ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Arte nacionalista. Identidad mexicana y representación indígena en el Muralismo


Enviado por   •  31 de Agosto de 2015  •  Ensayos  •  2.208 Palabras (9 Páginas)  •  622 Visitas

Página 1 de 9

Arte Nacionalista

Identidad mexicana y representación indígena

en el Muralismo

El México de a principios de siglo ya no será el mismo desde entonces.  Habrá una serie de cambios que marcarán tanto su historia como su manera de desarrollarse en ella.  Su identidad como país, como nación y como cultura verán un florecimiento que se expresará de distintas formas, una de las más visibles e importantes será en el área plástica.  De esta manera nacería el Muralismo mexicano.

En 1910 se va poner fin al Porfiriato, aquel período marcado por el liberalismo político y económico, y por una visión positivista de la realidad.  Aquel año se produjo la Revolución, un acontecimiento que sin duda, marcaría un antes y un después en la historia de México.  Como señala Knight, “políticamente, la revolución destruyó mucho del antiguo orden”[1], como el fin del liberalismo antes mencionado. Marcaría un cambio radical en todo ámbito de cosas, pero no tan sólo en el político o en el económico, sino también en el cultural.  Es así como se va gestando lo que se va a denominar Muralismo.  

Este movimiento artístico, encabezado por Diego Ribera, marcó de manera significativa a su generación.  Famosa es ya aquella obra que realizó en la ciudad de Nueva York, en Estados Unidos, a pedido Rockefeller en el Centro que lleva su nombre; pero que son embargo, este mecenas, una vez terminada la obra, la mando a destruir por contener “guiños” al comunismo, como por ejemplo, la imagen de Lenin.  Aún así, este movimiento fue mucho más allá de esta “anécdota”.

Además de Ribera, existen muchos otros personajes que resaltan al momento de desarrollar y caracterizar al Muralismo.  En ese sentido, destacan José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, ambos muralistas al igual que Rivera; así también destaca un aparentemente desconocido José Vasconcelos, quien sería el principal impulsor –pero más bien de manera indirecta-, del trasfondo de este movimiento.  

Es este humanista mexicano es quien, al alero de la Revolución, diseñaría un plan educacional distinto a lo que se estaba realizando en la época anterior a la Revolución, y en el cual el Muralismo destacaría en la escena cultural mexicana.  

“Vasconcelos atacó el Porfiriato y su filosofía, convirtiéndose en uno de los intelectuales más distinguidos en los años de la Revolución Mexicana. […] En el gobierno del Presidente Álvaro Obregón fue nombrado Secretario de Instrucción Pública, en cuyo ejercicio realizó la primera reforma educativa de grandes dimensiones después de la Revolución Mexicana”[2].  Vasconcelos creía que la herramienta principal del Estado debía ser la educación, y por ello se propuso realizar una serie de reformas y cambios en pos de aquel objetivo.  “En la Secretaría de Instrucción Pública, Vasconcelos realizó una obra de grandes dimensiones, con la cual llevó la educación y la alta cultura a todos los rincones de la República mexicana”[3].  Entre sus tareas estaba el abrir escuelas y bibliotecas, publicar libros, luchar contra el analfabetismo, además “predicaba sobre los beneficios de la democracia y exaltaba el Nacionalismo y los valores de la cultura mexicana desde las altas culturas indígenas precortesianas”[4].

Y así fue consolidando un plan arraigado en un nacionalismo, en el cual “para afirmar la identidad nacional y el orgullo por todo lo mexicano, […] auspició y promovió un Nacionalismo Cultural a través de las Artes, por el camino del Modernismo”[5].  En este ámbito es donde se desarrolló una característica fundamental, tanto del Muralismo mismo, como de la nacionalidad mexicana que se estaba construyendo, que la presencia notable del indígena en los frescos realizados por Rivera y compañía. Así pues, “el humanista estimuló el trabajo de los pintores muralistas en los edificios públicos con temas auténticamente nacionales e hispanoamericanos.  El pintor mexicano Diego Rivera (1886-1957), realizó pintura social de hondas raigambres indigenistas”[6].

Así, en el Muralismo confluyen una serie de elementos nuevos y revolucionarios para el arte de la época, donde el nacionalismo se expresaba en todo su esplendor, el que se realizaba en lugares públicos, allí donde las obras podían ser apreciadas por muchísimas personas –es decir, un público masivo- , quienes estarían recibiendo este mensaje de unión mexicana en base a este nacionalismo, pero que además se fundamentaba en algo olvidado por sus predecesores.  Este algo era la profunda base indígena, social y cultural, del país mexicano.  

Por medio del Muralismo se masifica y socializa –de acuerdo a los fundamentos de la Revolución misma- un tipo de conocimiento basado en tradiciones indígenas que identifican al mexicano con un mismo pasado, de tal manera que así se va produciendo la misión promulgada por Vasconcelos.

Los propulsores del Muralismo, como Vasconcelos y Rivera, concebían un arte nacionalista basado en lo indígena, en las tradiciones, haciendo un paralelo entre aquello y esto que se estaba produciendo desde la Revolución.

Junto con ello, esta nueva concepción de arte viene dada bajo un contexto histórico, pues “durante el Porfiriato (1877-1911) predominaron visiones históricas de una antigüedad gloriosa equiparable a las civilizaciones fundadoras de la cultura occidental”[7].  Existía en el país toda una ideología de dictadura, que tenía como objetivo la modernización del Estado y de la sociedad.  Pero es así como “la ennoblecida figura del indígena del pasado se volvió asunto convencional del arte académico, al lado de los temas bíblicos y de historia europea.  Sin embargo, el repertorio ‘indigenista’ generalmente aludía a un pasado perdido, irremediablemente superado por la marcha inexorable de la modernidad.  Y ni pensar en visiones artísticas de indígenas contemporáneos; éstos, degradados y marginados del proyecto oficial, eran considerados inferiores –según la escala evolucionista- y su forma de vida se veía como el mayor obstáculo para el progreso nacional”[8].  En contraposición, el Muralismo viene a revalorar al indígena.

Durante el transcurso de la Revolución en el ámbito cultural y artístico, se produjo una especie de Renacimiento americano, pues la presencia del indígena con todo aquello que representa y significaba vuelve a tener una predominancia.  Se produce esta forma de pintar, de grandes dimensiones, con un lenguaje que va más allá del alfabeto, es un lenguaje de imágenes, que mediante ellas se busca transmitir un mensaje, sobre todo si pensamos que los pueblos prehispánicos no tenían una escritura tal como la concebimos hoy en día.

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (14.2 Kb)   pdf (423.2 Kb)   docx (281.7 Kb)  
Leer 8 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com