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La conquista de América, el problema del otro


Enviado por   •  5 de Junio de 2019  •  Resúmenes  •  5.133 Palabras (21 Páginas)  •  223 Visitas

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La conquista de América, el problema del otro.

Obra publicada en 1982, T. Todorov, su autor, es un lingüista vinculado con la corriente estructuralista francesa y se propone indagar en su análisis la percepción que los europeos (españoles) tienen sobre los “otros”, los indios americanos. La obra se desarrolla en el siglo XVI, comenzando con los primeros viajes de Colon. El espacio geográfico es en la región del Caribe (México).

La intención del autor es contar una historia, en este caso real, pero desde la óptica moralista. Esto se encuentra presente a lo largo de toda la obra, la misma está dedicada a una mujer devorada por perros, como así también a los miles que murieron en una situación similar.

El autor escribe para que recordemos que puede pasar si  nos olvidamos y eliminamos al otro.

La obra muestra una visión etno-eurocéntrica, al autor le interesa la mirada europea del “otro”, en la que América se vuelve junto a sus habitantes una extensión geográfica de Europa. Todorov alude a “nosotros” desde una visión europea, cuando afirma que el descubrimiento de América ha sido “el encuentro más asombroso de nuestra historia”, refiriéndose a la historia europea.

Las fuentes que utiliza en los cuatro capítulos de la obra son diversas destacándose las siguientes:

Capítulo 1: escritos de colon, de sus contemporáneos, compañeros, e historiadores de la época como pedro Mártir, Hernando Colon, Francisco Oviedo y Bartolomé Las Casas.

Capítulo 2: descripciones, compilaciones y traducciones de los frailes españoles (Motolinía, Duran, Sahagún, Tovar, Landa), escritos en lengua indígena y las obras de los conquistadores (Cortés, Bernal Díaz, F. de Aguilar, entre otros).

Capítulos 3 y 4: las fuentes que utiliza son similares a las anteriores, pero hay que añadir los tratados de Sepúlveda, Victoria y distintos documentos de autoridades eclesiásticas y civiles.

La obra se articula en torno al conocimiento del otro, pero debemos marcar dos temas generales sobre los que trata la misma; el primero va desde Colon hasta Duran-Sahagún, pasando por los conquistadores y frailes, haciendo referencia a como se establecen las distintas formas y tipologías de conocer al otro. El segundo tema hace referencia a los que el autor denomina el “proceso de conquista”.

En la problemática de la alteridad, el autor encuentra diferentes planos desde los que se pueden establecer relaciones con el otro pero es en el plano fraseológico en el que enmarca las distintas ópticas que los españoles utilizan en el Nuevo Mundo, estas son el identificacionismo (me identifico con el otro), el asimilasionismo (le impongo mis propia imagen) y la neutralidad o indiferencia.

Todorov inicia su análisis del encuentro con el “otro” con Colon. Indagando lo que lleva al marino genovés a emprender su travesía, los motivos que el autor marca son por un lado la búsqueda de oro y fortuna, que son para Colon un medio antes que un fin, para reconquistar Jerusalén de manos de los musulmanes.

Desde lo comunicativo Colon interpreta la realidad desde tres enfoques, uno divino, uno natural y el otro humano, el enfoque divino tiene la particularidad de ser llevado a cabo en una óptica de autoridad, en la que colon conoce de antemano aquello que encuentra, basándose en la voluntad divina y en las profecías de las que es un ferviente creyente; la interpretación de la naturaleza se realiza desde la admiración, donde solo importa el disfrute. En el plano de los hombres, donde nos interesa la interpretación que Colon hace respecto al otro está basada en la no comprensión (argumenta el autor), los percibe desde una óptica cambiante, en un primer momento ve al indio como un ser completo, idéntico a él, desembocando en una óptica asimilacionista, en la que se proyectan los valores europeos sobre el indio, que es tomado como una hoja en blanco. Pero luego esta óptica de igualdad va cambiando hasta llegar a una posición de superioridad/inferioridad que introduce una ideología esclavista, que lleva a ver al indio como un objeto viviente que produce objetos, dejando de verlo como un sujeto. Por ello dice Todorov que Colon descubre América pero no logra descubrir a los americanos, no quiere conocer al otro y cuando lo hace es desde una posición de superioridad negando al otro, el que se vuelve un ejemplo de la no-cultura (antes que de otra cultura), incluso carente de lengua.

En el periodo que va de Colon a Cortés, la percepción del otro se modifica, del otro reducido a objeto, se abre con Cortés la comprensión del otro como sujeto reducido al papel de productor de objetos.

El nuevo modo de comprender al otro, no impide que se detenga la destrucción de los indios y de su sociedad; aunque los españoles en particular Cortez admiran a los indios, poniéndolos siempre un paso delante de los europeos, esto no significa que se equipare al otro con el yo europeo, con un reconocimiento pleno del sujeto indio. El conocimiento del otro como productor hace referencia que la comprensión de Cortés está relacionada solo con fines de explotación que terminara en destrucción.

Considerar al indio como un ser desigual, inferior al español es lo que posibilita la guerra y la esclavitud. A esta posición basada en la desigualdad/inferioridad surge la concepción opositora de la igualdad, cuyo máximo exponente es B. Las Casas, su posición es analizada a través de los debates de Valladolid que enfrentan al dominico con Sepúlveda. Desde la posición de Las Casas de igualdad que deviene en identidad tampoco se llega a un entendimiento del otro, en la cual solo se presentan rasgos de un inicio del cristianismo, que permitiría llevar a cabo una política de asimilación. Pero dentro de esta forma asimilacionista no se llega al conocimiento del otro como sujeto autónomo, sino que se impone al indio lo que los españoles quisieran que fueran, tanto en el caso de Cortés, como Las Casas y Vasco de Quiroga, entre otros.

Aquellos que se identifican con el otro, en el caso del indio, son tratados a través de numerosos casos, el ejemplo más recurrente es el de la Malinche ( mujer nahua que sirvió de interprete, consejera en intermediaria de Hernán Cortés), por el lado español, el autor marca la existencia de diversas identificaciones como la de Cabeza de Vaca (conquistador español que vivió durante ocho años entre los indios) y la de algunos frailes, teniendo en cuenta que los frailes tenían como objetivo evangelizar pero esto también implica el conocimiento del otro. Tanto Duran como Sahagún representan la unión y el sincretismo (conciliación) de las dos culturas que caracterizan a nuestro tiempo. Un dialogo en el que nadie tiene la última palabra, en que ninguna de las voces reduce a la otra al estado de simple objeto. Duran y Sahagún abren así el camino en el que se reconoce al otro como sujeto.

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