Aniversario De Coyhaique
pincoya903 de Junio de 2014
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MEMORIA BRICOLADA EN EL RITO ANIVERSARIO DE COYHAIQUE (XI REGIÓN DE AYSÉN, CHILE)
Brígida N. Baeza
...recordar no es revivir, sino reconstruir un pasado a partir de los marcos sociales del presente.
Maurice Halbwachs, 1925.
1. Introducción
Tal como señala la cita de Maurice Halbwachs, el tiempo presente actua como escenario donde se desarrollan los marcos sociales desde donde se señalarán y seleccionarán los componentes de la memoria colectiva. Estos marcos sociales están definidos temporalmente, a partir de fechas de conmemoraciones, nacimientos, aniversarios, etc. que funcionan como referencia de los grupos sociales y espacialmente, a partir de la selección de determinados lugares, objetos, donde se ha depositado la memoria de los grupos (HALBAWCHS, 1950: 167).
En la presente ponencia se abordarán los marcos sociales desde donde se define la memoria colectiva en la localidad de Coyhaique, desde lo temporal se tomará una fecha que representa el aniversario de la fundación de la localidad: el 12 de Octubre y como marco espacial las dos Plazas públicas (la de Armas y El Ovejero) que representan la definición de la memoria colectiva coyhaiquina por parte de dos grupos sociales diferentes. Ambos grupos toman distintos aspectos del pasado, distintos mitos fundacionales construidos a partir de su posición en la historia de Coyhaique. La construcción, persistencia, transformaciones y continuidades del rito de aniversario de Coyhaique serán objeto de análisis en el presente trabajo.
La localidad de Coyhaique fue fundada el 12 de octubre de 1929, como parte del proyecto fundacional del estado chileno que incentivaba a las empresas ganaderas a generar asentamientos poblacionales en Patagonia Austral. A pesar del tiempo transcurrido entre esa fecha y la actualidad, aún hoy el territorio mencionado es considerado por el Estado chileno como parte de las zonas no-integradas al contexto nacional. Por este motivo a lo largo del siglo XX, el Estado chileno a destinado políticas estatales diferenciadas al resto de las áreas del territorio nacional. La necesidad de delimitar la frontera con Argentina, condujo a los representantes del gobierno nacional en Coyhaique a emprender una serie de medidas compulsivas orientadas a la diferenciación y a generar lazos aglutinadores en una población básicamente heterogénea.
El poblamiento –tras varios fracasos desde la época colonial- se consolidó a partir de la presencia de dos movimientos paralelos desde 1904: el primero vinculado a la presencia estatal con el desarrollo y asentamiento de empresas ganaderas y el segundo a la llegada de migraciones espontáneas. En el caso de estos últimos en su mayoría se trataba de chilenos que habían residido un tiempo en Argentina y que por diversos motivos, tales como el endurecimiento de las leyes argentinas con respecto a los permisos de pastoreo, decidían reingresar a su país de origen. Una vez reinstalados en Chile, se los denominaba “colonos libres” (NÚÑEZ, 1999; GALINDO, 1992). El fracaso de la colonización oficial por falta de cumplimiento de los acuerdos por parte de las Compañías ganaderas, provocó la preocupación oficial por la zona de Aysén, ya que la llegada de los migrantes provenientes de Argentina no eran garantía de una efectiva ocupación. Estos “colonos libres” eran vistos como chilenos argentinizados, que estaban lejos de responder a los parámetros hegemónicos del ser chileno.
Si recuperamos la definición de nación de Marcel Mauss como: “... material y moralmente integrada, con poder central estable, permanente, con fronteras determinadas, con relativa unidad moral, mental y cultural de sus habitantes que acatan consecuentemente al Estado y sus leyes” (MAUSS, 1972: 286). Coyhaique en las primeras décadas del siglo XX, sólo contaba con habitantes, que estaban lejos –en todos los aspectos mencionados- de pertenecer a la nación chilena. Por estos motivos, el Estado nacional consideró imprescindible la implementación de prácticas de conmemoración y una serie de actividades orientadas a la nacionalización de la población. En este sentido, proponemos el análisis de las continuidades y transformaciones que sufrió el rito aniversario de Coyhaique a través del tiempo.
Nos proponemos mostrar de qué manera en el proceso de ritualización de la memoria de la localidad de Coyhaique se reflejan las distintas interpretaciones y posiciones ante el pasado de la ciudad. En Coyhaique nos encontramos con dos ritos que celebran el aniversario de la ciudad, ambos sostienen mitos de origen diferentes. El de mayor antiguedad celebratoria, está institucionalizado en la comunidad, impulsado desde el día de fundación de la ciudad por las instituciones estatales; responde a un tipo de comportamiento ritual formal, donde se subrarayan las diferencias de status presentes en la comunidad (LEACH, 1971: 209).
