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HISTORIA DEL TURISMO EN BOLIVIA


Enviado por   •  31 de Marzo de 2014  •  3.601 Palabras (15 Páginas)  •  599 Visitas

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U. M. S. S. FACULTAD DE ARTQUITECTURA. CARRERA DE TURISMO

INTRODUCCIÓN AL TURISMO

TEMA No. 3 Lic. Franz Gustavo Morales Méndez

HISTORIA DE LOS VIAJES Y EL TURISMO EN AMÉRICA Y BOLIVIA

INTRODUCCIÓN

A manera de equivalencias históricas, trataremos de estudiar aquello que estaba ocurriendo en estas tierras, al mismo tiempo que en el Viejo Mundo. Existe abundante bibliografía en relación al origen del turismo, pero esta tiene un carácter marcadamente regional, es decir etnocentrista. A falta de estudios, interés y apoyo de parte del los estados, no se ha realizado una propuesta académica sobre este tema en esta región. Por esto es necesario dar un esbozo aunque somero sobre esta temática.

VIAJES EN LA EDAD ANTIGUA EN EL NUEVO MUNDO

Cabe la pregunta: ¿los hombres de América en esta época, habrán viajado como lo hacían en el viejo mundo? Si tomamos el mismo parámetro de tiempo, es decir 3.000 años atrás cuando empieza la historia y por tanto la edad antigua para Europa, en estas tierras, ya habían varias culturas que poblaban su territorio. Pero incluso antes de esta etapa de la historia, el hombre americano sentaba las bases para trasladarse de un lugar a otro por diferentes motivos.

A manera de aclaración, la tierra es una sola, en ella vive el hombre como única especie superior frente a los animales. En su suelo, en todos sus continentes se han sucedido todas las etapas referidas anteriormente, América no es la diferencia; basta prestar atención y visitar regiones como Toro Toro, en donde se puede observar restos paleontológicos y arqueológicos con una datación igual que en el llamado viejo mundo, al presente significa un emporio de riqueza en el tema turístico; sobre estos temas, es que recién empiezan a descubrirse su verdadera significancia.

Hasta ahora se ha hecho creer al hombre americano, su condición de un ser inferior frente a los europeos principalmente. Esto se muestra entre muchos ejemplos, cuando tratan sobre su antigüedad, asignando tan sólo de 10 mil años a.C. Estudios recientes reivindican esto señalando que: “La presencia del hombre en América sobrepasa los 50.000 años. También a falta de estudios e investigaciones, sólo conocemos los restos correspondientes al Homo Sapiens, ya que no existen testimonios de escalas inferiores. Después de las migraciones de Asia y Oceanía, se iniciaron los movimientos de desarrollo que se caracterizaron por ser endógenos. En Bolivia sobresale la cultura Tiwanaku, que tipifica el patrón altiplánico; mientras tanto, en la zona de los valles se generaban modelos de desarrollo quizá más modestos o localistas”

De esas consideraciones, cuando esas y otras culturas del viejo mundo como Grecia recién asentaban sus huellas más antiguas de ocupación humana en su territorio, y que se remontan al paleolítico y que luego, alrededor del 4000 a.C., aparecieron los primeros indicios neolíticos, con hábitos sedentarios, aumentando en número, ensanchando su geografía, cuando el término polis (ciudad) recién tomaba cuerpo, en base a los pueblos que formaban la antigua Mesopotamia; en lo que hoy es América, existían varios pueblos, que también recorrían ese mismo camino. No tiene ningún asidero que recién a la llegada de los europeos comenzó la civilización

TIWANAKU

La presencia de grandes culturas como la de Vizcachani (40 000 a.C), Wankarani, Tiwanaku, Aimara, Maya, Azteca, Mochica, los Incas, y otros, dieron forma a ese tejido social que caracterizó a estos territorios. Todo el vasto legado cultural, antropológico, arqueológico que han dejado es sinónimo de culturas desarrolladas que a turno transitaron por América.

Referirse por ejemplo a Tiwanaku, a quienes algunos estudiosos le asignan 3.000 a.C., otros 1.500 a.C., hay incluso tihuanacólogos que asignan a los restos arqueológicos que dejaron, una edad entre diez y doce mil años. Todo ese legado que luego vieron los Incas, “supusieron que los restos que contemplaban (pirámides, monumentos arquitectónicos de piedra con peso de 130 toneladas o más, que para colocarlos en su lugar, se hubieran utilizado hasta 2.600 hombres, templetes semisubterráneos, esculturas y piezas artísticas de una calidad extraordinaria, etc.) habían sido ubicados allí, por una raza de gigantes, que al desobedecer a su Dios habían sido convertidos en monolitos de piedra” .

Tiwanaku ubicada en los alrededores del Lago Titi Caca, en La Paz, Bolivia, en el periodo imperial, “se había expandido notablemente hacia los valles mesotérmicos de Cochabamba; por el sur llegando hasta San Pedro de atacama el norte de Chile y hasta la argentina relacionándose con la cultura Aguada de ese país; por el norte llega hasta la ciudad de Huari, cerca a la ciudad de Ayacucho en el Perú, representando un gran foco de expansión de la cultura tihuanacoide sobre las culturas de la costa del Perú” .

En esos tiempos, a la par de los romanos que construyeron la Vía Apia, los tiwanacotas también hicieron lo mismo. Para lograr ese apogeo, esta gran cultura construyó una red de caminos que conducían a sus dominios. Se destaca en esta misma época en el nuevo mundo, la presencia de redes de caminos construidos por las distintas culturas que la habitaban antes de los Incas y que estos los perfeccionaron en su construcción.

El experto en Tiwanaku, José Estévez Castillo, sostiene “que no es posible ingresar al estudio de los caminos de data precolombina sin tomar en cuenta a la cultura Tiwanaku. En su época clásica y expansiva, en lo que hoy es el territorio boliviano, Tiwanaku conformó un Estado unificado y como tal, sus jefes llevaron a su pueblo a la realización de grandes obras durante su desarrollo económico y social. El "modelo integrador" de Carlos Ponce Sanjinés (1995 :46) puntualiza en sentido de que Tiwanaku ya tenía definida las eco-regiones y los pisos ecológicos y los aprovechó mediante el uso de los recursos agrícolas fuera de su entorno altiplánico. La apertura y el uso de distintos caminos de y hacia su capital estuvieron dentro su política económica e ideológica.

Tiwanaku construyó una red de caminos que conectaban su capital y las urbes periféricas con grandes centros de producción agrícola situados tanto en la cordillera andina, los pisos yungueños y en la costa del Pacífico. Sobresalen 11 tramos con una longitud aproximada de 4.030 kilómetros, los más importantes caminos que hoy reutiliza la corriente turística, tales como El Choro, el Takesi, el Yunga Cruz y Pasto Grande son de hechura tiwanacota.

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