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Afganistan


Enviado por   •  8 de Marzo de 2015  •  34.729 Palabras (139 Páginas)  •  281 Visitas

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Edad Moderna

Muerto Tamerlán en 1405, el país vivió un renacimiento bajo el reinado de Shahruj Mirza (1405-1447) desde Harat, mientras que Husayn I Bayqara dio esplendor a las artes y las ciencias e incluso intentó recuperar el imperio de Gengis Khan con nuevas conquistas hacia la India que culminaron en 1526, pese a la pérdida de Harat a manos de los safavíes.

La decadencia del dominio turco comenzó con la muerte de Aurangzeb (1707), lo cual permitió a las tribus afganas a desligarse de los sucesores de este y de los gobernantes iraníes. Uno de sus jefes, Mir Uways, se proclamó emir en Kandahar, y su hijo Mahmud se apoderaría de Kirman e Isfahán, al tiempo que lidiarían con el movimiento de Nadir Sha, el cual se proclamó rey al apoderarse de Kabul (hasta 1739). Su sucesor, Ahmed Sah Abdali fundó el Imperio durrani y proclamó la independencia de Afganistán en 1747.

Artículo principal: Imperio durrani

Con el gobierno de Ahmad, el imperio realizó importantes conquistas, sobre todo en la India. Su sucesor, Timur Shah Durrani, trasladó la capital a Kabul y proporcionó paz al país aunque este mostró síntomas de una decadencia que explotó con las luchas por el trono que acaecerían tras su muerte y persistieron hasta 1838.

Edad Contemporánea

Afganistán bajo los Mohammadzai

La dinastía Mohammadzai (1838-1973), reorganizó en el país aunque no tardaron en producirse las intromisiones de rusos e ingleses. Durante el reinado de Dost Mohammed Khan, se abandonan los territorios de Cachemira, Mutan y Peshâwar para fortalecer militarmente el país y acogerse a las tropas del zar ruso. Ello motivó la intervención de la Compañía Británica de las Indias Orientales para asaltar el país y someter a su rey, que fue remplazado por Shuja Shah Durrani, provocando la rebelión popular de 1847, que se saldó con la derrota inglesa.

Sher Ali Khan sostuvo enfrentamientos con ambas potencias europeas, sin lograr liberar al país de su influencia. Su sucesor, Mohammad Yaqub Khan, se vio obligado a pactar con los británicos, reconociendo las actuales fronteras del país, bajo la línea Durand. A partir de entonces, durante el reinado de Habibullah Khan, se intentó sacar al país del aislamiento, lo que le valió la guerra con el Reino Unido hasta que en 1919 reconoció su independencia.

Habibullah (1901-1919)

La manifestación más clara de que Abdur Rahman había establecido su mando en el país, es la sucesión pacífica que se produce a su muerte en octubre de 1901, cuando su hijo Habibullah accede al trono. Aunque Abdur Rahman tenía muchos hijos, preparó a Habibullah para sucederle e hizo difícil al resto de sus otros hijos disputarle la sucesión.

El Khan Habibullah intensificó la introducción de tecnología europea moderna iniciada por Abdur Rahman, lo cual supuso la penetración de las ideas y usos occidentales en la corte real afgana y las clases altas. Aunque asegura su posición como gobernante en virtud del apoyo del ejército creado por su padre, Habibullah no tiene el carisma de Abdur Rahman. Por consiguiente, la influencia de líderes religiosos ―como Mahmoud Beg Tarzi, primo de su padre― aumenta durante su reinado. Tarzi (un poeta y periodista muy viajado y educado) había fundado el periódico nacionalista Ol-Akbar de Seraj (‘la antorcha de las noticias’) con gran influencia política incluso más allá de los límites de Afganistán y que encendió las primeras llamas nacionalistas modernas en el país. Hasta 1919 este medio se utiliza como plataforma para oponer los fundamentos clericales en contra de los cambios pro-occidentales del gobierno y de la sociedad afgana. Tal es la influencia del apasionado nacionalismo de Tarzi, que se dice que marca a toda una generación de reformadores centros asiáticos.

En materia internacional, el límite con Irán se delineó en 1904, cuando se reemplaza la ambigua demarcación establecida por una comisión británica en 1872. Sin embargo, el acuerdo no es total debido a la divergencia en compartir las aguas del río Helmand.

Como todos los acontecimientos de política exterior que afectaban a Afganistán antes de la Primera Guerra Mundial, el desarrollo del Gran Juego entre Rusia y el Unido tuvo lugar sin la participación del gobernante afgano. El acuerdo de 1907 entre ambas potencias no solamente divide la región de Asia Central en dos esferas de influencia, sino que también establece las bases de la neutralidad afgana durante gran parte del siglo. El acuerdo establece la aceptación por parte de Rusia de que Afganistán queda ahora fuera de su esfera de influencia y que en lo relacionado con las cuestiones ruso-afganas debe consultar a Reino Unido. Por su parte, este último se compromete a no ocupar ni anexionar territorio afgano; así como tampoco interferir en los asuntos internos del país asiático.

En 1907, Habibullah visitó la India británica en calidad de invitado del virrey, Gilbert Elliot. Impresionado con el poder de los británicos, Habibullah resiste las presiones de su hijo Amanollah, del propio Tarzi (padre de la esposa de Amanollah) y otros nacionalistas para entrar en la Primera Guerra Mundial en favor de las Potencias Centrales y contra del Reino Unido. De hecho, durante el conflicto Afganistán permanece neutral, a pesar de la presión interna de apoyar a Turquía cuando el sultán proclama la participación de su nación en lo que considera una guerra santa. Sin embargo, Habibullah demuestra su habilidad al recibir y engatusar a una delegación germano-turca en Kabul durante 1915, de la que ―luego de mucha dilación― logra un acuerdo de mucho dinero y provisiones a cambio de atacar la colonia británica de India. Pero el gobernante afgano ve en el conflicto una gran oportunidad de obtener ventajas a cambio de ambos bandos: ofrece al Reino Unido su neutralidad a cambio de que los británicos reconozcan su soberanía al acabar la guerra. El no cumplimiento de esta promesa y las divisiones entre pro-británicos y anti-británicos al interior de la sociedad afgana, provoca que Habibullah sea asesinado el 20 de febrero de 1919, por personas asociadas a este último movimiento.

Amanulá (1919-1929)

Amanulá asumió entonces el poder de su padre, tras imponerse a su tío Nasrullah, a quién denunció como usurpador y cómplice en el asesinato de su padre. Amanulá era un ardiente reformador, al estilo de sus contemporáneos Reza Shah en Irán y Kemal Ataturk en Turquía. Exigió la revisión de los acuerdos firmados con Reino Unido en los cuales la potencia europea se hacía cargo de las relaciones exteriores de Afganistán a cambio de «protección» contra Rusia y la entrega de un subsidio consistente en dinero y material para el ejército.

El rechazo británico a aceptar un cambio del status quo llevó ―en mayo de 1919― a Amanulá a proclamar unilateralmente la independencia de su país y a atacar la frontera india, dando inicio a la tercera guerra anglo-afgana. El Reino Unido estaba agotado militarmente tras la Primera Guerra Mundial y no se encontraba en condiciones de emprender una guerra en la frontera Indo-afgana, por lo que se limitó a rechazar la ofensiva junto a la frontera. Tras intensas negociaciones, se restauró la paz y Amanulá logró que el Reino Unido reconociera la independencia de Afganistán. El reconocimiento formal de Afganistán como nación independiente por parte del Reino Unido, se concretó en el nuevo Tratado, firmado el 8 de agosto de 1919 y enmendado en noviembre de 1921.

Apenas firmado el mencionado tratado, Amanulá envió una delegación al exterior con el objetivo de establecer relaciones diplomáticas con diferentes países de Asia, Europa y América. La primera etapa de la delegación fue Moscú, donde fue recibido en octubre de 1919 con los brazos abiertos por parte de los líderes del nuevo régimen soviético. Esto se tradujo en un tratado de amistad con Unión Soviética y en el reconocimiento mutuo de ambas naciones. De esta manera, Afganistán fue el primer país en el mundo en reconocer al gobierno soviético. Con ello, Afganistán no solamente consiguió el reconocimiento de su independencia por parte de Unión Soviética, sino también el ofrecimiento de ayuda «moral y material en su heroica lucha contra el imperialismo británico». Esto se traducirá en la evolución de una «relación especial» entre los dos gobiernos en los siguientes 50 años.

Entre 1919 y 1929, la relación con la Unión Soviética fue amistosa y fructífera, especialmente para Afganistán. De hecho, numerosos técnicos e instructores soviéticos llegaron al país para colocar el teléfono y el telégrafo; preparar a los jóvenes técnicos afganos y entrenar a los primeros pilotos de la naciente fuerza aérea afgana. Como consecuencia, el mercado afgani se vio inundado de productos soviéticos, en reemplazo de los británicos.

En 1923, Amanulá cambió su título de emir al de Rey e inmediatamente comenzó a desarrollar una serie de reformas políticas, sociales y religiosas; entre las que destacan cambios constitucionales y administrativos (como la designación de su hijo mayor como heredero del trono, en lugar de su hermano, tal como lo establecía la legislación islámica), la supresión del velo de las mujeres y la creación de las escuelas para ambos sexos.

Los grupos religiosos conservadores y los líderes tribales se sintieron agredidos por estas políticas. La rebelión de Khost, una revuelta tribal en 1924, fue sofocada totalmente, pero en noviembre de 1928, un levantamiento de miembros de una tribu de Shinwari, seguido de ataques armados de las fuerzas Kodamani y Kuhistani del líder popular Baccheh Saqow (‘el hijo del portador de agua’), derivaron en una guerra civil que forzó la caída del rey Amanulá. Tras un infructuoso esfuerzo por recuperar el trono el 14 de enero de 1929 Amanollah abdicó en favor de su hermano mayor, Inayatollah, pero Baccheh Saqow se proclamó Habibollah Ghazi o Habibollah II, emir de Afganistán, estableciendo un régimen conservador y favorable a la política británica.

Amanulá cruzó la frontera india el 23 de mayo de 1929 y vivió su destierro en Italia y Suiza. Falleció en Zúrich (Suiza) el 26 de abril de 1960 y posteriormente sus restos fueron sepultados en la ciudad de Jalalabad, al lado de la tumba de Habibollah.

Mohammad Nadir Shah (1929-33)

Habibollah II fue manejado desde el trono por Mohammad Nadir Kan y sus hermanos, primos distantes de Amanollah. El 10 de octubre de 1929, Habibollah II fue ejecutado junto a 17 de sus colaboradores e inmediatamente una asamblea tribal «eligió» a Nadir Kan como shah. Este inició una sangrienta persecución de la oposición a su régimen y partidarios de Habibollah II. En 1931, se elaboró una nueva Constitución basada en la promulgada por Amanollah en 1923, aunque orientada a aplacar a los líderes religiosos y tribales conservadores. Nadir Kan fue asesinado el 8 de noviembre de 1933, siendo sucedido en el trono por su hijo de 19 años, el príncipe Mohammed Zahir Shah.

Zahir Shah (1933-1973)

El joven Rey Zahir Sha encargó la formación del gobierno a su tío Mohammed Hashem, promotor de una nueva política de reformas más en consonancia con la realidad social: reorganización del ejército, obligatoriedad de la enseñanza primaria masculina, creación de colegios de segunda enseñanza y extensión ―con ayuda de médicos turcos que crearon una facultad de Medicina― de las medidas de higiene en todo el país.

Para llenar el hueco político, económico y técnico dejado por los británicos, el nuevo gobierno recurrió a los Estados Unidos para explorar los recursos naturales del país y para construir sistemas de irrigación y de comunicación. El gobierno afgano ofreció favorables incentivos a las empresas comerciales estadounidenses (como contratos muy favorables) de manera de lograr un rápido desarrollo en áreas geográficas improductivas, como en el valle de Hilmand, al sur del país.

Durante la década de 1930, la economía nacional creció bajo la dirección de varios empresarios que empezaron proyectos industriales en pequeña escala. Los primeros 20 años del reinado de Zahir Shah se caracterizaron por cautelosas políticas de consolidación nacional, una expansión de las relaciones internacionales y el desarrollo interior del país. La Segunda Guerra Mundial provocó retrasos en este proceso de desarrollo, pero Afganistán mantuvo su tradicional neutralidad, a pesar de que en 1941 accedió a expulsar a los ciudadanos alemanes, japoneses e italianos, bajo la presión británica y soviética, eliminando cualquier pretexto para una eventual ocupación extranjera.

En mayo de 1946, el Primer Ministro Hashem dimite tras 17 años en el cargo, siendo reemplazado por Mohammed Ghazi, quien firmó con los soviéticos un acuerdo sobre límites fronterizos e hizo admitir a Afganistán en la Organización de Naciones Unidas (ONU). Hacia fines del mismo año, el cargo de Primer Ministro es ejercido por Sirdar Sha Jan(hermano de Hashem), quien permitió la celebración de elecciones y propició una tímida libertad de prensa en el país.

En materia internacional, el inicio de la guerra fría entre los Estados Unidos y la Unión Soviética llevó al país a deambular entre ambas potencias en busca de ayuda. Las disputas territoriales con Pakistán, derivadas de la asignación en 1947 a este país del lado británico de la línea Durand, habitado por pashtunes, situó a la India (antibritánica y no-alineada) en favor de los afganos. Por otro lado, el papel clave que jugaban los pakistaníes en el sistema de alianzas de Estados Unidos, llevaron inevitablemente a perder la confianza de la potencia occidental y decantarse por la Unión Soviética.

El llamado Parlamento Liberal funcionó de 1949 a 1952. Sin embargo, las corrientes conservadoras del régimen ―animadas por los líderes religiosos― apoyaron la destitución de Sirdar Sha Jan y la ascensión en el cargo del teniente general Mohammed Daud Khan, en 1953. Durante los 10 años en que ejerció su cargo, Daud Khan sostuvo una postura más dura respecto del problema del Pashtunistán y acudió a la Unión Soviética en búsqueda de ayuda militar y económica. Este acercamiento fue motivado por el cansancio de Daud con la actitud estadounidense, que no solo abogó por una solución diplomática al asunto del Pasthunistán, sino que exigió a Afganistán abandonar su tradicional neutralidad e incorporarse (junto a Irán, Irak, Turquía y Pakistán) al bloque pro-occidental en el Pacto de Bagdad.

Pese que los soviéticos se convirtieron en los principales socios comerciales y militares de Afganistán, los afganos se mantuvieron neutrales en la Guerra Fría y el país se convirtió en una «Corea económica», como beneficiaria simultánea de la abundante ayuda soviética y la estadounidense, aprovechando la competencia entre ambas superpotencias por asegurar su influencia en la zona. De hecho, en 1954 la Gran Asamblea Afgana tomó la resolución de que «las necesidades militares y económicas deben tomarse dondequiera que esto sea posible».

En diciembre de 1955, Bulganin y Jrushchov visitaron Kabul de regreso a su viaje a India y aseguraron su ayuda a Afganistán, mediante el otorgamiento de un préstamo a largo plazo de 100 millones de dólares estadounidenses y el apoyo diplomático soviético en el asunto del Pasthunistán. Como fruto de este acuerdo, se iniciaron numerosos intercambios entre ambos países; miles de jóvenes afganos completaron sus estudios en la Unión Soviética (especialmente en el terreno militar). Asimismo, grandes proyectos en el sector de las comunicaciones fueron emprendidos por los soviéticos: se construyeron miles de kilómetros de caminos y los principales aeropuertos del país. Se levantó un instituto politécnico en Kabul y varios más pequeños en algunas provincias.

Desde 1958 a 1973, el 50 por ciento de los funcionarios jóvenes y técnicos del ejército habían sido preparados en la Unión Soviética o bajo la supervisión de instructores soviéticos en Afganistán.

En el aspecto doméstico, Daud Khan tuvo éxito en la introducción de importantes reformas educativas y sociales, tales como el uso voluntario del velo de las mujeres y la abolición del purdha (la costumbre musulmana de esconder a las mujeres de la vida pública), lo que teóricamente produjo un aumento de la fuerza de trabajo estimado en un 50 %. A pesar de estos avances, el régimen seguía siendo represivo y no toleraba la oposición política directa.

El problema del Pashtunistán y el acercamiento a la Unión Soviética precipitó la caída del primer ministro Daud Khan. En agosto de 1961 y como respuesta a la agitación afgana que se estaba produciendo entre su población de origen pashtún, Pakistán cerró la frontera con Afganistán. La prolongación del cierre fronterizo ocasionó una fuerte dependencia comercial con la Unión Soviética. Para revertir la situación, Daud Khan dimitió en marzo de 1963, lo que tuvo como consecuencia que Pakistán reabriera la frontera gradualmente entre abril y mayo del mismo año.

Por su parte, el Rey Zahir Sha nombró como Primer Ministro a Muhammad Yusuf, quien constituyó un gabinete con tecnócratas e intelectuales. Este gobierno sugirió al Rey la elaboración de una nueva Constitución que condujera al país hacia una monarquía constitucional. El Rey Zahir Sha aceptó la propuesta y la nueva Constitución fue bosquejada por expertos afganos, en colaboración con consejeros legales extranjeros (un francés, un indio y un egipcio). Se basó en los principios de la monarquía parlamentaria (exclusión de la familia real de la esfera política), pero mantuvo los valores tradicionales del Islam.

La nueva Constitución fue aprobada por la Asamblea Nacional en octubre de 1964, con un solo voto en contra e inmediatamente fue ratificada por el Rey. Bajo el nuevo régimen, existiría la Casa del Pueblo ―con 216 miembros elegidos― y la Casa de los Superiores ―con 84 miembros― de los cuales un tercio sería elegido por el pueblo, un tercio designado por el rey y el resto elegido indirectamente por nuevas asambleas provinciales. Las elecciones generales para ambas cámaras legislativas se fijaron para octubre de1965, por lo que el gobierno interino tuvo tiempo suficiente para preparar y promulgar por decreto real las leyes para las primeras elecciones democráticas en la historia afgana.

Se autorizó la formación de grupos políticos, con la condición de que sus objetivos y actividades respetaran los principios fundamentales de la nueva Constitución: el Islam, la monarquía constitucional y la libertad individual. Por consiguiente, la formación de movimientos de tendencia marxistas quedaba potencialmente prohibida. Anticipándose a las disposiciones legales que debía promulgar el Parlamento y podría excluirles de la vida pública, los grupos de izquierda lanzaron una intensiva campaña para ganarse a la juventud amparándose en la Libertad de Prensa recientemente instaurada por el gobierno interino mediante real decreto.

La polarización de la política afgana (en las elecciones de 1965 y de 1969 participaron tendencias que cubrían desde el fundamentalismo islámico hasta el comunismo pro-soviético) se tradujo en una cierta inestabilidad: hubo un total de cinco primeros ministros entre septiembre de 1965 y diciembre de 1972. Ya desde la apertura del primer parlamento democrático, los grupos marxistas alentaron revueltas estudiantiles y pidieron la dimisión del gobierno. El ex embajador en Washington y ex información, Muhammad, fue llamado para formar un nuevo gobierno. Este hecho supuso el primer indicio del fracaso del experimento democrático en el país.

El grupo liberal, promotor e impulsor de la monarquía constitucional, fue excluido del gobierno y reemplazado por políticos contrarios a la Constitución. Como resultado, la carta magna fue parcialmente aplicada y no se produjo la exclusión del sistema de partidos de aquéllos contrarios a la monarquía y al Islam. Los grupos marxistas se aprovecharon de la política de «dejar hacer» de los sucesivos gobiernos y difundieron su ideología en diarios tales como Jalq (‘pueblo’), Parcham (‘bandera’) y Shola (‘llama’), este último de ideología maoísta.

Daud (1973-1978)

República de Daud

En julio de 1973 Mohammed Daud Khan derrocó al rey Zahir Shah, mientras este último se encontraba en Italia recibiendo tratamiento médico, proclamándose la República.

Daud prometió una reforma agraria, mejorar el nivel de vida y otras reformas progresistas. Inicialmente se acercó al ala moderada del Partido Democrático Popular de Afganistán(PDPA, comunista), pero posteriormente se distanció y fundó su propio partido, el Revolucionario Nacional en 1976. Ese año, inició un plan para mejorar la economía y el bienestar, que no tuvo éxito. En 1977 la Loya Jirga (cámara alta del parlamento) aprobó una nueva constitución con partido único, el Revolucionario Nacional, lo que causó un gran descontento. A comienzos del año siguiente, agentes del régimen asesinaron al dirigente comunista Mir Akbar Kaibar y Daud ordenó el arresto de los dirigentes del PDPA. El 27 de abril una revolución dirigida por Abdul Qadir y Mohammad Aslam Watanjar triunfó. Daud fue ejecutado, el PDPA formó gobierno y proclamó la República Democrática de Afganistán.

Abdul Qadir como líder de una facción izquierdista del ejército afgano, constituye un Consejo Revolucionario de las Fuerzas Armadas, aquel 28 de abril de 1978 las informaciones desde Kabul eran confusas y no se sabía el paradero del presidente derrocado. Al día siguiente el líder de los rebeldes comunica por radio que Mohammed Daud Khan murió asesinado al presentar resistencia. El embajador soviético, Aleksandr Puzanov, tuvo noticias del golpe poco antes de que este se llevase a cabo. Manifestó su oposición, como también lo hicieron desde Moscú. La URSS había mantenido unas relaciones cordiales con el gobierno de Daud y no estaba por la labor de ver cómo el PDPA llegaba al poder.

En 1973 un golpe de Estado derribó la monarquía y proclamó la república. Cinco años más tarde se instaló un gobierno comunista, pero la actividad de la guerrilla islámica, provocó la intervención soviética que sólo terminaría en 1989 gracias a Estados Unidos que ayudó a los islamistas. Entonces continuó la guerra civil y en 1996 el movimiento talibán tomo el poder de Kabul e instauró un gobierno basado en laSharia. En 2001 una coalición comandada por Estados Unidos invadió el país derrocando a su gobernante Mohammad Omar e instaurando un nuevo régimen.

En la actualidad no se ha conseguido estabilizar el país, que se encuentra inmerso en una situación de guerra constante desde el 7 de octubre de 2001.

Gobierno y política

La situación política actual de Afganistán es compleja y confusa. Nueve años después del derrocamiento del movimiento talibán a raíz de la intervención en el país de la coalición liderada por los Estados Unidos a finales de 2001 (a finales de 1379 de la Hégira). En muchos aspectos Afganistán es un estado tan sólo nominalmente, habiéndose convertido en un protectorado de EE.UU., la OTAN y las Naciones Unidas.

El Presidente Hamid Karzai y su Gobierno (instaurados por la comunidad internacional y posteriormente refrendados por el órgano legislativo elegido por voto popular en 2005) controla la capital y no mucho más del resto del país, que continúa siendo muy "inestable" (resistente al nuevo régimen). Existen aún focos de talibanes que buscan mantener e incrementar su poder regional.

Las Naciones Unidas y otras organizaciones desempeñan un papel crucial en la reconstrucción del país. De cualquier modo, es muy difícil predecir qué va a ser del mismo a largo plazo, aunque el Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, ha confirmado la ayuda económica y armada al Gobierno Afgano para el Establecimiento del Orden Interno del país asiático.

En septiembre de 2005 se celebraron Elecciones Parlamentarias. 5 años después en 2010 fueron convocadas nuevamente.

Organización territorial

Afganistán está dividido administrativamente en 34 provincias (vilayatos). Cada provincia tiene una capital y un gobernador a cargo. Las provincias se dividen en aproximadamente 398 distritos, y cada uno de ellos normalmente cubre una ciudad o un número de aldeas. Cada distrito provincial está representado por un sub-gobernador, que generalmente se le llama gobernador de distrito.

Los gobernadores provinciales, así como los gobernadores de distrito, son elegidos para el cargo durante las elecciones presidenciales de la nación, que tienen lugar cada cinco años. Los gobernadores provinciales son los representantes del gobierno central de Kabul y son responsables de todas las cuestiones administrativas y formales dentro de sus provincias. El Jefe de la Policía provincial es nombrado por el Ministerio del Interior en Kabul, y trabaja junto con el gobernador de la provincia en cumplimiento de la ley para todos los distritos de la provincia.

Hay una excepción en la ciudad capital de Kabul, donde el alcalde es elegido directamente por el Presidente, y es completamente independiente del gobernador de Kabul.

Geografía

Afganistán posee una superficie de 647.947 kilómetros cuadrados, de los cuales aproximadamente el 75% es montañoso. De hecho, las poco pobladas tierras altas centrales conforman la mayor parte del Hindu Kusho Hindu Qûh, la principal cadena montañosa del país y la segunda más alta del mundo, con varios picos por encima de los 6.400 metros (punto más elevado del país: Nowshak; 7.485 msnm) en su extremo oriental. En la región noreste existe una importante actividad sísmica que con frecuencia causa cientos de muertes. El clima puede catalogarse como continental extremo, con escasas precipitaciones. Una buena parte del territorio es desértico o semidesértico, excepto unos cuantos valles fértiles muy poblados, como el de Herat, al noroeste. La red fluvial es de tipo endorreico, siendo los ríos más importantes el Amu-Darya (que es el cuasi mítico Oxus), el Helmand y el Käbol.

Con una alta tasa de ruralidad, la población del país es de 26.508.694 personas, cuya esperanza de vida es de 49 años. El principal grupo étnico es el de los pastunes o patanes, seguido de los tayikos, todos ellos indoeuropeos iranios. También existen grupos turco-tártaros. Afganistán es muy pobre; de hecho, en 1995 ocupó el puesto 192º (el último) en el ranking de países según el consumo de calorías de su población. Miles de personas carecen de alimentos, vivienda y asistencia sanitaria. Entre 1979 y 2000, una tercera parte de su población abandonó el territorio, huyendo de la guerra, estimándose que son cerca de seis millones los refugiados afganos establecidos en Pakistán e Irán, quienes poco a poco han regresado a Afganistán.

Economía

Afganistán es un país extremadamente pobre, con una alta dependencia en la agricultura, pues la mayor parte de la población (90%) trabaja en el sector agrícola cultivando cereales, frutales, frutos secos, algodón y papaya. La mayoría de la agricultura se realiza en las llanuras del norte, cerca de las fronteras con Turkmenistán, Uzbekistán y Tayikistán. También hay importantes rebaños de ovejas "karakul", así como artesanía de alfombras. Posee importantes reservas de gas natural explotadas a baja escala por empresas de capital estadounidense y una industria (textiles, alimentos) de incipiente desarrollo. En general, la economía afgana tiene muy bajo desarrollo debido a la situación de guerra permanente, a la falta de un gobierno central efectivo, y a la fragmentación de la sociedad en grupos tribales.