En cambio, el segundo rito que abordaremos, se encuentra en proceso de institucionalización, y se vincula con los rituales de mascarada, donde la diversión y los disfraces representan la forma de manifestar el origen (LEACH, 1971:209). El grupo que lleva adelante la organización de este ritual forma parte del grupo “desplazado” y olvidado como representante de la chilenidad en Coyhaique.
2. El proceso de institucionalización del rito aniversario de Coyhaique
Bajo el amparo de la Ley de Colonización de la Araucanía de 1874, se asentó en la zona de Aysén la Sociedad Industrial de Aysén (en adelante S.I.A). Con el establecimiento de estas empresas se generaba paralelamente el crecimiento de asentamientos poblacionales, con la llegada de mano de obra para la empresa, básicamente chilotes provenientes de la isla de Chiloé (CARREÑO PALMA, 1999: 38). De este modo surgió el pueblo de Baquedano, fundación oficializada por el Intendente de Aysén Coronel Luis Marchant González, el 12 de Octubre de 1929.
La fecha elegida no fue casualidad, sino que responde a un plan para hacerla coincidir con el “Día de la Raza”, tampoco lo fue el acto preparado para el evento:
A la llegada del Intendente Marchant y su comitiva, un carabinero se encargó de izar el pabellón patrio en una vara de lenga que se había improvisado como mástil, a los sones del himno nacional que fue coreado por todos los presentes. Acto seguido, la primera autoridad improvisó un breve discurso para señalar la importancia del paso dado, abordando enseguida el futuro próspero que le auguraba al naciente pueblo...
La elección del 12 de Octubre como día de fundación, puede ser interpretada como un acto de búsqueda de continuidad de la hispanidad en la región de Aysén. Tal como expresa Lévi-Strauss, una fecha es una clase por la relación que establece con otras fechas que forman igualmente parte de la misma (LÉVI-STRAUSS, 2001: 268). La conmemoración del “Día de la Raza” o “Fiesta de la Raza” para hacer alusión a la llegada de Colón en 1492, tiene un lugar destacado en la liturgia de celebraciones chilenas, por lo tanto el 12 de Octubre para Coyhaique entronca con estos festejos. De manera similar a Colón, el coronel Marchant también poseía todas las dotes de héroe fundador y emprendedor en alejadas tierras del poder “real”. Marchant se instaló en Aysén para poner orden al poblamiento espontáneo y a la escasa presencia oficial.
Para el Estado chileno los problemas surgieron a partir de la instalación de dos grupos –ambos chilenos- pero que no respondían a los parámetros de chilenidad. Por un lado, los chilotes que poseen prácticas culturales como producto de la combinación entre el pasado indígena y el colonial, que los distinguen del resto de Chile (MARINO, 1985). Por otro lado, los chilenos que habían residido del lado argentino, en muchos casos con hijos de nacionalidad argentina, y que habían adquirido prácticas culturales de los sectores rurales de Argentina.
Ambos grupos se asentaron en las “tierras sin dueños” a las cuales denominaron como “orejanas”. Lo cual en principio trajo inconvenientes con las autoridades chilenas, pero que más tarde fue pensado como una alternativa válida en función de asentar la soberanía chilena en la frontera con Argentina. Sin embargo, el hecho de validar las ocupaciones de tierras no era suficiente. En este sentido, se intensificó el despliegue de patriotismo chileno en las prácticas de conmemoración de las efemérides patrias, tales como el 18 de Septiembre y el 21 de mayo.
Sin embargo, en Coyhaique la tradición nacional del 18 de Septiembre no logró eclipsar la del 12 de Octubre. Por el contrario, a diferencia de otras ciudades chilenas, para los coyhaiquinos tiene mayor trascendencia el aniversario de su localidad que el día de la Independencia de su país. Sin embargo, no debemos restarle importancia, porque el 18 de Septiembre opera como “la preparación” para la fiesta inmediatamente enlazada con los festejos comunitarios, que es el día de la localidad.
Hacia fines de la década del ´30, ya se había construido el mito de origen de Coyhaique, año tras año se comenzó a repetir el primer encuentro de 1929 del coronel Marchant con los pobladores locales, a lo cual se incorporó la frase que: “el acto se desarrolló... ante numeroso público”. Sin embargo, recién la celebración en honor a la efectiva fundación del 21 de mayo de 1931 correspondió con amplia convocatoria. En torno a esta conmemoración cristalizó en el imaginario como la fiesta más importante que vivió la población de Baquedano. Una curiosidad lo constituye la dificultad en la que se vieron los organizadores de las Ramadas para poder imprimir de chileneidad
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