Trilogia Emiliani

Pedagogía Somasca

“Los discípulos de San Jerónimo y los mismos huérfanos formaron una comunidad, bien estructurada en la cual EL TRABAJO, LA DEVOCIÓN Y LA CARIDAD son el fundamento de la obra”

Trabajo: desde el HACER “san Jerónimo era convencido de que cada uno debía sostenerse con su propio sudor “quien no trabaje, que no coma”, este principio era rigurosamente observado por todos, especialmente por los colaboradores, porque el no trabajar confirma la poca caridad de Cristo con los cohermanos. Junto al trabajo, los jóvenes aprendían a leer, escribir y aquel mínimo de nociones necesarias para una vida autónoma.

Devoción: desde el SER se traduce en el respeto hacia Dios y el prójimo, comprende un camino de formación espiritual donde vincula al joven, no solamente a su experiencia de vida sino a la realidad que lo rodea, es decir la convivencia diaria, el espacio al cual se vincula desde los valores éticos y morales, haciendo ver y rescatar el valor de la persona.

Caridad: desde la CONVIVENCIA implica el compromiso, la responsabilidad y la corresponsabilidad para con los demás desde su forma y adaptación a la dinámica institucional, la cual ve enfocada a la socialización y al bienestar de os que integra el componente social y fundamentada en valores como la lealtad, tolerancia y servicio.

Así mismo a lo largo de la historia de la Congregación de los Padres Somascos se han venido desarrollando como seguimiento de las orientaciones de San Jerónimo Emiliani un sin número de principios pedagógicos en la manera de atender y acompañar cada uno de los frentes de atención desde los cuales se dio y se sigue dando respuesta a una situación precisa de acuerdo a la época y las necesidades que cada una de ellas urge. Villa San Jerónimo por tanto, tiene presente en la educación de sus niños y jóvenes, los siguientes ejes centrales de formación:

a) Un amor paternalmente responsable: la labor y dedicación no se limitaba solamente a instruir a los muchachos en cuestiones de tipo asistencial, sino que se trataba de un asumir y co-responsabilizarse del otro con el amor de un Padre que sabe identificar los momentos en los cuales brindar amor, acogida, alegría, esperanza, corrección, disciplina; asumiendo al otro como una "parte vital de sí mismo, asume plenamente su identidad (a veces desfigurada), su mundo, su fragilidad, su luz y sombra, su rebeldía, su incoherencia, su contradicción, su pecado".

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