Colapso Tolteca
bkto_o7 de Mayo de 2014
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Colapso de la civilización Tolteca, El descenso del Quinto Sol.
Introducción
La historia antigua de la humanidad contiene hechos comunes a varias civilizaciones; en primer lugar el surgimiento, en el que se produce el asentamiento de un grupo específico de personas y durante el cual la adaptación al medio y contexto geográfico resulta determinante para su supervivencia, esto es, el establecimiento de una cultura y el florecimiento de una civilización, alcanzando así un segundo momento importante; el apogeo, los acontecimientos de este periodo de tiempo y su duración dependen de la organización interna de la civilización y como esta interactúa con su medio externo, como se entiende a sí misma frente a él, es común que estas actitudes estén determinadas por cosmovisiones específicas que a su vez tiene una estrecha relación con deidades y planos metafísicos, las actitudes pasivas suelen terminar en conquistas ejercidas por grupos externos, por otro lado una actitud de desarrollo y expansión desmesurada desencadena el derrumbamiento de imperios a causa de su propia grandeza, esta es la etapa final de las civilizaciones; su colapso, luego del cual suelen quedar vestigios de sus mejores tiempos como remanente para las nuevas civilizaciones además de ciertos rasgos culturales heredados por pequeños grupos sobrevivientes a nuevas generaciones. Este trabajo identifica las tres etapas mencionadas anteriormente en la civilización mesoamericana Tolteca, con un enfoque principal hacia los causales de su caída, en una primera parte se presentan sus antecedentes culturales y principalmente su contexto geográfico, como herramienta para entender su organización espacial y el establecimiento de territorio, esto seguido de una visión general acerca de su cultura y rasgos principales de su civilización, finalmente se indican, en relación con lo anterior ciertas situaciones sociales específicas y las causas principales de su colapso.
Contexto Geográfico de la Civilización Tolteca
Hacia el 750 – 800 d. C. sucedía la caída de Teotihuacán, civilización antecesora del pueblo Tolteca, una visión mítica habla del surgimiento de este como el nacimiento de El Quinto Sol.
Respecto a la fundación de Tula, la ciudad capital de la civilización Tolteca(situada 50 km al norte de la ciudad de México), tanto la arqueología como los registros escritos concuerdan en que fue fundada por una aldea proveniente del desértico noroeste hacía donde habían salido luego de la gran dispersión de Teotihuacán (ciudad Olmeca) según Fray Bernardino de Sahagún y en donde se originó su sencilla cerámica, datada en excavaciones arqueológicas realizadas por el arqueólogo Robert Cobean, hacía 700 – 800 d.C..[1] Estos emigrantes noroccidentales son llamados toltecas-chichimecas, lo cual plantea una contradicción puesto que Tolteca denota “sofisticación” mientras Chichimeca se refiere a pueblos nómadas, aunque una visión más acertada sería la de “pueblos jóvenes”. La conformación del pueblo la completarían los Nonoalcas que venían desde el sureste de México y que se habían establecido en primera instancia en Tulancingo, y que al llegar a Tula enseñaron a los primeros pobladores lo que sería el segundo estrato de cerámica datado por el arqueólogo Robert Cobean entre 800 – 900 d.C.[1[, además de enseñar la construcción de templos de piedra y oficios más complejos así como el culto a la Serpiente Emplumada (Quetzalcóatl), siendo esta deidad un rasgo significativo de Teotihuacán, el lugar de asentamiento de estos dos pueblos se denomina Tula Chico y se ubica aproximadamente a 1.25 km de la Acrópolis, el que más tarde sería su principal centro ceremonial.
La Tollán (ciudad gobernada por Quetzalcóatl), así denominada por los Aztecas se ubicaba en la cima de una colina en cuya parte baja se encuentra la actual Tula de Allende, en el estado de Hidalgo, el asentamiento en este lugar tenía una fuente constante de agua aportada por el rio que se encontraba en la ladera, lo cual resulta ser un recurso fundamental para el establecimiento de la civilización y su organización espacial (una gran parte de los pobladores residían a las afueras de la ciudad donde realizaban principalmente labores de agricultura, y dentro de la ciudad tenían lugar las labores de comercio e intercambio), se estima que el área comprendida por la ciudad es de aproximadamente 13 km2, en la cual resaltan tres centros ceremoniales, Tula Chico ( lugar de los primeros asentamientos),Plaza Charnay y la plaza principal, Acrópolis, la siguiente imagen tomada del libro “Los antiguos reinos de México”escrito por Nigel Daviesrepresenta la organización de la ciudad a través de un esquema obtenido por medio de trabajo arqueológico en el lugar cabe resaltar que la parte mayormente estudiada es la plaza principal denominada Acrópolis y que aún podrían descubrirse datos importantes acerca del origen del asentamiento ( y con esto de la civilización) al extender la investigación hacia la parte hasta ahora menos explorada denominada Tula Chico. En la Acrópolis resaltan el Templo de Quetzalcóatl y los Atlantes que retratan parte de la indumentaria utilizada por los Toltecas en sus actividades diarias.
