PLANEACION
Enviado por horacio76 • 4 de Noviembre de 2012 • 420 Palabras (2 Páginas) • 347 Visitas
Bogotá se localiza en la cuenca alta del río Bogotá, que discurre en un altiplano con suelos
arcillosos en gran parte saturados de agua. El Río constituye el eje que articula la estructura
ecológica principal del altiplano. Sin embargo, Bogotá no tiene tanta agua como nos parece.
Dentro de la cuenca tan sólo hay una fuente importante de agua (el páramo de Guerrero) y las
otras dos (los páramos de Sumapaz y de Chingaza) se localizan por fuera. Esta circunstancia hace
que los habitantes del altiplano y la ciudad seamos muy vulnerables a los efectos del cambio
climático. Períodos de lluvias y sequías cada vez más frecuentes e intensos tienen consecuencias
muy graves en la estabilidad geológica y de los suelos constituidos por arcillas expansivas. No
podemos convertir áreas de protección en áreas de riesgo, al localizar, actividades, infraestructuras
y viviendas, en lugares en los que sabemos que las inundaciones y las remociones en masa son
muy posibles.
La cuenca alta del río Bogotá ha sido maltratada, y el Distrito ha avanzado a espaldas del Río,
secando sus humedales y desconociéndolo como fuente de vida. Concebimos al Río como un tubo,
como estorbo, como una cloaca y no reconocemos su carácter de sistema complejo que incluye sus
humedales, áreas de descarga, páramos generadores y bosques protectores. Pensamos en el agua
tan sólo por sus espejos visibles en superficie, pero no recordamos que el ciclo del agua incluye el
clima (lluvia y sequías, vientos y temperatura) y sus especificidades y la dinámica compleja entre el
suelo y el agua subterránea y freática. Una nueva concepción del Río como sistema implica pensar
en las redes de efectos que tienen nuestras decisiones sobre el uso de la superficie de esta tierra
que nos tocó ocupar. Conservar y aprovechar el agua hoy, es nuestra responsabilidad si queremos
que la gente tenga opciones en el futuro en el altiplano y la ciudad de Bogotá.
La niñez nos exige que respetemos el medio ambiente y que modifiquemos de manera sustantiva
la relación con el agua. Si la ciudad continúa su actual ritmo de expansión, en el 2030 tendremos
problemas serios de abastecimiento de agua. Nuestros niños y niñas, que entonces comenzarán a
ser adultos, reclamarán indignados por la desidia y el desprecio que hoy tenemos frente al medio
ambiente y los recursos naturales.
La segregación y la depredación van de la mano. La ciudad que hemos construido expulsa a los
pobres obligándolos a ocupar las cuencas de los ríos, las laderas de los cerros y a vivir en sitios de
alto riesgo. Las desigualdades económicas acentúan la segregación. Los niños y las niñas que
nacen en hogares pobres tienen menos oportunidades que los demás.
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