Descubrimiento De America
robinsonpr25 de Abril de 2014
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1. LA INDEPENDENCIA DE AMERICA LATINA, Y LA IGLESIA, SANTA SEDE
La historia de la indepedencia de América latina y la relación con la Santa Sede no es fácil resumir en pocas páginas, pues si la presentamos demasiado comprimida se hace más difícil entender, ya que no hay una sola linea ni un solo pensamiento que ha llevado a los países a la independencia y, además porque la relación con la Santa Sede siempre se presentaba de acuerdo a la región de un modo diferente.
ANTECEDENTES
Ningún sacerdote entre los compañeros de Colón en su viaje de 1942. Fue fray Bernad Boyl, religioso de confianza de los Reyes Católicos, el primer sacerdote que llegó a América y por la Bula Piis Fidelium (25-6-1493) se le concedieron los mayores poderes, tuvo problemas con Colón, regresó a España pero dejó a los hermanos legos que regresaron igualmente en 1499. Sólo hasta 1500 inicia la evangelización con los franciscanos que llegaron a Santo Domingo. En 1511 se crearón las tres primeras sedes episcopales latinoamericanas: Santo Domingo, Concepción de la Vega (suprimida en 1528), y Puerto Rico, 1513 Santa María de la Antigua del Darién (Panamá) y después Cuba (1517), Tierra Florida en 1520. Bartolomé de las Casas llegó en 1514, y comenzó la lucha por defender a los indios, ideal que llevó acabo en toda su vida. En España fue nombrado «Clérigo procurador de los indios el 17 de septiembre 1516». Regresa a América con todos sus derechos junto a los padres jerónimos, fracasó, regresa a España, estudía cuestiones jurídicas, toma contacto con la corte de Carlos V, presenta un memorial en defensa de los indíos, con el objetivo de concebir un plan de colonización pacífica, sin armas. Comienza una primera fase de misión. Las armas pacifican primero; después llegan los misioneros y el encomendero.
Ya la Iglesia mejor organizada se reunen por ejemplo en Mexico la primera junta apostólica en el año 1524, con la llegada de los 12 primeros misioneros franciscanos, la primera con presencia de un obispo fue realizada en 1532, el primer concilio fue realizada en 1555 convocado por don alonso de Montútar, en 1585 se realizó en concilo mas importante convocado por el tercer obispo don Pedro Moya de Contreras, conocido como el Trento mexicano. En suramerica el primer concilio tuvo lugar en Lima convocado por don Jerónimo de Loaysa en 1551, en este concilio se proclamaron 40 constituciones que se referían a los naturales, en la que se organiza la nueva Iglesia de las Indias, (las doctrinas, los pueblos, las parroquias), la segunda parte hablas sobre los españoles, tiene 80 constituciones, y se trata de las disposiciones para organizar la cristianidad de tipo hispano-criolla de las ciudades. El concilio más importante fu sin lugar a dudas, el convocado por Santo Toribio, realizado entre los años 1582-1583, conocido como el tercer concilio limeño. Trata sobre el catecismo, escrito en quechua y aymará. Se nota la importancia de la instrucción religiosa.
Después del 1620 inician los conflictos entre los que tenían urgencia de la evangelización y las pretensiones del Patronato, los obispos y sacerdotes seculares y las compañía de Jesús y la creación de Propaganda Fide de parte de Papa hacen tomar estas diferencias, otro factor que contribuye a la independencia de los países americanos es la caída del reino borbónico, por ende el aislamiento de América, la separación de cada región, y la falta de nuevos misioneros que no son más nombrados ni envíados por los reyes españoles. Los españoles ya no dominan más los mares, de esta manera sufre américa la crisis misionera europea.
2. LIDERES REVOLUCIONARIOS Y LA IGLESIA
Los libertadores en las colonias españolas manifestaron respeto hacia la religión sin descuidar todo cuanto pudiera contribuir a ganarse el apoyo del clero. El episcopado era español, o siendo nativos juraban fidelidad a la corona. Cuando los países alcanzan la independencia, hacen profesión de fe al catolicismo como religión oficial. Los únicos estados que optaron por una política liberal fueron Argentina, por consideración a los ingleses que los habían ayudado, y Brasil, donde un monarca fuertemente imbuido de liberalismo y un clero muy comprometido con la ideología masónica tratraban de imponer un clima muy particular. Pero estos privilegios a la Iglesia también tendría sus problemas, ya que los gobiernos pretendían haber heredado los derechos del real patronato, que aseguraba al Estado un control minucioso no sólo en los nombramientos eclesiásticos, sino en las rendas de todo tipo y hasta en la disciplina interna de la Iglesia, ocación de innumerables conflictos con la Santa Sede y con los obispos.
