sonreír. Las preocupaciones cotidianas, así como la rapidez con la cual decidimos vivir oscurece la belleza la cual brinda el sentir transcurrir del día a día.

La sonrisa es una de las más bellas armas con la que se cuenta para defenderse del dolor. El estar cada día con una sonrisa a lo mejor y no solucionará todos los problemas, pero al menos ayudará a sentirse mejor.

Se sabe que no existen paraísos sin serpientes, pero a pesar de todo, siempre habrá razones para sonreír, causas las cuales ayudan a encontrarle el significado al sufrimiento y a frecuentes pérdidas, inclusive a la propia naturaleza, porque si no fuese así, la misma vida sería un total absurdo. Tal vez por eso Tagore afirmaba “Si lloras porque el sol se ha ocultado, las lágrimas te impedirán ver las estrellas”.

A pesar de las penas, se necesita recuperar la capacidad de sonreír, es indispensable comprender esa posibilidad, nace de la alegría de comenzar gustosamente lo que las convicciones individuales solicitan, y eso se logra cuando se opta por vivir la vida. Tal vez la persona que sabe sonreír es la cual ha aprendido a ganar todo sin dejar de perder su espíritu, la cual ha encontrado el camino de la creatividad, sabiendo emprender e inducir el crecimiento y desarrollo de los demás.

Una persona sonriente es quien tiene humor al no tomar tan seriamente los problemas de su propia naturaleza; es quien, en lugar de reprochar por algo no consevido, le da gracias a Dios por las cosas poseidas, pero también por eso que no posee. Así, lentamente, se provoca la alegría la cual luego se convierte en el dulce huésped de su alma la

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