Malvinas
renzognocchiInforme10 de Octubre de 2012
6.470 Palabras (26 Páginas)489 Visitas
“¿hay derecho a seguir indefinidamente el pleito del Beagle? La proposición
del papa nos da una salida decorosa y conveniente que no debemos vacilar
en aceptar. Comprendamos que los enemigos de nuestro pueblo no son tanto los imperios extranjeros como los argentinos que no quieren, o no pueden
comprender que debemos construir la Patria Grande armonizando las pequeñas
patrias de Nuestra América”.
22 de diciembre de 1978, a ambos lados de la frontera las Fuerzas Armadas de Argentina y Chile se preparan para el desenlace de una guerra. El motivo, la disputa por la soberanía de las islas en el Canal del Beagle (Picton, Lennox, Nueva y sus adyacentes). El 2 de mayo de 1977 una corte arbitral, compuesta por cinco jueces de la Corte Internacional de Justicia, había elevado su dictamen sobre la controversia al gobierno de Su Majestad Británica, quien había dado a conocer el Laudo el 2 de Mayo del mismo año a ambos gobiernos. El fallo era favorable a Chile, le otorgaba las Islas y su proyección al Atlántico. Tras negociaciones directas con el gobierno de Augusto Pinochet sin resultados positivos Argentina lo declara “nulo de nulidad insanable” el 25 de Enero de 1978, a pocos días de vencerse el plazo para expedirse. Las negociaciones diplomáticas entre ambos gobiernos continúan, pero parecen ceder a la presión de los sectores más nacionalistas de las fuerzas armadas, que están dispuestos a jugarse todo por la soberanía territorial. Faltaban horas para que se dé comienzo al plan de invasión de las islas, “la operación soberanía”. El conflicto que había comenzado en 1904 llegaba a su máxima escalada. Inesperadamente, el Papa Juan Pablo II, anuncio su intención de mediar en el conflicto, y el envió de un representante personal, monseñor Antonio Samoré. El anuncio disuadió a ambos gobiernos de las operaciones bélicos. Los sectores “blandos” parecieron triunfar. Seis años más tarde, el 29 de noviembre de 1984 la Argentina y Chile firmarían el Tratado de Paz y Amistad. La Argentina, previo plebiscito aprobado por una mayoría abrumadora, acepta la propuesta del Papa. Las totalidad de las islas en diputa quedan bajo soberanía chilena.
Ahora bien ¿Qué fue lo que llevo a la Argentina al borde de una guerra por unas islas ocupadas por Chile con escaso valor estratégico y económico? Sin duda la cultura política argentina con respecto de que la “soberanía no es negociable” de la cual nos habla Escude fue un factor determinante en emprender una causa, que además de ser injusta, también era una causa perdida. La ocupación de las islas desestimando Laudo Arbitral, nos hubiesen llevado a ser condenados por los organismos internacionales y las grandes potencias como país agresor, aislándonos aun mas en el ámbito internacional (el gobierno era condenado por sus violaciones a los derechos humanos). El caso del Beagle es un claro ejemplo, como las Malvinas, de la falta de pragmatismo de la política exterior, que preconiza los símbolos de poder, en vez del poder real. Un análisis objetivo de la situación nos hubiese mostrado, que no solo la Tesis argentina sobre el curso del canal era demasiado ambiciosa y que dada la escases de pruebas estaba destinada a fracasar, sino además, desde un punto de vista de costo-beneficio la puesta en marcha de la “operación soberanía”, en una guerra de dudoso desenlace, los costos eran injustificados por las islas de tan poco valor. Hubo sectores del gobierno que buscaron negociar con Chile, sabiendo de los perjuicios en que podía resultar el conflicto armado, pero debieron enfrentarse con los duros sectores nacionalistas, que no solo se los podía encontrar en las fuerzas armadas, sino también en amplios sectores de la sociedad, influenciados por una campaña de deformación de la opinión pública, que consistía en la manipulación de la información disponible, la eliminación de documentos contrarios a la posición argentina, e incluso llegaba a la educación media y superior, con libros de enseñanza como el del ex vicepresidente Isaac Rojas “Argentina en el Atlántico Chile en el Pacifico”.
Sin más que opinar, a continuación me abocare a escribir la fase histórica del conflicto, su clímax y su posterior resolución.
Antecedentes históricos del conflicto.
