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Cuales son Los eclesiastas oscuros


Enviado por   •  19 de Abril de 2018  •  Ensayos  •  3.716 Palabras (15 Páginas)  •  304 Visitas

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LOS ECLESIASTAS OSCUROS

INTRODUCCION:

El rol de la iglesia católica en una sociedad es muy substancial, si alguno se pregunta sobre el papel de las instituciones afines al catolicismo en una comunidad la respuesta que puede recibir es: “enfocarse en orientar y ayudar al pueblo y pregonar los “valores” promulgados por Dios” o sea, deben instar a los seres a ejercer una vida a favor de los demás y fomentar la solidaridad, el pacifismo, la misericordia, y contener en sus puntos básicos la denuncia contra la opresión y el señalar los males sociales.

En otras palabras, su trabajo exige cumplir con un ejercicio profético y de amparo a esos valores proclamados por el “todopoderoso”. Sin embargo, al hacer hincapié en la etapa más oscura de nuestra historia nacional y observamos la manera en la que actuaron buena parte de los miembros de los organismos eclesiásticos, nos deja la idea de que los valores decretados por el “ente supremo” quedaron ignorados y desbaratados

La última dictadura militar (1976-1983) llevo a cabo un accionar nefasto, cruel, inhumano y tantos otros calificativos que le podemos conferir y la mayoría de los integrantes de la rama episcopal en vez de, como manifesté anteriormente, denunciar la represión decidió aprobar el régimen.

Entonces puedo decir que la participación de la mayor parte de la junta presbiteral fue de apoyo y complicidad con los castrenses y policías. A mí parecer, como ya he escrito antecedentemente, el organismo episcopal quebró los valores o las normas decretados por el “creador”, pero ahora la pregunta que surge de esto es ¿Por qué los grupos clericales decidieron romper los valores religiosos ya dichos y decidieron ser cómplices del gobierno de facto?, con este escrito trataré de responder la cuestión, publicare también en que forma los obispos, arzobispos y demás órganos del cuerpo católico apoyaron al golpe de estado y también como reaccionaban cuando se les preguntaba por el papel que desplegaron en la época donde la nación padecía al “terrorismo de estado” y los bienes que actualmente albergan por parte del estado.

Para este documento recurriré a libros referentes a este tema, donde exhiben datos, declaraciones de los protagonistas, hechos de la época y no solo eso apelare, también a diarios, notas y entrevistas que seleccione para avalar mi postura y además exteriorizare como aún se lo benefician a los establecimientos levíticos.

He optado por elegir este tema (la última dictadura militar) porque en primera, obviamente, como ya sabemos, al momento de elegirlo había que hacer un recorte y problematizarlo con una cuestión polémica y me pareció lo suficientemente controversial y en segunda, creo que es un asunto del cual no se le dio o no recibe la relevancia que merece o se ha comentado muy poco al respecto.

Solo para aclarar, con este presente ensayo tengo únicamente la intención de exponer mis argumentos e ideas sobre este asunto, no pretendo ofender a una o más personas.

DESARROLLO:

¿Por qué la mayor parte de la iglesia decidieron romper los “valores sagrados de Dios” y optaron participar como cómplices?

Como he mencionado anteriormente, las personas más importantes afines al episcopado, participaron de alguna manera polémica en el golpe militar de 1976, algunos “enmudecidos”, otros los veían con buenos ojos y sostenían la idea de que “el proceso de reorganización nacional”, llamado así por la junta militar, era buena, un ejemplo de esto es el monseñor Plaza quien aquella época era el arzobispo de La Plata, pero eso lo veremos más abajo.

Me centrare primero en resolver el porqué de la actitud de apoyo que tomaron los pertenecientes a la junta eclesiástica.

Emilio Fermín Mignone quien fue escritor, abogado argentino, vicepresidente de la asamblea permanente por los derechos humanos de Buenos Aires expresa en uno de sus libros “Iglesia y Dictadura” (1984) expresa que la mayoría de los diocesanos, titulares y auxiliares, se acoplaron a las explicaciones de los militares, justificando su acción y pusieron en duda los relatos de las víctimas. Los cardenales Juan Carlos Aramburu, ex arzobispo de Buenos Aires, Raúl Primatesta, ex arzobispo de Córdoba y Adolfo Tortolo, ex monseñor y presidente de la conferencia episcopal, cerraron sus puertas a las víctimas. Dice que la actitud de estos últimos fue de adhesión a la dictadura militar, que a cada paso se declaraba “cristiana”, a la que consideraban indispensable para “defender al país del comunismo”.

Ante el contexto de terror que agobiaba en aquel entonces al país, la Comisión permanente del Episcopado de la República Argentina precisamente el 6 de agosto de 1971, llevo adelante una proposición que, se resumía con un tituló: “La situación dramática que vive el país lleva a decir una palabra con cristiano espíritu de servicio”.

En la misma, suplicaban que todos batallen vigorosamente, pero sin animadversiones, contra la injusticia. Además solicitaban que prescindan de sus rutinas, modales y soflamas todo lo que valga o signifique disturbios y disociación,  a las autoridades públicas, partidos políticos, medios de comunicación masiva y todo el pueblo de Dios, obispos, sacerdotes, religiosos, etc.-

Aquí es donde comienza a montarse el zócalo donde se apuntalará el análisis discursivo de la dual enjundia de las publicaciones que efectuó la iglesia, insistían que a todos le corresponde combatir contra las iniquidades sin excluir a los sacerdotes, ese “pueblo de Dios”, como lo citan; y luego en una práctica ulterior no se enlazaban. Un ejemplo que ratifica esto último lo pone Horacio Verbitsky quien es un periodista argentino, militante por los derechos humanos, presidente del CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales) y escritor en el diario Página 12, explaya en el libro “El Silencio. De Paulo VI a Bergoglio. Las relaciones secretas de la iglesia con la ESMA” cuando y como uno de los máximos representantes de la iglesia, Bergoglio es cómplice del “Proceso de Reconstrucción Nacional”.

Esta posición se ensancha cuando la ermita forjó una recitación sobre las contrariedades que fragmentaban a la nación, son misceláneas: las dificultades políticas, socio-económicas, técnicas, culturales, los condicionamientos fidedignos del pasado. La problemática de esto causo manifestaciones de violencia en las actitudes y las palabras, llegando en los hechos- secuestros, asaltos, torturas y asesinatos- a niveles absolutamente injustificables y condenables, que conmueven la sensibilidad de nuestro pueblo y amenazan la seguridad misma del país.

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