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Arte Romanico


Enviado por   •  10 de Mayo de 2014  •  2.329 Palabras (10 Páginas)  •  273 Visitas

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Arte romana

El arte romano, al igual que su arquitectura e ingeniería, se extendió, como su imperio, a lo largo y ancho del perímetro del Mar Mediterráneo, siendo uno de los principales exponentes de la avanzada civilización romana.

El arte romano hunde sus raíces en diversas influencias, especialmente del mundo etrusco y del griego.

La fuerte organización y personalidad del Imperio Romano exige un arte y una arquitectura que aúne el carácter funcional con el propagandístico. De esta forma nace un arte muy centralizado y unitario que abarca todo el imperio, no sólo Roma sino, en mayor o menor medida, a todas su provincias.

No cabe duda que el arte romano es la manifestación artística más significativa de la historia del mundo occidental, ya que su influencia nunca se ha dejado percibir a lo largo de los muchos siglos desde su desaparición en toda Europa. No ha habido momento histórico (quizás el gótico es el arte y arquitectura más alejada del canon romano) que no haya sufrido en mayor o menor medida su influencia.

Los romanos penetraron en la Península Ibérica en el 218 a.de C. y sobre todo, a partir de la mitad del siglo II a. de C. empezaron a crearse asentamientos estables. No tardó en generarse una pronta e intensa romanización que duró más de cinco siglos y que he dejado en nuestro suelo restos arqueológicos de primer orden.

El Arte Romano tiene su principal manifestación en la arquitectura, tanto religiosa, como civil. Pero otras manifestaciones de primer orden son su magnífica escultura y en menor medida la pintura.

El mosaico es otra de las artes más brillantes del mundo romano. Las villas tardorromanas tuvieron frecuentemente sus suelos cubiertos por hermosos mosaicos con figuras geométricas, escenas de caza, mitológicas, etc.

• arquitectura romana

La característica esencial de la arquitectura romana es, sobre todo, su racionalidad y funcionalidad. Sin embargo, no debe olvidarse que su deliberada grandiosidad monumental como expresión del poder y superioridad de Roma frente a los pueblos conquistados. La arquitectura romana es heredera de la etrusca y en menor medida de la griega. Su evolución y variedad regional fueron relativamente pequeñas, presentando gran uniformidad debido al apego a principios más o menos estables fijados por el veronés Vitrubio en el siglo I d. de C.

A la arquitectura arquitrabada de los griegos, la romana incorpora, de manera constante, el arco y la bóveda de raigambre etrusca. Las bóvedas empleadas fueron principalmente la cupuliforme, la de medio cañón, de horno y la de arista.

Los materiales empleados fueron básicamente la sillería pétrea, la mampostería, el ladrillo, en combinación frecuente con argamasa de hormigón.

Aunque los romanos emplearon los clásicos órdenes arquitectónicos griegos, los usaron con mayor libertad combinándolos entre sí en la misma fachada.

• arquitectura religiosa

El templo romano es de ascendente etrusco y griego. Del templo etrusco toma su ubicación sobre un alto podio con un único acceso frontal. Del templo griego toma la larga cella y la columnata perimetral, aunque salvo en el pórtico de acceso, que son exentas, están adosadas al muro. Es precisamente en este frontal donde su aspecto más se asemeja al del mundo griego.

En España se conservan restos de numerosos templos, aunque suelen ser muy parciales.

Destaca el muy bien conservado pero pequeño templo de Vic (Barcelona) y los restos de los templos de Diana y Marte de Mérida (Badajoz), Córdoba (VER IMAGEN LATERAL) y Talavera la Vieja (Alcántara).

Entre los monumentos funerarios, destaca la Torre de los Escipiones de Tarragona, el Dístilo de Zalamea de la Serena (Badajoz), el Mausoleo de Los Atilios en Sádaba (Zaragoza). Mención especial merece el Mausoleo de la villa de Centcelles (Tarragona) por ser el monumento paleocristiano más importante de cuantos se conservan en España.

• contrucciones civiles

Las ciudades fueron los grandes centros de la convivencia y en general de la civilización romana. En España destacaron las ciudades de Tarragona, Sagunto, Cartagena, Barcelona, Córdoba, Sevilla, Itálica, Mérida, Zaragoza, Valencia, Toledo, Segóbriga, Lugo, Astorga, León, etc.

Estas ciudades romanas necesitaron amurallarse para defenderse de las agresiones. Algunas de ellas lo hicieron al comienzo de la romanización, cuando las guerras con los pueblos celtíberos eran una amenaza real (Tarragona, Córdoba y Carmona). Las demás lo hicieron sobre todo en el siglo III, con las primeras invasiones germánicas.

En estas ciudades se construían edificios públicos para diferentes servicios y actividades (económicas, deportivas y de esparcimiento). Frecuentemente estos edificios se situaban en el foro, verdadero centro neurálgico de la urbe romana. Las termas eran grandes complejos arquitectónicos de esparcimiento y salud pública, donde se establecían baños de diferentes temperaturas (fría, templada, caliente, sauna) en salas distintas.

La basílica, edificio de tres naves separadas por columnas y con rematado en ábside, era el lugar dedicado a las transacciones mercantiles y servía también de juzgado. En la curia se celebraban reuniones políticas.

Algunos de los edificios más emblemáticos del mundo romano fueron los dedicados a los espectáculos. Solían estar cerca de la ciudad, pero fuera de las murallas.

El teatro romano, heredero del griego, dedicado a la representación de obras de dramaturgos clásicos, tenían forma semicircular y se dividían en orchestra, escenario y cavea o graderío. El anfiteatro, espacio ovalado fruto de la unión de dos teatros por la escena (de ahí su nombre) se usaba como lugar para la contemplación de luchas de animales, gladiadores, ejercicios circenses, simulación de batallas navales, etc. Por último, el circo, estaba destinado a carreras de cuádriga y era un espacio muy alargado en cuyo centro se colocaba la espina con grandes estatuas.

De la Hispania romana, quedan importantes restos arqueológicos de teatros romanos, como el de Mérida, de gran belleza e importancia, pero también citamos los de Tarragona, Sagunto, Pollentia, Clunia, Osma, Toledo, Itálica, Regina, Málaga, Medellín, etc. En cuanto a anfiteatros, en aceptable estado quedan el de Itálica (el cuarto en tamaño de todos los romanos), Mérida, Tarragona y Segóbriga. Circos, se han localizado los de Tarragona, Calahorra, Mérida y Toledo, aunque dada su enorme extensión -el de Merída

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