La agricultura es la fuente principal de ingreso de este país, pues se cultiva principalmente trigo, maíz, arroz, cebada, hortalizas, varios tipos de frutos secos, nueces, tabaco, algodón, remolacha, opio. También se cultiva y se la usa en la industria la semilla de ricino, rubia. En la ganadería, se destaca la cría de ganado ovino, que da origen a gran cantidad de carne, además de la lana y pieles, productos de exportación. También se crían camellos, burros, vacas, cabras.

La economía ha sufrido bastante debido a agitaciones políticas y militares, así como también debido a una sequía severa que ha añadido dificultades al país entre 1998-2001. La mayoría de la población sufre de insuficiencia de comida, vestido, vivienda, atención médica y otros problemas, todo esto empeorado por operaciones militares e incertidumbre política. La inflación constituye un serio problema. Luego de la guerra contra la coalición liderada por los Estados Unidos, que provocó el derrocamiento del régimen talibán en noviembre de 2001, muchos de los agricultores han cambiado sus cultivos por paga en efectivo, en vez de cultivar alimentos para consumo interno. Un ejemplo notable es el cultivo de opio, el cual se ha incrementado grandemente durante la última década: Afganistán se ha convertido en el primer proveedor ilegal de opio en el mundo.

A pesar de la labor de la comunidad internacional y el gobierno de Karzai, la dependencia del opio sigue en aumento. Según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC en sus siglas inglesas), en el año 2006 el cultivo de amapola creció un 59 por ciento. La producción del opio creció un 49 por ciento. En un reciente artículo de la Washington Quarterly, Peter van Ham y Jorrit Kamminga dan más detalles sobre la economía ilícita del opio en Afganistán, y posibles soluciones. Esfuerzos internacionales para la reconstrucción de Afganistán llevaron a la creación de la Autoridad Interina de Afganistán, como resultado del Acuerdo de Bonn de 2001. En enero de 2002, en la Conferencia en Tokio de Donantes para la Reconstrucción de Afganistán, se recolectaron unos 4.500 millones de dólares, que serían administrados por el Banco. Las áreas prioritarias para la reconstrucción incluyen instalaciones sanitarias para educación y salud, mejora del sector agrícola, así como también carreteras, energía y telecomunicaciones. Dos tercios de la población viven con menos de dos dólares al día.

Infraestructura

Comunicaciones y tecnología

Afganistán ha avanzado rápidamente en la tecnología de las comunicaciones y hoy en día, cuenta con empresas de comunicación inalámbrica, Internet, radiodifusoras y canales de televisión. Las empresas de telecomunicaciones afganas Afghan Telecom, Afghan Wireless, Roshan (que es en parte propiedad del príncipe Karim Aga Khan IV), MTN Group y Etisalat han manifestado un rápido incremento en el uso de teléfonos celulares. En 2011 hay 16,8 millones de líneas móviles.24

La telefonía fija es manejada desde 2006 por Afghan Telecom, creada en ese año con la misión de reconstruir una red destruida por dos décadas de guerra. En 2011 había solamente 72700 líneas fijas. En el 2006, el Ministerio Afgano de Comunicaciones firmó un contrato de 64,5 millones de dólares con ZTE Corporation para la creación de una red nacional de cable de fibra óptica. Esto mejorará las transmisiones telefónicas, de internet, televisión y radio en todo el país.

Los Servicios postales y de entrega de paquetes (como FedEx, DHL y otros) existen en las principales ciudades y pueblos. A partir de 2008, el país tiene 460.000 líneas de teléfono,26 y alrededor de 500.000 personas (1,5% de la población) tienen acceso a Internet.

Transporte

La aerolínea Ariana Afghan Airlines despacha vuelos hacia Fráncfort del Meno, Dubái y Estambul, desde Kabul y Herat. Los automóviles se han vuelto recientemente más asequibles, siendo Toyota, Land Rover, BMW y Hyundai los concesionarios más habituales.

Hay también algunos servicios de vuelos nacionales e internacionales disponibles con las empresas de propiedad local, como Air Kam, Pamir Airways y Airways Safi.

El país cuenta con un servicio ferroviario limitado con Turkmenistán y Uzbekistán en el norte. Hay dos proyectos ferroviarios más actualmente en curso con los países vecinos; uno pretende conectar Herat e Irán, mientras que el otro quiere conectar con los ferrocarriles pakistaníes.

La mayoría de los ciudadanos que viajan grandes distancias usan los servicios de autobús. Los nuevos automóviles se han vuelto más ampliamente disponibles después de la reconstrucción de caminos y carreteras. Los vehículos son importados de los Emiratos Árabes Unidos a través de Pakistán e Irán.

Medios De Comunicación

Los medios de comunicación estuvieron estrechamente controlados por los talibanes, tanto que la televisión fue cerrada en 1996 y a la prensa se le prohibió publicar comentarios, fotos o cartas de los lectores. Radio Kabul sólo transmitía programas religiosos y de propaganda, y salía al aire sin música. Después de que el nuevo gobierno asumiera en 2001, las restricciones a la prensa se han aligerado de manera gradual y diversificado los medios de comunicación privados. La libertad de expresión y de prensa es promovida en la Constitución de 2004 y la censura fue prohibida, a pesar de que difamar a las personas o la producción de material contrario a los principios del Islam está prohibida. En 2008, Reporteros sin Fronteras colocó al país en el puesto 156 de 173, siendo los primeros más libres. 400 publicaciones están registradas, por lo menos 15 canales locales de televisión afgana y 60 emisoras de radio. Las estaciones de radio extranjeras, como el Servicio Mundial de la BBC, también se transmiten en el país.

Demografía

En 2007, Afganistán tenía una población de 31.889.000 habitantes. La esperanza de vida es de 49 años. El 36% de la población está alfabetizada. El promedio de hijos por mujer es de 6,64, una de las tasas más elevadas del mundo, lo cual está provocando un crecimiento poblacional nunca visto en la historia del país.

Afganistán es un país multilingüístico, multiétnico y multicultural, y además está en una encrucijada entre el este (China), el sur (Asia meridional, incluido Pakistán), el oeste (Oriente Medio, incluido Irán) y el norte (grupo de países de la antigua URSS). También fue un antiguo punto de encuentro del comercio y migración. A lo largo de la historia, la región de la moderna Afganistán fue invadida por varios pueblos, que incluyen los persas, griegos, árabes, turcos, mongoles, británicos, soviéticos, y actualmente por la coalición liderada por EE. UU. En 2001.

La población de Afganistán está dividida en un gran número de grupos étnicos. Como no se ha llevado a cabo un censo sistemático en el país últimamente, no hay disponibles cifras exactas del tamaño y composición de los variados grupos étnicos. Por lo tanto, la mayoría de las cifras son sólo aproximaciones. Según el CIA World FactBook (actualizado el 23 de noviembre de 2012), la distribución de grupos étnicos es el siguiente:

• Pasthunes: 42%

• Tayikos: 27%

• Hazaras: 9%

• Uzbekos: 9%

• Aimako: 4%

• Turkmenos: 3%

• Baloch 2%

• Otro: 4%

Los idiomas oficiales de Afganistán son el persa afgano o dari (persa) (hablado por el 50% de la población), y el pastún (en inglés pashtun) (hablado por el 35% de la población). Otras lenguas incluyen idiomas turcos (entre ellos, uzbeko y turcomano o turkmeno [hablado por el 10% de los habitantes]), así como 30 lenguas menores. El bilingüismo es común, y ésta es una de las razones por las cuales los porcentajes resultan variables.

Religiosamente, los afganos son predominantemente musulmanes (de entre los musulmanes, aproximadamente 80-89% son sunníes y 10-19% son chiíes). Hay también minorías budistas, hinduistas y sijs. Una minoría judaísta milenaria se ha reducido desde hace algunos años. Muchos de estos judaístas huyeron en los noventa (durante la guerra civil y durante el régimen islamista radical de los talibanes) hacia los países vecinos, a Europa y al continente americano. Con la caída de los talibanes, algunos sijs y judaístas han retornado a la provincia afgana de Ġaznī.

Durante los últimos años, Afganistán se ha mantenido fuera de la lista de países ordenados según su Índice de Desarrollo Humano elaborada por la ONU, debido a que no es posible recopilar datos suficientes para una correcta clasificación. En todo caso, cabría esperar que Afganistán fuera el último en dicho ranking, dado su escaso desarrollo económico y social.

Educación

A partir de 2006 más de 4.000.000 de alumnos de ambos sexos estaban inscritos en todo el país. Aún existen diversos obstáculos significativos en la educación de Afganistán, debido a la falta de financiación, edificios escolares inseguros y reglas culturales. La falta de profesores es otro obstáculo y el hecho de que algunos padres no dejen a sus hijas tener clases con un hombre también lo es.

La tasa de alfabetización según estimación de 1999 es de 36%, siendo entre los hombres de 51% y entre las mujeres de 21%. Actualmente hay unas 9.500 escuelas en el país.

Cultura

Afganistán cuenta con una compleja historia, que ha quedado reflejada en sus actuales civilizaciones, lenguajes y monumentos. Los afganos se muestran orgullosos de su país, su linaje y soberanía. Históricamente han sido un "clan bélico", que ha mantenido querellas durante distintas épocas, siendo la guerra una de sus principales ocupaciones desde tiempos inmemoriales. Esta condición ha hecho difícil a los invasores conquistar la región.

Edad Moderna

Muerto Tamerlán en 1405, el país vivió un renacimiento bajo el reinado de Shahruj Mirza (1405-1447) desde Harat, mientras que Husayn I Bayqara dio esplendor a las artes y las ciencias e incluso intentó recuperar el imperio de Gengis Khan con nuevas conquistas hacia la India que culminaron en 1526, pese a la pérdida de Harat a manos de los safavíes.

La decadencia del dominio turco comenzó con la muerte de Aurangzeb (1707), lo cual permitió a las tribus afganas a desligarse de los sucesores de este y de los gobernantes iraníes. Uno de sus jefes, Mir Uways, se proclamó emir en Kandahar, y su hijo Mahmud se apoderaría de Kirman e Isfahán, al tiempo que lidiarían con el movimiento de Nadir Sha, el cual se proclamó rey al apoderarse de Kabul (hasta 1739). Su sucesor, Ahmed Sah Abdali fundó el Imperio durrani y proclamó la independencia de Afganistán en 1747.

Artículo principal: Imperio durrani

Con el gobierno de Ahmad, el imperio realizó importantes conquistas, sobre todo en la India. Su sucesor, Timur Shah Durrani, trasladó la capital a Kabul y proporcionó paz al país aunque este mostró síntomas de una decadencia que explotó con las luchas por el trono que acaecerían tras su muerte y persistieron hasta 1838.

Edad Contemporánea

Afganistán bajo los Mohammadzai

La dinastía Mohammadzai (1838-1973), reorganizó en el país aunque no tardaron en producirse las intromisiones de rusos e ingleses. Durante el reinado de Dost Mohammed Khan, se abandonan los territorios de Cachemira, Mutan y Peshâwar para fortalecer militarmente el país y acogerse a las tropas del zar ruso. Ello motivó la intervención de la Compañía Británica de las Indias Orientales para asaltar el país y someter a su rey, que fue remplazado por Shuja Shah Durrani, provocando la rebelión popular de 1847, que se saldó con la derrota inglesa.

Sher Ali Khan sostuvo enfrentamientos con ambas potencias europeas, sin lograr liberar al país de su influencia. Su sucesor, Mohammad Yaqub Khan, se vio obligado a pactar con los británicos, reconociendo las actuales fronteras del país, bajo la línea Durand. A partir de entonces, durante el reinado de Habibullah Khan, se intentó sacar al país del aislamiento, lo que le valió la guerra con el Reino Unido hasta que en 1919 reconoció su independencia.

Habibullah (1901-1919)

La manifestación más clara de que Abdur Rahman había establecido su mando en el país, es la sucesión pacífica que se produce a su muerte en octubre de 1901, cuando su hijo Habibullah accede al trono. Aunque Abdur Rahman tenía muchos hijos, preparó a Habibullah para sucederle e hizo difícil al resto de sus otros hijos disputarle la sucesión.

El Khan Habibullah intensificó la introducción de tecnología europea moderna iniciada por Abdur Rahman, lo cual supuso la penetración de las ideas y usos occidentales en la corte real afgana y las clases altas. Aunque asegura su posición como gobernante en virtud del apoyo del ejército creado por su padre, Habibullah no tiene el carisma de Abdur Rahman. Por consiguiente, la influencia de líderes religiosos ―como Mahmoud Beg Tarzi, primo de su padre― aumenta durante su reinado. Tarzi (un poeta y periodista muy viajado y educado) había fundado el periódico nacionalista Ol-Akbar de Seraj (‘la antorcha de las noticias’) con gran influencia política incluso más allá de los límites de Afganistán y que encendió las primeras llamas nacionalistas modernas en el país. Hasta 1919 este medio se utiliza como plataforma para oponer los fundamentos clericales en contra de los cambios pro-occidentales del gobierno y de la sociedad afgana. Tal es la influencia del apasionado nacionalismo de Tarzi, que se dice que marca a toda una generación de reformadores centros asiáticos.

En materia internacional, el límite con Irán se delineó en 1904, cuando se reemplaza la ambigua demarcación establecida por una comisión británica en 1872. Sin embargo, el acuerdo no es total debido a la divergencia en compartir las aguas del río Helmand.

Como todos los acontecimientos de política exterior que afectaban a Afganistán antes de la Primera Guerra Mundial, el desarrollo del Gran Juego entre Rusia y el Unido tuvo lugar sin la participación del gobernante afgano. El acuerdo de 1907 entre ambas potencias no solamente divide la región de Asia Central en dos esferas de influencia, sino que también establece las bases de la neutralidad afgana durante gran parte del siglo. El acuerdo establece la aceptación por parte de Rusia de que Afganistán queda ahora fuera de su esfera de influencia y que en lo relacionado con las cuestiones ruso-afganas debe consultar a Reino Unido. Por su parte, este último se compromete a no ocupar ni anexionar territorio afgano; así como tampoco interferir en los asuntos internos del país asiático.

En 1907, Habibullah visitó la India británica en calidad de invitado del virrey, Gilbert Elliot. Impresionado con el poder de los británicos, Habibullah resiste las presiones de su hijo Amanollah, del propio Tarzi (padre de la esposa de Amanollah) y otros nacionalistas para entrar en la Primera Guerra Mundial en favor de las Potencias Centrales y contra del Reino Unido. De hecho, durante el conflicto Afganistán permanece neutral, a pesar de la presión interna de apoyar a Turquía cuando el sultán proclama la participación de su nación en lo que considera una guerra santa. Sin embargo, Habibullah demuestra su habilidad al recibir y engatusar a una delegación germano-turca en Kabul durante 1915, de la que ―luego de mucha dilación― logra un acuerdo de mucho dinero y provisiones a cambio de atacar la colonia británica de India. Pero el gobernante afgano ve en el conflicto una gran oportunidad de obtener ventajas a cambio de ambos bandos: ofrece al Reino Unido su neutralidad a cambio de que los británicos reconozcan su soberanía al acabar la guerra. El no cumplimiento de esta promesa y las divisiones entre pro-británicos y anti-británicos al interior de la sociedad afgana, provoca que Habibullah sea asesinado el 20 de febrero de 1919, por personas asociadas a este último movimiento.

Amanulá (1919-1929)

Amanulá asumió entonces el poder de su padre, tras imponerse a su tío Nasrullah, a quién denunció como usurpador y cómplice en el asesinato de su padre. Amanulá era un ardiente reformador, al estilo de sus contemporáneos Reza Shah en Irán y Kemal Ataturk en Turquía. Exigió la revisión de los acuerdos firmados con Reino Unido en los cuales la potencia europea se hacía cargo de las relaciones exteriores de Afganistán a cambio de «protección» contra Rusia y la entrega de un subsidio consistente en dinero y material para el ejército.

El rechazo británico a aceptar un cambio del status quo llevó ―en mayo de 1919― a Amanulá a proclamar unilateralmente la independencia de su país y a atacar la frontera india, dando inicio a la tercera guerra anglo-afgana. El Reino Unido estaba agotado militarmente tras la Primera Guerra Mundial y no se encontraba en condiciones de emprender una guerra en la frontera Indo-afgana, por lo que se limitó a rechazar la ofensiva junto a la frontera. Tras intensas negociaciones, se restauró la paz y Amanulá logró que el Reino Unido reconociera la independencia de Afganistán. El reconocimiento formal de Afganistán como nación independiente por parte del Reino Unido, se concretó en el nuevo Tratado, firmado el 8 de agosto de 1919 y enmendado en noviembre de 1921.

Apenas firmado el mencionado tratado, Amanulá envió una delegación al exterior con el objetivo de establecer relaciones diplomáticas con diferentes países de Asia, Europa y América. La primera etapa de la delegación fue Moscú, donde fue recibido en octubre de 1919 con los brazos abiertos por parte de los líderes del nuevo régimen soviético. Esto se tradujo en un tratado de amistad con Unión Soviética y en el reconocimiento mutuo de ambas naciones. De esta manera, Afganistán fue el primer país en el mundo en reconocer al gobierno soviético. Con ello, Afganistán no solamente consiguió el reconocimiento de su independencia por parte de Unión Soviética, sino también el ofrecimiento de ayuda «moral y material en su heroica lucha contra el imperialismo británico». Esto se traducirá en la evolución de una «relación especial» entre los dos gobiernos en los siguientes 50 años.

Entre 1919 y 1929, la relación con la Unión Soviética fue amistosa y fructífera, especialmente para Afganistán. De hecho, numerosos técnicos e instructores soviéticos llegaron al país para colocar el teléfono y el telégrafo; preparar a los jóvenes técnicos afganos y entrenar a los primeros pilotos de la naciente fuerza aérea afgana. Como consecuencia, el mercado afgani se vio inundado de productos soviéticos, en reemplazo de los británicos.

En 1923, Amanulá cambió su título de emir al de Rey e inmediatamente comenzó a desarrollar una serie de reformas políticas, sociales y religiosas; entre las que destacan cambios constitucionales y administrativos (como la designación de su hijo mayor como heredero del trono, en lugar de su hermano, tal como lo establecía la legislación islámica), la supresión del velo de las mujeres y la creación de las escuelas para ambos sexos.

Los grupos religiosos conservadores y los líderes tribales se sintieron agredidos por estas políticas. La rebelión de Khost, una revuelta tribal en 1924, fue sofocada totalmente, pero en noviembre de 1928, un levantamiento de miembros de una tribu de Shinwari, seguido de ataques armados de las fuerzas Kodamani y Kuhistani del líder popular Baccheh Saqow (‘el hijo del portador de agua’), derivaron en una guerra civil que forzó la caída del rey Amanulá. Tras un infructuoso esfuerzo por recuperar el trono el 14 de enero de 1929 Amanollah abdicó en favor de su hermano mayor, Inayatollah, pero Baccheh Saqow se proclamó Habibollah Ghazi o Habibollah II, emir de Afganistán, estableciendo un régimen conservador y favorable a la política británica.

Amanulá cruzó la frontera india el 23 de mayo de 1929 y vivió su destierro en Italia y Suiza. Falleció en Zúrich (Suiza) el 26 de abril de 1960 y posteriormente sus restos fueron sepultados en la ciudad de Jalalabad, al lado de la tumba de Habibollah.

Mohammad Nadir Shah (1929-33)

Habibollah II fue manejado desde el trono por Mohammad Nadir Kan y sus hermanos, primos distantes de Amanollah. El 10 de octubre de 1929, Habibollah II fue ejecutado junto a 17 de sus colaboradores e inmediatamente una asamblea tribal «eligió» a Nadir Kan como shah. Este inició una sangrienta persecución de la oposición a su régimen y partidarios de Habibollah II. En 1931, se elaboró una nueva Constitución basada en la promulgada por Amanollah en 1923, aunque orientada a aplacar a los líderes religiosos y tribales conservadores. Nadir Kan fue asesinado el 8 de noviembre de 1933, siendo sucedido en el trono por su hijo de 19 años, el príncipe Mohammed Zahir Shah.

Zahir Shah (1933-1973)

El joven Rey Zahir Sha encargó la formación del gobierno a su tío Mohammed Hashem, promotor de una nueva política de reformas más en consonancia con la realidad social: reorganización del ejército, obligatoriedad de la enseñanza primaria masculina, creación de colegios de segunda enseñanza y extensión ―con ayuda de médicos turcos que crearon una facultad de Medicina― de las medidas de higiene en todo el país.

Para llenar el hueco político, económico y técnico dejado por los británicos, el nuevo gobierno recurrió a los Estados Unidos para explorar los recursos naturales del país y para construir sistemas de irrigación y de comunicación. El gobierno afgano ofreció favorables incentivos a las empresas comerciales estadounidenses (como contratos muy favorables) de manera de lograr un rápido desarrollo en áreas geográficas improductivas, como en el valle de Hilmand, al sur del país.

Durante la década de 1930, la economía nacional creció bajo la dirección de varios empresarios que empezaron proyectos industriales en pequeña escala. Los primeros 20 años del reinado de Zahir Shah se caracterizaron por cautelosas políticas de consolidación nacional, una expansión de las relaciones internacionales y el desarrollo interior del país. La Segunda Guerra Mundial provocó retrasos en este proceso de desarrollo, pero Afganistán mantuvo su tradicional neutralidad, a pesar de que en 1941 accedió a expulsar a los ciudadanos alemanes, japoneses e italianos, bajo la presión británica y soviética, eliminando cualquier pretexto para una eventual ocupación extranjera.

En mayo de 1946, el Primer Ministro Hashem dimite tras 17 años en el cargo, siendo reemplazado por Mohammed Ghazi, quien firmó con los soviéticos un acuerdo sobre límites fronterizos e hizo admitir a Afganistán en la Organización de Naciones Unidas (ONU). Hacia fines del mismo año, el cargo de Primer Ministro es ejercido por Sirdar Sha Jan(hermano de Hashem), quien permitió la celebración de elecciones y propició una tímida libertad de prensa en el país.

En materia internacional, el inicio de la guerra fría entre los Estados Unidos y la Unión Soviética llevó al país a deambular entre ambas potencias en busca de ayuda. Las disputas territoriales con Pakistán, derivadas de la asignación en 1947 a este país del lado británico de la línea Durand, habitado por pashtunes, situó a la India (antibritánica y no-alineada) en favor de los afganos. Por otro lado, el papel clave que jugaban los pakistaníes en el sistema de alianzas de Estados Unidos, llevaron inevitablemente a perder la confianza de la potencia occidental y decantarse por la Unión Soviética.

El llamado Parlamento Liberal funcionó de 1949 a 1952. Sin embargo, las corrientes conservadoras del régimen ―animadas por los líderes religiosos― apoyaron la destitución de Sirdar Sha Jan y la ascensión en el cargo del teniente general Mohammed Daud Khan, en 1953. Durante los 10 años en que ejerció su cargo, Daud Khan sostuvo una postura más dura respecto del problema del Pashtunistán y acudió a la Unión Soviética en búsqueda de ayuda militar y económica. Este acercamiento fue motivado por el cansancio de Daud con la actitud estadounidense, que no solo abogó por una solución diplomática al asunto del Pasthunistán, sino que exigió a Afganistán abandonar su tradicional neutralidad e incorporarse (junto a Irán, Irak, Turquía y Pakistán) al bloque pro-occidental en el Pacto de Bagdad.

Pese que los soviéticos se convirtieron en los principales socios comerciales y militares de Afganistán, los afganos se mantuvieron neutrales en la Guerra Fría y el país se convirtió en una «Corea económica», como beneficiaria simultánea de la abundante ayuda soviética y la estadounidense, aprovechando la competencia entre ambas superpotencias por asegurar su influencia en la zona. De hecho, en 1954 la Gran Asamblea Afgana tomó la resolución de que «las necesidades militares y económicas deben tomarse dondequiera que esto sea posible».

En diciembre de 1955, Bulganin y Jrushchov visitaron Kabul de regreso a su viaje a India y aseguraron su ayuda a Afganistán, mediante el otorgamiento de un préstamo a largo plazo de 100 millones de dólares estadounidenses y el apoyo diplomático soviético en el asunto del Pasthunistán. Como fruto de este acuerdo, se iniciaron numerosos intercambios entre ambos países; miles de jóvenes afganos completaron sus estudios en la Unión Soviética (especialmente en el terreno militar). Asimismo, grandes proyectos en el sector de las comunicaciones fueron emprendidos por los soviéticos: se construyeron miles de kilómetros de caminos y los principales aeropuertos del país. Se levantó un instituto politécnico en Kabul y varios más pequeños en algunas provincias.

Desde 1958 a 1973, el 50 por ciento de los funcionarios jóvenes y técnicos del ejército habían sido preparados en la Unión Soviética o bajo la supervisión de instructores soviéticos en Afganistán.

En el aspecto doméstico, Daud Khan tuvo éxito en la introducción de importantes reformas educativas y sociales, tales como el uso voluntario del velo de las mujeres y la abolición del purdha (la costumbre musulmana de esconder a las mujeres de la vida pública), lo que teóricamente produjo un aumento de la fuerza de trabajo estimado en un 50 %. A pesar de estos avances, el régimen seguía siendo represivo y no toleraba la oposición política directa.

El problema del Pashtunistán y el acercamiento a la Unión Soviética precipitó la caída del primer ministro Daud Khan. En agosto de 1961 y como respuesta a la agitación afgana que se estaba produciendo entre su población de origen pashtún, Pakistán cerró la frontera con Afganistán. La prolongación del cierre fronterizo ocasionó una fuerte dependencia comercial con la Unión Soviética. Para revertir la situación, Daud Khan dimitió en marzo de 1963, lo que tuvo como consecuencia que Pakistán reabriera la frontera gradualmente entre abril y mayo del mismo año.

Por su parte, el Rey Zahir Sha nombró como Primer Ministro a Muhammad Yusuf, quien constituyó un gabinete con tecnócratas e intelectuales. Este gobierno sugirió al Rey la elaboración de una nueva Constitución que condujera al país hacia una monarquía constitucional. El Rey Zahir Sha aceptó la propuesta y la nueva Constitución fue bosquejada por expertos afganos, en colaboración con consejeros legales extranjeros (un francés, un indio y un egipcio). Se basó en los principios de la monarquía parlamentaria (exclusión de la familia real de la esfera política), pero mantuvo los valores tradicionales del Islam.

La nueva Constitución fue aprobada por la Asamblea Nacional en octubre de 1964, con un solo voto en contra e inmediatamente fue ratificada por el Rey. Bajo el nuevo régimen, existiría la Casa del Pueblo ―con 216 miembros elegidos― y la Casa de los Superiores ―con 84 miembros― de los cuales un tercio sería elegido por el pueblo, un tercio designado por el rey y el resto elegido indirectamente por nuevas asambleas provinciales. Las elecciones generales para ambas cámaras legislativas se fijaron para octubre de1965, por lo que el gobierno interino tuvo tiempo suficiente para preparar y promulgar por decreto real las leyes para las primeras elecciones democráticas en la historia afgana.

