Yo soy el protagonista de la historia

Tecnológico de Monterrey, Campus Guadalajara

Sonia Rodríguez Elizondo

A01227778

Expresión Verbal para el Ámbito Profesional

Grupo 12

16 de marzo de 2015

Yo soy el protagonista de la historia

Los libros abren la puerta a que el lector se convierta en protagonista, se transforme en una persona creada como a su mente e imaginación les convenza mejor. La capacidad de transformar al lector en un personaje totalmente distinto a pesar de exponer una historia que no tiene más que letras en común, es una virtud de los textos literarios. En este ensayo, abordaremos dos libros: Aura, por Carlos Fuentes, y Conferencia Bajo la Lluvia, por Juan Villoro. Ambas historias que hablan de temáticas diferentes, pero que nos trasladan al libro y nos hace sentir por lo que el protagonista pasa. Felicidad, confusión, soledad, amor… No por que lleve el título de la historia como nombre, la hace la protagonista de la misma. El convertirse o no en un personaje de un texto depende en primera instancia de los gustos del lector y en segunda, la manera de transmitir la trama y de hacer que el lector se adentre en la misma de los autores. En cierta forma, es necesario que lector y autor conecten, permitiendo así, que el autor transmita sus ideas y que el lector las traduzca en una oleada de sensaciones y pueda entrar en un mundo paralelo.  Cada persona imagina de una manera imposible de replicar por otra persona, pero en general, un buen autor permite que varias personas experimenten sentimientos y situaciones similares.

Una comparación notable entre ambos textos es el extraño mundo en el que logran sumergir al protagonista, ambos en un mundo difuso y por momentos abstracto, pero que logra hacer que el lector atraviese un sinfín de sentimientos distintos a lo largo de la trama. En aura un mundo real que atraviesa el protagonista que desemboca en un clímax, que aunque quizá en partes predecible, da una sorpresa al lector cuando desemboca. Por el otro lado en Conferencia bajo la lluvia, un mundo que aunque está siendo creado por el protagonista y es una mezcla entre la imaginación del mismo y sus experiencias, tiene una manera peculiar de envolver al lector. Aura narrada en un tono más serio y si pudiera decirse así, seco y conferencia bajo la lluvia narrado en un tono más alegre y quizá hasta un poco cómico, logran transformar al lector en el protagonista. En el primero, haciéndole sentir los olores y penumbra de aquella vieja casa en el centro de la ciudad, la belleza de aura y ese amor escondido e incondicional que siente Felipe desde la primera vez que la ve. Y en el segundo, logrando que el lector sienta los nervios del protagonista, la seguridad que quiere demostrar a pesar de su error y en un punto hasta es posible sentir como la conferencia llama la atención a los oyentes.

Aura nos demuestra lo anterior mencionado, que sin importar el nombre de la obra, cualquiera puede ser el protagonista; haciendo a Felipe el principal de ésta. El libro está escrito en segunda persona, por lo que automáticamente nos envuelve dentro de ella. A lo largo de la historia, nos vamos convirtiendo en él. Al leer el anuncio solo puedes pensar en que eres el indicado: cumples todos los requisitos y el salario es bueno. Piensas en tu cabeza: ¡debería aceptarlo!, e incluso demuestras asombro a la visión de los gatos humeantes amarrados en el techo. Te enojas de cómo Aura es tratada por su tía, te asquea la escena del chivo… pero sobre todo, te confunde cómo termina la historia. La lees y la vuelves a leer, pensando: ¿en qué momento dejé pasar tan importante acontecimiento? ¿cómo no me di cuenta antes? “Acercarás tus labios a la cabeza reclinada junto a la tuya, acariciaras otra vez el pelo largo de Aura” (Fuentes, 2001) y dejarás a un lado todo, por que la amas y la amarás por siempre.

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