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1ra Guerra Mundial. Causas, orígenes y declaraciones de guerra

Angelita839 de Junio de 2015

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LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL.

I CAUSAS, ORIGENES Y DECLARACIONES DE GUERRA.

I.1 Las causas del conflicto.

1.1 Rivalidad política y militar.

1.2 Rivalidad económica

1.3 Factores psicológicos de rivalidad.

I.2 Las declaraciones de guerra.

I.3 Las fuerzas en presencia

II DESARROLLO MILITAR DE LA GUERRA

II.1 La guerra de movimientos

1.1 El frente occidental. La batalla del Marne.

1.2 Victorias alemanas en el frente oriental

1.3 Los frentes fuera de Europa

II.2 La guerra de trincheras (1915-16)

2.1 El frente occidental. Verdún y el Somme.

2.2 Evolución del frente oriental

2.3 La guerra en el mar.

II.3 1917, el año decisivo.

3.1 La entrada de los Estados Unidos en el conflicto.

3.2 La revolución rusa y su impacto en la guerra.

II.4 Las grandes ofensivas y el fin de la guerra (1918)

III CONSECUENCIAS DEL CONFLICTO. LOS TRATADOS DE PAZ.

III.1 Consecuencias humanas y económicas.

III.2 Consecuencias políticas y territoriales: los tratados de paz

2.1 La conferencia de París y los problemas planteados.

2.2 Tratados de paz

Tratado de Versalles, con Alemania

Tratado de Saint Germain, con Austria

Tratado de Trianon, con Hungría

Tratado de Neuilly, con Bulgaria.

La paz con Turquía.

INTRODUCCIÓN.

Desencadenada por una especie de mecanismo frente al cual los estadistas se

vieron impotentes, la Primera Guerra Mundial era una zambullida en lo desconocido. Se

creía que iba a ser corta –incluso se había movilizado a los obreros de ciertas industrias

de guerra, porque se consideraba que los stocks eran suficientes-. Duró más de cuatro

años. Se sabía que iba a ser sangrienta, pero nadie había previsto la espantosa

hecatombe que costó la vida a nueve millones de combatientes. Cuando se desencadenó,

los Estados no tenían en general objetivos de guerra precisos. Intentaron formularlos, al

menos en secreto, pero se daban cuenta de que, en último extremo, todo dependía de la

suerte de sus ejércitos. La Entente se dividió en el mismo momento en que quedó

vencedora y sólo consiguió una paz de compromiso. Para finalizar, nadie podía prever

en 1914 que Rusia, considerada como una potencia de primera magnitud, sufriría una

revolución de una importancia entonces imprevisible para el futuro, pero que como

combatiente se hundiría enseguida, mientras que una potencia no europea, como los

Estados Unidos, jugaría un papel decisivo.

Para el historiador, los problemas esenciales parecen ser los de la estrategia

político-militar, los relativos al tratado de paz y al nuevo sistema europeo que iba a

resultar de él, y los relativos a la transformación interna de los Estados.

I. CAUSAS, ORÍGENES Y DECLARACIONES DE GUERRA.

I.1. Las causas del conflicto.

Las causas del conflicto venían desde tiempo atrás, desde el siglo XIX, y eran

básicamente de tres órdenes: diplomáticas, por la creciente tensión y rivalidad colonial

(crisis marroquíes) y por los problemas crecientes de los nacionalismos balcánicos

(crisis balcánicas); económicas, por la creciente industrialización de Alemania, Estados

Unidos y Japón, que irritaba cada vez más a Londres y París, ya que suponía para

Francia y Reino Unido pérdida de mercados; psicológicas, pues existiría una gran

psicosis colectiva por una guerra en Europa, alentada por el creciente nacionalismo y

militarismo reinantes en el continente.

I.1.1 Factores de rivalidad política y militar. Un primer hecho destacado es la

competencia naval entre Inglaterra y Alemania. El Reino Unido había sido la potencia

marítima indiscutible del siglo XIX, pero con la subida al trono de Guillermo II,

Alemania, se lanza a una weltpolitik para la que necesita un apoyo naval importante y

acomete la urgente construcción de una moderna marina de guerra. El choque entre

ambas potencias se pone de manifiesto en todas las conversaciones bilaterales que

tienen lugar en la etapa y es incluso una de las causas de que no lleguen a una alianza en

los primeros años del siglo XX.

