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ALTAR AZTECA


Enviado por   •  28 de Octubre de 2014  •  Síntesis  •  1.211 Palabras (5 Páginas)  •  258 Visitas

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La festividad del Día de Muertos tiene un origen remoto.

Una tradición que proviene del gran legado los pueblos originarios y se mantiene viva por casi 3000 años.

La actual celebración del Día de los Muertos sería descendiente del llamado Festival de Muertos, un ritual celebrado por los aztecas en los meses de julio y de agosto.

Era la fiesta con que los mexicanos celebraban el final de la cosecha de frijol, garbanzo, maíz y calabaza.

Los investigadores creen que la herencia del Festival de Muertos se mezcla con otra costumbre prehispánica: sepultar junto a los muertos objetos, comida y ofrendas. Esta costumbre nace de lacreencia de que cuando mueren las personas viajan al reino de Mictlán y luego llegan a Tlalocan (el “cielo” de la cultura azteca). Por eso el muerto necesita para el viaje –por ejemplo- comida y agua, o veladoras para iluminarse.De acuerdo a esto, se colocaban los objetos en su tumba y en el altar de muertos. Cuando llega el momento de la visita anual a los vivos -el Día de Muertos- se coloca copal y flores de cempasuchil que servirán para marcar el camino a nuestros antepasados.

Tras la Conquista de América, estas creencias aztecas fueron incorporadas por la Iglesia Católica a su calendario festivo y pasaron a celebrarse el 1 y 2 de Noviembre. El 1 de Noviembre se conmemora el Día de Todos los Santos, especialmente dedicado a los niños. El 2 de Noviembre al resto de las personas queridas fallecidas.

• Mictlantecuhtli y Mictecacíhuatl. dios y diosa de la muerte aztecas, la oscuridad y el Mictlán "la región de los muertos".

ALTAR AZTECA

El altar azteca es una costumbre mexicana relacionada con el ciclo agrícola tradicional. Los indígenas hacían una gran fiesta en la primera luna llena del mes de noviembre, para celebrar la terminación de la cosecha del maíz. Ellos creían que ese día los difuntos tenían autorización para regresar a la tierra, a celebrar y compartir con sus parientes vivos, los frutos de la madre tierra.

Para los aztecas la muerte no era el final de la vida, sino simplemente una transformación. Creían que las personas muertas se convertirían en colibríes, para volar acompañando al Sol, cuando los dioses decidieran que habían alcanzado cierto grado de perfección.

Mientras esto sucedía, los dioses se llevaban a los muertos a un lugar al que llamaban Mictlán, que significa “lugar de la muerte” o “residencia de los muertos” para purificarse y seguir su camino.

Los aztecas no enterraban a los muertos sino que los incineraban.

La viuda, la hermana o la madre, preparaba tortillas, frijoles y bebidas. Un sacerdote debía comprobar que no faltara nada y al fin prendían fuego y mientras las llamas ardían, los familiares sentados aguardaban el fin, llorando y entonando tristes canciones. Las cenizas eran puestas en una urna junto con un jade que simbolizaba su corazón.

Cada año, en la primera noche de luna llena en noviembre, los familiares visitaban la urna donde estaban las cenizas del difunto y ponían alrededor el tipo de comida que le gustaba en vida para atraerlo, pues ese día tenían permiso los difuntos para visitar a sus parientes que habían quedado en la tierra.

El difunto ese día se convertía en el "huésped ilustre" a quien había de festejarse y agasajarse de la forma más atenta. Ponían también flores de Cempazúchitl, que son de color anaranjado brillante, y las deshojaban formando con los pétalos un camino hasta el templo para guiar al difunto en su camino de regreso a Mictlán.

Los misioneros españoles al llegar a México aprovecharon esta costumbre, para comenzar la tarea de la evangelización a través de la oración por los difuntos.

La costumbre azteca la dejaron prácticamente intacta, pero le dieron un sentido cristiano: El día 2 de noviembre, se dedica a la oración por las almas de los difuntos. Se visita el cementerio y junto a la tumba se pone un altar en memoria del difunto, sobre el cual se ponen objetos que le pertenecían, con el objetivo de recordar al difunto con todas sus virtudes y defectos y hacer mejor la oración.

destinado a quienes morían de muerte natural. Este lugar

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