Anarquismo

El anarquismo es una filosofía política y social, que llama a la oposición y abolición del Estado entendido como gobierno y por extensión de toda autoridad, jerarquía o control social que se imponga al individuo por considerarlas indeseables, innecesarias y nocivas.

Sus principales exponentes fueron Max Stirner, Pierre-Joseph Proudhon, Mikhail Bakunin, George Sorel y Errico Malatesta.

Como concepción vital, el anarquismo afirma que todo lo que limita la libertad del ser humano debe ser suprimido, pretende destruir las trabas sociales como la religión, el estado, la propiedad privada y la ley, la cual según sus teorías, se interpone entre el individuo y su libertad para hacer posible la construcción de una vida en comunidad libre y solidaria.

Según el anarquismo, todas las clases de autoridad, tanto la política como religiosa son contrarias a la libertad individual, por lo que deben ser rechazadas y eliminadas. La justicia y el orden, se deben asegurar mediante un contrato individual libremente aceptado por hombres, de esta manera una infinidad de contratos libremente consentidos dará lugar a un sistema en equilibrio dinámico, un sistema federal en el que la solidaridad será superior a la obtenida en los sistemas basados en la autoridad y en la coerción.

En su denuncia a la falsa democracia, el anarquismo va a establecer que el estado moderno, encuentra su legitimación en la ficción democrática del sufragio universal, consistente en dar a cada ciudadano un voto. Ello crea la ilusión de que el pueblo se gobierna a sí mismo, cuando en realidad, las múltiples manipulaciones del sistema conducen a preservar la desigualdad entre ricos y pobres, poderosos y desposeídos, pese a las apariencias de la igualdad jurídica. Por ello, el anarquista ha sido siempre abstencionista en los procesos electorales, cuyas virtudes niega.

Existe una ética muy característica del anarquista: el convencimiento de que la sociedad no va a mejorar por la acción del estado ni de ninguna otra institución, y de que en la consecución de la nueva sociedad corresponde un papel primordial al individuo, tiene como consecuencia la formación de un fuerte sentido moral, de un permanente intento de superación de uno mismo. Es por esto que los movimientos anarquistas de principios del siglo XX fueron acompañados por la creación de ateneos, sociedades culturales y todo tipo de intentos de mejora intelectual de los individuos.

No existe acuerdo académico en cuanto a una taxonomía de las corrientes anarquistas; algunos hacen una distinción entre dos líneas básicas de pensamiento: individualista y socialistas; también es común señalar las cuatro corrientes mas importantes, el anarquismo individualista, mutualismo, anarquismo comunista y anarcosindicalismo, y según algunas fuentes también el colectivismo.

ANARQUISMO INDIVIDUALISTA: alude a un grupo de ideologías que tienden a manifestarse más como corrientes filosóficas y literarias que como movimientos sociales.

MUTUALISMO: surge con las ideas del francés Pierre-Joseph Proudhon, que imaginaba una sociedad en la cual cada persona pudiera poseer los medios de producción, individual o colectivamente, el intercambio de bienes y los productos se producirían a través de una forma ética de negociación o regateo, en la que cada parte buscaría tan solo un equivalente del que ofrecían.

Una sociedad mutualista consistiría en una economía de libre intercambio entre productores, en la que la producción seria llevada a cabo por artesanos y campesinos autónomos, pequeñas cooperativas de productores, entre otras. Todas las asociaciones entre individuos seria de carácter voluntario y libre.

ANARQUISMO COMUNISTA: promueve la asociación voluntaria sin estado, sin diferencias de clase igualitaria, a través de la propiedad comunitaria o socialización de los medios de producción, servicios y bienes de consumo. El anarco comunismo enfatiza la experiencia colectiva como distinta o importante en la búsqueda de la libertad individual.

ANARCOSINDICALISMO: es un movimiento de organización y lucha de los trabajadores a través de los sindicatos autónomos de poder, resultado de la síntesis del anarquismo y la acción sindical revolucionaria.

La teoría sindicalista se desarrolló en Francia como un unionismo sindical revolucionario que giraba alrededor de la guerra de clases, y que a base de huelgas, boicots, sabotaje y, donde fuese necesario violencia personal.

El objeto revolucionario anarcosindicalista, es la conquista de los medios de producción y distribución por parte de los trabajadores y la abolición del sistema salarial y de las clases sociales, tras lo cual se reorganizaría la sociedad según los principios federalistas y de democracia directa, gestionando todas las estructuras políticas y económicas por parte de los mismos trabajadores, en un planteamiento conocido como autogestión. El anarcosindicalismo tuvo un papel importante en Argentina, Italia, Estados Unidos, Uruguay, Francia, Rusia, Corea y España.

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