3. RELACIONES SANTA SEDE Y LOS NUEVOS ESTADOS LATINO AMERICANOS
Cuando las nuevas naciones sudamericanas alcanzan sus dependencias la Santa Sede se encuentra en un problema diplomático entre éstas y las naciones europeas, ya que entrar en negociación con los nuevos gobiernos republicanos, era como reconocerlos como independientes y darles legitimidad que era negada por las potencias europeas. La Santa Sede debía debatirse entre las pretensiones opuestas del rey de España y las de los nuevos gobiernos que pretendían ejercer estos mismos privilegios en calidad de sucesores de la corona española. Si el Papa aceptaba los candidatos obispo presentados por los americanos se encontraba en conflicto con los nombrados por el rey de España y en problemas con el mismo rey, que podía llegar a medidas de represalias incluso hasta el cisma.
Los gobiernos americanos conscientes del apoyo moral que les podía suponer un acuerdo con la Santa Sede, manifestaban primero de todo que su deseo era ver confirmada en su favor la continuación del patronato mediante concordatos negociados en forma. Cosa imposible de hacer antes de 1815 debido a las tribulaciones por las que travasaba el papado. Pero al recobrar el Papa su libertad, el rey de España emprendía la reconquista de su imperio colonial, lográndolo en gran parte. Pío VII no podía negarse a pesentarle el apoyo moral que solicitaba, y el 30 de enero de 1816 escribió una bula a los obispos de América Esti Legissimo exhortándolos a predicar la fidelidad al rey, y exaltando además “las nobles y excepciones cualidades de nuestro queridísimo hijo Fernando, el católico rey de España”.
Esta posición empezó a cuartearse a partir de 1820, ya que los movimientos de independencia tomaban ventaja por todas partes y se podía contar ya con su éxito final; por otra parte, en la misma España se establecía un gobierno liberal que la emprendía con los bienes y los previlegios del clero. La Santa Sede por sugerencia de Francisco Pacheco, legado del gobierno de la Plata, adoptó una ingeniosa combinación a título de solución provisional: tomando al pie de la letra las concensiones pontificias que habían establecido el patronato real, en materia de nombramientos episcopales este patronato sólo se aplica a los obispos residenciales: era posible por consiguientes, sin lesionar en nada los derechos del rey de España, envíar a América vicarios apostólicos revestidos de un título in partibus infidelium. Así fue nombrado en abril de 1823 Monseñor Juan Muzi, enviado a Chile oficialmente para responder a las demanda presentadas por el dictador O’Higgins, pero con el encargo secreto de elegir allí mismo y consagrar otros vicarios apostólicos que ocupasen las diócesis vacantes en Argentina y en la Gran Colombia.
Pero después viene León XII que toma una política parcial con respecto América y de apoyo al rey, opuesta a lo que los años anteriores querían con los pueblos independientes, es así que en una bula llamada Etsi Jam Diu del 24 de septiembre de 1824, pedía a los obispos de América, que defendieran los derechos de la corona española, documento intempestivo, creyéndose incluso como falso, suscitó emoción en América con sentimientos de contradición, el Papa después se lamenta y queriendo remediar el impase manda una carta privada al presidente de México, el general Victoria. Meses después el Papa regresa a la vía del diálogo y apoyo a las naciones latinas, incluso va más lejos. Aceptó recibir al agente eclesiástico enviado por el gobierno colombiano Don Ignacio Sánchez de Tejada, quien presenta la situación crítica de la Iglesia católica en la América española.
En 1826 el prefecto de la congregación de Propaganda, el Cardenal Cappellari, presentó una solución: que el Papa nombrara obispo motu proprio, con lo que se evitaría el pronunciarse entre las pretensiones rivales del rey de España y las de los gobiernos sudamericanos en materia de presentación.
El 18 de enero 1827, la Congregación de los Asuntos extraordinarios se pronunció a favor de este punto de vista, y en un consisterio del 21 de mayo siguiente León XII preconizó arzobispos para Bogotá y Caracas y obispo para Quito y Cuenca, en Ecuador; para Santa Marta y Antioquia, en Nueva Granada. La reacción de Fernando VII fue expulsar al nuncio de Madrid, enviando a Roma un embajador extraordinario, el marqués del Labrador, con la misión de exigir la aplicación rigurosa del Patronato Real. Se presentaron problemas a lo que se llego a nombrar tan solo vicarios apostólicos. El Cardenal Cappelari continua con su lucha, objetivo que alcanzó cuando fue Papa, como Gregorio XVI, así fue como el 28 de febrero del 1831, preconizó motu proprio, seis obispos residenciales para México, después con la encíclica Sollicitudo ecclesiarum
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