Se autorizó la formación de grupos políticos, con la condición de que sus objetivos y actividades respetaran los principios fundamentales de la nueva Constitución: el Islam, la monarquía constitucional y la libertad individual. Por consiguiente, la formación de movimientos de tendencia marxistas quedaba potencialmente prohibida. Anticipándose a las disposiciones legales que debía promulgar el Parlamento y podría excluirles de la vida pública, los grupos de izquierda lanzaron una intensiva campaña para ganarse a la juventud amparándose en la Libertad de Prensa recientemente instaurada por el gobierno interino mediante real decreto.

La polarización de la política afgana (en las elecciones de 1965 y de 1969 participaron tendencias que cubrían desde el fundamentalismo islámico hasta el comunismo pro-soviético) se tradujo en una cierta inestabilidad: hubo un total de cinco primeros ministros entre septiembre de 1965 y diciembre de 1972. Ya desde la apertura del primer parlamento democrático, los grupos marxistas alentaron revueltas estudiantiles y pidieron la dimisión del gobierno. El ex embajador en Washington y ex información, Muhammad, fue llamado para formar un nuevo gobierno. Este hecho supuso el primer indicio del fracaso del experimento democrático en el país.

El grupo liberal, promotor e impulsor de la monarquía constitucional, fue excluido del gobierno y reemplazado por políticos contrarios a la Constitución. Como resultado, la carta magna fue parcialmente aplicada y no se produjo la exclusión del sistema de partidos de aquéllos contrarios a la monarquía y al Islam. Los grupos marxistas se aprovecharon de la política de «dejar hacer» de los sucesivos gobiernos y difundieron su ideología en diarios tales como Jalq (‘pueblo’), Parcham (‘bandera’) y Shola (‘llama’), este último de ideología maoísta.

Daud (1973-1978)

República de Daud

En julio de 1973 Mohammed Daud Khan derrocó al rey Zahir Shah, mientras este último se encontraba en Italia recibiendo tratamiento médico, proclamándose la República.

Daud prometió una reforma agraria, mejorar el nivel de vida y otras reformas progresistas. Inicialmente se acercó al ala moderada del Partido Democrático Popular de Afganistán(PDPA, comunista), pero posteriormente se distanció y fundó su propio partido, el Revolucionario Nacional en 1976. Ese año, inició un plan para mejorar la economía y el bienestar, que no tuvo éxito. En 1977 la Loya Jirga (cámara alta del parlamento) aprobó una nueva constitución con partido único, el Revolucionario Nacional, lo que causó un gran descontento. A comienzos del año siguiente, agentes del régimen asesinaron al dirigente comunista Mir Akbar Kaibar y Daud ordenó el arresto de los dirigentes del PDPA. El 27 de abril una revolución dirigida por Abdul Qadir y Mohammad Aslam Watanjar triunfó. Daud fue ejecutado, el PDPA formó gobierno y proclamó la República Democrática de Afganistán.

Abdul Qadir como líder de una facción izquierdista del ejército afgano, constituye un Consejo Revolucionario de las Fuerzas Armadas, aquel 28 de abril de 1978 las informaciones desde Kabul eran confusas y no se sabía el paradero del presidente derrocado. Al día siguiente el líder de los rebeldes comunica por radio que Mohammed Daud Khan murió asesinado al presentar resistencia. El embajador soviético, Aleksandr Puzanov, tuvo noticias del golpe poco antes de que este se llevase a cabo. Manifestó su oposición, como también lo hicieron desde Moscú. La URSS había mantenido unas relaciones cordiales con el gobierno de Daud y no estaba por la labor de ver cómo el PDPA llegaba al poder.

En 1973 un golpe de Estado derribó la monarquía y proclamó la república. Cinco años más tarde se instaló un gobierno comunista, pero la actividad de la guerrilla islámica, provocó la intervención soviética que sólo terminaría en 1989 gracias a Estados Unidos que ayudó a los islamistas. Entonces continuó la guerra civil y en 1996 el movimiento talibán tomo el poder de Kabul e instauró un gobierno basado en laSharia. En 2001 una coalición comandada por Estados Unidos invadió el país derrocando a su gobernante Mohammad Omar e instaurando un nuevo régimen.

En la actualidad no se ha conseguido estabilizar el país, que se encuentra inmerso en una situación de guerra constante desde el 7 de octubre de 2001.

Gobierno y política

La situación política actual de Afganistán es compleja y confusa. Nueve años después del derrocamiento del movimiento talibán a raíz de la intervención en el país de la coalición liderada por los Estados Unidos a finales de 2001 (a finales de 1379 de la Hégira). En muchos aspectos Afganistán es un estado tan sólo nominalmente, habiéndose convertido en un protectorado de EE.UU., la OTAN y las Naciones Unidas.

El Presidente Hamid Karzai y su Gobierno (instaurados por la comunidad internacional y posteriormente refrendados por el órgano legislativo elegido por voto popular en 2005) controla la capital y no mucho más del resto del país, que continúa siendo muy "inestable" (resistente al nuevo régimen). Existen aún focos de talibanes que buscan mantener e incrementar su poder regional.

Las Naciones Unidas y otras organizaciones desempeñan un papel crucial en la reconstrucción del país. De cualquier modo, es muy difícil predecir qué va a ser del mismo a largo plazo, aunque el Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, ha confirmado la ayuda económica y armada al Gobierno Afgano para el Establecimiento del Orden Interno del país asiático.

En septiembre de 2005 se celebraron Elecciones Parlamentarias. 5 años después en 2010 fueron convocadas nuevamente.

Organización territorial

Afganistán está dividido administrativamente en 34 provincias (vilayatos). Cada provincia tiene una capital y un gobernador a cargo. Las provincias se dividen en aproximadamente 398 distritos, y cada uno de ellos normalmente cubre una ciudad o un número de aldeas. Cada distrito provincial está representado por un sub-gobernador, que generalmente se le llama gobernador de distrito.

Los gobernadores provinciales, así como los gobernadores de distrito, son elegidos para el cargo durante las elecciones presidenciales de la nación, que tienen lugar cada cinco años. Los gobernadores provinciales son los representantes del gobierno central de Kabul y son responsables de todas las cuestiones administrativas y formales dentro de sus provincias. El Jefe de la Policía provincial es nombrado por el Ministerio del Interior en Kabul, y trabaja junto con el gobernador de la provincia en cumplimiento de la ley para todos los distritos de la provincia.

Hay una excepción en la ciudad capital de Kabul, donde el alcalde es elegido directamente por el Presidente, y es completamente independiente del gobernador de Kabul.

Geografía

Afganistán posee una superficie de 647.947 kilómetros cuadrados, de los cuales aproximadamente el 75% es montañoso. De hecho, las poco pobladas tierras altas centrales conforman la mayor parte del Hindu Kusho Hindu Qûh, la principal cadena montañosa del país y la segunda más alta del mundo, con varios picos por encima de los 6.400 metros (punto más elevado del país: Nowshak; 7.485 msnm) en su extremo oriental. En la región noreste existe una importante actividad sísmica que con frecuencia causa cientos de muertes. El clima puede catalogarse como continental extremo, con escasas precipitaciones. Una buena parte del territorio es desértico o semidesértico, excepto unos cuantos valles fértiles muy poblados, como el de Herat, al noroeste. La red fluvial es de tipo endorreico, siendo los ríos más importantes el Amu-Darya (que es el cuasi mítico Oxus), el Helmand y el Käbol.

Con una alta tasa de ruralidad, la población del país es de 26.508.694 personas, cuya esperanza de vida es de 49 años. El principal grupo étnico es el de los pastunes o patanes, seguido de los tayikos, todos ellos indoeuropeos iranios. También existen grupos turco-tártaros. Afganistán es muy pobre; de hecho, en 1995 ocupó el puesto 192º (el último) en el ranking de países según el consumo de calorías de su población. Miles de personas carecen de alimentos, vivienda y asistencia sanitaria. Entre 1979 y 2000, una tercera parte de su población abandonó el territorio, huyendo de la guerra, estimándose que son cerca de seis millones los refugiados afganos establecidos en Pakistán e Irán, quienes poco a poco han regresado a Afganistán.

Economía

Afganistán es un país extremadamente pobre, con una alta dependencia en la agricultura, pues la mayor parte de la población (90%) trabaja en el sector agrícola cultivando cereales, frutales, frutos secos, algodón y papaya. La mayoría de la agricultura se realiza en las llanuras del norte, cerca de las fronteras con Turkmenistán, Uzbekistán y Tayikistán. También hay importantes rebaños de ovejas "karakul", así como artesanía de alfombras. Posee importantes reservas de gas natural explotadas a baja escala por empresas de capital estadounidense y una industria (textiles, alimentos) de incipiente desarrollo. En general, la economía afgana tiene muy bajo desarrollo debido a la situación de guerra permanente, a la falta de un gobierno central efectivo, y a la fragmentación de la sociedad en grupos tribales.

La agricultura es la fuente principal de ingreso de este país, pues se cultiva principalmente trigo, maíz, arroz, cebada, hortalizas, varios tipos de frutos secos, nueces, tabaco, algodón, remolacha, opio. También se cultiva y se la usa en la industria la semilla de ricino, rubia. En la ganadería, se destaca la cría de ganado ovino, que da origen a gran cantidad de carne, además de la lana y pieles, productos de exportación. También se crían camellos, burros, vacas, cabras.

La economía ha sufrido bastante debido a agitaciones políticas y militares, así como también debido a una sequía severa que ha añadido dificultades al país entre 1998-2001. La mayoría de la población sufre de insuficiencia de comida, vestido, vivienda, atención médica y otros problemas, todo esto empeorado por operaciones militares e incertidumbre política. La inflación constituye un serio problema. Luego de la guerra contra la coalición liderada por los Estados Unidos, que provocó el derrocamiento del régimen talibán en noviembre de 2001, muchos de los agricultores han cambiado sus cultivos por paga en efectivo, en vez de cultivar alimentos para consumo interno. Un ejemplo notable es el cultivo de opio, el cual se ha incrementado grandemente durante la última década: Afganistán se ha convertido en el primer proveedor ilegal de opio en el mundo.

A pesar de la labor de la comunidad internacional y el gobierno de Karzai, la dependencia del opio sigue en aumento. Según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC en sus siglas inglesas), en el año 2006 el cultivo de amapola creció un 59 por ciento. La producción del opio creció un 49 por ciento. En un reciente artículo de la Washington Quarterly, Peter van Ham y Jorrit Kamminga dan más detalles sobre la economía ilícita del opio en Afganistán, y posibles soluciones. Esfuerzos internacionales para la reconstrucción de Afganistán llevaron a la creación de la Autoridad Interina de Afganistán, como resultado del Acuerdo de Bonn de 2001. En enero de 2002, en la Conferencia en Tokio de Donantes para la Reconstrucción de Afganistán, se recolectaron unos 4.500 millones de dólares, que serían administrados por el Banco. Las áreas prioritarias para la reconstrucción incluyen instalaciones sanitarias para educación y salud, mejora del sector agrícola, así como también carreteras, energía y telecomunicaciones. Dos tercios de la población viven con menos de dos dólares al día.

Infraestructura

Comunicaciones y tecnología

Afganistán ha avanzado rápidamente en la tecnología de las comunicaciones y hoy en día, cuenta con empresas de comunicación inalámbrica, Internet, radiodifusoras y canales de televisión. Las empresas de telecomunicaciones afganas Afghan Telecom, Afghan Wireless, Roshan (que es en parte propiedad del príncipe Karim Aga Khan IV), MTN Group y Etisalat han manifestado un rápido incremento en el uso de teléfonos celulares. En 2011 hay 16,8 millones de líneas móviles.24

La telefonía fija es manejada desde 2006 por Afghan Telecom, creada en ese año con la misión de reconstruir una red destruida por dos décadas de guerra. En 2011 había solamente 72700 líneas fijas. En el 2006, el Ministerio Afgano de Comunicaciones firmó un contrato de 64,5 millones de dólares con ZTE Corporation para la creación de una red nacional de cable de fibra óptica. Esto mejorará las transmisiones telefónicas, de internet, televisión y radio en todo el país.

Los Servicios postales y de entrega de paquetes (como FedEx, DHL y otros) existen en las principales ciudades y pueblos. A partir de 2008, el país tiene 460.000 líneas de teléfono,26 y alrededor de 500.000 personas (1,5% de la población) tienen acceso a Internet.

Transporte

La aerolínea Ariana Afghan Airlines despacha vuelos hacia Fráncfort del Meno, Dubái y Estambul, desde Kabul y Herat. Los automóviles se han vuelto recientemente más asequibles, siendo Toyota, Land Rover, BMW y Hyundai los concesionarios más habituales.

Hay también algunos servicios de vuelos nacionales e internacionales disponibles con las empresas de propiedad local, como Air Kam, Pamir Airways y Airways Safi.

El país cuenta con un servicio ferroviario limitado con Turkmenistán y Uzbekistán en el norte. Hay dos proyectos ferroviarios más actualmente en curso con los países vecinos; uno pretende conectar Herat e Irán, mientras que el otro quiere conectar con los ferrocarriles pakistaníes.

La mayoría de los ciudadanos que viajan grandes distancias usan los servicios de autobús. Los nuevos automóviles se han vuelto más ampliamente disponibles después de la reconstrucción de caminos y carreteras. Los vehículos son importados de los Emiratos Árabes Unidos a través de Pakistán e Irán.

Medios De Comunicación

Los medios de comunicación estuvieron estrechamente controlados por los talibanes, tanto que la televisión fue cerrada en 1996 y a la prensa se le prohibió publicar comentarios, fotos o cartas de los lectores. Radio Kabul sólo transmitía programas religiosos y de propaganda, y salía al aire sin música. Después de que el nuevo gobierno asumiera en 2001, las restricciones a la prensa se han aligerado de manera gradual y diversificado los medios de comunicación privados. La libertad de expresión y de prensa es promovida en la Constitución de 2004 y la censura fue prohibida, a pesar de que difamar a las personas o la producción de material contrario a los principios del Islam está prohibida. En 2008, Reporteros sin Fronteras colocó al país en el puesto 156 de 173, siendo los primeros más libres. 400 publicaciones están registradas, por lo menos 15 canales locales de televisión afgana y 60 emisoras de radio. Las estaciones de radio extranjeras, como el Servicio Mundial de la BBC, también se transmiten en el país.

Demografía

En 2007, Afganistán tenía una población de 31.889.000 habitantes. La esperanza de vida es de 49 años. El 36% de la población está alfabetizada. El promedio de hijos por mujer es de 6,64, una de las tasas más elevadas del mundo, lo cual está provocando un crecimiento poblacional nunca visto en la historia del país.

Afganistán es un país multilingüístico, multiétnico y multicultural, y además está en una encrucijada entre el este (China), el sur (Asia meridional, incluido Pakistán), el oeste (Oriente Medio, incluido Irán) y el norte (grupo de países de la antigua URSS). También fue un antiguo punto de encuentro del comercio y migración. A lo largo de la historia, la región de la moderna Afganistán fue invadida por varios pueblos, que incluyen los persas, griegos, árabes, turcos, mongoles, británicos, soviéticos, y actualmente por la coalición liderada por EE. UU. En 2001.

La población de Afganistán está dividida en un gran número de grupos étnicos. Como no se ha llevado a cabo un censo sistemático en el país últimamente, no hay disponibles cifras exactas del tamaño y composición de los variados grupos étnicos. Por lo tanto, la mayoría de las cifras son sólo aproximaciones. Según el CIA World FactBook (actualizado el 23 de noviembre de 2012), la distribución de grupos étnicos es el siguiente:

• Pasthunes: 42%

• Tayikos: 27%

• Hazaras: 9%

• Uzbekos: 9%

• Aimako: 4%

• Turkmenos: 3%

• Baloch 2%

• Otro: 4%

Los idiomas oficiales de Afganistán son el persa afgano o dari (persa) (hablado por el 50% de la población), y el pastún (en inglés pashtun) (hablado por el 35% de la población). Otras lenguas incluyen idiomas turcos (entre ellos, uzbeko y turcomano o turkmeno [hablado por el 10% de los habitantes]), así como 30 lenguas menores. El bilingüismo es común, y ésta es una de las razones por las cuales los porcentajes resultan variables.

Religiosamente, los afganos son predominantemente musulmanes (de entre los musulmanes, aproximadamente 80-89% son sunníes y 10-19% son chiíes). Hay también minorías budistas, hinduistas y sijs. Una minoría judaísta milenaria se ha reducido desde hace algunos años. Muchos de estos judaístas huyeron en los noventa (durante la guerra civil y durante el régimen islamista radical de los talibanes) hacia los países vecinos, a Europa y al continente americano. Con la caída de los talibanes, algunos sijs y judaístas han retornado a la provincia afgana de Ġaznī.

Durante los últimos años, Afganistán se ha mantenido fuera de la lista de países ordenados según su Índice de Desarrollo Humano elaborada por la ONU, debido a que no es posible recopilar datos suficientes para una correcta clasificación. En todo caso, cabría esperar que Afganistán fuera el último en dicho ranking, dado su escaso desarrollo económico y social.

Educación

A partir de 2006 más de 4.000.000 de alumnos de ambos sexos estaban inscritos en todo el país. Aún existen diversos obstáculos significativos en la educación de Afganistán, debido a la falta de financiación, edificios escolares inseguros y reglas culturales. La falta de profesores es otro obstáculo y el hecho de que algunos padres no dejen a sus hijas tener clases con un hombre también lo es.

La tasa de alfabetización según estimación de 1999 es de 36%, siendo entre los hombres de 51% y entre las mujeres de 21%. Actualmente hay unas 9.500 escuelas en el país.

Cultura

Afganistán cuenta con una compleja historia, que ha quedado reflejada en sus actuales civilizaciones, lenguajes y monumentos. Los afganos se muestran orgullosos de su país, su linaje y soberanía. Históricamente han sido un "clan bélico", que ha mantenido querellas durante distintas épocas, siendo la guerra una de sus principales ocupaciones desde tiempos inmemoriales. Esta condición ha hecho difícil a los invasores conquistar la región.

Edad Moderna

Muerto Tamerlán en 1405, el país vivió un renacimiento bajo el reinado de Shahruj Mirza (1405-1447) desde Harat, mientras que Husayn I Bayqara dio esplendor a las artes y las ciencias e incluso intentó recuperar el imperio de Gengis Khan con nuevas conquistas hacia la India que culminaron en 1526, pese a la pérdida de Harat a manos de los safavíes.

La decadencia del dominio turco comenzó con la muerte de Aurangzeb (1707), lo cual permitió a las tribus afganas a desligarse de los sucesores de este y de los gobernantes iraníes. Uno de sus jefes, Mir Uways, se proclamó emir en Kandahar, y su hijo Mahmud se apoderaría de Kirman e Isfahán, al tiempo que lidiarían con el movimiento de Nadir Sha, el cual se proclamó rey al apoderarse de Kabul (hasta 1739). Su sucesor, Ahmed Sah Abdali fundó el Imperio durrani y proclamó la independencia de Afganistán en 1747.

Artículo principal: Imperio durrani

Con el gobierno de Ahmad, el imperio realizó importantes conquistas, sobre todo en la India. Su sucesor, Timur Shah Durrani, trasladó la capital a Kabul y proporcionó paz al país aunque este mostró síntomas de una decadencia que explotó con las luchas por el trono que acaecerían tras su muerte y persistieron hasta 1838.

Edad Contemporánea

Afganistán bajo los Mohammadzai

La dinastía Mohammadzai (1838-1973), reorganizó en el país aunque no tardaron en producirse las intromisiones de rusos e ingleses. Durante el reinado de Dost Mohammed Khan, se abandonan los territorios de Cachemira, Mutan y Peshâwar para fortalecer militarmente el país y acogerse a las tropas del zar ruso. Ello motivó la intervención de la Compañía Británica de las Indias Orientales para asaltar el país y someter a su rey, que fue remplazado por Shuja Shah Durrani, provocando la rebelión popular de 1847, que se saldó con la derrota inglesa.

Sher Ali Khan sostuvo enfrentamientos con ambas potencias europeas, sin lograr liberar al país de su influencia. Su sucesor, Mohammad Yaqub Khan, se vio obligado a pactar con los británicos, reconociendo las actuales fronteras del país, bajo la línea Durand. A partir de entonces, durante el reinado de Habibullah Khan, se intentó sacar al país del aislamiento, lo que le valió la guerra con el Reino Unido hasta que en 1919 reconoció su independencia.

Habibullah (1901-1919)

La manifestación más clara de que Abdur Rahman había establecido su mando en el país, es la sucesión pacífica que se produce a su muerte en octubre de 1901, cuando su hijo Habibullah accede al trono. Aunque Abdur Rahman tenía muchos hijos, preparó a Habibullah para sucederle e hizo difícil al resto de sus otros hijos disputarle la sucesión.

El Khan Habibullah intensificó la introducción de tecnología europea moderna iniciada por Abdur Rahman, lo cual supuso la penetración de las ideas y usos occidentales en la corte real afgana y las clases altas. Aunque asegura su posición como gobernante en virtud del apoyo del ejército creado por su padre, Habibullah no tiene el carisma de Abdur Rahman. Por consiguiente, la influencia de líderes religiosos ―como Mahmoud Beg Tarzi, primo de su padre― aumenta durante su reinado. Tarzi (un poeta y periodista muy viajado y educado) había fundado el periódico nacionalista Ol-Akbar de Seraj (‘la antorcha de las noticias’) con gran influencia política incluso más allá de los límites de Afganistán y que encendió las primeras llamas nacionalistas modernas en el país. Hasta 1919 este medio se utiliza como plataforma para oponer los fundamentos clericales en contra de los cambios pro-occidentales del gobierno y de la sociedad afgana. Tal es la influencia del apasionado nacionalismo de Tarzi, que se dice que marca a toda una generación de reformadores centros asiáticos.

En materia internacional, el límite con Irán se delineó en 1904, cuando se reemplaza la ambigua demarcación establecida por una comisión británica en 1872. Sin embargo, el acuerdo no es total debido a la divergencia en compartir las aguas del río Helmand.

Como todos los acontecimientos de política exterior que afectaban a Afganistán antes de la Primera Guerra Mundial, el desarrollo del Gran Juego entre Rusia y el Unido tuvo lugar sin la participación del gobernante afgano. El acuerdo de 1907 entre ambas potencias no solamente divide la región de Asia Central en dos esferas de influencia, sino que también establece las bases de la neutralidad afgana durante gran parte del siglo. El acuerdo establece la aceptación por parte de Rusia de que Afganistán queda ahora fuera de su esfera de influencia y que en lo relacionado con las cuestiones ruso-afganas debe consultar a Reino Unido. Por su parte, este último se compromete a no ocupar ni anexionar territorio afgano; así como tampoco interferir en los asuntos internos del país asiático.

En 1907, Habibullah visitó la India británica en calidad de invitado del virrey, Gilbert Elliot. Impresionado con el poder de los británicos, Habibullah resiste las presiones de su hijo Amanollah, del propio Tarzi (padre de la esposa de Amanollah) y otros nacionalistas para entrar en la Primera Guerra Mundial en favor de las Potencias Centrales y contra del Reino Unido. De hecho, durante el conflicto Afganistán permanece neutral, a pesar de la presión interna de apoyar a Turquía cuando el sultán proclama la participación de su nación en lo que considera una guerra santa. Sin embargo, Habibullah demuestra su habilidad al recibir y engatusar a una delegación germano-turca en Kabul durante 1915, de la que ―luego de mucha dilación― logra un acuerdo de mucho dinero y provisiones a cambio de atacar la colonia británica de India. Pero el gobernante afgano ve en el conflicto una gran oportunidad de obtener ventajas a cambio de ambos bandos: ofrece al Reino Unido su neutralidad a cambio de que los británicos reconozcan su soberanía al acabar la guerra. El no cumplimiento de esta promesa y las divisiones entre pro-británicos y anti-británicos al interior de la sociedad afgana, provoca que Habibullah sea asesinado el 20 de febrero de 1919, por personas asociadas a este último movimiento.

Amanulá (1919-1929)

Amanulá asumió entonces el poder de su padre, tras imponerse a su tío Nasrullah, a quién denunció como usurpador y cómplice en el asesinato de su padre. Amanulá era un ardiente reformador, al estilo de sus contemporáneos Reza Shah en Irán y Kemal Ataturk en Turquía. Exigió la revisión de los acuerdos firmados con Reino Unido en los cuales la potencia europea se hacía cargo de las relaciones exteriores de Afganistán a cambio de «protección» contra Rusia y la entrega de un subsidio consistente en dinero y material para el ejército.

El rechazo británico a aceptar un cambio del status quo llevó ―en mayo de 1919― a Amanulá a proclamar unilateralmente la independencia de su país y a atacar la frontera india, dando inicio a la tercera guerra anglo-afgana. El Reino Unido estaba agotado militarmente tras la Primera Guerra Mundial y no se encontraba en condiciones de emprender una guerra en la frontera Indo-afgana, por lo que se limitó a rechazar la ofensiva junto a la frontera. Tras intensas negociaciones, se restauró la paz y Amanulá logró que el Reino Unido reconociera la independencia de Afganistán. El reconocimiento formal de Afganistán como nación independiente por parte del Reino Unido, se concretó en el nuevo Tratado, firmado el 8 de agosto de 1919 y enmendado en noviembre de 1921.

Apenas firmado el mencionado tratado, Amanulá envió una delegación al exterior con el objetivo de establecer relaciones diplomáticas con diferentes países de Asia, Europa y América. La primera etapa de la delegación fue Moscú, donde fue recibido en octubre de 1919 con los brazos abiertos por parte de los líderes del nuevo régimen soviético. Esto se tradujo en un tratado de amistad con Unión Soviética y en el reconocimiento mutuo de ambas naciones. De esta manera, Afganistán fue el primer país en el mundo en reconocer al gobierno soviético. Con ello, Afganistán no solamente consiguió el reconocimiento de su independencia por parte de Unión Soviética, sino también el ofrecimiento de ayuda «moral y material en su heroica lucha contra el imperialismo británico». Esto se traducirá en la evolución de una «relación especial» entre los dos gobiernos en los siguientes 50 años.

Entre 1919 y 1929, la relación con la Unión Soviética fue amistosa y fructífera, especialmente para Afganistán. De hecho, numerosos técnicos e instructores soviéticos llegaron al país para colocar el teléfono y el telégrafo; preparar a los jóvenes técnicos afganos y entrenar a los primeros pilotos de la naciente fuerza aérea afgana. Como consecuencia, el mercado afgani se vio inundado de productos soviéticos, en reemplazo de los británicos.

En 1923, Amanulá cambió su título de emir al de Rey e inmediatamente comenzó a desarrollar una serie de reformas políticas, sociales y religiosas; entre las que destacan cambios constitucionales y administrativos (como la designación de su hijo mayor como heredero del trono, en lugar de su hermano, tal como lo establecía la legislación islámica), la supresión del velo de las mujeres y la creación de las escuelas para ambos sexos.

