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Todo pasa y todo queda


Enviado por   •  6 de Junio de 2018  •  Apuntes  •  792 Palabras (4 Páginas)  •  121 Visitas

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La vida –decía el cantautor originario de Dolores Hidalgo,  José Alfredo Jiménez, a mediados del siglo XX- “comienza siempre llorando y así llorando se acaba”. Este planeta Tierra en que habitamos fue creado en un “Big Bang” por una fuerza “centrífuga” o en siete días por una fuerza divina –según el cristal con que se vea-. Este mismo mundo tendrá un final el certero día en que el sol deje de calentar, el día en que sus habitantes nos lo acabemos, el día del apocalipsis bíblico, o la misma cosa dicha desde otro punto de vista.

 La tormenta nace y después viene la calma. El amor acaba, no hay mal que dure cien años, se acaba la copa llena, el día tiene un crepúsculo y un ocaso, se termina la inocencia, se agota el dinero de la cartera, sucumben los imperios. Todo tiene un ciclo pues.

En el siglo XVII, en París, decía un sabio muy sabio que la energía no se crea ni se destruye, únicamente se transforma. Si a los ojos de nuestra percepción todo tiene un principio y un fin, a los de “la luz del entendimiento” es sólo un ciclo. Desde el punto de vista atómico los protones y neutrones que se forman en el interior del vientre materno y se multiplican hasta que fallecemos, simplemente cambian de estado. Los filósofos dicen que nuestra conciencia se desdobla y permanece en la “conciencia colectiva”, los románticos argumentan que en “el árbol plantado, el libro escrito o el hijo parido, uno no perece”. Los pragmáticos encuentran la permanencia eterna en el legado material, mientras que los intelectuales e historiadores lo hacen en el heroísmo y en las meras circunstancias. Hay quien se preocupa incluso por no dejar morir el apellido. Para las religiones, al final de esta vida mundana hay otra en “el más allá”. Para los políticos, después de una diputación viene una senaduría, y después quizás una gubernatura. Para “Joaquín Guzmán Loera”, después de la tumba de la prisión, viene “la luz al final del túnel” y el cielo de la libertad. Vamos, el mismo PRI resucitó en nuestro México.

Todo tiene un ciclo, y al terminar éste, usualmente “cosechamos lo que sembramos”, recibimos “el karma” con el que vivimos, somos “juzgados” con el peso de nuestras acciones, recibimos lo que damos.

Tengo argumentos suficientes para pensar que nos estamos acabando a este mundo como para debatir que nos va a durar hasta que el sol deje de calentar o caliente demasiado. Con igual facilidad podría llenar páginas con historias proféticas del “final de los tiempos” como con situaciones muy reales que nos convierten el Apocalipsis en realidad en un abrir y cerrar de ojos de algún político mal dormido. Pudiera augurar con ayuda de algún galeno, el final cirrótico de un alcohólico sentado en un bar, como su fortuita muerte atropellado por un camioncito haciendo ejercicio por las calles a la mañana siguiente. Puedo ver a la cercana distancia el final del imperio del dólar, para dejar su trono a una lucha descarnizada entre el Yen y el Euro. Puedo pensar que me iré directo al cielo como sin escalas al infierno.  Puedo, como animado aspirante a escritor, inventarme un final para toda cosa que nace, para toda cosa que vive, y no sería mi placer ver mis “finales” inventados “hechos realidad”, eso tendrá que ser satisfacción o pena de quienes así lo sientan.

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