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Independencia De Chile


Enviado por   •  19 de Febrero de 2014  •  4.966 Palabras (20 Páginas)  •  284 Visitas

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Chile: libertado y libertador

(John Lynch)

1- La Patria Vieja

Chile consiguió la independencia más tarde que el Rio de La Plata pero antes que el Alto Perú. La colonia se hallaba bajo la sobra amenazadora del Perú realista, al alcance de las armas y los navíos virreinales. Pero el sentido de identidad de Chile estaba más desarrollado que el del Alto Perú y su clase dominante tenía menos miedo a la revolución. La sociedad era racialmente homogénea. Alrededor de la mitad de los habitantes eran mestizos, con una poderosa elite criolla de terratenientes, comerciantes y propietarios de minas. Los indios eran un problema más militar que civil, concentrados como estaban al otro lado del rio Bio-Bio y formando de hecho un estado independiente y hostil.

La actividad económica de la colonia se basaba en la producción y venta de productos agrícolas, especialmente para el mercado peruano y una pequeña cantidad al mercado de bs as y Europa. La geografía, principalmente, era lo que mantenía alejado a Chile de los mercados más importantes. La dificultad de Chile era ganar lo suficiente como para pagar las crecientes importaciones; el no poder hacerlo significaba que el mercado se saturaba, eran frecuentes las bancarrotas, la industria local declinaba y los metales preciosos salían del país. Chile carecía de una fuerte clase empresarial capaz de representar los intereses comerciales o desafiar la preponderancia de la aristocracia rural.

La estructura social estaba edificada en torno a la tierra, que estaba en posesión de unos pocos afortunados, y que era trabajada por una miserable mayoría. Durante el siglo XVIII las grandes estancias ganaderas tuvieron una gran expansión con el desarrollo de los cultivos agrícolas. Las haciendas, eran empresas comerciales que producían para los mercados de ganado y de cereales de Sudamérica de la costa del Pacifico. Eran explotadas directamente pos los hacendados dirigidas por un administrador, mientras que el propietario vivía en Santiago, cuidando de sus intereses legales. La mano de obra requerida fue aumentando en tanto aumentó la exportación al Perú. Los esclavos negros eran caros, la hacienda prefería contratar a sus trabajadores, para reducirlos a la situación de dependientes vinculados, cediéndoles lotes de terreno a cambio de pago en moneda o en especies, pero sobre todo a cambio del trabajo personal en la hacienda. Eran estos los inquilinos que ya no eran arrendatarios, sino siervos. La situación de estos inquilinos era peor que la de los esclavos.

Era lógico que los aristócratas criollos, amos del campo, aspiraran a ser amos del país. La elite criolla se adaptó con facilidad a la política borbónica, Los criollos, deseaban cargos y privilegios, pero preferían adquirirlos infiltrándose en la burocracia en vez de por medio de la confrontación. La clave del éxito polito era pertenecer a una alianza familiar, a un grupo de parentesco que vinculara a criollos y peninsulares.

Víctima de su alejamiento geográfico y de la escasez de mercancías de exportación, Chile dependía totalmente del mercado peruano para vender sus cereales.

En 1778 Chile ascendió de la categoría de provincia a la de capitanía general y en 1798 consiguió la independencia administrativa del Perú. En 1810 se emancipó prácticamente de la tutela peruana; en el proceso ganó en madurez y consiguió conciencia de sí mismo.

Una generación entera de criollos afirmó su patriotismo. La crisis de 1808-1810 obligó a los líderes criollos a actuar como nacionalistas y en 1810 el concepto de patria había empezado a significar Chile más que el mundo Hispánico como un todo. Bernardo O’Higgins creía que la identidad nacional era evidente, que Chile se emancipaba por su edad y su madurez. Estos sentimientos no eran compartidos por las clases bajas, que como no tenían nada que ganar en la nación carecían de sentido de la nacionalidad.

El incipiente nacionalismo minó los supuestos básicos del dominio español. En 1808, tras la deposición del monarca por parte de Napoleón, el imperio comenzó a caerse. Chile cayó bajo el despótico dominio del gobernador Francisco García Carrasco, cuya política chapucera agravó la crisis.

Ante la Revolución de Mayo en Bs As, los aristócratas chilenos se prepararon para intervenir por el arresto de tres destacados criollos, y el cabildo de Santiago intentó deponer al gobernador mediante la fuerza. Para conservar algún tipo de control la propia audiencia depuso a Carrasco y lo reemplazó por un chileno, Mateo de Toro Zambrano. Se desarrolló un gran debate político, y en él se dijo que el pueblo español no tenía soberanía sobre América, que las juntas españolas no tenían valides y que los funcionarios españoles no tenían credenciales. Se convocó un cabildo abierto (18/09/1810), se estableció una junta de gobierno y se hicieron preparativos para un congreso nacional. La junta estaba compuesta de criollos de clases altas y de españoles, y a das a los criollos cinco de los siete puestos reflejó el nuevo equilibrio de poder.

Santiago seguía así el ejemplo de Bs As. Y lo hizo en forma de un torrente de abierto lealismo a Fernando VII. ¿Pero qué significaba esto? ¿Podrían los funcionarios españoles sobrevivir sin fuente de autoridad? Había dos respuestas a esto, la reformista y la revolucionaria. Los reformistas querían terminar con la opresión colonial y con las restricciones económicas y establecer una autonomía dentro de una armazón española; por ello pedían un congreso y una constitución. Los revolucionarios iban más lejos, para ellos la lealtad a Fernando no era más que una máscara tras la cual disimulaban su intención real – acabar con el dominio en cualquier forma, y la independencia completa de Chile.

O´Higgins Entró en la política revolucionaria con alguna reserva, prefiriendo la vida de hacendado; pero una vez tomada, su decisión fue absoluta. Estaba convencido de que el movimiento de 1810 era una revolución y de que había que apoyarlo. Escribió a su amigo argentino Terrada que desde el 25 de mayo su único objeto había sido la independencia de España y el establecimiento de instituciones republicanas, pero en Chile ni su tío un Rozas ni él mismo se habían atrevido a declarar abiertamente que ése era su verdadero propósito desde el principio de la revolución. O´Higgins expresaba el punto de vista de la vanguardia de los revolucionarios en Santiago y en Concepción.

Ciertas cosas debían tenerse en cuenta para generar y atraer adeptos a la Revolución. En primer lugar, el dominio por parte de España significaba en realidad el dominio por parte del Perú, que en las circunstancias de 181 se convirtió de modo natural en la base

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