Los grupos religiosos conservadores y los líderes tribales se sintieron agredidos por estas políticas. La rebelión de Khost, una revuelta tribal en 1924, fue sofocada totalmente, pero en noviembre de 1928, un levantamiento de miembros de una tribu de Shinwari, seguido de ataques armados de las fuerzas Kodamani y Kuhistani del líder popular Baccheh Saqow (‘el hijo del portador de agua’), derivaron en una guerra civil que forzó la caída del rey Amanulá. Tras un infructuoso esfuerzo por recuperar el trono el 14 de enero de 1929 Amanollah abdicó en favor de su hermano mayor, Inayatollah, pero Baccheh Saqow se proclamó Habibollah Ghazi o Habibollah II, emir de Afganistán, estableciendo un régimen conservador y favorable a la política británica.

Amanulá cruzó la frontera india el 23 de mayo de 1929 y vivió su destierro en Italia y Suiza. Falleció en Zúrich (Suiza) el 26 de abril de 1960 y posteriormente sus restos fueron sepultados en la ciudad de Jalalabad, al lado de la tumba de Habibollah.

Mohammad Nadir Shah (1929-33)

Habibollah II fue manejado desde el trono por Mohammad Nadir Kan y sus hermanos, primos distantes de Amanollah. El 10 de octubre de 1929, Habibollah II fue ejecutado junto a 17 de sus colaboradores e inmediatamente una asamblea tribal «eligió» a Nadir Kan como shah. Este inició una sangrienta persecución de la oposición a su régimen y partidarios de Habibollah II. En 1931, se elaboró una nueva Constitución basada en la promulgada por Amanollah en 1923, aunque orientada a aplacar a los líderes religiosos y tribales conservadores. Nadir Kan fue asesinado el 8 de noviembre de 1933, siendo sucedido en el trono por su hijo de 19 años, el príncipe Mohammed Zahir Shah.

Zahir Shah (1933-1973)

El joven Rey Zahir Sha encargó la formación del gobierno a su tío Mohammed Hashem, promotor de una nueva política de reformas más en consonancia con la realidad social: reorganización del ejército, obligatoriedad de la enseñanza primaria masculina, creación de colegios de segunda enseñanza y extensión ―con ayuda de médicos turcos que crearon una facultad de Medicina― de las medidas de higiene en todo el país.

Para llenar el hueco político, económico y técnico dejado por los británicos, el nuevo gobierno recurrió a los Estados Unidos para explorar los recursos naturales del país y para construir sistemas de irrigación y de comunicación. El gobierno afgano ofreció favorables incentivos a las empresas comerciales estadounidenses (como contratos muy favorables) de manera de lograr un rápido desarrollo en áreas geográficas improductivas, como en el valle de Hilmand, al sur del país.

Durante la década de 1930, la economía nacional creció bajo la dirección de varios empresarios que empezaron proyectos industriales en pequeña escala. Los primeros 20 años del reinado de Zahir Shah se caracterizaron por cautelosas políticas de consolidación nacional, una expansión de las relaciones internacionales y el desarrollo interior del país. La Segunda Guerra Mundial provocó retrasos en este proceso de desarrollo, pero Afganistán mantuvo su tradicional neutralidad, a pesar de que en 1941 accedió a expulsar a los ciudadanos alemanes, japoneses e italianos, bajo la presión británica y soviética, eliminando cualquier pretexto para una eventual ocupación extranjera.

En mayo de 1946, el Primer Ministro Hashem dimite tras 17 años en el cargo, siendo reemplazado por Mohammed Ghazi, quien firmó con los soviéticos un acuerdo sobre límites fronterizos e hizo admitir a Afganistán en la Organización de Naciones Unidas (ONU). Hacia fines del mismo año, el cargo de Primer Ministro es ejercido por Sirdar Sha Jan(hermano de Hashem), quien permitió la celebración de elecciones y propició una tímida libertad de prensa en el país.

En materia internacional, el inicio de la guerra fría entre los Estados Unidos y la Unión Soviética llevó al país a deambular entre ambas potencias en busca de ayuda. Las disputas territoriales con Pakistán, derivadas de la asignación en 1947 a este país del lado británico de la línea Durand, habitado por pashtunes, situó a la India (antibritánica y no-alineada) en favor de los afganos. Por otro lado, el papel clave que jugaban los pakistaníes en el sistema de alianzas de Estados Unidos, llevaron inevitablemente a perder la confianza de la potencia occidental y decantarse por la Unión Soviética.

El llamado Parlamento Liberal funcionó de 1949 a 1952. Sin embargo, las corrientes conservadoras del régimen ―animadas por los líderes religiosos― apoyaron la destitución de Sirdar Sha Jan y la ascensión en el cargo del teniente general Mohammed Daud Khan, en 1953. Durante los 10 años en que ejerció su cargo, Daud Khan sostuvo una postura más dura respecto del problema del Pashtunistán y acudió a la Unión Soviética en búsqueda de ayuda militar y económica. Este acercamiento fue motivado por el cansancio de Daud con la actitud estadounidense, que no solo abogó por una solución diplomática al asunto del Pasthunistán, sino que exigió a Afganistán abandonar su tradicional neutralidad e incorporarse (junto a Irán, Irak, Turquía y Pakistán) al bloque pro-occidental en el Pacto de Bagdad.

Pese que los soviéticos se convirtieron en los principales socios comerciales y militares de Afganistán, los afganos se mantuvieron neutrales en la Guerra Fría y el país se convirtió en una «Corea económica», como beneficiaria simultánea de la abundante ayuda soviética y la estadounidense, aprovechando la competencia entre ambas superpotencias por asegurar su influencia en la zona. De hecho, en 1954 la Gran Asamblea Afgana tomó la resolución de que «las necesidades militares y económicas deben tomarse dondequiera que esto sea posible».

En diciembre de 1955, Bulganin y Jrushchov visitaron Kabul de regreso a su viaje a India y aseguraron su ayuda a Afganistán, mediante el otorgamiento de un préstamo a largo plazo de 100 millones de dólares estadounidenses y el apoyo diplomático soviético en el asunto del Pasthunistán. Como fruto de este acuerdo, se iniciaron numerosos intercambios entre ambos países; miles de jóvenes afganos completaron sus estudios en la Unión Soviética (especialmente en el terreno militar). Asimismo, grandes proyectos en el sector de las comunicaciones fueron emprendidos por los soviéticos: se construyeron miles de kilómetros de caminos y los principales aeropuertos del país. Se levantó un instituto politécnico en Kabul y varios más pequeños en algunas provincias.

Desde 1958 a 1973, el 50 por ciento de los funcionarios jóvenes y técnicos del ejército habían sido preparados en la Unión Soviética o bajo la supervisión de instructores soviéticos en Afganistán.

En el aspecto doméstico, Daud Khan tuvo éxito en la introducción de importantes reformas educativas y sociales, tales como el uso voluntario del velo de las mujeres y la abolición del purdha (la costumbre musulmana de esconder a las mujeres de la vida pública), lo que teóricamente produjo un aumento de la fuerza de trabajo estimado en un 50 %. A pesar de estos avances, el régimen seguía siendo represivo y no toleraba la oposición política directa.

El problema del Pashtunistán y el acercamiento a la Unión Soviética precipitó la caída del primer ministro Daud Khan. En agosto de 1961 y como respuesta a la agitación afgana que se estaba produciendo entre su población de origen pashtún, Pakistán cerró la frontera con Afganistán. La prolongación del cierre fronterizo ocasionó una fuerte dependencia comercial con la Unión Soviética. Para revertir la situación, Daud Khan dimitió en marzo de 1963, lo que tuvo como consecuencia que Pakistán reabriera la frontera gradualmente entre abril y mayo del mismo año.

Por su parte, el Rey Zahir Sha nombró como Primer Ministro a Muhammad Yusuf, quien constituyó un gabinete con tecnócratas e intelectuales. Este gobierno sugirió al Rey la elaboración de una nueva Constitución que condujera al país hacia una monarquía constitucional. El Rey Zahir Sha aceptó la propuesta y la nueva Constitución fue bosquejada por expertos afganos, en colaboración con consejeros legales extranjeros (un francés, un indio y un egipcio). Se basó en los principios de la monarquía parlamentaria (exclusión de la familia real de la esfera política), pero mantuvo los valores tradicionales del Islam.

La nueva Constitución fue aprobada por la Asamblea Nacional en octubre de 1964, con un solo voto en contra e inmediatamente fue ratificada por el Rey. Bajo el nuevo régimen, existiría la Casa del Pueblo ―con 216 miembros elegidos― y la Casa de los Superiores ―con 84 miembros― de los cuales un tercio sería elegido por el pueblo, un tercio designado por el rey y el resto elegido indirectamente por nuevas asambleas provinciales. Las elecciones generales para ambas cámaras legislativas se fijaron para octubre de1965, por lo que el gobierno interino tuvo tiempo suficiente para preparar y promulgar por decreto real las leyes para las primeras elecciones democráticas en la historia afgana.

Se autorizó la formación de grupos políticos, con la condición de que sus objetivos y actividades respetaran los principios fundamentales de la nueva Constitución: el Islam, la monarquía constitucional y la libertad individual. Por consiguiente, la formación de movimientos de tendencia marxistas quedaba potencialmente prohibida. Anticipándose a las disposiciones legales que debía promulgar el Parlamento y podría excluirles de la vida pública, los grupos de izquierda lanzaron una intensiva campaña para ganarse a la juventud amparándose en la Libertad de Prensa recientemente instaurada por el gobierno interino mediante real decreto.

La polarización de la política afgana (en las elecciones de 1965 y de 1969 participaron tendencias que cubrían desde el fundamentalismo islámico hasta el comunismo pro-soviético) se tradujo en una cierta inestabilidad: hubo un total de cinco primeros ministros entre septiembre de 1965 y diciembre de 1972. Ya desde la apertura del primer parlamento democrático, los grupos marxistas alentaron revueltas estudiantiles y pidieron la dimisión del gobierno. El ex embajador en Washington y ex información, Muhammad, fue llamado para formar un nuevo gobierno. Este hecho supuso el primer indicio del fracaso del experimento democrático en el país.

El grupo liberal, promotor e impulsor de la monarquía constitucional, fue excluido del gobierno y reemplazado por políticos contrarios a la Constitución. Como resultado, la carta magna fue parcialmente aplicada y no se produjo la exclusión del sistema de partidos de aquéllos contrarios a la monarquía y al Islam. Los grupos marxistas se aprovecharon de la política de «dejar hacer» de los sucesivos gobiernos y difundieron su ideología en diarios tales como Jalq (‘pueblo’), Parcham (‘bandera’) y Shola (‘llama’), este último de ideología maoísta.

Daud (1973-1978)

República de Daud

En julio de 1973 Mohammed Daud Khan derrocó al rey Zahir Shah, mientras este último se encontraba en Italia recibiendo tratamiento médico, proclamándose la República.

Daud prometió una reforma agraria, mejorar el nivel de vida y otras reformas progresistas. Inicialmente se acercó al ala moderada del Partido Democrático Popular de Afganistán(PDPA, comunista), pero posteriormente se distanció y fundó su propio partido, el Revolucionario Nacional en 1976. Ese año, inició un plan para mejorar la economía y el bienestar, que no tuvo éxito. En 1977 la Loya Jirga (cámara alta del parlamento) aprobó una nueva constitución con partido único, el Revolucionario Nacional, lo que causó un gran descontento. A comienzos del año siguiente, agentes del régimen asesinaron al dirigente comunista Mir Akbar Kaibar y Daud ordenó el arresto de los dirigentes del PDPA. El 27 de abril una revolución dirigida por Abdul Qadir y Mohammad Aslam Watanjar triunfó. Daud fue ejecutado, el PDPA formó gobierno y proclamó la República Democrática de Afganistán.

Abdul Qadir como líder de una facción izquierdista del ejército afgano, constituye un Consejo Revolucionario de las Fuerzas Armadas, aquel 28 de abril de 1978 las informaciones desde Kabul eran confusas y no se sabía el paradero del presidente derrocado. Al día siguiente el líder de los rebeldes comunica por radio que Mohammed Daud Khan murió asesinado al presentar resistencia. El embajador soviético, Aleksandr Puzanov, tuvo noticias del golpe poco antes de que este se llevase a cabo. Manifestó su oposición, como también lo hicieron desde Moscú. La URSS había mantenido unas relaciones cordiales con el gobierno de Daud y no estaba por la labor de ver cómo el PDPA llegaba al poder.

En 1973 un golpe de Estado derribó la monarquía y proclamó la república. Cinco años más tarde se instaló un gobierno comunista, pero la actividad de la guerrilla islámica, provocó la intervención soviética que sólo terminaría en 1989 gracias a Estados Unidos que ayudó a los islamistas. Entonces continuó la guerra civil y en 1996 el movimiento talibán tomo el poder de Kabul e instauró un gobierno basado en laSharia. En 2001 una coalición comandada por Estados Unidos invadió el país derrocando a su gobernante Mohammad Omar e instaurando un nuevo régimen.

En la actualidad no se ha conseguido estabilizar el país, que se encuentra inmerso en una situación de guerra constante desde el 7 de octubre de 2001.

Gobierno y política

La situación política actual de Afganistán es compleja y confusa. Nueve años después del derrocamiento del movimiento talibán a raíz de la intervención en el país de la coalición liderada por los Estados Unidos a finales de 2001 (a finales de 1379 de la Hégira). En muchos aspectos Afganistán es un estado tan sólo nominalmente, habiéndose convertido en un protectorado de EE.UU., la OTAN y las Naciones Unidas.

El Presidente Hamid Karzai y su Gobierno (instaurados por la comunidad internacional y posteriormente refrendados por el órgano legislativo elegido por voto popular en 2005) controla la capital y no mucho más del resto del país, que continúa siendo muy "inestable" (resistente al nuevo régimen). Existen aún focos de talibanes que buscan mantener e incrementar su poder regional.

Las Naciones Unidas y otras organizaciones desempeñan un papel crucial en la reconstrucción del país. De cualquier modo, es muy difícil predecir qué va a ser del mismo a largo plazo, aunque el Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, ha confirmado la ayuda económica y armada al Gobierno Afgano para el Establecimiento del Orden Interno del país asiático.

En septiembre de 2005 se celebraron Elecciones Parlamentarias. 5 años después en 2010 fueron convocadas nuevamente.

Organización territorial

Afganistán está dividido administrativamente en 34 provincias (vilayatos). Cada provincia tiene una capital y un gobernador a cargo. Las provincias se dividen en aproximadamente 398 distritos, y cada uno de ellos normalmente cubre una ciudad o un número de aldeas. Cada distrito provincial está representado por un sub-gobernador, que generalmente se le llama gobernador de distrito.

Los gobernadores provinciales, así como los gobernadores de distrito, son elegidos para el cargo durante las elecciones presidenciales de la nación, que tienen lugar cada cinco años. Los gobernadores provinciales son los representantes del gobierno central de Kabul y son responsables de todas las cuestiones administrativas y formales dentro de sus provincias. El Jefe de la Policía provincial es nombrado por el Ministerio del Interior en Kabul, y trabaja junto con el gobernador de la provincia en cumplimiento de la ley para todos los distritos de la provincia.

Hay una excepción en la ciudad capital de Kabul, donde el alcalde es elegido directamente por el Presidente, y es completamente independiente del gobernador de Kabul.

Geografía

Afganistán posee una superficie de 647.947 kilómetros cuadrados, de los cuales aproximadamente el 75% es montañoso. De hecho, las poco pobladas tierras altas centrales conforman la mayor parte del Hindu Kusho Hindu Qûh, la principal cadena montañosa del país y la segunda más alta del mundo, con varios picos por encima de los 6.400 metros (punto más elevado del país: Nowshak; 7.485 msnm) en su extremo oriental. En la región noreste existe una importante actividad sísmica que con frecuencia causa cientos de muertes. El clima puede catalogarse como continental extremo, con escasas precipitaciones. Una buena parte del territorio es desértico o semidesértico, excepto unos cuantos valles fértiles muy poblados, como el de Herat, al noroeste. La red fluvial es de tipo endorreico, siendo los ríos más importantes el Amu-Darya (que es el cuasi mítico Oxus), el Helmand y el Käbol.

Con una alta tasa de ruralidad, la población del país es de 26.508.694 personas, cuya esperanza de vida es de 49 años. El principal grupo étnico es el de los pastunes o patanes, seguido de los tayikos, todos ellos indoeuropeos iranios. También existen grupos turco-tártaros. Afganistán es muy pobre; de hecho, en 1995 ocupó el puesto 192º (el último) en el ranking de países según el consumo de calorías de su población. Miles de personas carecen de alimentos, vivienda y asistencia sanitaria. Entre 1979 y 2000, una tercera parte de su población abandonó el territorio, huyendo de la guerra, estimándose que son cerca de seis millones los refugiados afganos establecidos en Pakistán e Irán, quienes poco a poco han regresado a Afganistán.

Economía

Afganistán es un país extremadamente pobre, con una alta dependencia en la agricultura, pues la mayor parte de la población (90%) trabaja en el sector agrícola cultivando cereales, frutales, frutos secos, algodón y papaya. La mayoría de la agricultura se realiza en las llanuras del norte, cerca de las fronteras con Turkmenistán, Uzbekistán y Tayikistán. También hay importantes rebaños de ovejas "karakul", así como artesanía de alfombras. Posee importantes reservas de gas natural explotadas a baja escala por empresas de capital estadounidense y una industria (textiles, alimentos) de incipiente desarrollo. En general, la economía afgana tiene muy bajo desarrollo debido a la situación de guerra permanente, a la falta de un gobierno central efectivo, y a la fragmentación de la sociedad en grupos tribales.

La agricultura es la fuente principal de ingreso de este país, pues se cultiva principalmente trigo, maíz, arroz, cebada, hortalizas, varios tipos de frutos secos, nueces, tabaco, algodón, remolacha, opio. También se cultiva y se la usa en la industria la semilla de ricino, rubia. En la ganadería, se destaca la cría de ganado ovino, que da origen a gran cantidad de carne, además de la lana y pieles, productos de exportación. También se crían camellos, burros, vacas, cabras.

La economía ha sufrido bastante debido a agitaciones políticas y militares, así como también debido a una sequía severa que ha añadido dificultades al país entre 1998-2001. La mayoría de la población sufre de insuficiencia de comida, vestido, vivienda, atención médica y otros problemas, todo esto empeorado por operaciones militares e incertidumbre política. La inflación constituye un serio problema. Luego de la guerra contra la coalición liderada por los Estados Unidos, que provocó el derrocamiento del régimen talibán en noviembre de 2001, muchos de los agricultores han cambiado sus cultivos por paga en efectivo, en vez de cultivar alimentos para consumo interno. Un ejemplo notable es el cultivo de opio, el cual se ha incrementado grandemente durante la última década: Afganistán se ha convertido en el primer proveedor ilegal de opio en el mundo.

A pesar de la labor de la comunidad internacional y el gobierno de Karzai, la dependencia del opio sigue en aumento. Según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC en sus siglas inglesas), en el año 2006 el cultivo de amapola creció un 59 por ciento. La producción del opio creció un 49 por ciento. En un reciente artículo de la Washington Quarterly, Peter van Ham y Jorrit Kamminga dan más detalles sobre la economía ilícita del opio en Afganistán, y posibles soluciones. Esfuerzos internacionales para la reconstrucción de Afganistán llevaron a la creación de la Autoridad Interina de Afganistán, como resultado del Acuerdo de Bonn de 2001. En enero de 2002, en la Conferencia en Tokio de Donantes para la Reconstrucción de Afganistán, se recolectaron unos 4.500 millones de dólares, que serían administrados por el Banco. Las áreas prioritarias para la reconstrucción incluyen instalaciones sanitarias para educación y salud, mejora del sector agrícola, así como también carreteras, energía y telecomunicaciones. Dos tercios de la población viven con menos de dos dólares al día.

Infraestructura

Comunicaciones y tecnología

Afganistán ha avanzado rápidamente en la tecnología de las comunicaciones y hoy en día, cuenta con empresas de comunicación inalámbrica, Internet, radiodifusoras y canales de televisión. Las empresas de telecomunicaciones afganas Afghan Telecom, Afghan Wireless, Roshan (que es en parte propiedad del príncipe Karim Aga Khan IV), MTN Group y Etisalat han manifestado un rápido incremento en el uso de teléfonos celulares. En 2011 hay 16,8 millones de líneas móviles.24

La telefonía fija es manejada desde 2006 por Afghan Telecom, creada en ese año con la misión de reconstruir una red destruida por dos décadas de guerra. En 2011 había solamente 72700 líneas fijas. En el 2006, el Ministerio Afgano de Comunicaciones firmó un contrato de 64,5 millones de dólares con ZTE Corporation para la creación de una red nacional de cable de fibra óptica. Esto mejorará las transmisiones telefónicas, de internet, televisión y radio en todo el país.

Los Servicios postales y de entrega de paquetes (como FedEx, DHL y otros) existen en las principales ciudades y pueblos. A partir de 2008, el país tiene 460.000 líneas de teléfono,26 y alrededor de 500.000 personas (1,5% de la población) tienen acceso a Internet.

Transporte

La aerolínea Ariana Afghan Airlines despacha vuelos hacia Fráncfort del Meno, Dubái y Estambul, desde Kabul y Herat. Los automóviles se han vuelto recientemente más asequibles, siendo Toyota, Land Rover, BMW y Hyundai los concesionarios más habituales.

Hay también algunos servicios de vuelos nacionales e internacionales disponibles con las empresas de propiedad local, como Air Kam, Pamir Airways y Airways Safi.

El país cuenta con un servicio ferroviario limitado con Turkmenistán y Uzbekistán en el norte. Hay dos proyectos ferroviarios más actualmente en curso con los países vecinos; uno pretende conectar Herat e Irán, mientras que el otro quiere conectar con los ferrocarriles pakistaníes.

La mayoría de los ciudadanos que viajan grandes distancias usan los servicios de autobús. Los nuevos automóviles se han vuelto más ampliamente disponibles después de la reconstrucción de caminos y carreteras. Los vehículos son importados de los Emiratos Árabes Unidos a través de Pakistán e Irán.

Medios De Comunicación

Los medios de comunicación estuvieron estrechamente controlados por los talibanes, tanto que la televisión fue cerrada en 1996 y a la prensa se le prohibió publicar comentarios, fotos o cartas de los lectores. Radio Kabul sólo transmitía programas religiosos y de propaganda, y salía al aire sin música. Después de que el nuevo gobierno asumiera en 2001, las restricciones a la prensa se han aligerado de manera gradual y diversificado los medios de comunicación privados. La libertad de expresión y de prensa es promovida en la Constitución de 2004 y la censura fue prohibida, a pesar de que difamar a las personas o la producción de material contrario a los principios del Islam está prohibida. En 2008, Reporteros sin Fronteras colocó al país en el puesto 156 de 173, siendo los primeros más libres. 400 publicaciones están registradas, por lo menos 15 canales locales de televisión afgana y 60 emisoras de radio. Las estaciones de radio extranjeras, como el Servicio Mundial de la BBC, también se transmiten en el país.

Demografía

En 2007, Afganistán tenía una población de 31.889.000 habitantes. La esperanza de vida es de 49 años. El 36% de la población está alfabetizada. El promedio de hijos por mujer es de 6,64, una de las tasas más elevadas del mundo, lo cual está provocando un crecimiento poblacional nunca visto en la historia del país.

Afganistán es un país multilingüístico, multiétnico y multicultural, y además está en una encrucijada entre el este (China), el sur (Asia meridional, incluido Pakistán), el oeste (Oriente Medio, incluido Irán) y el norte (grupo de países de la antigua URSS). También fue un antiguo punto de encuentro del comercio y migración. A lo largo de la historia, la región de la moderna Afganistán fue invadida por varios pueblos, que incluyen los persas, griegos, árabes, turcos, mongoles, británicos, soviéticos, y actualmente por la coalición liderada por EE. UU. En 2001.

La población de Afganistán está dividida en un gran número de grupos étnicos. Como no se ha llevado a cabo un censo sistemático en el país últimamente, no hay disponibles cifras exactas del tamaño y composición de los variados grupos étnicos. Por lo tanto, la mayoría de las cifras son sólo aproximaciones. Según el CIA World FactBook (actualizado el 23 de noviembre de 2012), la distribución de grupos étnicos es el siguiente:

• Pasthunes: 42%

• Tayikos: 27%

• Hazaras: 9%

• Uzbekos: 9%

• Aimako: 4%

• Turkmenos: 3%

• Baloch 2%

• Otro: 4%

Los idiomas oficiales de Afganistán son el persa afgano o dari (persa) (hablado por el 50% de la población), y el pastún (en inglés pashtun) (hablado por el 35% de la población). Otras lenguas incluyen idiomas turcos (entre ellos, uzbeko y turcomano o turkmeno [hablado por el 10% de los habitantes]), así como 30 lenguas menores. El bilingüismo es común, y ésta es una de las razones por las cuales los porcentajes resultan variables.

Religiosamente, los afganos son predominantemente musulmanes (de entre los musulmanes, aproximadamente 80-89% son sunníes y 10-19% son chiíes). Hay también minorías budistas, hinduistas y sijs. Una minoría judaísta milenaria se ha reducido desde hace algunos años. Muchos de estos judaístas huyeron en los noventa (durante la guerra civil y durante el régimen islamista radical de los talibanes) hacia los países vecinos, a Europa y al continente americano. Con la caída de los talibanes, algunos sijs y judaístas han retornado a la provincia afgana de Ġaznī.

Durante los últimos años, Afganistán se ha mantenido fuera de la lista de países ordenados según su Índice de Desarrollo Humano elaborada por la ONU, debido a que no es posible recopilar datos suficientes para una correcta clasificación. En todo caso, cabría esperar que Afganistán fuera el último en dicho ranking, dado su escaso desarrollo económico y social.

Educación

A partir de 2006 más de 4.000.000 de alumnos de ambos sexos estaban inscritos en todo el país. Aún existen diversos obstáculos significativos en la educación de Afganistán, debido a la falta de financiación, edificios escolares inseguros y reglas culturales. La falta de profesores es otro obstáculo y el hecho de que algunos padres no dejen a sus hijas tener clases con un hombre también lo es.

La tasa de alfabetización según estimación de 1999 es de 36%, siendo entre los hombres de 51% y entre las mujeres de 21%. Actualmente hay unas 9.500 escuelas en el país.

Cultura

Afganistán cuenta con una compleja historia, que ha quedado reflejada en sus actuales civilizaciones, lenguajes y monumentos. Los afganos se muestran orgullosos de su país, su linaje y soberanía. Históricamente han sido un "clan bélico", que ha mantenido querellas durante distintas épocas, siendo la guerra una de sus principales ocupaciones desde tiempos inmemoriales. Esta condición ha hecho difícil a los invasores conquistar la región.

