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Violencia en roma


Enviado por   •  18 de Marzo de 2019  •  Ensayos  •  3.410 Palabras (14 Páginas)  •  105 Visitas

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roma

El Derecho Romano clásico no permitía ningún abuso doméstico del marido a su esposa; ​ pero, como cualquier otro delito, se puede suponer que las leyes contra la violencia de género fallaban en prevenirlo. Catón el Viejo dijo, según su biógrafo Plutarco, que el hombre que golpea a su esposa o hijo, pone manos violentas sobre lo más sagrado de las cosas sagradas. También que él pensaba que era más loable ser un buen marido que un buen senador. Se esperaba que un hombre de posición durante la República se comportase moderadamente con su esposa y que se considerara así mismo un buen marido. Golpear a la esposa era suficiente motivo para el divorcio u otra acción legal contra el marido.

La violencia de género aparece en los registros históricos sobre todo cuando se trata de un exceso atroz de la elite. Se afirma que el emperador Nerón ordenó la muerte de sus esposa y hermanastra Octavia después de someterla a tortura y encarcelamiento. A continuación, se casó con su amante Popea Sabina a quien mató tras darle una patada cuando estaba embarazada por haberle criticado. Algunos autores modernos opinan que Popea murió a causa de un aborto espontáneo o el parto y que el episodio se ha exagerado para vilipendiar a Nerón. También se supone que el despreciado Cómodo mató a su esposa y a su hermana.

En los primeros tiempos de la República romana, las novias pasaban del poder de sus padres al de sus maridos (en latín, manus). Quedaban por tanto bajo la potestad de sus maridos, aunque en menor medida que sus hijos y matrimonio, cum manu significaba que la mujer estaba subyugada por su marido; pero esta práctica estaba en desuso en el siglo I d.C. reemplazada por el matrimonio libre, sine manu, que no daba ningún derecho al marido sobre su esposa o no producía ningún cambio en la situación de la mujer. Durante la época clásica del Derecho romano, el matrimonio no requería de ninguna ceremonia; solo la mutua voluntad y el acuerdo de vivir juntos en armonía. Las ceremonias, contratos y otras formalidades matrimoniales solo tenían la intención de probar que una pareja estaba de hecho casada. Bajo el temprano derecho romano, los matrimonios cum manu podían originarse de tres formas: confarreatio, simbolizado por el reparto del pan (en latín, panis farreus); coemptio, una venta ficticia de la mujer; y usus, por convivencia. Los patricios siempre se casaban por confarreatio, mientras que los plebeyos lo hacían por las dos últimas. En el matrimonio cum manu por usus, si una mujer se ausentaba tres noches consecutivas al menos una vez al año, evitaba que su marido tuviera control legal sobre ella. Esto difiere de la costumbre ateniense del matrimonio concertado y las esposas secuestradas que no podían caminar por las calles sin escolta.

El tipo de matrimonio conocido como cum manu era la norma en la República temprana, pero progresivamente se volvió menos frecuente. Bajo esta temprana forma de matrimonio, la novia pasaba a la mano de su marido; esto es, era transferida de la potestad de su padre a la de su esposo. Su dote, cualquier derecho de herencia obtenido a través de su marido y cualquier propiedad que adquiriese después de su matrimonio le pertenecían a él. Los maridos podían divorciarse por adulterio y hay registrados algunos divorcios por esterilidad de la esposa.

El matrimonio cum manu era una relación desigual. Cambiaba a los herederos sin testar de una mujer de sus hermanos a sus hijos no porque fuese su madre, sino porque ante la ley su posición era la misma que la de una hija de su marido. Bajo la manus se esperaba que las mujeres obedecieran a sus esposos en casi todos los aspectos de sus vidas.

Esta forma arcaica de matrimonio había sido abandonada casi por completo en tiempos de Julio César, cuando una mujer permanecía jurídicamente bajo la autoridad paterna incluso cuando se trasladaba a la casa de su marido. Este acuerdo era uno de los factores de la independencia que las romanas disfrutaban en comparación a otras muchas culturas desde la Antigüedad a los tiempos modernos. El llamado matrimonio sine manu o libre no causaba ningún cambio en el estatus personal de la esposa o del marido. El matrimonio libre implicaba a dos ciudadanos o a una persona con ciudadanía y otra que tenía derecho latino; y en el Bajo Imperio romano, y con permiso oficial, a soldados con ciudadanía y personas sin ciudadanía. En estos matrimonios la novia entregaba la dote al marido. Si el matrimonio terminaba sin adulterio, él le devolvía la mayor parte. Tan completa era la separación de bienes que los obsequios entre esposos no se reconocían como tales: si una pareja se divorciaba o incluso si vivía separada, el donante podía reclamar el regalo; sin embargo, si el donante moría, se validaba el regalo al cónyuge superviviente.

Mortalidad infantil e infanticidio en la Antigua Roma: la tasa de mortalidad infantil era sumamente elevada ésta estaría en torno a los 300 fallecidos por cada 1.000 al año. Las principales causas de tan elevada tasa de mortalidad infantil debemos buscarlas en diferentes factores como la desnutrición, las condiciones en las que se producían muchos partos y también la virulencia de las enfermedades. El abandono de niños podría darse sin que necesariamente hubiera una voluntad de que el neonato muriera, ya que cabía la posibilidad de que estos expósitos fueran recogidos y criados por otras personas, integrándose en el seno de una nueva familia o desgraciadamente, cayendo en la esclavitud o en la prostitución. En este sentido, muchos abandonos se daban en sitios donde era evidente que iban a ser encontrados, y muy probablemente recogidos, como son los lugares comunes. Tras esta decisión se encontraba la voluntad de que el niño fuera rescatado. Sin embargo, en otras ocasiones se abandonaban a los niños con la intención de que murieran. El problema del infanticidio y del abandono se haya sobrestimado, es un hecho el que tanto uno como el otro se daban en la antigua Roma y que, además, sería aceptado por un sector de la población, aunque ello no lo eximía de críticas.ni la ley ni la opinión pública veían nada malo en el infanticidio en Roma, y tampoco lo hacían las grandes corrientes filosóficas, a excepción de raras ocasiones. No obstante, este hecho no implica que esta práctica no conllevase cierta desaprobación social, e incluso vergüenza o angustia por parte de los padres.

En general, se piensa que fue con los emperadores cristianos cuando se empezaron a tomar medidas en contra de estas prácticas. Con Valentiniano en el año 374 d.C. la muerte de los niños empezó a considerarse asesinato, aunque es muy probable que esta desaprobación arrancara ya desde época de los Severos por la despoblación del Imperio. Según Néraudau, también se prohibió en este período la exposición de los niños recién nacidos.

Mucho se ha discutido en la historiografía sobre el infanticidio, más aun teniendo en cuenta la escasez de fuentes para su estudio. Se han señalado diferentes motivos que llevarían a muchos de estos casos: niños que presentaban discapacidad física, hijos ilegítimos, niños nacidos en el seno de familias muy numerosas e incapaces de mantener a más miembros, aquéllos cuyos padres, al no tener medios para criarlos, decidían abandonarlos, o niñas que no eran bien acogidas. Otra de las principales razones que se han argumentado es que sería una forma de controlar el aumento de la población infantil, evitando riesgos que, sin embargo, conllevaban otras prácticas como el aborto.

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