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LOS INDIGENAS EN EL URUGUAY.


Enviado por   •  19 de Julio de 2016  •  Tareas  •  7.569 Palabras (31 Páginas)  •  393 Visitas

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      LOS INDIGENAS EN EL URUGUAY

Durante mucho tiempo, antes de la llegada de los españoles a américa, diversos grupos indígenas ocuparon nuestro continente. Los tres imperios que sobresalían en el continente americano eran los aztecas, los mayas y los Incas con sus exuberantes culturas.

En nuestro país habitaron diferentes grupos indígenas, tales como: los Charrúas, los  Guaraníes, los Minuanes, los Yaros, los Guenoas, los Guayanes.

Se dice que antes de los indígenas, vivió el hombre del Catalanense, el cual fue el primero en habitar nuestro territorio.

ANTECEDENTE DE LOS INDIGENAS: EL HOMBRE DEL CATALANENSE

En la década de 1950, el arqueólogo uruguayo Antonio Taddei, pudo determinar en las orillas del arroyo Catalán Chico en el actual departamento de Artigas ,la existencia de restos de una cultura primitiva, de una antigüedad de entre 8 y 10 mil años. En el lugar, se recuperaron diversas piezas líticas recogidas en la superficie basáltica que permitieron descubrir que ahí vivió una cultura de recolectores-cazadores primitivos,basada en artefactos elaborados sobre lascas. 

                                             [pic 1]
También en Artigas a lo largo del río Cuareim se encontraron restos de otra cultura de cazadores tecnológicamente más desarrollados,  cuya existencia se manifiesta en puntas de proyectil.

LOS GRUPOS INDIGENAS EN EL URUGUAY

                     LOS CHARRUAS

Los charrúas fueron los aborígenes del territorio delimitado por el Río de la Plata y el Río Uruguay, en América del Sur, aunque, tal cual se verá, habitaron también en zonas meridionales de la Mesopotamia argentina y quizás zonas costeras del río Paraná medio. Fueron, junto con los chanaes, los guenoas, y los yaros, los primeros habitantes históricamente conocidos de las tierras del actual territorio de Uruguay. Los charrúas habitaron ancestralmente el centro este de la provincia de Entre Ríos, el sureste de la provincia de Corrientes y la campaña riograndense (las 'pampas' de Río Grande del Sur).

Además de los charrúas propiamente dichos, pertenecían al mismo grupo étnico los minuanes y los guenoas que formaban un mismo grupo también denominado guinuanes. Los martidanes eran otra parcialidad de los charrúas que vivía en Entre Ríos, de la que se conoce muy poco. Los bohanes son considerados por algunos estudiosos como relacionados a los yaros de origen káingang y por otros como integrantes del grupo charrúa. Los chaná-timbú- beguá, muy parecidos a los charrúas, eran posiblemente, el producto de reiterados mestizajes y aculturaciones entre pámpidos y láguidos, en las costas paranaenses de la provincia de Santa Fe habitaban los calchines quienes también son considerados de filiación charrúa. Al momento de la llegada de los españoles, los charrúas dentro del actual territorio uruguayo ocupaban el área al norte y al sur del Río Negro (o Hum) y se acercaban a la costa en el actual departamento de Rocha. Los minuanes estaban en la costa argentina del Río Uruguay al norte de la desembocadura del Río Negro. Los actuales departamentos uruguayos de Río Negro y Durazno eran ocupados por los yaros. Los bohanes se hallaban en los departamentos de Paysandú y Salto, sin embargo, algunos mapas jesuíticos los ubican en Entre Ríos, por lo que es posible que algunas de sus parcialidades hayan cruzado el Río Uruguay. Los guenoas estaban en la zona de los departamentos de Tacuarembó, Treinta y Tres y Cerro Largo extendiéndose también por el sur del Brasil. Posteriormente a la fundación de Montevideo, los charrúas se desplazaron hacia el norte absorbiendo a yaros, bohanes, guenoas, chanás y minuanes quedando prácticamente confundidos con ellos, por lo que usualmente se les ha designado a todos estos grupos genéricamente como charrúas.