Edad Moderna

Muerto Tamerlán en 1405, el país vivió un renacimiento bajo el reinado de Shahruj Mirza (1405-1447) desde Harat, mientras que Husayn I Bayqara dio esplendor a las artes y las ciencias e incluso intentó recuperar el imperio de Gengis Khan con nuevas conquistas hacia la India que culminaron en 1526, pese a la pérdida de Harat a manos de los safavíes.

La decadencia del dominio turco comenzó con la muerte de Aurangzeb (1707), lo cual permitió a las tribus afganas a desligarse de los sucesores de este y de los gobernantes iraníes. Uno de sus jefes, Mir Uways, se proclamó emir en Kandahar, y su hijo Mahmud se apoderaría de Kirman e Isfahán, al tiempo que lidiarían con el movimiento de Nadir Sha, el cual se proclamó rey al apoderarse de Kabul (hasta 1739). Su sucesor, Ahmed Sah Abdali fundó el Imperio durrani y proclamó la independencia de Afganistán en 1747.

Artículo principal: Imperio durrani

Con el gobierno de Ahmad, el imperio realizó importantes conquistas, sobre todo en la India. Su sucesor, Timur Shah Durrani, trasladó la capital a Kabul y proporcionó paz al país aunque este mostró síntomas de una decadencia que explotó con las luchas por el trono que acaecerían tras su muerte y persistieron hasta 1838.

Edad Contemporánea

Afganistán bajo los Mohammadzai

La dinastía Mohammadzai (1838-1973), reorganizó en el país aunque no tardaron en producirse las intromisiones de rusos e ingleses. Durante el reinado de Dost Mohammed Khan, se abandonan los territorios de Cachemira, Mutan y Peshâwar para fortalecer militarmente el país y acogerse a las tropas del zar ruso. Ello motivó la intervención de la Compañía Británica de las Indias Orientales para asaltar el país y someter a su rey, que fue remplazado por Shuja Shah Durrani, provocando la rebelión popular de 1847, que se saldó con la derrota inglesa.

Sher Ali Khan sostuvo enfrentamientos con ambas potencias europeas, sin lograr liberar al país de su influencia. Su sucesor, Mohammad Yaqub Khan, se vio obligado a pactar con los británicos, reconociendo las actuales fronteras del país, bajo la línea Durand. A partir de entonces, durante el reinado de Habibullah Khan, se intentó sacar al país del aislamiento, lo que le valió la guerra con el Reino Unido hasta que en 1919 reconoció su independencia.

Habibullah (1901-1919)

La manifestación más clara de que Abdur Rahman había establecido su mando en el país, es la sucesión pacífica que se produce a su muerte en octubre de 1901, cuando su hijo Habibullah accede al trono. Aunque Abdur Rahman tenía muchos hijos, preparó a Habibullah para sucederle e hizo difícil al resto de sus otros hijos disputarle la sucesión.

El Khan Habibullah intensificó la introducción de tecnología europea moderna iniciada por Abdur Rahman, lo cual supuso la penetración de las ideas y usos occidentales en la corte real afgana y las clases altas. Aunque asegura su posición como gobernante en virtud del apoyo del ejército creado por su padre, Habibullah no tiene el carisma de Abdur Rahman. Por consiguiente, la influencia de líderes religiosos ―como Mahmoud Beg Tarzi, primo de su padre― aumenta durante su reinado. Tarzi (un poeta y periodista muy viajado y educado) había fundado el periódico nacionalista Ol-Akbar de Seraj (‘la antorcha de las noticias’) con gran influencia política incluso más allá de los límites de Afganistán y que encendió las primeras llamas nacionalistas modernas en el país. Hasta 1919 este medio se utiliza como plataforma para oponer los fundamentos clericales en contra de los cambios pro-occidentales del gobierno y de la sociedad afgana. Tal es la influencia del apasionado nacionalismo de Tarzi, que se dice que marca a toda una generación de reformadores centros asiáticos.

En materia internacional, el límite con Irán se delineó en 1904, cuando se reemplaza la ambigua demarcación establecida por una comisión británica en 1872. Sin embargo, el acuerdo no es total debido a la divergencia en compartir las aguas del río Helmand.

Como todos los acontecimientos de política exterior que afectaban a Afganistán antes de la Primera Guerra Mundial, el desarrollo del Gran Juego entre Rusia y el Unido tuvo lugar sin la participación del gobernante afgano. El acuerdo de 1907 entre ambas potencias no solamente divide la región de Asia Central en dos esferas de influencia, sino que también establece las bases de la neutralidad afgana durante gran parte del siglo. El acuerdo establece la aceptación por parte de Rusia de que Afganistán queda ahora fuera de su esfera de influencia y que en lo relacionado con las cuestiones ruso-afganas debe consultar a Reino Unido. Por su parte, este último se compromete a no ocupar ni anexionar territorio afgano; así como tampoco interferir en los asuntos internos del país asiático.

En 1907, Habibullah visitó la India británica en calidad de invitado del virrey, Gilbert Elliot. Impresionado con el poder de los británicos, Habibullah resiste las presiones de su hijo Amanollah, del propio Tarzi (padre de la esposa de Amanollah) y otros nacionalistas para entrar en la Primera Guerra Mundial en favor de las Potencias Centrales y contra del Reino Unido. De hecho, durante el conflicto Afganistán permanece neutral, a pesar de la presión interna de apoyar a Turquía cuando el sultán proclama la participación de su nación en lo que considera una guerra santa. Sin embargo, Habibullah demuestra su habilidad al recibir y engatusar a una delegación germano-turca en Kabul durante 1915, de la que ―luego de mucha dilación― logra un acuerdo de mucho dinero y provisiones a cambio de atacar la colonia británica de India. Pero el gobernante afgano ve en el conflicto una gran oportunidad de obtener ventajas a cambio de ambos bandos: ofrece al Reino Unido su neutralidad a cambio de que los británicos reconozcan su soberanía al acabar la guerra. El no cumplimiento de esta promesa y las divisiones entre pro-británicos y anti-británicos al interior de la sociedad afgana, provoca que Habibullah sea asesinado el 20 de febrero de 1919, por personas asociadas a este último movimiento.

Amanulá (1919-1929)

Amanulá asumió entonces el poder de su padre, tras imponerse a su tío Nasrullah, a quién denunció como usurpador y cómplice en el asesinato de su padre. Amanulá era un ardiente reformador, al estilo de sus contemporáneos Reza Shah en Irán y Kemal Ataturk en Turquía. Exigió la revisión de los acuerdos firmados con Reino Unido en los cuales la potencia europea se hacía cargo de las relaciones exteriores de Afganistán a cambio de «protección» contra Rusia y la entrega de un subsidio consistente en dinero y material para el ejército.

El rechazo británico a aceptar un cambio del status quo llevó ―en mayo de 1919― a Amanulá a proclamar unilateralmente la independencia de su país y a atacar la frontera india, dando inicio a la tercera guerra anglo-afgana. El Reino Unido estaba agotado militarmente tras la Primera Guerra Mundial y no se encontraba en condiciones de emprender una guerra en la frontera Indo-afgana, por lo que se limitó a rechazar la ofensiva junto a la frontera. Tras intensas negociaciones, se restauró la paz y Amanulá logró que el Reino Unido reconociera la independencia de Afganistán. El reconocimiento formal de Afganistán como nación independiente por parte del Reino Unido, se concretó en el nuevo Tratado, firmado el 8 de agosto de 1919 y enmendado en noviembre de 1921.

Apenas firmado el mencionado tratado, Amanulá envió una delegación al exterior con el objetivo de establecer relaciones diplomáticas con diferentes países de Asia, Europa y América. La primera etapa de la delegación fue Moscú, donde fue recibido en octubre de 1919 con los brazos abiertos por parte de los líderes del nuevo régimen soviético. Esto se tradujo en un tratado de amistad con Unión Soviética y en el reconocimiento mutuo de ambas naciones. De esta manera, Afganistán fue el primer país en el mundo en reconocer al gobierno soviético. Con ello, Afganistán no solamente consiguió el reconocimiento de su independencia por parte de Unión Soviética, sino también el ofrecimiento de ayuda «moral y material en su heroica lucha contra el imperialismo británico». Esto se traducirá en la evolución de una «relación especial» entre los dos gobiernos en los siguientes 50 años.

Entre 1919 y 1929, la relación con la Unión Soviética fue amistosa y fructífera, especialmente para Afganistán. De hecho, numerosos técnicos e instructores soviéticos llegaron al país para colocar el teléfono y el telégrafo; preparar a los jóvenes técnicos afganos y entrenar a los primeros pilotos de la naciente fuerza aérea afgana. Como consecuencia, el mercado afgani se vio inundado de productos soviéticos, en reemplazo de los británicos.

En 1923, Amanulá cambió su título de emir al de Rey e inmediatamente comenzó a desarrollar una serie de reformas políticas, sociales y religiosas; entre las que destacan cambios constitucionales y administrativos (como la designación de su hijo mayor como heredero del trono, en lugar de su hermano, tal como lo establecía la legislación islámica), la supresión del velo de las mujeres y la creación de las escuelas para ambos sexos.

Los grupos religiosos conservadores y los líderes tribales se sintieron agredidos por estas políticas. La rebelión de Khost, una revuelta tribal en 1924, fue sofocada totalmente, pero en noviembre de 1928, un levantamiento de miembros de una tribu de Shinwari, seguido de ataques armados de las fuerzas Kodamani y Kuhistani del líder popular Baccheh Saqow (‘el hijo del portador de agua’), derivaron en una guerra civil que forzó la caída del rey Amanulá. Tras un infructuoso esfuerzo por recuperar el trono el 14 de enero de 1929 Amanollah abdicó en favor de su hermano mayor, Inayatollah, pero Baccheh Saqow se proclamó Habibollah Ghazi o Habibollah II, emir de Afganistán, estableciendo un régimen conservador y favorable a la política británica.

Amanulá cruzó la frontera india el 23 de mayo de 1929 y vivió su destierro en Italia y Suiza. Falleció en Zúrich (Suiza) el 26 de abril de 1960 y posteriormente sus restos fueron sepultados en la ciudad de Jalalabad, al lado de la tumba de Habibollah.

Mohammad Nadir Shah (1929-33)

Habibollah II fue manejado desde el trono por Mohammad Nadir Kan y sus hermanos, primos distantes de Amanollah. El 10 de octubre de 1929, Habibollah II fue ejecutado junto a 17 de sus colaboradores e inmediatamente una asamblea tribal «eligió» a Nadir Kan como shah. Este inició una sangrienta persecución de la oposición a su régimen y partidarios de Habibollah II. En 1931, se elaboró una nueva Constitución basada en la promulgada por Amanollah en 1923, aunque orientada a aplacar a los líderes religiosos y tribales conservadores. Nadir Kan fue asesinado el 8 de noviembre de 1933, siendo sucedido en el trono por su hijo de 19 años, el príncipe Mohammed Zahir Shah.

Zahir Shah (1933-1973)

El joven Rey Zahir Sha encargó la formación del gobierno a su tío Mohammed Hashem, promotor de una nueva política de reformas más en consonancia con la realidad social: reorganización del ejército, obligatoriedad de la enseñanza primaria masculina, creación de colegios de segunda enseñanza y extensión ―con ayuda de médicos turcos que crearon una facultad de Medicina― de las medidas de higiene en todo el país.

Para llenar el hueco político, económico y técnico dejado por los británicos, el nuevo gobierno recurrió a los Estados Unidos para explorar los recursos naturales del país y para construir sistemas de irrigación y de comunicación. El gobierno afgano ofreció favorables incentivos a las empresas comerciales estadounidenses (como contratos muy favorables) de manera de lograr un rápido desarrollo en áreas geográficas improductivas, como en el valle de Hilmand, al sur del país.

Durante la década de 1930, la economía nacional creció bajo la dirección de varios empresarios que empezaron proyectos industriales en pequeña escala. Los primeros 20 años del reinado de Zahir Shah se caracterizaron por cautelosas políticas de consolidación nacional, una expansión de las relaciones internacionales y el desarrollo interior del país. La Segunda Guerra Mundial provocó retrasos en este proceso de desarrollo, pero Afganistán mantuvo su tradicional neutralidad, a pesar de que en 1941 accedió a expulsar a los ciudadanos alemanes, japoneses e italianos, bajo la presión británica y soviética, eliminando cualquier pretexto para una eventual ocupación extranjera.

En mayo de 1946, el Primer Ministro Hashem dimite tras 17 años en el cargo, siendo reemplazado por Mohammed Ghazi, quien firmó con los soviéticos un acuerdo sobre límites fronterizos e hizo admitir a Afganistán en la Organización de Naciones Unidas (ONU). Hacia fines del mismo año, el cargo de Primer Ministro es ejercido por Sirdar Sha Jan(hermano de Hashem), quien permitió la celebración de elecciones y propició una tímida libertad de prensa en el país.

En materia internacional, el inicio de la guerra fría entre los Estados Unidos y la Unión Soviética llevó al país a deambular entre ambas potencias en busca de ayuda. Las disputas territoriales con Pakistán, derivadas de la asignación en 1947 a este país del lado británico de la línea Durand, habitado por pashtunes, situó a la India (antibritánica y no-alineada) en favor de los afganos. Por otro lado, el papel clave que jugaban los pakistaníes en el sistema de alianzas de Estados Unidos, llevaron inevitablemente a perder la confianza de la potencia occidental y decantarse por la Unión Soviética.

El llamado Parlamento Liberal funcionó de 1949 a 1952. Sin embargo, las corrientes conservadoras del régimen ―animadas por los líderes religiosos― apoyaron la destitución de Sirdar Sha Jan y la ascensión en el cargo del teniente general Mohammed Daud Khan, en 1953. Durante los 10 años en que ejerció su cargo, Daud Khan sostuvo una postura más dura respecto del problema del Pashtunistán y acudió a la Unión Soviética en búsqueda de ayuda militar y económica. Este acercamiento fue motivado por el cansancio de Daud con la actitud estadounidense, que no solo abogó por una solución diplomática al asunto del Pasthunistán, sino que exigió a Afganistán abandonar su tradicional neutralidad e incorporarse (junto a Irán, Irak, Turquía y Pakistán) al bloque pro-occidental en el Pacto de Bagdad.

Pese que los soviéticos se convirtieron en los principales socios comerciales y militares de Afganistán, los afganos se mantuvieron neutrales en la Guerra Fría y el país se convirtió en una «Corea económica», como beneficiaria simultánea de la abundante ayuda soviética y la estadounidense, aprovechando la competencia entre ambas superpotencias por asegurar su influencia en la zona. De hecho, en 1954 la Gran Asamblea Afgana tomó la resolución de que «las necesidades militares y económicas deben tomarse dondequiera que esto sea posible».

En diciembre de 1955, Bulganin y Jrushchov visitaron Kabul de regreso a su viaje a India y aseguraron su ayuda a Afganistán, mediante el otorgamiento de un préstamo a largo plazo de 100 millones de dólares estadounidenses y el apoyo diplomático soviético en el asunto del Pasthunistán. Como fruto de este acuerdo, se iniciaron numerosos intercambios entre ambos países; miles de jóvenes afganos completaron sus estudios en la Unión Soviética (especialmente en el terreno militar). Asimismo, grandes proyectos en el sector de las comunicaciones fueron emprendidos por los soviéticos: se construyeron miles de kilómetros de caminos y los principales aeropuertos del país. Se levantó un instituto politécnico en Kabul y varios más pequeños en algunas provincias.

Desde 1958 a 1973, el 50 por ciento de los funcionarios jóvenes y técnicos del ejército habían sido preparados en la Unión Soviética o bajo la supervisión de instructores soviéticos en Afganistán.

En el aspecto doméstico, Daud Khan tuvo éxito en la introducción de importantes reformas educativas y sociales, tales como el uso voluntario del velo de las mujeres y la abolición del purdha (la costumbre musulmana de esconder a las mujeres de la vida pública), lo que teóricamente produjo un aumento de la fuerza de trabajo estimado en un 50 %. A pesar de estos avances, el régimen seguía siendo represivo y no toleraba la oposición política directa.

El problema del Pashtunistán y el acercamiento a la Unión Soviética precipitó la caída del primer ministro Daud Khan. En agosto de 1961 y como respuesta a la agitación afgana que se estaba produciendo entre su población de origen pashtún, Pakistán cerró la frontera con Afganistán. La prolongación del cierre fronterizo ocasionó una fuerte dependencia comercial con la Unión Soviética. Para revertir la situación, Daud Khan dimitió en marzo de 1963, lo que tuvo como consecuencia que Pakistán reabriera la frontera gradualmente entre abril y mayo del mismo año.

Por su parte, el Rey Zahir Sha nombró como Primer Ministro a Muhammad Yusuf, quien constituyó un gabinete con tecnócratas e intelectuales. Este gobierno sugirió al Rey la elaboración de una nueva Constitución que condujera al país hacia una monarquía constitucional. El Rey Zahir Sha aceptó la propuesta y la nueva Constitución fue bosquejada por expertos afganos, en colaboración con consejeros legales extranjeros (un francés, un indio y un egipcio). Se basó en los principios de la monarquía parlamentaria (exclusión de la familia real de la esfera política), pero mantuvo los valores tradicionales del Islam.

La nueva Constitución fue aprobada por la Asamblea Nacional en octubre de 1964, con un solo voto en contra e inmediatamente fue ratificada por el Rey. Bajo el nuevo régimen, existiría la Casa del Pueblo ―con 216 miembros elegidos― y la Casa de los Superiores ―con 84 miembros― de los cuales un tercio sería elegido por el pueblo, un tercio designado por el rey y el resto elegido indirectamente por nuevas asambleas provinciales. Las elecciones generales para ambas cámaras legislativas se fijaron para octubre de1965, por lo que el gobierno interino tuvo tiempo suficiente para preparar y promulgar por decreto real las leyes para las primeras elecciones democráticas en la historia afgana.

Se autorizó la formación de grupos políticos, con la condición de que sus objetivos y actividades respetaran los principios fundamentales de la nueva Constitución: el Islam, la monarquía constitucional y la libertad individual. Por consiguiente, la formación de movimientos de tendencia marxistas quedaba potencialmente prohibida. Anticipándose a las disposiciones legales que debía promulgar el Parlamento y podría excluirles de la vida pública, los grupos de izquierda lanzaron una intensiva campaña para ganarse a la juventud amparándose en la Libertad de Prensa recientemente instaurada por el gobierno interino mediante real decreto.

La polarización de la política afgana (en las elecciones de 1965 y de 1969 participaron tendencias que cubrían desde el fundamentalismo islámico hasta el comunismo pro-soviético) se tradujo en una cierta inestabilidad: hubo un total de cinco primeros ministros entre septiembre de 1965 y diciembre de 1972. Ya desde la apertura del primer parlamento democrático, los grupos marxistas alentaron revueltas estudiantiles y pidieron la dimisión del gobierno. El ex embajador en Washington y ex información, Muhammad, fue llamado para formar un nuevo gobierno. Este hecho supuso el primer indicio del fracaso del experimento democrático en el país.

El grupo liberal, promotor e impulsor de la monarquía constitucional, fue excluido del gobierno y reemplazado por políticos contrarios a la Constitución. Como resultado, la carta magna fue parcialmente aplicada y no se produjo la exclusión del sistema de partidos de aquéllos contrarios a la monarquía y al Islam. Los grupos marxistas se aprovecharon de la política de «dejar hacer» de los sucesivos gobiernos y difundieron su ideología en diarios tales como Jalq (‘pueblo’), Parcham (‘bandera’) y Shola (‘llama’), este último de ideología maoísta.

Daud (1973-1978)

República de Daud

En julio de 1973 Mohammed Daud Khan derrocó al rey Zahir Shah, mientras este último se encontraba en Italia recibiendo tratamiento médico, proclamándose la República.

Daud prometió una reforma agraria, mejorar el nivel de vida y otras reformas progresistas. Inicialmente se acercó al ala moderada del Partido Democrático Popular de Afganistán(PDPA, comunista), pero posteriormente se distanció y fundó su propio partido, el Revolucionario Nacional en 1976. Ese año, inició un plan para mejorar la economía y el bienestar, que no tuvo éxito. En 1977 la Loya Jirga (cámara alta del parlamento) aprobó una nueva constitución con partido único, el Revolucionario Nacional, lo que causó un gran descontento. A comienzos del año siguiente, agentes del régimen asesinaron al dirigente comunista Mir Akbar Kaibar y Daud ordenó el arresto de los dirigentes del PDPA. El 27 de abril una revolución dirigida por Abdul Qadir y Mohammad Aslam Watanjar triunfó. Daud fue ejecutado, el PDPA formó gobierno y proclamó la República Democrática de Afganistán.

Abdul Qadir como líder de una facción izquierdista del ejército afgano, constituye un Consejo Revolucionario de las Fuerzas Armadas, aquel 28 de abril de 1978 las informaciones desde Kabul eran confusas y no se sabía el paradero del presidente derrocado. Al día siguiente el líder de los rebeldes comunica por radio que Mohammed Daud Khan murió asesinado al presentar resistencia. El embajador soviético, Aleksandr Puzanov, tuvo noticias del golpe poco antes de que este se llevase a cabo. Manifestó su oposición, como también lo hicieron desde Moscú. La URSS había mantenido unas relaciones cordiales con el gobierno de Daud y no estaba por la labor de ver cómo el PDPA llegaba al poder.

En 1973 un golpe de Estado derribó la monarquía y proclamó la república. Cinco años más tarde se instaló un gobierno comunista, pero la actividad de la guerrilla islámica, provocó la intervención soviética que sólo terminaría en 1989 gracias a Estados Unidos que ayudó a los islamistas. Entonces continuó la guerra civil y en 1996 el movimiento talibán tomo el poder de Kabul e instauró un gobierno basado en laSharia. En 2001 una coalición comandada por Estados Unidos invadió el país derrocando a su gobernante Mohammad Omar e instaurando un nuevo régimen.

En la actualidad no se ha conseguido estabilizar el país, que se encuentra inmerso en una situación de guerra constante desde el 7 de octubre de 2001.

Gobierno y política

La situación política actual de Afganistán es compleja y confusa. Nueve años después del derrocamiento del movimiento talibán a raíz de la intervención en el país de la coalición liderada por los Estados Unidos a finales de 2001 (a finales de 1379 de la Hégira). En muchos aspectos Afganistán es un estado tan sólo nominalmente, habiéndose convertido en un protectorado de EE.UU., la OTAN y las Naciones Unidas.

El Presidente Hamid Karzai y su Gobierno (instaurados por la comunidad internacional y posteriormente refrendados por el órgano legislativo elegido por voto popular en 2005) controla la capital y no mucho más del resto del país, que continúa siendo muy "inestable" (resistente al nuevo régimen). Existen aún focos de talibanes que buscan mantener e incrementar su poder regional.

Las Naciones Unidas y otras organizaciones desempeñan un papel crucial en la reconstrucción del país. De cualquier modo, es muy difícil predecir qué va a ser del mismo a largo plazo, aunque el Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, ha confirmado la ayuda económica y armada al Gobierno Afgano para el Establecimiento del Orden Interno del país asiático.

En septiembre de 2005 se celebraron Elecciones Parlamentarias. 5 años después en 2010 fueron convocadas nuevamente.

Organización territorial

Afganistán está dividido administrativamente en 34 provincias (vilayatos). Cada provincia tiene una capital y un gobernador a cargo. Las provincias se dividen en aproximadamente 398 distritos, y cada uno de ellos normalmente cubre una ciudad o un número de aldeas. Cada distrito provincial está representado por un sub-gobernador, que generalmente se le llama gobernador de distrito.

Los gobernadores provinciales, así como los gobernadores de distrito, son elegidos para el cargo durante las elecciones presidenciales de la nación, que tienen lugar cada cinco años. Los gobernadores provinciales son los representantes del gobierno central de Kabul y son responsables de todas las cuestiones administrativas y formales dentro de sus provincias. El Jefe de la Policía provincial es nombrado por el Ministerio del Interior en Kabul, y trabaja junto con el gobernador de la provincia en cumplimiento de la ley para todos los distritos de la provincia.

Hay una excepción en la ciudad capital de Kabul, donde el alcalde es elegido directamente por el Presidente, y es completamente independiente del gobernador de Kabul.

Geografía

Afganistán posee una superficie de 647.947 kilómetros cuadrados, de los cuales aproximadamente el 75% es montañoso. De hecho, las poco pobladas tierras altas centrales conforman la mayor parte del Hindu Kusho Hindu Qûh, la principal cadena montañosa del país y la segunda más alta del mundo, con varios picos por encima de los 6.400 metros (punto más elevado del país: Nowshak; 7.485 msnm) en su extremo oriental. En la región noreste existe una importante actividad sísmica que con frecuencia causa cientos de muertes. El clima puede catalogarse como continental extremo, con escasas precipitaciones. Una buena parte del territorio es desértico o semidesértico, excepto unos cuantos valles fértiles muy poblados, como el de Herat, al noroeste. La red fluvial es de tipo endorreico, siendo los ríos más importantes el Amu-Darya (que es el cuasi mítico Oxus), el Helmand y el Käbol.

Con una alta tasa de ruralidad, la población del país es de 26.508.694 personas, cuya esperanza de vida es de 49 años. El principal grupo étnico es el de los pastunes o patanes, seguido de los tayikos, todos ellos indoeuropeos iranios. También existen grupos turco-tártaros. Afganistán es muy pobre; de hecho, en 1995 ocupó el puesto 192º (el último) en el ranking de países según el consumo de calorías de su población. Miles de personas carecen de alimentos, vivienda y asistencia sanitaria. Entre 1979 y 2000, una tercera parte de su población abandonó el territorio, huyendo de la guerra, estimándose que son cerca de seis millones los refugiados afganos establecidos en Pakistán e Irán, quienes poco a poco han regresado a Afganistán.

Economía

Afganistán es un país extremadamente pobre, con una alta dependencia en la agricultura, pues la mayor parte de la población (90%) trabaja en el sector agrícola cultivando cereales, frutales, frutos secos, algodón y papaya. La mayoría de la agricultura se realiza en las llanuras del norte, cerca de las fronteras con Turkmenistán, Uzbekistán y Tayikistán. También hay importantes rebaños de ovejas "karakul", así como artesanía de alfombras. Posee importantes reservas de gas natural explotadas a baja escala por empresas de capital estadounidense y una industria (textiles, alimentos) de incipiente desarrollo. En general, la economía afgana tiene muy bajo desarrollo debido a la situación de guerra permanente, a la falta de un gobierno central efectivo, y a la fragmentación de la sociedad en grupos tribales.

