Liberalismo Y Mercantilismo

NUEVAS TEORÍAS ECONÓMICAS: EL MERCANTILISMO Y EL LIBERALISMO

El mercantilismo económico

Luego de un proceso de régimen político que consideraba a la monarquía como un ente superior en unidad con el poderío religioso y que fue denominado como la corriente absolutista, en la que todos los súbditos del monarca eran sujetos a ley exceptuando su persona; a finales del siglo XVII surge en Francia una nueva teoría económica de la Edad Moderna, que resaltó que el desarrollo económico sería inducido por la actividad agricultora y la industria.

El mercantilismo (aproximadamente de 1500 – 1750) sostuvo que se debía aumentar las exportaciones de productos que producía la mano de obra y la tierra fértil, por otro lado, la importación de bienes debía ser cada día menor en el país, ya que dicha situación perjudicaría la estabilidad económica de la sociedad a razón del consumismo de productos de alto costo.

No obstante, no era ese el único motivo por el que la corriente mercantilista se expandiría en Europa, sino las ansias por fomentar el comercio internacional y la colonización de tierras lejanas, alentaron el movimiento que recibe el nombre de mercantilismo por parte del escocés, matemático y filósofo-moralista Adam Smith, popularmente conocido como “el padre de la economía moderna”.

“Las ideas mercantilistas responden a las situaciones del momento. Sin embargo, para ellos la vida económica está siempre en el primer plano y en sus escritos se expresa la variedad de sus circunstancias, la diversidad de sus personalidades, los conflictos de intereses, etc. El pensamiento mercantilista tiene la riqueza, la complejidad, y las contradicciones de la propia vida económica […]”

El pensamiento Mercantilista: Universidad de Alcalá

La sociedad mercantilista era poseedora de una filosofía que en la actualidad podríamos determinar cómo egoísta, porque su esencia estaba basada en la propia realización y poderío económico a razón de otros países; era una filosofía similar a la frase “hacernos millonarios partiendo de la factibilidad monetaria de los demás”, todo ello sucedía paralelamente a las expansiones coloniales de España, Francia y Portugal que abrían campo para el comercio, mediante guerras que dejaron como saldo cientos de huérfanos, quienes estuvieron a cargo de las sociedades mercantilistas para el aliento de la educación y su desarrollo intelectual.

Durante el reinado de Luis XIV, el ministro de finanzas Jean Baptiste Colbert (1619-1683), impulsó la promoción de las industrias manufactureras, sin embargo existieron diversas discrepancias en relación al término riqueza, debido a la atención principal puesta sobre la exportación de metales preciosos, donde el oro era el que más abundaba. A pesar de ello, dicha gestión ministerial, también se preocupó por los precios para la adquisición local de bienes y los salarios justos hacia los trabajadores.

“Los mercantilistas no entienden la riqueza como bienestar o como mejora en los niveles de vida de los súbditos, más bien de lo que se trata es de construir e incrementar un patrimonio. De ahí que los dos temas principales del mercantilismo sean precisamente el dinero y balanza comercial.”

El pensamiento Mercantilista: Universidad de Alcalá

Entonces, fundamentalmente era la extracción y conservación de metales preciosos (oro y plata) aquel símbolo de riqueza que sostenía a la monarquía de estos países, y que no debían salir de Portugal, España ni sus zonas fronterizas, metales que fueron extraídos durante las colonizaciones en América. La validez de los metales es de larga vida útil y representa una forma de financiación que favoreció a la inversión, logrando así maximizar su capital. En cuanto al tema de la balanza comercial, se trató de que el excedente alimentara la sociedades monárquicas más cercanas en todo Europa.

Fue así que se establecieron barreras arancelarias e impedimentos cuantitativos que afectaron las importaciones de productos manufacturados y a las exportaciones de metales preciosos; mientras tanto las exportaciones manufactureras y la importación de materia prima para la fabricación, era la base del poderío económico.

Al final del período mercantilista, se relacionan los tres conceptos, población, empleo e industria con el concepto de balanza de la industria. Según Nicolás Barbón en su “Discurso Sobre el Comercio”, indica que la compra de bienes extranjeros significó la compra de mano de obra (y a la inversa). La idea última de la sociedad mercantilista, siempre fue la de financiar a los extranjeros de empleo para poder subsistir económicamente.

El liberalismo económico

Previamente a una nueva corriente sociopolítica como lo es el liberalismo; durante el siglo XVIII en Europa y América había emergido una nueva etapa denominada como el siglo de las luces o también llamada ilustración, que hacía mención a la libertad de pensamiento mediante las artes literarias, el racionalismo, la ciencia y el respeto por la humanidad, que favorecieron al desarrollo político burgués, a través de libre expresión en todas sus formas de manifiesto.

Aunque la ilustración se divide en dos modelos económicos, tomaremos como idea general que su razón de ser estuvo inspirada en criticar al sistema mercantilista, por lo que se recalca que el periodo de ilustración sirvió como modelo para el liberalismo político y económico, primer modelo económico que además contribuyó a la reforma humanitaria mediante el mundo occidental del siglo XIX.

“Es el pensamiento económico que destaca la libertad de actuación de la iniciativa privada, en donde son las fuerzas del mercado las que establecen los precios y los salarios. Se considera que la participación del Estado en la actividad económica debe ser la mínima posible e incluso sería lo óptimo, aunque utópico, que no hubiera ninguna participación del Estado […]”

Caruana de las Cagigas, Leonardo

Extraído de: http://www.expansion.com/diccionario-economico/liberalismo-economico.html

Lo que por entonces se quiso transmitir a la sociedad en general, fue la toma de decisión para la implementación de negocios que le ayuden a la sociedad en general a no desatender sus intereses individuales y hacer prevalecer

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