En un lugar muy destacado hay que situar igualmente los nacionalismos de la

región balcánica, así como la rivalidad de Austria-Hungría y Rusia, que pretendían

tener el mayor número posible de Estados en la zona dentro de sus respectivas órbitas

de influencia. En el imperio austro-húngaro existe, por otra parte, gran diversidad de

habitantes, algunos de los cuales reclaman desde antiguo autonomía o independencia

como checos, croatas, servios, bosnios, etc. Éste es un factor desestabilizador del

imperio que Serbia y Rusia no dejan de fomentar y apoyar, dando refugio a los

autonomistas. Estos dos países, aliados entre sí, que aspiran a ser líderes desde ámbitos distintos del paneslavismo balcánico, presentan por diversos motivos una gran rivalidad

con los austro-húngaros; éstos, a su vez, intentan en todo momento restar influencia a

Rusia y destruir a los serbios que, además, pretenden engrandecer su país hacia el

Adriático y hacia el sur.

Dentro de la zona existen otros motivos de rivalidad, como el revanchismo

búlgaro, las disputas fronterizas entre Albania y Grecia, los deseos del irredentismo

italiano, etc. Elemento nacionalista, aunque de signo distinto, es el anhelo de los polacos

por lograr de nuevo la unidad y que, una vez más, distancia a Rusia y Austria-Hungría.

Falta por citar dentro de este epígrafe la rivalidad franco-alemana, por el deseo

francés e recuperar Alsacia y Lorena, revanchismo que aún no ha muerto. Por otro lado,

están los afanes expansionistas de Guillermo II, que quiere encabezar a todos los

alemanes con una idea pangermanista.

Los elementos analizados han contribuido a que surgieran otros y especialmente

a que se formaran unos bloques de alianzas bastante definidos y se produjese una

carrera de armamentos, ya que, ante la previsión de guerra, los gobiernos y los

militares quieren estar en las mejores condiciones para salir victoriosos del conflicto.

I.1.2 Factores de rivalidad económica. Son menos aceptados por los

historiadores, al menos como factor determinante, excepto por los marxistas, pues por sí

solos no hubieran creado la tensión suficiente, pero hay que aceptar que provocan

rivalidades que, añadidas a las anteriores, conforman un ambiente de preguerra. En este

campo es necesario hablar del crecimiento de la industria alemana, que sobrepasa con

claridad a la británica, y mientras el Reino Unido mantiene una política de librecambio

los germanos aplican un proteccionismo económico a ultranza. Estos hechos y la

rivalidad financiera por exportar capitales crean roces entre las potencias.

I.1.3 Factores psicológicos de rivalidad. En este campo pueden entrar las

ideologías nacionalistas, paneslavistas, etc., pero su puesta en práctica ha sido analizada

con anterioridad, por ello hay que destacar aquí la carrera de armamentos y fuerzas

militares, tanto terrestres como navales, producto del ambiente prebélico existente, y

especialmente los estados de opinión que se crean en la prensa y demás medios por

parte de los militares y los gobiernos, para que la población se muestre favorable al

alargamiento del servicio militar obligatorio y a las inversiones crecientes en

armamento, con la correspondiente subida de impuestos. La prensa habla del riesgo de

guerra y de las provocaciones del posible adversario, y hace invocaciones al

nacionalismo y al patriotismo, hasta el punto de crear una opinión proclive a la guerra,

cuya declaración provocó en algunos lugares grandes manifestaciones de apoyo.

No es de extrañar el fracaso de los grupos pacifistas y en especial de los

miembros de la II Internacional, cuyos intentos por detener la carrera hacia la contienda

resultaron un fracaso. De igual modo fueron ineficaces los esfuerzos por pararla una vez

iniciada por parte de algunos grupos y en especial de la Iglesia Católica y el Papa

Benedicto XV.

I.2 Las declaraciones de guerra.

Los países meridionales del Imperio Austro-Húngaro sufrían una oleada de

terrorismo promovido por los nacionalistas eslavos partidarios de formar la Gran Serbia.

El atentado de Sarajevo (asesinato del heredero imperial, el archiduque Francisco

Fernando y su esposa, el 28 de junio de 1914) levantó una reacción de protestas en

Austria, exigiendo responsabilidades a Serbia. El gobierno austriaco pensaba que una guerra contra Serbia sería corta y no implicaría una generalización del conflicto en

Europa. Además, contaba con el respaldo popular en todas las regiones del Imperio

menos en Hungría. Los húngaros pensaban que una futura anexión de Serbia inclinaría

la balanza del Imperio para la mayoría eslava, frente a la mayoría magiar del

...

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