Análisis Comparativo Barroco

Análisis Comparativo

Introducción

        El Barroco fue una corriente que transcurrió en el siglo XVII, hasta el siglo XVIII. El Neoclásico fue otra corriente que surge en el siglo XVIII en Europa. El objetivo es realizar un ensayo comparativo, a través de las lecturas de Tartufo y La vida es sueño. La tesis de este trabajo es demostrar las diferencias entre las corrientes Barroco y Neoclásico; las variables que se usarán son las unidades aristotélicas; espacio y tiempo.

Desarrollo

        En el Barroco, la variable del espacio se desarrollaba en varios lugares, como se logra leer en La vida es sueño; “[…] ¡Guardas desta torre que, dormidas o cobardes, disteis paso a dos personas que han quebrantado la cárcel […]” (Calderón, 2008, p. 92) y “[…] trayendo desta manera a Segismundo a Palacio […]” (Calderón, 2008, p. 120); es así, como observamos que la obra se desarrolla en dos o más lugares, mencionando aquí el palacio y la torre. A comparación de el Neoclásico, el espacio se desarrollaba en un solo sitio, en el caso de la obra de Tartufo, se logra leer que Madame Pernelle dice al principio de la obra “[…]  os rogara encarecidamente que no volvierais a poner un pie en esta casa. […]” (Molière, 1991, p. 99), y cerca de concluir la obra Monsieur Leal le dice a Orgón “[…] Esta casa ahora, como por cierto sabéis, pertenece al muy ilustre señor Tartufo, sin ningún género de dudas […]” (Molière, 1991, p. 171) lo que nos dice que se la obra se desarrolló en la casa de Orgón.

        La segunda variable a tratar es el tiempo, en el Barroco, la obra tomaba varios días de desarrollo. Evidentemente en La vida es sueño, lleva varios días su desarrollo, “[…] Yo he de ponerle mañana, sin que él sepa que es mi hijo y rey vuestro, a Segismundo (que apueste su nombre ha sido) en mi dosel, en mi silla […]” (Calderón, 2008, p. 110), hablando de que un día después, Segismundo tomará el lugar de Basilio, entonces la obra se desarrolla en varios días, también cabe mencionar que Segismundo se casa con Estrella, lo que confirma que toma vario tiempo la obra. A comparación de Tartufo, que se crea en el Neoclásico, la obra se desarrollaba en menos de 24 horas, “[…] que el enlace que ha acordado su padre para esta noche la hace caer en la desesperación a cada momento […]” (Molière, 1991, p. 151) . Se observa que la obra se desarrolla en un plazo de día-noche, ósea, en 24 horas.

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