Si bien en 1956 el gobierno de Urquiza concluye con Chile el Tratado de Paz, Amistad, Comercio y Navegación, por el cual se reconocía la vigencia del Utis possidetis Juris, al momento de separarse de España en 1810, esta doctrina carecía de validez dado que se desconocían los límites precisos y los territorios estaban poblados por indígenas independientes de ambos gobiernos y eran considerados como res nullius. Pero a raíz de la campaña del desierto realizada por el general Roca en 1979, la cuestión vuelve a tomar importancia, y luego de duras negociaciones del canciller de Roca, Bernardo de Irigoyen, se llega a la firma del Tratado de Límites de 1881, suscripto el 23 de julio entre el canciller Argentino y el ministro plenipotenciario Francisco de Borja y Echevarría. Los mediadores de este tratado fueron los ministros de los Estados Unidos en Buenos Aires y Santiago, ambos con mismo nombre y apellido Thomas Osborn. El interés de los Estados Unidos residía en el Estrecho de Magallanes, dado que es la vía de comunicación de sus puertos del Pacifico con el Atlántico, y logran que en el artículo 5 del tratado se establezca la libre navegación a perpetuidad para buques de todas las banderas y no se construyan fortificaciones ni defensas militares. Volviendo al texto del tratado el art. 1° establece “El límite entre la Republica Argentina y Chile es, de Norte a Sur, hasta el paralelo 52° de latitud, la cordillera de los Andes. La línea fronteriza correrá en esa extensión por las cumbres más elevadas de dichas cordilleras que dividan aguas y pasara por entre las vertientes que dividan las aguas y pasaran por entre las vertientes que se desprendan a uno y otro lado” (El texto equivoco de este articulo deberá ser salvado por el protocolo de 1893). El art. 3° tiene una gran importancia en la cuestión de las islas y estipula:
“La Tierra del Fuego se trazará una línea que, partiendo del punto denominado Cabo del Espíritu Santo en la latitud cincuenta y dos grados cuarenta minutos, se prolongará hacia el Sur, coincidiendo con el meridiano occidental de Greenwich, sesenta y ocho grados treinta y cuatro minutos hasta tocar en el Canal "Beagle". La Tierra del Fuego dividida de esta manera será Chilena en la parte occidental y Argentina en la parte oriental. En cuanto a las islas, pertenecerán a la República Argentina la isla de los Estados los islotes próximamente inmediatos a ésta y las demás islas que haya sobre el Atlántico al Oriente de la Tierra del Fuego y costas orientales de la Patagonia; y pertenecerán a Chile todas las islas al Sur del Canal "Beagle" hasta el Cabo de Hornos y las que haya al Occidente de la Tierra del Fuego”.
La isla de Tierra del Fuego en el momento de la firma no había sido ocupada por argentinos ni chilenos. Ahora bien, la mención a La Tierra del Fuego parece indicar que la interpretación de los firmantes se refería a la isla principal y no al archipiélago, como más tarde se sostendría en la posición argentina. La verdad es que en ese momento para la dirigencia argentina de la época estas islas inhóspitas carecían de un real interés, y todos entendieron que se le había dado a la Argentina una buena parte al norte del Canal. Es por ello que en el tratado no se ha acompañado con ningún mapa ni establezca que islas pertenecen a cada país . Pero vamos a ver algunos hechos que demuestran que en la intención de los firmantes, las islas eran consideradas como chilenas y que más tarde serian considerados en el Laudo de la Corte:
La gran mayoría de los mapas que se imprimieron en esa época, muestran a las Islas Picton, Lennox y Nueva como pertenecientes a la Republica de Chile entre ellos mencionaremos algunos; un mapa (no oficial) que Irigoyen hizo llegar al representante británico en 1881 luego de la firma del tratado (los chilenos lo encontrarían 90 años en el Foreign Office); El Mapa Oficial de La Republica Argentina, publicado oficialmente en 1883, confeccionado bajo el auspicio de Bernardo de Irigoyen (anexo 1); el Mapa del Instituto Geográfico Argentino, en la lamina gobernación de Tierra del Fuego y las Islas Malvinas de 1886 (anexo 2); el Mapa de Francisco Latzina que aparece en su obra de 1888 Geografía de la Republica Argentina; el Mapa de de Tierra del Fuego e Islas Malvinas de 1888 confeccionado por Mariano Felipe Paz Soldán. Es preciso tener en cuenta que en los mapas oficiales de Chile están incluidas como parte de su territorio.
Muchos autores de la época parecen coincidir con la actual tesis chilena de que el canal corre al Norte de las islas Picton y Nueva, como es el caso de Francisco Latzina en su Diccionario de Geográfico Argentino, y las publicaciones del Instituto Geográfico Argentino. A pesar de esto hay algunos autores y mapas que otorgan las islas en litigio a la Argentina, pero para desgracia nuestra no son tan numerosos como los que afirman lo contrario.
En 1892 el gobierno de chile hace ocupación efectiva de las islas y comienzan a ejecutar actos de gobierno. En 1893, a raíz de las ambigüedades que presentaba el Tratado de 1881 debido a los escasos conocimientos geográficos
...