Antropologia De La Mujer
luzerikavarela2 de Noviembre de 2012
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El papel actual de la mujer en gran parte de las culturas ha cambiado progresivamente y en muchas sociedades se ha logrado la igualdad legal en los derechos con el hombre. Pero esto no es sinónimo de una comprensión real sobre este hecho, ni tampoco del reconocimiento integral de lo que implica, porque a pesar de los grandes avances conseguidos, se siguen cometiendo actos de injusticia contra las mujeres en las diferentes culturas. Dentro de este panorama el estudio de la mujer a partir de la antropología tiene una historia muy reciente, pues se ha comenzado a hacer investigación sobre ello desde hace tan sólo tres décadas, gracias a la lucha del movimiento feminista y a los espacios ganados en el ámbito político y académico desde los años 60. Hay numerosas incógnitas en la corta historia de los estudios sobre la mujer y todavía mucho trabajo por realizar. La causa principal parte de un hecho determinante: la antropología ha sido siempre masculina.
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Contexto histórico
Saber el cómo y el cuándo los hombres empezaron a atribuirse el poder sobre las mujeres es una incógnita que han llamado la atención de las investigadoras feministas. Las crónicas, los documentos históricos y los estudios sobre este tema no han logrado desvelar cuál fue la causa de una situación que ha perdurado por siglos, y que aún hoy sigue vigente en la mayoría de las sociedades.
Aunque esta pregunta no tenga una respuesta concreta, en la mayoría de las leyendas y mitos recogidos de la cosmovisión de los diferentes grupos humanos, se puede encontrar la presencia femenina como parte fundamental de la cultura material y de los sistemas de producción social. Por ejemplo, en culturas de habla hispana, denominaciones y aspectos recurrentes, tales como "la madre tierra", "la madre patria", "la fertilidad", "la siembra", "la cosecha", "la luna" o "las fiestas" son, entre otros, elementos que conforman lo femenino; no sólo desde el punto de vista simbólico, con el enriquecedor contenido que algunas de estas expresiones encierran, sino también en la práctica de lo cotidiano.
La mujer ha constituido siempre una parte determinante que sustenta el tejido social en todas las culturas y ha tomado forma como elemento ineludible de la mayor parte de los parámetros y referencias en el ámbito social, como productora y como reproductora. Sin embargo, dicho protagonismo no ha sido argumento suficiente para provocar a lo largo de la historia un reconocimiento explícito con respecto al hombre, en la igualdad de derechos legales, de representatividad dentro de las instituciones establecidas o simplemente de reconocimiento social en cada uno de los núcleos donde se encuentra. Al contrario, se pueden ponderar teorías que han sustentado la subordinación de la mujer, como algo "natural" y que ha existido siempre. En este sentido cabe resaltar que la historia ha sido escrita por hombres, para hombres y en un mundo de hombres, donde lo femenino siempre estuvo oculto. Prueba de esto fue, en la sociedad occidental, el derecho negado a la mujer de aprender a leer y escribir durante siglos.
Existen varios tipos de culturas donde la mujer pudo haber tenido más o menos un papel de paridad o incluso de predominancia política. Sin embargo en muchos casos estudiados se pudo observar que esta situación cambió a raíz de las políticas impuestas por la dominación colonialista. Como ejemplo, se puede mencionar las islas Cook, donde las mujeres fueron tradicionalmente activas en la política, llegando incluso a gobernar sus pueblos. En algunas zonas del África occidental existieron, hasta la colonización, pueblos en los que las mujeres ocuparon cargos de poder y políticos, donde eran independientes y respetadas y no se daba importancia a su virginidad. (Díez, C., Rosalía)
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