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Andrea Sofía Rosas Casanova nació el 10 de octubre de 1996, en la Ciudad de México. Vivió hasta los 9 años en la Ciudad de México, cuando se mudó a San Juan del río Querétaro junto con sus papas y su hermano menor.

sofia101096Monografía18 de Abril de 2016

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE QUERÉTARO[pic 1][pic 2]

Facultad de Filosofía

Jesús de Nazaret

  • Andrea Sofía Rosas Casanova
  • 1er semestre
  • 22-83-37
  • Culturas clásicas y primeros imperios
  • Francisco Meyer Cosio

ÍNDICE

Prólogo        

Introducción        

Contexto histórico        

Judea bajo el dominio Romano        

Herodes el Grande        

Nacimiento de Jesús        

La “virgen” María        

Niñez de Jesús        

María Magdalena        

Jesús, judío revolucionario        

Constantino I        

Historias similares a las de Jesús        

Conclusiones        

Bibliografía        

Prólogo

Andrea Sofía Rosas Casanova nació el 10 de octubre de 1996, en la Ciudad de México. Vivió hasta los 9 años en la Ciudad de México, cuando se mudó a San Juan del río Querétaro junto con sus papas y su hermano menor.

Entró en tercer año de primaria al Colegio Constantino donde permaneció hasta concluir su educación básica.

En la secundaria, sus papás la cambiaron al Colegio Centro Unión, una escuela católica de misioneros Xaverianos.

Al terminar la secundaria decidió inscribirse a la Escuela de Bachilleres de la Universidad Autónoma de Querétaro para realizar sus estudios de preparatoria, ya que esta era la mejor escuela de la región. Ahí fue donde descubrió que le apasionaba la historia y que quería dedicarse a eso toda su vida. Así que, al momento de elección de carrera se decidió por la licenciatura en Historia en la Universidad Autónoma de Querétaro, donde se encuentra estudiando actualmente.

Introducción

Si un tribunal de justicia fuera a evaluar la evidencia de Jesucristo, ¿cuál sería la conclusión acerca de su identidad?, ¿ Es posible descubrir al verdadero Jesús histórico? Muchos eruditos han estudiado cuidadosamente los hechos sobre esta persona que tiene tan gran influencia en la historia humana.

La tradición cristiana hace constar que al iniciarse o cuando estaba por empezar lo que ha llegado a conocerse como la era cristiana, nació en Belén el niño Jesús, a quien después se le puso por sobrenombre el Cristo.

Existen múltiples versiones, ideas y creencias acerca de su nacimiento, vida y muerte. Así como con respecto a quien fue, y lo que fue, existen opiniones muy fuertes que dividen las opiniones de las personas.

Hay testimonios solemnes de personas que han muerto, así como de los que viven que lo proclaman divino, el Hijo del Dios viviente, el Redentor y Salvador de la raza humana, el juez eterno de las almas de los hombres, el escogido y ungido del padre, en una palabra: el Cristo. Hay otros mas que niegan su divinidad, pero al mismo tiempo realzan las cualidades sobresalientes de su naturaleza humana inimitable y sin paralelo.

No se ha escrito ni puede escribirse una biografía adecuada ni correcta de Jesús como niño y como hombre por la sencilla razón de que no hay fuentes escritas, además de los evangelios que hablen de, de su vida y de su trascendencia con los milagros que realizó.

Sin embargo jamás ha habido un hombre a quien se le haya dedicado mayor atención en la historia de la humanidad.

Contexto histórico

Judea bajo el dominio Romano

El imperio Romano tenía la intención de gobernar el mundo conocido. Razón por la cual era necesario tener subyugado al pueblo de Israel porque querían dominar toda la región, ya que pensaban que un eslabón débil podría causar mucho daño.