La agricultura es la fuente principal de ingreso de este país, pues se cultiva principalmente trigo, maíz, arroz, cebada, hortalizas, varios tipos de frutos secos, nueces, tabaco, algodón, remolacha, opio. También se cultiva y se la usa en la industria la semilla de ricino, rubia. En la ganadería, se destaca la cría de ganado ovino, que da origen a gran cantidad de carne, además de la lana y pieles, productos de exportación. También se crían camellos, burros, vacas, cabras.

La economía ha sufrido bastante debido a agitaciones políticas y militares, así como también debido a una sequía severa que ha añadido dificultades al país entre 1998-2001. La mayoría de la población sufre de insuficiencia de comida, vestido, vivienda, atención médica y otros problemas, todo esto empeorado por operaciones militares e incertidumbre política. La inflación constituye un serio problema. Luego de la guerra contra la coalición liderada por los Estados Unidos, que provocó el derrocamiento del régimen talibán en noviembre de 2001, muchos de los agricultores han cambiado sus cultivos por paga en efectivo, en vez de cultivar alimentos para consumo interno. Un ejemplo notable es el cultivo de opio, el cual se ha incrementado grandemente durante la última década: Afganistán se ha convertido en el primer proveedor ilegal de opio en el mundo.

A pesar de la labor de la comunidad internacional y el gobierno de Karzai, la dependencia del opio sigue en aumento. Según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC en sus siglas inglesas), en el año 2006 el cultivo de amapola creció un 59 por ciento. La producción del opio creció un 49 por ciento. En un reciente artículo de la Washington Quarterly, Peter van Ham y Jorrit Kamminga dan más detalles sobre la economía ilícita del opio en Afganistán, y posibles soluciones. Esfuerzos internacionales para la reconstrucción de Afganistán llevaron a la creación de la Autoridad Interina de Afganistán, como resultado del Acuerdo de Bonn de 2001. En enero de 2002, en la Conferencia en Tokio de Donantes para la Reconstrucción de Afganistán, se recolectaron unos 4.500 millones de dólares, que serían administrados por el Banco. Las áreas prioritarias para la reconstrucción incluyen instalaciones sanitarias para educación y salud, mejora del sector agrícola, así como también carreteras, energía y telecomunicaciones. Dos tercios de la población viven con menos de dos dólares al día.

Infraestructura

Comunicaciones y tecnología

Afganistán ha avanzado rápidamente en la tecnología de las comunicaciones y hoy en día, cuenta con empresas de comunicación inalámbrica, Internet, radiodifusoras y canales de televisión. Las empresas de telecomunicaciones afganas Afghan Telecom, Afghan Wireless, Roshan (que es en parte propiedad del príncipe Karim Aga Khan IV), MTN Group y Etisalat han manifestado un rápido incremento en el uso de teléfonos celulares. En 2011 hay 16,8 millones de líneas móviles.24

La telefonía fija es manejada desde 2006 por Afghan Telecom, creada en ese año con la misión de reconstruir una red destruida por dos décadas de guerra. En 2011 había solamente 72700 líneas fijas. En el 2006, el Ministerio Afgano de Comunicaciones firmó un contrato de 64,5 millones de dólares con ZTE Corporation para la creación de una red nacional de cable de fibra óptica. Esto mejorará las transmisiones telefónicas, de internet, televisión y radio en todo el país.

Los Servicios postales y de entrega de paquetes (como FedEx, DHL y otros) existen en las principales ciudades y pueblos. A partir de 2008, el país tiene 460.000 líneas de teléfono,26 y alrededor de 500.000 personas (1,5% de la población) tienen acceso a Internet.

Transporte

La aerolínea Ariana Afghan Airlines despacha vuelos hacia Fráncfort del Meno, Dubái y Estambul, desde Kabul y Herat. Los automóviles se han vuelto recientemente más asequibles, siendo Toyota, Land Rover, BMW y Hyundai los concesionarios más habituales.

Hay también algunos servicios de vuelos nacionales e internacionales disponibles con las empresas de propiedad local, como Air Kam, Pamir Airways y Airways Safi.

El país cuenta con un servicio ferroviario limitado con Turkmenistán y Uzbekistán en el norte. Hay dos proyectos ferroviarios más actualmente en curso con los países vecinos; uno pretende conectar Herat e Irán, mientras que el otro quiere conectar con los ferrocarriles pakistaníes.

La mayoría de los ciudadanos que viajan grandes distancias usan los servicios de autobús. Los nuevos automóviles se han vuelto más ampliamente disponibles después de la reconstrucción de caminos y carreteras. Los vehículos son importados de los Emiratos Árabes Unidos a través de Pakistán e Irán.

Medios De Comunicación

Los medios de comunicación estuvieron estrechamente controlados por los talibanes, tanto que la televisión fue cerrada en 1996 y a la prensa se le prohibió publicar comentarios, fotos o cartas de los lectores. Radio Kabul sólo transmitía programas religiosos y de propaganda, y salía al aire sin música. Después de que el nuevo gobierno asumiera en 2001, las restricciones a la prensa se han aligerado de manera gradual y diversificado los medios de comunicación privados. La libertad de expresión y de prensa es promovida en la Constitución de 2004 y la censura fue prohibida, a pesar de que difamar a las personas o la producción de material contrario a los principios del Islam está prohibida. En 2008, Reporteros sin Fronteras colocó al país en el puesto 156 de 173, siendo los primeros más libres. 400 publicaciones están registradas, por lo menos 15 canales locales de televisión afgana y 60 emisoras de radio. Las estaciones de radio extranjeras, como el Servicio Mundial de la BBC, también se transmiten en el país.

Demografía

En 2007, Afganistán tenía una población de 31.889.000 habitantes. La esperanza de vida es de 49 años. El 36% de la población está alfabetizada. El promedio de hijos por mujer es de 6,64, una de las tasas más elevadas del mundo, lo cual está provocando un crecimiento poblacional nunca visto en la historia del país.

Afganistán es un país multilingüístico, multiétnico y multicultural, y además está en una encrucijada entre el este (China), el sur (Asia meridional, incluido Pakistán), el oeste (Oriente Medio, incluido Irán) y el norte (grupo de países de la antigua URSS). También fue un antiguo punto de encuentro del comercio y migración. A lo largo de la historia, la región de la moderna Afganistán fue invadida por varios pueblos, que incluyen los persas, griegos, árabes, turcos, mongoles, británicos, soviéticos, y actualmente por la coalición liderada por EE. UU. En 2001.

La población de Afganistán está dividida en un gran número de grupos étnicos. Como no se ha llevado a cabo un censo sistemático en el país últimamente, no hay disponibles cifras exactas del tamaño y composición de los variados grupos étnicos. Por lo tanto, la mayoría de las cifras son sólo aproximaciones. Según el CIA World FactBook (actualizado el 23 de noviembre de 2012), la distribución de grupos étnicos es el siguiente:

• Pasthunes: 42%

• Tayikos: 27%

• Hazaras: 9%

• Uzbekos: 9%

• Aimako: 4%

• Turkmenos: 3%

• Baloch 2%

• Otro: 4%

Los idiomas oficiales de Afganistán son el persa afgano o dari (persa) (hablado por el 50% de la población), y el pastún (en inglés pashtun) (hablado por el 35% de la población). Otras lenguas incluyen idiomas turcos (entre ellos, uzbeko y turcomano o turkmeno [hablado por el 10% de los habitantes]), así como 30 lenguas menores. El bilingüismo es común, y ésta es una de las razones por las cuales los porcentajes resultan variables.

Religiosamente, los afganos son predominantemente musulmanes (de entre los musulmanes, aproximadamente 80-89% son sunníes y 10-19% son chiíes). Hay también minorías budistas, hinduistas y sijs. Una minoría judaísta milenaria se ha reducido desde hace algunos años. Muchos de estos judaístas huyeron en los noventa (durante la guerra civil y durante el régimen islamista radical de los talibanes) hacia los países vecinos, a Europa y al continente americano. Con la caída de los talibanes, algunos sijs y judaístas han retornado a la provincia afgana de Ġaznī.

Durante los últimos años, Afganistán se ha mantenido fuera de la lista de países ordenados según su Índice de Desarrollo Humano elaborada por la ONU, debido a que no es posible recopilar datos suficientes para una correcta clasificación. En todo caso, cabría esperar que Afganistán fuera el último en dicho ranking, dado su escaso desarrollo económico y social.

Educación

A partir de 2006 más de 4.000.000 de alumnos de ambos sexos estaban inscritos en todo el país. Aún existen diversos obstáculos significativos en la educación de Afganistán, debido a la falta de financiación, edificios escolares inseguros y reglas culturales. La falta de profesores es otro obstáculo y el hecho de que algunos padres no dejen a sus hijas tener clases con un hombre también lo es.

La tasa de alfabetización según estimación de 1999 es de 36%, siendo entre los hombres de 51% y entre las mujeres de 21%. Actualmente hay unas 9.500 escuelas en el país.

Cultura

Afganistán cuenta con una compleja historia, que ha quedado reflejada en sus actuales civilizaciones, lenguajes y monumentos. Los afganos se muestran orgullosos de su país, su linaje y soberanía. Históricamente han sido un "clan bélico", que ha mantenido querellas durante distintas épocas, siendo la guerra una de sus principales ocupaciones desde tiempos inmemoriales. Esta condición ha hecho difícil a los invasores conquistar la región.

Edad Moderna

Muerto Tamerlán en 1405, el país vivió un renacimiento bajo el reinado de Shahruj Mirza (1405-1447) desde Harat, mientras que Husayn I Bayqara dio esplendor a las artes y las ciencias e incluso intentó recuperar el imperio de Gengis Khan con nuevas conquistas hacia la India que culminaron en 1526, pese a la pérdida de Harat a manos de los safavíes.

La decadencia del dominio turco comenzó con la muerte de Aurangzeb (1707), lo cual permitió a las tribus afganas a desligarse de los sucesores de este y de los gobernantes iraníes. Uno de sus jefes, Mir Uways, se proclamó emir en Kandahar, y su hijo Mahmud se apoderaría de Kirman e Isfahán, al tiempo que lidiarían con el movimiento de Nadir Sha, el cual se proclamó rey al apoderarse de Kabul (hasta 1739). Su sucesor, Ahmed Sah Abdali fundó el Imperio durrani y proclamó la independencia de Afganistán en 1747.

Artículo principal: Imperio durrani

Con el gobierno de Ahmad, el imperio realizó importantes conquistas, sobre todo en la India. Su sucesor, Timur Shah Durrani, trasladó la capital a Kabul y proporcionó paz al país aunque este mostró síntomas de una decadencia que explotó con las luchas por el trono que acaecerían tras su muerte y persistieron hasta 1838.

Edad Contemporánea

Afganistán bajo los Mohammadzai

La dinastía Mohammadzai (1838-1973), reorganizó en el país aunque no tardaron en producirse las intromisiones de rusos e ingleses. Durante el reinado de Dost Mohammed Khan, se abandonan los territorios de Cachemira, Mutan y Peshâwar para fortalecer militarmente el país y acogerse a las tropas del zar ruso. Ello motivó la intervención de la Compañía Británica de las Indias Orientales para asaltar el país y someter a su rey, que fue remplazado por Shuja Shah Durrani, provocando la rebelión popular de 1847, que se saldó con la derrota inglesa.

Sher Ali Khan sostuvo enfrentamientos con ambas potencias europeas, sin lograr liberar al país de su influencia. Su sucesor, Mohammad Yaqub Khan, se vio obligado a pactar con los británicos, reconociendo las actuales fronteras del país, bajo la línea Durand. A partir de entonces, durante el reinado de Habibullah Khan, se intentó sacar al país del aislamiento, lo que le valió la guerra con el Reino Unido hasta que en 1919 reconoció su independencia.

Habibullah (1901-1919)

La manifestación más clara de que Abdur Rahman había establecido su mando en el país, es la sucesión pacífica que se produce a su muerte en octubre de 1901, cuando su hijo Habibullah accede al trono. Aunque Abdur Rahman tenía muchos hijos, preparó a Habibullah para sucederle e hizo difícil al resto de sus otros hijos disputarle la sucesión.

El Khan Habibullah intensificó la introducción de tecnología europea moderna iniciada por Abdur Rahman, lo cual supuso la penetración de las ideas y usos occidentales en la corte real afgana y las clases altas. Aunque asegura su posición como gobernante en virtud del apoyo del ejército creado por su padre, Habibullah no tiene el carisma de Abdur Rahman. Por consiguiente, la influencia de líderes religiosos ―como Mahmoud Beg Tarzi, primo de su padre― aumenta durante su reinado. Tarzi (un poeta y periodista muy viajado y educado) había fundado el periódico nacionalista Ol-Akbar de Seraj (‘la antorcha de las noticias’) con gran influencia política incluso más allá de los límites de Afganistán y que encendió las primeras llamas nacionalistas modernas en el país. Hasta 1919 este medio se utiliza como plataforma para oponer los fundamentos clericales en contra de los cambios pro-occidentales del gobierno y de la sociedad afgana. Tal es la influencia del apasionado nacionalismo de Tarzi, que se dice que marca a toda una generación de reformadores centros asiáticos.

En materia internacional, el límite con Irán se delineó en 1904, cuando se reemplaza la ambigua demarcación establecida por una comisión británica en 1872. Sin embargo, el acuerdo no es total debido a la divergencia en compartir las aguas del río Helmand.

Como todos los acontecimientos de política exterior que afectaban a Afganistán antes de la Primera Guerra Mundial, el desarrollo del Gran Juego entre Rusia y el Unido tuvo lugar sin la participación del gobernante afgano. El acuerdo de 1907 entre ambas potencias no solamente divide la región de Asia Central en dos esferas de influencia, sino que también establece las bases de la neutralidad afgana durante gran parte del siglo. El acuerdo establece la aceptación por parte de Rusia de que Afganistán queda ahora fuera de su esfera de influencia y que en lo relacionado con las cuestiones ruso-afganas debe consultar a Reino Unido. Por su parte, este último se compromete a no ocupar ni anexionar territorio afgano; así como tampoco interferir en los asuntos internos del país asiático.

En 1907, Habibullah visitó la India británica en calidad de invitado del virrey, Gilbert Elliot. Impresionado con el poder de los británicos, Habibullah resiste las presiones de su hijo Amanollah, del propio Tarzi (padre de la esposa de Amanollah) y otros nacionalistas para entrar en la Primera Guerra Mundial en favor de las Potencias Centrales y contra del Reino Unido. De hecho, durante el conflicto Afganistán permanece neutral, a pesar de la presión interna de apoyar a Turquía cuando el sultán proclama la participación de su nación en lo que considera una guerra santa. Sin embargo, Habibullah demuestra su habilidad al recibir y engatusar a una delegación germano-turca en Kabul durante 1915, de la que ―luego de mucha dilación― logra un acuerdo de mucho dinero y provisiones a cambio de atacar la colonia británica de India. Pero el gobernante afgano ve en el conflicto una gran oportunidad de obtener ventajas a cambio de ambos bandos: ofrece al Reino Unido su neutralidad a cambio de que los británicos reconozcan su soberanía al acabar la guerra. El no cumplimiento de esta promesa y las divisiones entre pro-británicos y anti-británicos al interior de la sociedad afgana, provoca que Habibullah sea asesinado el 20 de febrero de 1919, por personas asociadas a este último movimiento.

Amanulá (1919-1929)

Amanulá asumió entonces el poder de su padre, tras imponerse a su tío Nasrullah, a quién denunció como usurpador y cómplice en el asesinato de su padre. Amanulá era un ardiente reformador, al estilo de sus contemporáneos Reza Shah en Irán y Kemal Ataturk en Turquía. Exigió la revisión de los acuerdos firmados con Reino Unido en los cuales la potencia europea se hacía cargo de las relaciones exteriores de Afganistán a cambio de «protección» contra Rusia y la entrega de un subsidio consistente en dinero y material para el ejército.

El rechazo británico a aceptar un cambio del status quo llevó ―en mayo de 1919― a Amanulá a proclamar unilateralmente la independencia de su país y a atacar la frontera india, dando inicio a la tercera guerra anglo-afgana. El Reino Unido estaba agotado militarmente tras la Primera Guerra Mundial y no se encontraba en condiciones de emprender una guerra en la frontera Indo-afgana, por lo que se limitó a rechazar la ofensiva junto a la frontera. Tras intensas negociaciones, se restauró la paz y Amanulá logró que el Reino Unido reconociera la independencia de Afganistán. El reconocimiento formal de Afganistán como nación independiente por parte del Reino Unido, se concretó en el nuevo Tratado, firmado el 8 de agosto de 1919 y enmendado en noviembre de 1921.

Apenas firmado el mencionado tratado, Amanulá envió una delegación al exterior con el objetivo de establecer relaciones diplomáticas con diferentes países de Asia, Europa y América. La primera etapa de la delegación fue Moscú, donde fue recibido en octubre de 1919 con los brazos abiertos por parte de los líderes del nuevo régimen soviético. Esto se tradujo en un tratado de amistad con Unión Soviética y en el reconocimiento mutuo de ambas naciones. De esta manera, Afganistán fue el primer país en el mundo en reconocer al gobierno soviético. Con ello, Afganistán no solamente consiguió el reconocimiento de su independencia por parte de Unión Soviética, sino también el ofrecimiento de ayuda «moral y material en su heroica lucha contra el imperialismo británico». Esto se traducirá en la evolución de una «relación especial» entre los dos gobiernos en los siguientes 50 años.

Entre 1919 y 1929, la relación con la Unión Soviética fue amistosa y fructífera, especialmente para Afganistán. De hecho, numerosos técnicos e instructores soviéticos llegaron al país para colocar el teléfono y el telégrafo; preparar a los jóvenes técnicos afganos y entrenar a los primeros pilotos de la naciente fuerza aérea afgana. Como consecuencia, el mercado afgani se vio inundado de productos soviéticos, en reemplazo de los británicos.

En 1923, Amanulá cambió su título de emir al de Rey e inmediatamente comenzó a desarrollar una serie de reformas políticas, sociales y religiosas; entre las que destacan cambios constitucionales y administrativos (como la designación de su hijo mayor como heredero del trono, en lugar de su hermano, tal como lo establecía la legislación islámica), la supresión del velo de las mujeres y la creación de las escuelas para ambos sexos.

Los grupos religiosos conservadores y los líderes tribales se sintieron agredidos por estas políticas. La rebelión de Khost, una revuelta tribal en 1924, fue sofocada totalmente, pero en noviembre de 1928, un levantamiento de miembros de una tribu de Shinwari, seguido de ataques armados de las fuerzas Kodamani y Kuhistani del líder popular Baccheh Saqow (‘el hijo del portador de agua’), derivaron en una guerra civil que forzó la caída del rey Amanulá. Tras un infructuoso esfuerzo por recuperar el trono el 14 de enero de 1929 Amanollah abdicó en favor de su hermano mayor, Inayatollah, pero Baccheh Saqow se proclamó Habibollah Ghazi o Habibollah II, emir de Afganistán, estableciendo un régimen conservador y favorable a la política británica.

Amanulá cruzó la frontera india el 23 de mayo de 1929 y vivió su destierro en Italia y Suiza. Falleció en Zúrich (Suiza) el 26 de abril de 1960 y posteriormente sus restos fueron sepultados en la ciudad de Jalalabad, al lado de la tumba de Habibollah.

Mohammad Nadir Shah (1929-33)

Habibollah II fue manejado desde el trono por Mohammad Nadir Kan y sus hermanos, primos distantes de Amanollah. El 10 de octubre de 1929, Habibollah II fue ejecutado junto a 17 de sus colaboradores e inmediatamente una asamblea tribal «eligió» a Nadir Kan como shah. Este inició una sangrienta persecución de la oposición a su régimen y partidarios de Habibollah II. En 1931, se elaboró una nueva Constitución basada en la promulgada por Amanollah en 1923, aunque orientada a aplacar a los líderes religiosos y tribales conservadores. Nadir Kan fue asesinado el 8 de noviembre de 1933, siendo sucedido en el trono por su hijo de 19 años, el príncipe Mohammed Zahir Shah.

Zahir Shah (1933-1973)

El joven Rey Zahir Sha encargó la formación del gobierno a su tío Mohammed Hashem, promotor de una nueva política de reformas más en consonancia con la realidad social: reorganización del ejército, obligatoriedad de la enseñanza primaria masculina, creación de colegios de segunda enseñanza y extensión ―con ayuda de médicos turcos que crearon una facultad de Medicina― de las medidas de higiene en todo el país.

Para llenar el hueco político, económico y técnico dejado por los británicos, el nuevo gobierno recurrió a los Estados Unidos para explorar los recursos naturales del país y para construir sistemas de irrigación y de comunicación. El gobierno afgano ofreció favorables incentivos a las empresas comerciales estadounidenses (como contratos muy favorables) de manera de lograr un rápido desarrollo en áreas geográficas improductivas, como en el valle de Hilmand, al sur del país.

Durante la década de 1930, la economía nacional creció bajo la dirección de varios empresarios que empezaron proyectos industriales en pequeña escala. Los primeros 20 años del reinado de Zahir Shah se caracterizaron por cautelosas políticas de consolidación nacional, una expansión de las relaciones internacionales y el desarrollo interior del país. La Segunda Guerra Mundial provocó retrasos en este proceso de desarrollo, pero Afganistán mantuvo su tradicional neutralidad, a pesar de que en 1941 accedió a expulsar a los ciudadanos alemanes, japoneses e italianos, bajo la presión británica y soviética, eliminando cualquier pretexto para una eventual ocupación extranjera.

En mayo de 1946, el Primer Ministro Hashem dimite tras 17 años en el cargo, siendo reemplazado por Mohammed Ghazi, quien firmó con los soviéticos un acuerdo sobre límites fronterizos e hizo admitir a Afganistán en la Organización de Naciones Unidas (ONU). Hacia fines del mismo año, el cargo de Primer Ministro es ejercido por Sirdar Sha Jan(hermano de Hashem), quien permitió la celebración de elecciones y propició una tímida libertad de prensa en el país.

En materia internacional, el inicio de la guerra fría entre los Estados Unidos y la Unión Soviética llevó al país a deambular entre ambas potencias en busca de ayuda. Las disputas territoriales con Pakistán, derivadas de la asignación en 1947 a este país del lado británico de la línea Durand, habitado por pashtunes, situó a la India (antibritánica y no-alineada) en favor de los afganos. Por otro lado, el papel clave que jugaban los pakistaníes en el sistema de alianzas de Estados Unidos, llevaron inevitablemente a perder la confianza de la potencia occidental y decantarse por la Unión Soviética.

El llamado Parlamento Liberal funcionó de 1949 a 1952. Sin embargo, las corrientes conservadoras del régimen ―animadas por los líderes religiosos― apoyaron la destitución de Sirdar Sha Jan y la ascensión en el cargo del teniente general Mohammed Daud Khan, en 1953. Durante los 10 años en que ejerció su cargo, Daud Khan sostuvo una postura más dura respecto del problema del Pashtunistán y acudió a la Unión Soviética en búsqueda de ayuda militar y económica. Este acercamiento fue motivado por el cansancio de Daud con la actitud estadounidense, que no solo abogó por una solución diplomática al asunto del Pasthunistán, sino que exigió a Afganistán abandonar su tradicional neutralidad e incorporarse (junto a Irán, Irak, Turquía y Pakistán) al bloque pro-occidental en el Pacto de Bagdad.

Pese que los soviéticos se convirtieron en los principales socios comerciales y militares de Afganistán, los afganos se mantuvieron neutrales en la Guerra Fría y el país se convirtió en una «Corea económica», como beneficiaria simultánea de la abundante ayuda soviética y la estadounidense, aprovechando la competencia entre ambas superpotencias por asegurar su influencia en la zona. De hecho, en 1954 la Gran Asamblea Afgana tomó la resolución de que «las necesidades militares y económicas deben tomarse dondequiera que esto sea posible».

En diciembre de 1955, Bulganin y Jrushchov visitaron Kabul de regreso a su viaje a India y aseguraron su ayuda a Afganistán, mediante el otorgamiento de un préstamo a largo plazo de 100 millones de dólares estadounidenses y el apoyo diplomático soviético en el asunto del Pasthunistán. Como fruto de este acuerdo, se iniciaron numerosos intercambios entre ambos países; miles de jóvenes afganos completaron sus estudios en la Unión Soviética (especialmente en el terreno militar). Asimismo, grandes proyectos en el sector de las comunicaciones fueron emprendidos por los soviéticos: se construyeron miles de kilómetros de caminos y los principales aeropuertos del país. Se levantó un instituto politécnico en Kabul y varios más pequeños en algunas provincias.

Desde 1958 a 1973, el 50 por ciento de los funcionarios jóvenes y técnicos del ejército habían sido preparados en la Unión Soviética o bajo la supervisión de instructores soviéticos en Afganistán.

En el aspecto doméstico, Daud Khan tuvo éxito en la introducción de importantes reformas educativas y sociales, tales como el uso voluntario del velo de las mujeres y la abolición del purdha (la costumbre musulmana de esconder a las mujeres de la vida pública), lo que teóricamente produjo un aumento de la fuerza de trabajo estimado en un 50 %. A pesar de estos avances, el régimen seguía siendo represivo y no toleraba la oposición política directa.

El problema del Pashtunistán y el acercamiento a la Unión Soviética precipitó la caída del primer ministro Daud Khan. En agosto de 1961 y como respuesta a la agitación afgana que se estaba produciendo entre su población de origen pashtún, Pakistán cerró la frontera con Afganistán. La prolongación del cierre fronterizo ocasionó una fuerte dependencia comercial con la Unión Soviética. Para revertir la situación, Daud Khan dimitió en marzo de 1963, lo que tuvo como consecuencia que Pakistán reabriera la frontera gradualmente entre abril y mayo del mismo año.

Por su parte, el Rey Zahir Sha nombró como Primer Ministro a Muhammad Yusuf, quien constituyó un gabinete con tecnócratas e intelectuales. Este gobierno sugirió al Rey la elaboración de una nueva Constitución que condujera al país hacia una monarquía constitucional. El Rey Zahir Sha aceptó la propuesta y la nueva Constitución fue bosquejada por expertos afganos, en colaboración con consejeros legales extranjeros (un francés, un indio y un egipcio). Se basó en los principios de la monarquía parlamentaria (exclusión de la familia real de la esfera política), pero mantuvo los valores tradicionales del Islam.

La nueva Constitución fue aprobada por la Asamblea Nacional en octubre de 1964, con un solo voto en contra e inmediatamente fue ratificada por el Rey. Bajo el nuevo régimen, existiría la Casa del Pueblo ―con 216 miembros elegidos― y la Casa de los Superiores ―con 84 miembros― de los cuales un tercio sería elegido por el pueblo, un tercio designado por el rey y el resto elegido indirectamente por nuevas asambleas provinciales. Las elecciones generales para ambas cámaras legislativas se fijaron para octubre de1965, por lo que el gobierno interino tuvo tiempo suficiente para preparar y promulgar por decreto real las leyes para las primeras elecciones democráticas en la historia afgana.

