Arquitectura bizantina

TRABAJO

PRÁCTICO N°2

“Resumen de gombrich”

Materia: Historia del Arte II

Capítulo 5

Los Romanos tuvieron las realizaciones más sobresalientes en la arquitectura civil. Las primeras representaciones de Cristo se remontan al Siglo IV, con estilo helenístico.

Cristo con San Pedro y San Pablo

Para indicar que el Cristo tiene su trono sobre el cielo, el escultor ha hecho que sus pies descansen sobre el dosel del firmamento, sostenidos por el antiguo Dios del cielo.

Los Judíos pintaron escenas del Antiguo Testamento, para narrar historias

3 hombres en el fuego ardiente: Siglo III: Representación de la claridad y sencillez

Los escultores ya no tenían paciencia para cincelar el mármol y tratarlo con delicadeza, por eso empleaban métodos más expeditivos como barrenos para marcar los rasgos más importantes. Muchos secretos técnicos se perdieron así en el tumulto de guerras, invasiones y revueltos.

Lo principal es que en esta época, los artistas ya no parecían satisfechos con el mero virtuosismo del Período helenístico, trataron entonces de conseguir nuevos efectos

Cap 6

Roma y Bizancio. V al XIII

Año 311: Constantino estableció la Iglesia cristiana como religión del estado. Las Iglesias y locales eran pequeñas recatados.

La iglesia debía contar con espacio suficiente para toda la congregación de fieles reunidos con el fin de escuchar la Misa celebrada por el sacerdote en el gran altar o el sermón pronunciado por este.

Por ello, las Iglesias no tomaron como modelo los triunfos paganos, sino las grandes salas de reunión que en la época clásica fueron conocidas como Basílica (que signfica Salas Reales), las cuales eran grandes salas oblongas con estrechos y bajos compartimientos en las paredes laterales, separados de la principal por hileras de columnas. En el extremo había un estrado circular en el que el presidente de la asamblea o juez tenía su asiento.

La madre de Contantino erigió una bAsílica como 1ª Iglesia. La hornasina o ábside circular sería empleado para el gran altar hacia el que se dirigían las miradas de todos los fieles. Esta parte se conocía como coro. La sala principal o central, donde se congregaban los fieles se denominó Nave (alta, generalmente recubierta con techo de madera dejando vigas al aire). Compartimientos más bajos laterales eran las alas, que tenían techo liso. Las columnas eran decoradas suntuosamente.

Los cristianos decían que no debían haber estatuas en la casa de Dios. Consideraron útil, sin embargo, las pinturas, porque hacían recordar las enseñanzas que habían recibido y mantenían viva la evocación de los episodios sagrados. Esto fue adoptado principalmente por la latinidad, la parte occidental del Imperio Romano. El Papa Gregorio el Grande (finales del siglo VI) recordó que muchos fieles no sabían leer ni escribir y para enseñarles las imágenes eran esenciales.

La pintura puede ser para los iletrados lo mismo que la escritura ara los que sabían leer.

Por lo tanto si el objeto era ser útil, debía ser representado con tanta claridad y sencillez como fuera posible y todo lo que pudiera distraer la atención de esto debía omitirse.

Obra de multiplicación de panes: obra en la que esos principios han sido aplicados consecuentemente. Procede de una basílica de Rávena hacia el 500. Es un mosaico laborioso con pequeños tacos de cristal, de color intenso que comunica al interior de la Iglesia. Su expresión muestra al espectador que algo misterioso y sagrado sucede. Hay un fondo con vidrios dorados y

Cristo se encuentra en el centro del mosaico. No es el Cristo barbado que conocemos, sino el hombre joven de largos cabellos que vivió en la imaginación de los cristianos primitivos. Lleva una túnica de color púrpura y extiende sus brazos en actitud de bendición hacia ambos lados, donde se encuentran dos apóstoles ofreciéndole los panes y los peces para que realice el milagro. Los apóstoles llevan los víveres con las manos cubiertas, tal como era costumbre en aquel tiempo que los súbditos llevaran sus tributos a sus señores.

A primera vista, una representación semejante parece envarada y rígida; no hay nada en ella del dominio del movimiento y la expresión que constituyó el orgullo del arte griego, y que persistió durante la época romana. La manera de estar colocadas las figuras en posición estrictamente frontal casi nos recuerda algunos dibujos infantiles. Y sin embargo, el artista debió conocer perfectamente el arte griego; sabía exactamente cómo colocar un manto sobre un cuerpo para que las manos ocultas quedaran visibles a través de los pliegues; sabía cómo mezclar piedras de diferentes formas en su mosaico para producir las coloraciones del cuerpo o del celaje; acusaba las sombras sobre el suelo y no hallaba dificultad alguna en representar los escorzos. Si el cuadro nos parece más bien primitivo, esta sensación debe obedecer a que el artista quiso ser sencillo

el arte cristiano del medievo se convirtió en una curiosa mezcla de métodos primitivos y artificiosos. El poder de observación de la naturaleza, que vimos despertar en Grecia alrededor de 500 a.C., volvió a velarse hacia 500.

El arte griego y romano proporcionaron una

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