Cuando en el año 63 a. C. el general Cneo Pompeyo Magno derrotó al rey Mitrídates VI del Ponto en su tercer alzamiento, Siria se convirtió en una provincia romana. A continuación, Pompeyo se dirigió a Judea, para asegurar el área. Una vez allí, encontró a los hermanos Hircano y Aristóbulo, este último, que estaba sitiado por su hermano en Jerusalén solicitó la intervención romana, ofreciéndole una recompensa a Pompeyo, la cual aceptó. Luego Aristóbulo acusó a los romanos de extorsión, lo que originó que Pompeyo instalara en el trono a Hircano y desde entonces Judea y Galilea se volvió un reino clientelar de Roma, que si bien era independiente de jure, estaba sujeto a la autoridad romana.

En el año 47 a. C. Antípatro el Idumeo sucedió a Hircano como procurador de Judea, siendo nombrado por Julio César. Al morir Antípatro en el 44 a. C., su hijo Herodes I el Grande fue nombrado gobernador por el Senado romano y rey de Judea en el 39 a. C., si bien empezó a reinar dos años después. Durante su reinado eliminó a varios miembros de los Macabeos, para asegurarse en el trono. Los romanos llamaron a Herodes «rey aliado y amigo del pueblo romano» (rex socius amicusque populi Romani). Murió en el año 4 a. C. y el reino de Judea fue dividido entre cuatro de sus hijos, que se convirtieron en tetrarcas, si bien Roma intervino continuamente en la política interna, hasta el punto que el emperador romano César Augusto destituyó de su cargo a un hijo de Herodes.

Herodes el Grande

Herodes fue nombrado primero gobernador de Galilea y posteriormente «tetrarca» para dirigir las relaciones de Roma con los judíos, pero tuvo de huir por el ataque de los partos, que apoyaban en el trono a Antígona, la última reina de la dinastía de los Asmoneos o Macabeos, representante de la resistencia judía contra la dominación política y cultural del Occidente grecorromano. En el año 40 a. C. el Senado romano nombró a Herodes rey de los judíos por indicación de Marco Antonio, con el encargo de recuperar Judea de manos de Antígona. Combatió durante tres años hasta que conquistó Jerusalén y decapitó a Antígona.

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 Herodes I el Grande

Su ilegitimidad dinástica y su indiferencia religiosa le hicieron impopular entre los judíos, especialmente frente al partido religioso ortodoxo de los fariseos. Se vio obligado a establecer un régimen basado en el terror, con una persecución sangrienta de la antigua familia reinante (incluyendo el asesinato de su propia esposa asmonea, su suegra, su cuñado y tres de sus hijos).

En ese contexto de obsesión por consolidar su posición en el trono frente a posibles pretendientes se enmarca la «matanza de los inocentes» que narra el Evangelio según San Mateo, episodio literario que consistente en una matanza de todos los niños menores de dos años nacidos en Belén, para conjurar la profecía mesiánica según la cual había nacido en aquella ciudad el que habría de ser rey de los judíos, Jesús.[pic 4]

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Por lo demás, Herodes fue un rey hábil: supo eludir su participación en la batalla de Actium, lo que permitió que Augusto le mantuviera en el trono después de su victoria, con una autonomía política prácticamente total a pesar de ser vasallo del Imperio; defendió eficazmente el reino frente a los ataques de partos y árabes; construyó ciudades y fortalezas; embelleció la capital; respetó las costumbres locales y comenzó la reconstrucción del Templo de Jerusalén.

Al morir dejó el reino dividido entre sus hijos: Judea, Samaría e Idumea para Arquelao (destituido dos años después por el gobernador romano Poncio Pilatos), y Galilea y Perea para Herodes Antipas (el que, según los Evangelios, eludió juzgar a Jesucristo cuando se lo envió Pilatos). El nieto de Herodes, Herodes Agripa I, fue el último rey que gobernó sobre la totalidad de Palestina y el que, según los Hechos de los Apóstoles, hizo encarcelar a San Pedro y condenó a muerte a Santiago el Mayor. Bajo su hijo Herodes Agripa II estalló la rebelión de los judíos que llevó a la destrucción de Jerusalén por Tito y la anexión de Palestina a Siria como provincia romana (70 d. C.).

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