La Conquista De América: El Problema Del Otro, Tzvetan Todorov

Antes de comenzar un análisis respecto de la relación entre españoles e indios y el proceso de superposición cultural de la identidad europea respecto de la americana, es necesario entregar primeramente el significado de aculturación.

La aculturación, en términos generales y sencillos, se define como la asimilación y recepción de elementos culturales de un grupo humano por parte de otro, por lo cual podemos inferir que, al parecer, es un procedimiento natural en la relación de encuentro y reconocimiento entre dos conjuntos de individuos, que, como bien sabemos, mantienen una mutua transmisión de componentes propios durante la conquista. Sin embargo, por más natural que parezca este proceso no debemos olvidar que en toda colonización existe el ánimo de imponer lo que es “mío” por sobre lo del “otro”. Lógicamente, el mejor y más claro ejemplo de lo anterior lo encontramos en el propio nacimiento de nuestra configuración como pueblo, la conquista americana.

El primer ejercicio que realiza Colón al entrar en contacto con las tierras recién descubiertas es el acto de nominación de todo lo que le rodea, con lo que nos demuestra su indiferencia hacia la realidad existente en el lugar hasta el momento de su llegada y, más aun, su desconocimiento de la cultura y de la lengua; cuando el almirante se encuentra al inicio con los indios busca, también, involucrarlos en este gesto de re nominación y es durante este proceso que se enfrenta con la lengua indígena, a la que intenta por todos los medios hallar similitudes con la propia debido a que es incapaz de reconocerla como tal. Luego, vemos que la relación de los españoles, especialmente de Colón, con los americanos será siempre de desconocimiento y se construye basada en mitos creados de manera apresurada por medio de observaciones poco profundas. El conquistador reconoce claramente a los otros, los indios, como seres iguales a el, sin embargo, no es capaz de percibir la diferencia como una característica propia de ese otro si no que la ve, mas bien, como un estado imperfecto del yo.

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