Se autorizó la formación de grupos políticos, con la condición de que sus objetivos y actividades respetaran los principios fundamentales de la nueva Constitución: el Islam, la monarquía constitucional y la libertad individual. Por consiguiente, la formación de movimientos de tendencia marxistas quedaba potencialmente prohibida. Anticipándose a las disposiciones legales que debía promulgar el Parlamento y podría excluirles de la vida pública, los grupos de izquierda lanzaron una intensiva campaña para ganarse a la juventud amparándose en la Libertad de Prensa recientemente instaurada por el gobierno interino mediante real decreto.

La polarización de la política afgana (en las elecciones de 1965 y de 1969 participaron tendencias que cubrían desde el fundamentalismo islámico hasta el comunismo pro-soviético) se tradujo en una cierta inestabilidad: hubo un total de cinco primeros ministros entre septiembre de 1965 y diciembre de 1972. Ya desde la apertura del primer parlamento democrático, los grupos marxistas alentaron revueltas estudiantiles y pidieron la dimisión del gobierno. El ex embajador en Washington y ex información, Muhammad, fue llamado para formar un nuevo gobierno. Este hecho supuso el primer indicio del fracaso del experimento democrático en el país.

El grupo liberal, promotor e impulsor de la monarquía constitucional, fue excluido del gobierno y reemplazado por políticos contrarios a la Constitución. Como resultado, la carta magna fue parcialmente aplicada y no se produjo la exclusión del sistema de partidos de aquéllos contrarios a la monarquía y al Islam. Los grupos marxistas se aprovecharon de la política de «dejar hacer» de los sucesivos gobiernos y difundieron su ideología en diarios tales como Jalq (‘pueblo’), Parcham (‘bandera’) y Shola (‘llama’), este último de ideología maoísta.

Daud (1973-1978)

República de Daud

En julio de 1973 Mohammed Daud Khan derrocó al rey Zahir Shah, mientras este último se encontraba en Italia recibiendo tratamiento médico, proclamándose la República.

Daud prometió una reforma agraria, mejorar el nivel de vida y otras reformas progresistas. Inicialmente se acercó al ala moderada del Partido Democrático Popular de Afganistán(PDPA, comunista), pero posteriormente se distanció y fundó su propio partido, el Revolucionario Nacional en 1976. Ese año, inició un plan para mejorar la economía y el bienestar, que no tuvo éxito. En 1977 la Loya Jirga (cámara alta del parlamento) aprobó una nueva constitución con partido único, el Revolucionario Nacional, lo que causó un gran descontento. A comienzos del año siguiente, agentes del régimen asesinaron al dirigente comunista Mir Akbar Kaibar y Daud ordenó el arresto de los dirigentes del PDPA. El 27 de abril una revolución dirigida por Abdul Qadir y Mohammad Aslam Watanjar triunfó. Daud fue ejecutado, el PDPA formó gobierno y proclamó la República Democrática de Afganistán.

Abdul Qadir como líder de una facción izquierdista del ejército afgano, constituye un Consejo Revolucionario de las Fuerzas Armadas, aquel 28 de abril de 1978 las informaciones desde Kabul eran confusas y no se sabía el paradero del presidente derrocado. Al día siguiente el líder de los rebeldes comunica por radio que Mohammed Daud Khan murió asesinado al presentar resistencia. El embajador soviético, Aleksandr Puzanov, tuvo noticias del golpe poco antes de que este se llevase a cabo. Manifestó su oposición, como también lo hicieron desde Moscú. La URSS había mantenido unas relaciones cordiales con el gobierno de Daud y no estaba por la labor de ver cómo el PDPA llegaba al poder.

En 1973 un golpe de Estado derribó la monarquía y proclamó la república. Cinco años más tarde se instaló un gobierno comunista, pero la actividad de la guerrilla islámica, provocó la intervención soviética que sólo terminaría en 1989 gracias a Estados Unidos que ayudó a los islamistas. Entonces continuó la guerra civil y en 1996 el movimiento talibán tomo el poder de Kabul e instauró un gobierno basado en laSharia. En 2001 una coalición comandada por Estados Unidos invadió el país derrocando a su gobernante Mohammad Omar e instaurando un nuevo régimen.

En la actualidad no se ha conseguido estabilizar el país, que se encuentra inmerso en una situación de guerra constante desde el 7 de octubre de 2001.

Gobierno y política

La situación política actual de Afganistán es compleja y confusa. Nueve años después del derrocamiento del movimiento talibán a raíz de la intervención en el país de la coalición liderada por los Estados Unidos a finales de 2001 (a finales de 1379 de la Hégira). En muchos aspectos Afganistán es un estado tan sólo nominalmente, habiéndose convertido en un protectorado de EE.UU., la OTAN y las Naciones Unidas.

El Presidente Hamid Karzai y su Gobierno (instaurados por la comunidad internacional y posteriormente refrendados por el órgano legislativo elegido por voto popular en 2005) controla la capital y no mucho más del resto del país, que continúa siendo muy "inestable" (resistente al nuevo régimen). Existen aún focos de talibanes que buscan mantener e incrementar su poder regional.

Las Naciones Unidas y otras organizaciones desempeñan un papel crucial en la reconstrucción del país. De cualquier modo, es muy difícil predecir qué va a ser del mismo a largo plazo, aunque el Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, ha confirmado la ayuda económica y armada al Gobierno Afgano para el Establecimiento del Orden Interno del país asiático.

En septiembre de 2005 se celebraron Elecciones Parlamentarias. 5 años después en 2010 fueron convocadas nuevamente.

Organización territorial

Afganistán está dividido administrativamente en 34 provincias (vilayatos). Cada provincia tiene una capital y un gobernador a cargo. Las provincias se dividen en aproximadamente 398 distritos, y cada uno de ellos normalmente cubre una ciudad o un número de aldeas. Cada distrito provincial está representado por un sub-gobernador, que generalmente se le llama gobernador de distrito.

Los gobernadores provinciales, así como los gobernadores de distrito, son elegidos para el cargo durante las elecciones presidenciales de la nación, que tienen lugar cada cinco años. Los gobernadores provinciales son los representantes del gobierno central de Kabul y son responsables de todas las cuestiones administrativas y formales dentro de sus provincias. El Jefe de la Policía provincial es nombrado por el Ministerio del Interior en Kabul, y trabaja junto con el gobernador de la provincia en cumplimiento de la ley para todos los distritos de la provincia.

Hay una excepción en la ciudad capital de Kabul, donde el alcalde es elegido directamente por el Presidente, y es completamente independiente del gobernador de Kabul.

Geografía

Afganistán posee una superficie de 647.947 kilómetros cuadrados, de los cuales aproximadamente el 75% es montañoso. De hecho, las poco pobladas tierras altas centrales conforman la mayor parte del Hindu Kusho Hindu Qûh, la principal cadena montañosa del país y la segunda más alta del mundo, con varios picos por encima de los 6.400 metros (punto más elevado del país: Nowshak; 7.485 msnm) en su extremo oriental. En la región noreste existe una importante actividad sísmica que con frecuencia causa cientos de muertes. El clima puede catalogarse como continental extremo, con escasas precipitaciones. Una buena parte del territorio es desértico o semidesértico, excepto unos cuantos valles fértiles muy poblados, como el de Herat, al noroeste. La red fluvial es de tipo endorreico, siendo los ríos más importantes el Amu-Darya (que es el cuasi mítico Oxus), el Helmand y el Käbol.

Con una alta tasa de ruralidad, la población del país es de 26.508.694 personas, cuya esperanza de vida es de 49 años. El principal grupo étnico es el de los pastunes o patanes, seguido de los tayikos, todos ellos indoeuropeos iranios. También existen grupos turco-tártaros. Afganistán es muy pobre; de hecho, en 1995 ocupó el puesto 192º (el último) en el ranking de países según el consumo de calorías de su población. Miles de personas carecen de alimentos, vivienda y asistencia sanitaria. Entre 1979 y 2000, una tercera parte de su población abandonó el territorio, huyendo de la guerra, estimándose que son cerca de seis millones los refugiados afganos establecidos en Pakistán e Irán, quienes poco a poco han regresado a Afganistán.

Economía

Afganistán es un país extremadamente pobre, con una alta dependencia en la agricultura, pues la mayor parte de la población (90%) trabaja en el sector agrícola cultivando cereales, frutales, frutos secos, algodón y papaya. La mayoría de la agricultura se realiza en las llanuras del norte, cerca de las fronteras con Turkmenistán, Uzbekistán y Tayikistán. También hay importantes rebaños de ovejas "karakul", así como artesanía de alfombras. Posee importantes reservas de gas natural explotadas a baja escala por empresas de capital estadounidense y una industria (textiles, alimentos) de incipiente desarrollo. En general, la economía afgana tiene muy bajo desarrollo debido a la situación de guerra permanente, a la falta de un gobierno central efectivo, y a la fragmentación de la sociedad en grupos tribales.

La agricultura es la fuente principal de ingreso de este país, pues se cultiva principalmente trigo, maíz, arroz, cebada, hortalizas, varios tipos de frutos secos, nueces, tabaco, algodón, remolacha, opio. También se cultiva y se la usa en la industria la semilla de ricino, rubia. En la ganadería, se destaca la cría de ganado ovino, que da origen a gran cantidad de carne, además de la lana y pieles, productos de exportación. También se crían camellos, burros, vacas, cabras.

La economía ha sufrido bastante debido a agitaciones políticas y militares, así como también debido a una sequía severa que ha añadido dificultades al país entre 1998-2001. La mayoría de la población sufre de insuficiencia de comida, vestido, vivienda, atención médica y otros problemas, todo esto empeorado por operaciones militares e incertidumbre política. La inflación constituye un serio problema. Luego de la guerra contra la coalición liderada por los Estados Unidos, que provocó el derrocamiento del régimen talibán en noviembre de 2001, muchos de los agricultores han cambiado sus cultivos por paga en efectivo, en vez de cultivar alimentos para consumo interno. Un ejemplo notable es el cultivo de opio, el cual se ha incrementado grandemente durante la última década: Afganistán se ha convertido en el primer proveedor ilegal de opio en el mundo.

A pesar de la labor de la comunidad internacional y el gobierno de Karzai, la dependencia del opio sigue en aumento. Según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC en sus siglas inglesas), en el año 2006 el cultivo de amapola creció un 59 por ciento. La producción del opio creció un 49 por ciento. En un reciente artículo de la Washington Quarterly, Peter van Ham y Jorrit Kamminga dan más detalles sobre la economía ilícita del opio en Afganistán, y posibles soluciones. Esfuerzos internacionales para la reconstrucción de Afganistán llevaron a la creación de la Autoridad Interina de Afganistán, como resultado del Acuerdo de Bonn de 2001. En enero de 2002, en la Conferencia en Tokio de Donantes para la Reconstrucción de Afganistán, se recolectaron unos 4.500 millones de dólares, que serían administrados por el Banco. Las áreas prioritarias para la reconstrucción incluyen instalaciones sanitarias para educación y salud, mejora del sector agrícola, así como también carreteras, energía y telecomunicaciones. Dos tercios de la población viven con menos de dos dólares al día.

Infraestructura

Comunicaciones y tecnología

Afganistán ha avanzado rápidamente en la tecnología de las comunicaciones y hoy en día, cuenta con empresas de comunicación inalámbrica, Internet, radiodifusoras y canales de televisión. Las empresas de telecomunicaciones afganas Afghan Telecom, Afghan Wireless, Roshan (que es en parte propiedad del príncipe Karim Aga Khan IV), MTN Group y Etisalat han manifestado un rápido incremento en el uso de teléfonos celulares. En 2011 hay 16,8 millones de líneas móviles.24

La telefonía fija es manejada desde 2006 por Afghan Telecom, creada en ese año con la misión de reconstruir una red destruida por dos décadas de guerra. En 2011 había solamente 72700 líneas fijas. En el 2006, el Ministerio Afgano de Comunicaciones firmó un contrato de 64,5 millones de dólares con ZTE Corporation para la creación de una red nacional de cable de fibra óptica. Esto mejorará las transmisiones telefónicas, de internet, televisión y radio en todo el país.

Los Servicios postales y de entrega de paquetes (como FedEx, DHL y otros) existen en las principales ciudades y pueblos. A partir de 2008, el país tiene 460.000 líneas de teléfono,26 y alrededor de 500.000 personas (1,5% de la población) tienen acceso a Internet.

Transporte

La aerolínea Ariana Afghan Airlines despacha vuelos hacia Fráncfort del Meno, Dubái y Estambul, desde Kabul y Herat. Los automóviles se han vuelto recientemente más asequibles, siendo Toyota, Land Rover, BMW y Hyundai los concesionarios más habituales.

Hay también algunos servicios de vuelos nacionales e internacionales disponibles con las empresas de propiedad local, como Air Kam, Pamir Airways y Airways Safi.

El país cuenta con un servicio ferroviario limitado con Turkmenistán y Uzbekistán en el norte. Hay dos proyectos ferroviarios más actualmente en curso con los países vecinos; uno pretende conectar Herat e Irán, mientras que el otro quiere conectar con los ferrocarriles pakistaníes.

La mayoría de los ciudadanos que viajan grandes distancias usan los servicios de autobús. Los nuevos automóviles se han vuelto más ampliamente disponibles después de la reconstrucción de caminos y carreteras. Los vehículos son importados de los Emiratos Árabes Unidos a través de Pakistán e Irán.

Medios De Comunicación

Los medios de comunicación estuvieron estrechamente controlados por los talibanes, tanto que la televisión fue cerrada en 1996 y a la prensa se le prohibió publicar comentarios, fotos o cartas de los lectores. Radio Kabul sólo transmitía programas religiosos y de propaganda, y salía al aire sin música. Después de que el nuevo gobierno asumiera en 2001, las restricciones a la prensa se han aligerado de manera gradual y diversificado los medios de comunicación privados. La libertad de expresión y de prensa es promovida en la Constitución de 2004 y la censura fue prohibida, a pesar de que difamar a las personas o la producción de material contrario a los principios del Islam está prohibida. En 2008, Reporteros sin Fronteras colocó al país en el puesto 156 de 173, siendo los primeros más libres. 400 publicaciones están registradas, por lo menos 15 canales locales de televisión afgana y 60 emisoras de radio. Las estaciones de radio extranjeras, como el Servicio Mundial de la BBC, también se transmiten en el país.

Demografía

En 2007, Afganistán tenía una población de 31.889.000 habitantes. La esperanza de vida es de 49 años. El 36% de la población está alfabetizada. El promedio de hijos por mujer es de 6,64, una de las tasas más elevadas del mundo, lo cual está provocando un crecimiento poblacional nunca visto en la historia del país.

Afganistán es un país multilingüístico, multiétnico y multicultural, y además está en una encrucijada entre el este (China), el sur (Asia meridional, incluido Pakistán), el oeste (Oriente Medio, incluido Irán) y el norte (grupo de países de la antigua URSS). También fue un antiguo punto de encuentro del comercio y migración. A lo largo de la historia, la región de la moderna Afganistán fue invadida por varios pueblos, que incluyen los persas, griegos, árabes, turcos, mongoles, británicos, soviéticos, y actualmente por la coalición liderada por EE. UU. En 2001.

La población de Afganistán está dividida en un gran número de grupos étnicos. Como no se ha llevado a cabo un censo sistemático en el país últimamente, no hay disponibles cifras exactas del tamaño y composición de los variados grupos étnicos. Por lo tanto, la mayoría de las cifras son sólo aproximaciones. Según el CIA World FactBook (actualizado el 23 de noviembre de 2012), la distribución de grupos étnicos es el siguiente:

• Pasthunes: 42%

• Tayikos: 27%

• Hazaras: 9%

• Uzbekos: 9%

• Aimako: 4%

• Turkmenos: 3%

• Baloch 2%

• Otro: 4%

Los idiomas oficiales de Afganistán son el persa afgano o dari (persa) (hablado por el 50% de la población), y el pastún (en inglés pashtun) (hablado por el 35% de la población). Otras lenguas incluyen idiomas turcos (entre ellos, uzbeko y turcomano o turkmeno [hablado por el 10% de los habitantes]), así como 30 lenguas menores. El bilingüismo es común, y ésta es una de las razones por las cuales los porcentajes resultan variables.

Religiosamente, los afganos son predominantemente musulmanes (de entre los musulmanes, aproximadamente 80-89% son sunníes y 10-19% son chiíes). Hay también minorías budistas, hinduistas y sijs. Una minoría judaísta milenaria se ha reducido desde hace algunos años. Muchos de estos judaístas huyeron en los noventa (durante la guerra civil y durante el régimen islamista radical de los talibanes) hacia los países vecinos, a Europa y al continente americano. Con la caída de los talibanes, algunos sijs y judaístas han retornado a la provincia afgana de Ġaznī.

Durante los últimos años, Afganistán se ha mantenido fuera de la lista de países ordenados según su Índice de Desarrollo Humano elaborada por la ONU, debido a que no es posible recopilar datos suficientes para una correcta clasificación. En todo caso, cabría esperar que Afganistán fuera el último en dicho ranking, dado su escaso desarrollo económico y social.

Educación

A partir de 2006 más de 4.000.000 de alumnos de ambos sexos estaban inscritos en todo el país. Aún existen diversos obstáculos significativos en la educación de Afganistán, debido a la falta de financiación, edificios escolares inseguros y reglas culturales. La falta de profesores es otro obstáculo y el hecho de que algunos padres no dejen a sus hijas tener clases con un hombre también lo es.

La tasa de alfabetización según estimación de 1999 es de 36%, siendo entre los hombres de 51% y entre las mujeres de 21%. Actualmente hay unas 9.500 escuelas en el país.

Cultura

Afganistán cuenta con una compleja historia, que ha quedado reflejada en sus actuales civilizaciones, lenguajes y monumentos. Los afganos se muestran orgullosos de su país, su linaje y soberanía. Históricamente han sido un "clan bélico", que ha mantenido querellas durante distintas épocas, siendo la guerra una de sus principales ocupaciones desde tiempos inmemoriales. Esta condición ha hecho difícil a los invasores conquistar la región.

Edad Moderna

Muerto Tamerlán en 1405, el país vivió un renacimiento bajo el reinado de Shahruj Mirza (1405-1447) desde Harat, mientras que Husayn I Bayqara dio esplendor a las artes y las ciencias e incluso intentó recuperar el imperio de Gengis Khan con nuevas conquistas hacia la India que culminaron en 1526, pese a la pérdida de Harat a manos de los safavíes.

La decadencia del dominio turco comenzó con la muerte de Aurangzeb (1707), lo cual permitió a las tribus afganas a desligarse de los sucesores de este y de los gobernantes iraníes. Uno de sus jefes, Mir Uways, se proclamó emir en Kandahar, y su hijo Mahmud se apoderaría de Kirman e Isfahán, al tiempo que lidiarían con el movimiento de Nadir Sha, el cual se proclamó rey al apoderarse de Kabul (hasta 1739). Su sucesor, Ahmed Sah Abdali fundó el Imperio durrani y proclamó la independencia de Afganistán en 1747.

Artículo principal: Imperio durrani

Con el gobierno de Ahmad, el imperio realizó importantes conquistas, sobre todo en la India. Su sucesor, Timur Shah Durrani, trasladó la capital a Kabul y proporcionó paz al país aunque este mostró síntomas de una decadencia que explotó con las luchas por el trono que acaecerían tras su muerte y persistieron hasta 1838.

Edad Contemporánea

Afganistán bajo los Mohammadzai

La dinastía Mohammadzai (1838-1973), reorganizó en el país aunque no tardaron en producirse las intromisiones de rusos e ingleses. Durante el reinado de Dost Mohammed Khan, se abandonan los territorios de Cachemira, Mutan y Peshâwar para fortalecer militarmente el país y acogerse a las tropas del zar ruso. Ello motivó la intervención de la Compañía Británica de las Indias Orientales para asaltar el país y someter a su rey, que fue remplazado por Shuja Shah Durrani, provocando la rebelión popular de 1847, que se saldó con la derrota inglesa.

Sher Ali Khan sostuvo enfrentamientos con ambas potencias europeas, sin lograr liberar al país de su influencia. Su sucesor, Mohammad Yaqub Khan, se vio obligado a pactar con los británicos, reconociendo las actuales fronteras del país, bajo la línea Durand. A partir de entonces, durante el reinado de Habibullah Khan, se intentó sacar al país del aislamiento, lo que le valió la guerra con el Reino Unido hasta que en 1919 reconoció su independencia.

Habibullah (1901-1919)

La manifestación más clara de que Abdur Rahman había establecido su mando en el país, es la sucesión pacífica que se produce a su muerte en octubre de 1901, cuando su hijo Habibullah accede al trono. Aunque Abdur Rahman tenía muchos hijos, preparó a Habibullah para sucederle e hizo difícil al resto de sus otros hijos disputarle la sucesión.

El Khan Habibullah intensificó la introducción de tecnología europea moderna iniciada por Abdur Rahman, lo cual supuso la penetración de las ideas y usos occidentales en la corte real afgana y las clases altas. Aunque asegura su posición como gobernante en virtud del apoyo del ejército creado por su padre, Habibullah no tiene el carisma de Abdur Rahman. Por consiguiente, la influencia de líderes religiosos ―como Mahmoud Beg Tarzi, primo de su padre― aumenta durante su reinado. Tarzi (un poeta y periodista muy viajado y educado) había fundado el periódico nacionalista Ol-Akbar de Seraj (‘la antorcha de las noticias’) con gran influencia política incluso más allá de los límites de Afganistán y que encendió las primeras llamas nacionalistas modernas en el país. Hasta 1919 este medio se utiliza como plataforma para oponer los fundamentos clericales en contra de los cambios pro-occidentales del gobierno y de la sociedad afgana. Tal es la influencia del apasionado nacionalismo de Tarzi, que se dice que marca a toda una generación de reformadores centros asiáticos.

En materia internacional, el límite con Irán se delineó en 1904, cuando se reemplaza la ambigua demarcación establecida por una comisión británica en 1872. Sin embargo, el acuerdo no es total debido a la divergencia en compartir las aguas del río Helmand.

Como todos los acontecimientos de política exterior que afectaban a Afganistán antes de la Primera Guerra Mundial, el desarrollo del Gran Juego entre Rusia y el Unido tuvo lugar sin la participación del gobernante afgano. El acuerdo de 1907 entre ambas potencias no solamente divide la región de Asia Central en dos esferas de influencia, sino que también establece las bases de la neutralidad afgana durante gran parte del siglo. El acuerdo establece la aceptación por parte de Rusia de que Afganistán queda ahora fuera de su esfera de influencia y que en lo relacionado con las cuestiones ruso-afganas debe consultar a Reino Unido. Por su parte, este último se compromete a no ocupar ni anexionar territorio afgano; así como tampoco interferir en los asuntos internos del país asiático.

En 1907, Habibullah visitó la India británica en calidad de invitado del virrey, Gilbert Elliot. Impresionado con el poder de los británicos, Habibullah resiste las presiones de su hijo Amanollah, del propio Tarzi (padre de la esposa de Amanollah) y otros nacionalistas para entrar en la Primera Guerra Mundial en favor de las Potencias Centrales y contra del Reino Unido. De hecho, durante el conflicto Afganistán permanece neutral, a pesar de la presión interna de apoyar a Turquía cuando el sultán proclama la participación de su nación en lo que considera una guerra santa. Sin embargo, Habibullah demuestra su habilidad al recibir y engatusar a una delegación germano-turca en Kabul durante 1915, de la que ―luego de mucha dilación― logra un acuerdo de mucho dinero y provisiones a cambio de atacar la colonia británica de India. Pero el gobernante afgano ve en el conflicto una gran oportunidad de obtener ventajas a cambio de ambos bandos: ofrece al Reino Unido su neutralidad a cambio de que los británicos reconozcan su soberanía al acabar la guerra. El no cumplimiento de esta promesa y las divisiones entre pro-británicos y anti-británicos al interior de la sociedad afgana, provoca que Habibullah sea asesinado el 20 de febrero de 1919, por personas asociadas a este último movimiento.

Amanulá (1919-1929)

Amanulá asumió entonces el poder de su padre, tras imponerse a su tío Nasrullah, a quién denunció como usurpador y cómplice en el asesinato de su padre. Amanulá era un ardiente reformador, al estilo de sus contemporáneos Reza Shah en Irán y Kemal Ataturk en Turquía. Exigió la revisión de los acuerdos firmados con Reino Unido en los cuales la potencia europea se hacía cargo de las relaciones exteriores de Afganistán a cambio de «protección» contra Rusia y la entrega de un subsidio consistente en dinero y material para el ejército.

El rechazo británico a aceptar un cambio del status quo llevó ―en mayo de 1919― a Amanulá a proclamar unilateralmente la independencia de su país y a atacar la frontera india, dando inicio a la tercera guerra anglo-afgana. El Reino Unido estaba agotado militarmente tras la Primera Guerra Mundial y no se encontraba en condiciones de emprender una guerra en la frontera Indo-afgana, por lo que se limitó a rechazar la ofensiva junto a la frontera. Tras intensas negociaciones, se restauró la paz y Amanulá logró que el Reino Unido reconociera la independencia de Afganistán. El reconocimiento formal de Afganistán como nación independiente por parte del Reino Unido, se concretó en el nuevo Tratado, firmado el 8 de agosto de 1919 y enmendado en noviembre de 1921.

Apenas firmado el mencionado tratado, Amanulá envió una delegación al exterior con el objetivo de establecer relaciones diplomáticas con diferentes países de Asia, Europa y América. La primera etapa de la delegación fue Moscú, donde fue recibido en octubre de 1919 con los brazos abiertos por parte de los líderes del nuevo régimen soviético. Esto se tradujo en un tratado de amistad con Unión Soviética y en el reconocimiento mutuo de ambas naciones. De esta manera, Afganistán fue el primer país en el mundo en reconocer al gobierno soviético. Con ello, Afganistán no solamente consiguió el reconocimiento de su independencia por parte de Unión Soviética, sino también el ofrecimiento de ayuda «moral y material en su heroica lucha contra el imperialismo británico». Esto se traducirá en la evolución de una «relación especial» entre los dos gobiernos en los siguientes 50 años.

Entre 1919 y 1929, la relación con la Unión Soviética fue amistosa y fructífera, especialmente para Afganistán. De hecho, numerosos técnicos e instructores soviéticos llegaron al país para colocar el teléfono y el telégrafo; preparar a los jóvenes técnicos afganos y entrenar a los primeros pilotos de la naciente fuerza aérea afgana. Como consecuencia, el mercado afgani se vio inundado de productos soviéticos, en reemplazo de los británicos.

En 1923, Amanulá cambió su título de emir al de Rey e inmediatamente comenzó a desarrollar una serie de reformas políticas, sociales y religiosas; entre las que destacan cambios constitucionales y administrativos (como la designación de su hijo mayor como heredero del trono, en lugar de su hermano, tal como lo establecía la legislación islámica), la supresión del velo de las mujeres y la creación de las escuelas para ambos sexos.