Los Charrúas y sus costumbres

 Poco se conoce de las costumbres de los Charrúas antes del 1500 y como de costumbre tenemos que recurrir a crónicas de la época, muchas de ellas escritas según el interés de quien hacía el relato. Por eso se encuentran aspectos contradictorios sobre ellos, por ejemplo hay quienes dicen que eran amistosos, otros feroces, honestos o ladrones, sucios o aseados, etc. Lo que es evidente es que los Charrúas al no tener escritura no pudieron hablar de sí mismos, y quienes lo hicieron, en general, tenían o el interés de quedarse con sus tierras, sus mujeres y sus alimentos, o usarlos como fuerza combatiente según el caso, o por el lado religioso, cumplir con el mandato de convertirlos a la fe católica. Si los Charrúas no aceptaban estas imposiciones, entonces los juicios de valor sobre ellos serían desfavorables. No olvidemos que en 1513 se redactó en España el llamado Requerimiento que debía leérsele a todos los indios a medida que el imperio español se expandía; en este Requerimiento se les indicaba que ellos debían acatar las prédicas de la fe Cristiana, y reconocer a la Iglesia por señora y superiora del universo, y al sumo Pontífice y en su nombre al Rey o a la Reina Doña Juana como señores y superiores de estas tierras. Si no acatasen estos mandatos, decían los españoles: ...." certificamos que con la ayuda de Dios nosotros entraremos poderosamente contra vosotros y os haremos guerra por todas las partes y maneras que pudiéramos, y os sujetaremos al yugo y obediencia de la Iglesia y de sus Altezas y tomaremos vuestras personas y las de vuestras mujeres e hijos y los haremos esclavos y como a tales venderemos y dispondremos de ellos como Sus Altezas mandaren, y os tomaremos vuestros bienes y os haremos todos los daños y males que pudiéremos, como a vasallos que no obedecen ni quieren recibir a su Señor y le resisten y contradicen; y protestamos que las muertes y daños que de ello se recrecieren sea vuestra culpa, y no de Sus Altezas, ni nuestra, ni de estos caballeros que con nosotros vienen; "... De todos modos es gracioso consignar que algunos indios que entendieron lo que los españoles querían, manifestaron que el Papa debía estar borracho y que el Rey que pedía debía ser algún loco al pedir lo que sabía que no era de él. También es conocido entre los Charrúas que cuando los predicadores les decían que Dios conocía todo lo que hacían y pensaban los hombres, los indios les respondieron: "no nos gusta ese Dios que sabe todo lo que hacemos, mejor nos vamos a los montes para vivir tranquilos sin que nadie sepa lo que pensamos y hacemos", y sonreían irónicamente. En otra oportunidad un Charrúa ante la amenaza de que si no se convertía iría al fuego eterno después de su muerte, dicen que contestó que quizás fuera mejor, así estaría más cerca del calor y no del frío de la tierra que cubriría su cadáver. Estas apreciaciones de los charrúas nos están indicando por un lado su lógica contundente ante las insinuaciones teñidas de irracionalidad de los sacerdotes, y por otro lado el sentido del humor y de la ironía expresada con cierta fineza, sin caer en la irrespetuosidad. Eran observadas las automutilaciones dactilares o digitales tanto en hombres como en mujeres, por duelo de parientes directos. Esta costumbre fué modificándose con el tiempo, en la medida que se requería cada vez más el correcto uso de las armas para defensa de sus pueblos, haciéndose vigente estas mutilaciones solo para las mujeres. Los hombres se atravesaban con varas afiladas los muslos o los brazos, clavándolas lo más cerca del hueso, pero las hijas o hermanas del fallecido solían efectuarlo cuatro y hasta seis de esas varas quedando enteramente postradas. En 1842 una china, criada del estanciero Manuel Arias relataba que: " Las mujeres se cortan los dedos cuando se muere el marido. De modo que son tantos los dedos cortados cuantos son los maridos que ha perdido. El luto de los parientes es atravesarse el cutis y ponerse plumas de avestruz en todo el cuerpo. Al día siguiente se van a gritar a una cuchilla y arrancarse las plumas de avestruz". Es dable apreciar que los Charrúas tenían un sentido de su realidad que no era fácil cambiar por un sistema de fe que no podían entender, y que poseían la inteligencia y el sentido del humor suficiente como para dar ese tipo de contestaciones

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