Fuente: Davies, Nigel (1995). Los antiguos reinos de México (página 123).
Los climas húmedo y frio con temperaturas promedio entre 20°c y 12°c presentados a 2000 m.s.n.m.[2] permitieron a la cultura Tolteca el cultivo de Maíz, Frijol, Chile, Algodón y Maguey, cabe resaltar el hecho de que si bien el paisaje actual de Tula difiere del que los Toltecas habitaron y utilizaron, las condiciones climáticas no han sufrido un cambio drástico, aún hoy en día la ciudad posee suelos y climas aptos para la agricultura, en cuanto a la organización de la ciudad y su construcción se debe señalar que no tenía el esquema básico de cuadrícula que caracterizaba Teotihuacán, en cuanto a la población de la ciudad existen estimaciones que van desde 20000 hasta 60000 habitantes, esto debido a que la presencia de pequeños asentamientos en un radio de 15 km dificultan una estimación más exacta, la existencia de estos obedece a que varias habitantes vivían fuera de la ciudad realizando labores de agricultura. Pero su relación con Tula se puede establecer por medio de excavaciones en las cuales se encuentran cerámicas propias del periodo Tolteca.
Rasgos principales de su cultura y sociedad
Los toltecas, del náhuatl toltekatl que quiere decir hombre de ciencia y arte[3], dejaron una marca en la Mesoamérica precolombina (inclusive en la contemporánea) no solo por sus increíbles elementos arquitectónicos sino por el desarrollo de una cultura que trascendió en todo el territorio; sus leyendas se conocían y se divulgaban aún después de su desaparición, la realeza azteca alardeaba con orgullo de su linaje tolteca directo ya que este era un pueblo conocido por una gran capacidad de expansión y dominio, su desarrollo tecnológico , su riqueza material y religiosa, y muchos otros elementos que hacían de Tula o Tollán una cuidad leyenda. Tula era su cuidad principal y en ella convergía toda la diversidad cultural tolteca. Allí encontraban los jerarcas militares de más alto rango, los sacerdotes y otros mandatarios, pero además también habían agricultores, artesanos y demás especialistas que tenían sus propios barrios con sus centros administrativos y templos respectivos.[4] Tula fue fundada por Quetzalcóatl rey, hijo de Mixcoatl; según la leyenda este último fue rey de una tribu chichimeca que se trasladó al sur y se asentó Culhuacán, tuvo un hijo llamado Topiltzin, que posteriormente al acceder al trono tomaría el nombre de la serpiente emplumada de Teotihuacán según la tradición sacerdotal de adquirir el nombre del dios a quien servían y quien sería, y este trasladó la capital a Tula[5] convirtiéndola en la legendaria Tollán de la que hablarían incluso los conquistadores españoles.
Al ser una sociedad militarizada los toltecas se esparcieron por un gran territorio imponiendo el tributo a las poblaciones conquistadas desarrollando así un amplio comercio de diferentes productos de especial valor como cacao (a menudo utilizado como moneda), plumas, piedras preciosas y otros, la mayoría de la producción agrícola provenían del exterior de la ciudad; todos estos elementos eran transportados en carretas por los “pochtecas” que los vendían o truequeaban, los pochtecas poseían un nivel social alto sin embargo esto no los eximía de tributo. Los militares no solo se dedicaban a la expansión territorial y la exigencia de tributo sino también a la caza, ellos le dieron el prestigio de buenos cazadores a la civilización tolteca. Su agricultura era de tala y quema además se caracterizaron por el desarrollo de técnicas novedosas como la construcción de terrazas y chinampas en los lagos de Chalco y Xochimilco; sembraban maíz, frijol, amaranto, algodón entre otros, estos cultivos eran irrigados por complejos sistemas de canales que se alimentaban del río. [6] También producían una bebida alcohólica que aún hoy se consume llamada “pulque” que se hacia del Maguey. Además de esto tenían minas de oro, de plata, de cal y canteras de piedra que proporcionaron la materia prima necesaria para la construcción de sus edificios más emblemáticos y de la ciudad en general.
Para los toltecas la guerra era un arte sagrado y en nombre de sus mejores guerreros edificaron una de sus mas increíbles construcciones conocida como el templo a Tlatluizcalpantecuhtli que era el señor de la caza del amanecer, esta construcción se caracteriza
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