Los grupos religiosos conservadores y los líderes tribales se sintieron agredidos por estas políticas. La rebelión de Khost, una revuelta tribal en 1924, fue sofocada totalmente, pero en noviembre de 1928, un levantamiento de miembros de una tribu de Shinwari, seguido de ataques armados de las fuerzas Kodamani y Kuhistani del líder popular Baccheh Saqow (‘el hijo del portador de agua’), derivaron en una guerra civil que forzó la caída del rey Amanulá. Tras un infructuoso esfuerzo por recuperar el trono el 14 de enero de 1929 Amanollah abdicó en favor de su hermano mayor, Inayatollah, pero Baccheh Saqow se proclamó Habibollah Ghazi o Habibollah II, emir de Afganistán, estableciendo un régimen conservador y favorable a la política británica.

Amanulá cruzó la frontera india el 23 de mayo de 1929 y vivió su destierro en Italia y Suiza. Falleció en Zúrich (Suiza) el 26 de abril de 1960 y posteriormente sus restos fueron sepultados en la ciudad de Jalalabad, al lado de la tumba de Habibollah.

Mohammad Nadir Shah (1929-33)

Habibollah II fue manejado desde el trono por Mohammad Nadir Kan y sus hermanos, primos distantes de Amanollah. El 10 de octubre de 1929, Habibollah II fue ejecutado junto a 17 de sus colaboradores e inmediatamente una asamblea tribal «eligió» a Nadir Kan como shah. Este inició una sangrienta persecución de la oposición a su régimen y partidarios de Habibollah II. En 1931, se elaboró una nueva Constitución basada en la promulgada por Amanollah en 1923, aunque orientada a aplacar a los líderes religiosos y tribales conservadores. Nadir Kan fue asesinado el 8 de noviembre de 1933, siendo sucedido en el trono por su hijo de 19 años, el príncipe Mohammed Zahir Shah.

Zahir Shah (1933-1973)

El joven Rey Zahir Sha encargó la formación del gobierno a su tío Mohammed Hashem, promotor de una nueva política de reformas más en consonancia con la realidad social: reorganización del ejército, obligatoriedad de la enseñanza primaria masculina, creación de colegios de segunda enseñanza y extensión ―con ayuda de médicos turcos que crearon una facultad de Medicina― de las medidas de higiene en todo el país.

Para llenar el hueco político, económico y técnico dejado por los británicos, el nuevo gobierno recurrió a los Estados Unidos para explorar los recursos naturales del país y para construir sistemas de irrigación y de comunicación. El gobierno afgano ofreció favorables incentivos a las empresas comerciales estadounidenses (como contratos muy favorables) de manera de lograr un rápido desarrollo en áreas geográficas improductivas, como en el valle de Hilmand, al sur del país.

Durante la década de 1930, la economía nacional creció bajo la dirección de varios empresarios que empezaron proyectos industriales en pequeña escala. Los primeros 20 años del reinado de Zahir Shah se caracterizaron por cautelosas políticas de consolidación nacional, una expansión de las relaciones internacionales y el desarrollo interior del país. La Segunda Guerra Mundial provocó retrasos en este proceso de desarrollo, pero Afganistán mantuvo su tradicional neutralidad, a pesar de que en 1941 accedió a expulsar a los ciudadanos alemanes, japoneses e italianos, bajo la presión británica y soviética, eliminando cualquier pretexto para una eventual ocupación extranjera.

En mayo de 1946, el Primer Ministro Hashem dimite tras 17 años en el cargo, siendo reemplazado por Mohammed Ghazi, quien firmó con los soviéticos un acuerdo sobre límites fronterizos e hizo admitir a Afganistán en la Organización de Naciones Unidas (ONU). Hacia fines del mismo año, el cargo de Primer Ministro es ejercido por Sirdar Sha Jan(hermano de Hashem), quien permitió la celebración de elecciones y propició una tímida libertad de prensa en el país.

En materia internacional, el inicio de la guerra fría entre los Estados Unidos y la Unión Soviética llevó al país a deambular entre ambas potencias en busca de ayuda. Las disputas territoriales con Pakistán, derivadas de la asignación en 1947 a este país del lado británico de la línea Durand, habitado por pashtunes, situó a la India (antibritánica y no-alineada) en favor de los afganos. Por otro lado, el papel clave que jugaban los pakistaníes en el sistema de alianzas de Estados Unidos, llevaron inevitablemente a perder la confianza de la potencia occidental y decantarse por la Unión Soviética.

El llamado Parlamento Liberal funcionó de 1949 a 1952. Sin embargo, las corrientes conservadoras del régimen ―animadas por los líderes religiosos― apoyaron la destitución de Sirdar Sha Jan y la ascensión en el cargo del teniente general Mohammed Daud Khan, en 1953. Durante los 10 años en que ejerció su cargo, Daud Khan sostuvo una postura más dura respecto del problema del Pashtunistán y acudió a la Unión Soviética en búsqueda de ayuda militar y económica. Este acercamiento fue motivado por el cansancio de Daud con la actitud estadounidense, que no solo abogó por una solución diplomática al asunto del Pasthunistán, sino que exigió a Afganistán abandonar su tradicional neutralidad e incorporarse (junto a Irán, Irak, Turquía y Pakistán) al bloque pro-occidental en el Pacto de Bagdad.

Pese que los soviéticos se convirtieron en los principales socios comerciales y militares de Afganistán, los afganos se mantuvieron neutrales en la Guerra Fría y el país se convirtió en una «Corea económica», como beneficiaria simultánea de la abundante ayuda soviética y la estadounidense, aprovechando la competencia entre ambas superpotencias por asegurar su influencia en la zona. De hecho, en 1954 la Gran Asamblea Afgana tomó la resolución de que «las necesidades militares y económicas deben tomarse dondequiera que esto sea posible».

En diciembre de 1955, Bulganin y Jrushchov visitaron Kabul de regreso a su viaje a India y aseguraron su ayuda a Afganistán, mediante el otorgamiento de un préstamo a largo plazo de 100 millones de dólares estadounidenses y el apoyo diplomático soviético en el asunto del Pasthunistán. Como fruto de este acuerdo, se iniciaron numerosos intercambios entre ambos países; miles de jóvenes afganos completaron sus estudios en la Unión Soviética (especialmente en el terreno militar). Asimismo, grandes proyectos en el sector de las comunicaciones fueron emprendidos por los soviéticos: se construyeron miles de kilómetros de caminos y los principales aeropuertos del país. Se levantó un instituto politécnico en Kabul y varios más pequeños en algunas provincias.

Desde 1958 a 1973, el 50 por ciento de los funcionarios jóvenes y técnicos del ejército habían sido preparados en la Unión Soviética o bajo la supervisión de instructores soviéticos en Afganistán.

En el aspecto doméstico, Daud Khan tuvo éxito en la introducción de importantes reformas educativas y sociales, tales como el uso voluntario del velo de las mujeres y la abolición del purdha (la costumbre musulmana de esconder a las mujeres de la vida pública), lo que teóricamente produjo un aumento de la fuerza de trabajo estimado en un 50 %. A pesar de estos avances, el régimen seguía siendo represivo y no toleraba la oposición política directa.

El problema del Pashtunistán y el acercamiento a la Unión Soviética precipitó la caída del primer ministro Daud Khan. En agosto de 1961 y como respuesta a la agitación afgana que se estaba produciendo entre su población de origen pashtún, Pakistán cerró la frontera con Afganistán. La prolongación del cierre fronterizo ocasionó una fuerte dependencia comercial con la Unión Soviética. Para revertir la situación, Daud Khan dimitió en marzo de 1963, lo que tuvo como consecuencia que Pakistán reabriera la frontera gradualmente entre abril y mayo del mismo año.

Por su parte, el Rey Zahir Sha nombró como Primer Ministro a Muhammad Yusuf, quien constituyó un gabinete con tecnócratas e intelectuales. Este gobierno sugirió al Rey la elaboración de una nueva Constitución que condujera al país hacia una monarquía constitucional. El Rey Zahir Sha aceptó la propuesta y la nueva Constitución fue bosquejada por expertos afganos, en colaboración con consejeros legales extranjeros (un francés, un indio y un egipcio). Se basó en los principios de la monarquía parlamentaria (exclusión de la familia real de la esfera política), pero mantuvo los valores tradicionales del Islam.

La nueva Constitución fue aprobada por la Asamblea Nacional en octubre de 1964, con un solo voto en contra e inmediatamente fue ratificada por el Rey. Bajo el nuevo régimen, existiría la Casa del Pueblo ―con 216 miembros elegidos― y la Casa de los Superiores ―con 84 miembros― de los cuales un tercio sería elegido por el pueblo, un tercio designado por el rey y el resto elegido indirectamente por nuevas asambleas provinciales. Las elecciones generales para ambas cámaras legislativas se fijaron para octubre de1965, por lo que el gobierno interino tuvo tiempo suficiente para preparar y promulgar por decreto real las leyes para las primeras elecciones democráticas en la historia afgana.

Se autorizó la formación de grupos políticos, con la condición de que sus objetivos y actividades respetaran los principios fundamentales de la nueva Constitución: el Islam, la monarquía constitucional y la libertad individual. Por consiguiente, la formación de movimientos de tendencia marxistas quedaba potencialmente prohibida. Anticipándose a las disposiciones legales que debía promulgar el Parlamento y podría excluirles de la vida pública, los grupos de izquierda lanzaron una intensiva campaña para ganarse a la juventud amparándose en la Libertad de Prensa recientemente instaurada por el gobierno interino mediante real decreto.

La polarización de la política afgana (en las elecciones de 1965 y de 1969 participaron tendencias que cubrían desde el fundamentalismo islámico hasta el comunismo pro-soviético) se tradujo en una cierta inestabilidad: hubo un total de cinco primeros ministros entre septiembre de 1965 y diciembre de 1972. Ya desde la apertura del primer parlamento democrático, los grupos marxistas alentaron revueltas estudiantiles y pidieron la dimisión del gobierno. El ex embajador en Washington y ex información, Muhammad, fue llamado para formar un nuevo gobierno. Este hecho supuso el primer indicio del fracaso del experimento democrático en el país.

El grupo liberal, promotor e impulsor de la monarquía constitucional, fue excluido del gobierno y reemplazado por políticos contrarios a la Constitución. Como resultado, la carta magna fue parcialmente aplicada y no se produjo la exclusión del sistema de partidos de aquéllos contrarios a la monarquía y al Islam. Los grupos marxistas se aprovecharon de la política de «dejar hacer» de los sucesivos gobiernos y difundieron su ideología en diarios tales como Jalq (‘pueblo’), Parcham (‘bandera’) y Shola (‘llama’), este último de ideología maoísta.

Daud (1973-1978)

República de Daud

En julio de 1973 Mohammed Daud Khan derrocó al rey Zahir Shah, mientras este último se encontraba en Italia recibiendo tratamiento médico, proclamándose la República.

Daud prometió una reforma agraria, mejorar el nivel de vida y otras reformas progresistas. Inicialmente se acercó al ala moderada del Partido Democrático Popular de Afganistán(PDPA, comunista), pero posteriormente se distanció y fundó su propio partido, el Revolucionario Nacional en 1976. Ese año, inició un plan para mejorar la economía y el bienestar, que no tuvo éxito. En 1977 la Loya Jirga (cámara alta del parlamento) aprobó una nueva constitución con partido único, el Revolucionario Nacional, lo que causó un gran descontento. A comienzos del año siguiente, agentes del régimen asesinaron al dirigente comunista Mir Akbar Kaibar y Daud ordenó el arresto de los dirigentes del PDPA. El 27 de abril una revolución dirigida por Abdul Qadir y Mohammad Aslam Watanjar triunfó. Daud fue ejecutado, el PDPA formó gobierno y proclamó la República Democrática de Afganistán.

Abdul Qadir como líder de una facción izquierdista del ejército afgano, constituye un Consejo Revolucionario de las Fuerzas Armadas, aquel 28 de abril de 1978 las informaciones desde Kabul eran confusas y no se sabía el paradero del presidente derrocado. Al día siguiente el líder de los rebeldes comunica por radio que Mohammed Daud Khan murió asesinado al presentar resistencia. El embajador soviético, Aleksandr Puzanov, tuvo noticias del golpe poco antes de que este se llevase a cabo. Manifestó su oposición, como también lo hicieron desde Moscú. La URSS había mantenido unas relaciones cordiales con el gobierno de Daud y no estaba por la labor de ver cómo el PDPA llegaba al poder.

En 1973 un golpe de Estado derribó la monarquía y proclamó la república. Cinco años más tarde se instaló un gobierno comunista, pero la actividad de la guerrilla islámica, provocó la intervención soviética que sólo terminaría en 1989 gracias a Estados Unidos que ayudó a los islamistas. Entonces continuó la guerra civil y en 1996 el movimiento talibán tomo el poder de Kabul e instauró un gobierno basado en laSharia. En 2001 una coalición comandada por Estados Unidos invadió el país derrocando a su gobernante Mohammad Omar e instaurando un nuevo régimen.

En la actualidad no se ha conseguido estabilizar el país, que se encuentra inmerso en una situación de guerra constante desde el 7 de octubre de 2001.

Gobierno y política

La situación política actual de Afganistán es compleja y confusa. Nueve años después del derrocamiento del movimiento talibán a raíz de la intervención en el país de la coalición liderada por los Estados Unidos a finales de 2001 (a finales de 1379 de la Hégira). En muchos aspectos Afganistán es un estado tan sólo nominalmente, habiéndose convertido en un protectorado de EE.UU., la OTAN y las Naciones Unidas.

El Presidente Hamid Karzai y su Gobierno (instaurados por la comunidad internacional y posteriormente refrendados por el órgano legislativo elegido por voto popular en 2005) controla la capital y no mucho más del resto del país, que continúa siendo muy "inestable" (resistente al nuevo régimen). Existen aún focos de talibanes que buscan mantener e incrementar su poder regional.

Las Naciones Unidas y otras organizaciones desempeñan un papel crucial en la reconstrucción del país. De cualquier modo, es muy difícil predecir qué va a ser del mismo a largo plazo, aunque el Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, ha confirmado la ayuda económica y armada al Gobierno Afgano para el Establecimiento del Orden Interno del país asiático.

En septiembre de 2005 se celebraron Elecciones Parlamentarias. 5 años después en 2010 fueron convocadas nuevamente.

Organización territorial

Afganistán está dividido administrativamente en 34 provincias (vilayatos). Cada provincia tiene una capital y un gobernador a cargo. Las provincias se dividen en aproximadamente 398 distritos, y cada uno de ellos normalmente cubre una ciudad o un número de aldeas. Cada distrito provincial está representado por un sub-gobernador, que generalmente se le llama gobernador de distrito.

Los gobernadores provinciales, así como los gobernadores de distrito, son elegidos para el cargo durante las elecciones presidenciales de la nación, que tienen lugar cada cinco años. Los gobernadores provinciales son los representantes del gobierno central de Kabul y son responsables de todas las cuestiones administrativas y formales dentro de sus provincias. El Jefe de la Policía provincial es nombrado por el Ministerio del Interior en Kabul, y trabaja junto con el gobernador de la provincia en cumplimiento de la ley para todos los distritos de la provincia.

Hay una excepción en la ciudad capital de Kabul, donde el alcalde es elegido directamente por el Presidente, y es completamente independiente del gobernador de Kabul.

Geografía

Afganistán posee una superficie de 647.947 kilómetros cuadrados, de los cuales aproximadamente el 75% es montañoso. De hecho, las poco pobladas tierras altas centrales conforman la mayor parte del Hindu Kusho Hindu Qûh, la principal cadena montañosa del país y la segunda más alta del mundo, con varios picos por encima de los 6.400 metros (punto más elevado del país: Nowshak; 7.485 msnm) en su extremo oriental. En la región noreste existe una importante actividad sísmica que con frecuencia causa cientos de muertes. El clima puede catalogarse como continental extremo, con escasas precipitaciones. Una buena parte del territorio es desértico o semidesértico, excepto unos cuantos valles fértiles muy poblados, como el de Herat, al noroeste. La red fluvial es de tipo endorreico, siendo los ríos más importantes el Amu-Darya (que es el cuasi mítico Oxus), el Helmand y el Käbol.

Con una alta tasa de ruralidad, la población del país es de 26.508.694 personas, cuya esperanza de vida es de 49 años. El principal grupo étnico es el de los pastunes o patanes, seguido de los tayikos, todos ellos indoeuropeos iranios. También existen grupos turco-tártaros. Afganistán es muy pobre; de hecho, en 1995 ocupó el puesto 192º (el último) en el ranking de países según el consumo de calorías de su población. Miles de personas carecen de alimentos, vivienda y asistencia sanitaria. Entre 1979 y 2000, una tercera parte de su población abandonó el territorio, huyendo de la guerra, estimándose que son cerca de seis millones los refugiados afganos establecidos en Pakistán e Irán, quienes poco a poco han regresado a Afganistán.

Economía

Afganistán es un país extremadamente pobre, con una alta dependencia en la agricultura, pues la mayor parte de la población (90%) trabaja en el sector agrícola cultivando cereales, frutales, frutos secos, algodón y papaya. La mayoría de la agricultura se realiza en las llanuras del norte, cerca de las fronteras con Turkmenistán, Uzbekistán y Tayikistán. También hay importantes rebaños de ovejas "karakul", así como artesanía de alfombras. Posee importantes reservas de gas natural explotadas a baja escala por empresas de capital estadounidense y una industria (textiles, alimentos) de incipiente desarrollo. En general, la economía afgana tiene muy bajo desarrollo debido a la situación de guerra permanente, a la falta de un gobierno central efectivo, y a la fragmentación de la sociedad en grupos tribales.

La agricultura es la fuente principal de ingreso de este país, pues se cultiva principalmente trigo, maíz, arroz, cebada, hortalizas, varios tipos de frutos secos, nueces, tabaco, algodón, remolacha, opio. También se cultiva y se la usa en la industria la semilla de ricino, rubia. En la ganadería, se destaca la cría de ganado ovino, que da origen a gran cantidad de carne, además de la lana y pieles, productos de exportación. También se crían camellos, burros, vacas, cabras.

La economía ha sufrido bastante debido a agitaciones políticas y militares, así como también debido a una sequía severa que ha añadido dificultades al país entre 1998-2001. La mayoría de la población sufre de insuficiencia de comida, vestido, vivienda, atención médica y otros problemas, todo esto empeorado por operaciones militares e incertidumbre política. La inflación constituye un serio problema. Luego de la guerra contra la coalición liderada por los Estados Unidos, que provocó el derrocamiento del régimen talibán en noviembre de 2001, muchos de los agricultores han cambiado sus cultivos por paga en efectivo, en vez de cultivar alimentos para consumo interno. Un ejemplo notable es el cultivo de opio, el cual se ha incrementado grandemente durante la última década: Afganistán se ha convertido en el primer proveedor ilegal de opio en el mundo.

A pesar de la labor de la comunidad internacional y el gobierno de Karzai, la dependencia del opio sigue en aumento. Según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC en sus siglas inglesas), en el año 2006 el cultivo de amapola creció un 59 por ciento. La producción del opio creció un 49 por ciento. En un reciente artículo de la Washington Quarterly, Peter van Ham y Jorrit Kamminga dan más detalles sobre la economía ilícita del opio en Afganistán, y posibles soluciones. Esfuerzos internacionales para la reconstrucción de Afganistán llevaron a la creación de la Autoridad Interina de Afganistán, como resultado del Acuerdo de Bonn de 2001. En enero de 2002, en la Conferencia en Tokio de Donantes para la Reconstrucción de Afganistán, se recolectaron unos 4.500 millones de dólares, que serían administrados por el Banco. Las áreas prioritarias para la reconstrucción incluyen instalaciones sanitarias para educación y salud, mejora del sector agrícola, así como también carreteras, energía y telecomunicaciones. Dos tercios de la población viven con menos de dos dólares al día.

Infraestructura

Comunicaciones y tecnología

Afganistán ha avanzado rápidamente en la tecnología de las comunicaciones y hoy en día, cuenta con empresas de comunicación inalámbrica, Internet, radiodifusoras y canales de televisión. Las empresas de telecomunicaciones afganas Afghan Telecom, Afghan Wireless, Roshan (que es en parte propiedad del príncipe Karim Aga Khan IV), MTN Group y Etisalat han manifestado un rápido incremento en el uso de teléfonos celulares. En 2011 hay 16,8 millones de líneas móviles.24

La telefonía fija es manejada desde 2006 por Afghan Telecom, creada en ese año con la misión de reconstruir una red destruida por dos décadas de guerra. En 2011 había solamente 72700 líneas fijas. En el 2006, el Ministerio Afgano de Comunicaciones firmó un contrato de 64,5 millones de dólares con ZTE Corporation para la creación de una red nacional de cable de fibra óptica. Esto mejorará las transmisiones telefónicas, de internet, televisión y radio en todo el país.

Los Servicios postales y de entrega de paquetes (como FedEx, DHL y otros) existen en las principales ciudades y pueblos. A partir de 2008, el país tiene 460.000 líneas de teléfono,26 y alrededor de 500.000 personas (1,5% de la población) tienen acceso a Internet.

Transporte

La aerolínea Ariana Afghan Airlines despacha vuelos hacia Fráncfort del Meno, Dubái y Estambul, desde Kabul y Herat. Los automóviles se han vuelto recientemente más asequibles, siendo Toyota, Land Rover, BMW y Hyundai los concesionarios más habituales.

Hay también algunos servicios de vuelos nacionales e internacionales disponibles con las empresas de propiedad local, como Air Kam, Pamir Airways y Airways Safi.

El país cuenta con un servicio ferroviario limitado con Turkmenistán y Uzbekistán en el norte. Hay dos proyectos ferroviarios más actualmente en curso con los países vecinos; uno pretende conectar Herat e Irán, mientras que el otro quiere conectar con los ferrocarriles pakistaníes.

La mayoría de los ciudadanos que viajan grandes distancias usan los servicios de autobús. Los nuevos automóviles se han vuelto más ampliamente disponibles después de la reconstrucción de caminos y carreteras. Los vehículos son importados de los Emiratos Árabes Unidos a través de Pakistán e Irán.

Medios De Comunicación

Los medios de comunicación estuvieron estrechamente controlados por los talibanes, tanto que la televisión fue cerrada en 1996 y a la prensa se le prohibió publicar comentarios, fotos o cartas de los lectores. Radio Kabul sólo transmitía programas religiosos y de propaganda, y salía al aire sin música. Después de que el nuevo gobierno asumiera en 2001, las restricciones a la prensa se han aligerado de manera gradual y diversificado los medios de comunicación privados. La libertad de expresión y de prensa es promovida en la Constitución de 2004 y la censura fue prohibida, a pesar de que difamar a las personas o la producción de material contrario a los principios del Islam está prohibida. En 2008, Reporteros sin Fronteras colocó al país en el puesto 156 de 173, siendo los primeros más libres. 400 publicaciones están registradas, por lo menos 15 canales locales de televisión afgana y 60 emisoras de radio. Las estaciones de radio extranjeras, como el Servicio Mundial de la BBC, también se transmiten en el país.

Demografía

En 2007, Afganistán tenía una población de 31.889.000 habitantes. La esperanza de vida es de 49 años. El 36% de la población está alfabetizada. El promedio de hijos por mujer es de 6,64, una de las tasas más elevadas del mundo, lo cual está provocando un crecimiento poblacional nunca visto en la historia del país.

Afganistán es un país multilingüístico, multiétnico y multicultural, y además está en una encrucijada entre el este (China), el sur (Asia meridional, incluido Pakistán), el oeste (Oriente Medio, incluido Irán) y el norte (grupo de países de la antigua URSS). También fue un antiguo punto de encuentro del comercio y migración. A lo largo de la historia, la región de la moderna Afganistán fue invadida por varios pueblos, que incluyen los persas, griegos, árabes, turcos, mongoles, británicos, soviéticos, y actualmente por la coalición liderada por EE. UU. En 2001.

La población de Afganistán está dividida en un gran número de grupos étnicos. Como no se ha llevado a cabo un censo sistemático en el país últimamente, no hay disponibles cifras exactas del tamaño y composición de los variados grupos étnicos. Por lo tanto, la mayoría de las cifras son sólo aproximaciones. Según el CIA World FactBook (actualizado el 23 de noviembre de 2012), la distribución de grupos étnicos es el siguiente:

• Pasthunes: 42%

• Tayikos: 27%

• Hazaras: 9%

• Uzbekos: 9%

• Aimako: 4%

• Turkmenos: 3%

• Baloch 2%

• Otro: 4%

Los idiomas oficiales de Afganistán son el persa afgano o dari (persa) (hablado por el 50% de la población), y el pastún (en inglés pashtun) (hablado por el 35% de la población). Otras lenguas incluyen idiomas turcos (entre ellos, uzbeko y turcomano o turkmeno [hablado por el 10% de los habitantes]), así como 30 lenguas menores. El bilingüismo es común, y ésta es una de las razones por las cuales los porcentajes resultan variables.

Religiosamente, los afganos son predominantemente musulmanes (de entre los musulmanes, aproximadamente 80-89% son sunníes y 10-19% son chiíes). Hay también minorías budistas, hinduistas y sijs. Una minoría judaísta milenaria se ha reducido desde hace algunos años. Muchos de estos judaístas huyeron en los noventa (durante la guerra civil y durante el régimen islamista radical de los talibanes) hacia los países vecinos, a Europa y al continente americano. Con la caída de los talibanes, algunos sijs y judaístas han retornado a la provincia afgana de Ġaznī.

Durante los últimos años, Afganistán se ha mantenido fuera de la lista de países ordenados según su Índice de Desarrollo Humano elaborada por la ONU, debido a que no es posible recopilar datos suficientes para una correcta clasificación. En todo caso, cabría esperar que Afganistán fuera el último en dicho ranking, dado su escaso desarrollo económico y social.

Educación

A partir de 2006 más de 4.000.000 de alumnos de ambos sexos estaban inscritos en todo el país. Aún existen diversos obstáculos significativos en la educación de Afganistán, debido a la falta de financiación, edificios escolares inseguros y reglas culturales. La falta de profesores es otro obstáculo y el hecho de que algunos padres no dejen a sus hijas tener clases con un hombre también lo es.

La tasa de alfabetización según estimación de 1999 es de 36%, siendo entre los hombres de 51% y entre las mujeres de 21%. Actualmente hay unas 9.500 escuelas en el país.

Cultura

Afganistán cuenta con una compleja historia, que ha quedado reflejada en sus actuales civilizaciones, lenguajes y monumentos. Los afganos se muestran orgullosos de su país, su linaje y soberanía. Históricamente han sido un "clan bélico", que ha mantenido querellas durante distintas épocas, siendo la guerra una de sus principales ocupaciones desde tiempos inmemoriales. Esta condición ha hecho difícil a los invasores conquistar la región.

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