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Bomba Del Chota


Enviado por   •  23 de Julio de 2013  •  557 Palabras (3 Páginas)  •  587 Visitas

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El Pueblo Afrodescendiente de la Cuenca del Río Chota-Mira

La presencia de la población afrodescendiente en la cuenca del río Chota-Mira se remonta a la época colonial, cuando fue introducida, bajo la condición de mano de obra esclava, en los complejos hacendatarios cañeros del siglo XVII, dirigidos por distintas órdenes religiosas.

La cuenca del río Chota-Mira representa una vía de penetración desde la sierra hacia la costa, atraviesa las provincias ecuatorianas de Carchi, Imbabura, Esmeraldas, y el departamento de Nariño en Colombia.

Antes de la invasión española, este territorio fue ocupado por distintos pueblos indígenas originarios. La Sierra Norte estuvo controlada por señoríos étnicos de Pimampiro, Chapi, Otavalo, Caranqui, Quilca, entre otros, que manejaron productos de importancia comercial y simbólica como la coca, la sal y el algodón. Su desarrollo agrícola fue notable, sustentado en terrazas, camellones y un eficiente sistema de irrigación.

Para mediados del siglo XVII acaece un descenso demográfico importante de la población indígena, vinculado a la sobreexplotación y epidemias. Dicho decrecimiento y el desarrollo del complejo hacendatario cañero por parte de los jesuitas, incrementaron progresivamente a la población afrodescendiente en condición esclava. Su comercialización estuvo a cargo de los mismos jesuitas. La situación de los esclavos fue crítica debido a la explotación y el trato recibido de sus amos, la mínima alimentación y las extensas jornadas de trabajo a las que eran sometidos.

Los jesuitas habían consolidado en el siglo XVII numerosas haciendas en los valles del río Mira, en la cuenca alta del río Chota-Mira y en los valles del Chota y Salinas; donde se cultivaba caña de azúcar y derivados como el aguardiente, la panela y el azúcar distribuidos a diversas ciudades.

El modelo esclavista jesuita perseguía la rentabilidad económica, controlando el número de los esclavos y evitando su fuga (cimarronaje). No obstante, jamás pensaron que esto favorecería a la identidad de los afrodescendientes ya que su funcionamiento como complejos integrados de varias haciendas, les permitió formar familias estables con un mayor control sobre sí mismas y posibilitó la creación de un territorio con identidad regional afroandina, portadora de extraordinarias manifestaciones culturales. Además, durante este período ocurrieron varias rebeliones y fugas.

Con la expulsión de los jesuitas en 1767, las haciendas pasaron a ser propiedad del gobierno español, fracasando económicamente por mala administración fueron vendidas a terratenientes serranos.

El lento proceso de abolición de la esclavitud desde 1821 hasta 1860 no marcó el fin de la pobreza y marginalidad de la población afrodescendiente. Nuevas formas de explotación como

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