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Arte paleocristiano y bizantino


Enviado por   •  21 de Octubre de 2015  •  Ensayos  •  1.542 Palabras (7 Páginas)  •  318 Visitas

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“Arte paleocristiano y bizantino”

                                                                           

                                                                     Gianinna Aguilera Viveros

      El arte paleocristiano se desarrolla desde los inicios del cristianismo hasta las invasiones barbáricas. Por su parte, el arte bizantino, es la continuación del primero, una evolución que termina con un arte subordinada al poder del emperador. El arte en la época paleocristiana tiene evidentes influencias paganas mezcladas con el cristianismo. Son representaciones más bien mesuradas y sobrias, en cambio el arte bizantino está lleno de color, de formas bellas y ostentaciones de todo tipo. El presente informe intenta dar cuenta de esta evolución, del paso de los siglos que trasforman el arte. De la manera en que esta se pierde y se recupera una y otra vez.

      En los inicios del cristianismo, los adeptos no utilizaban grandes recintos para llevar a cabo sus reuniones, sino más bien, utilizaban casas- iglesias, y sólo cuando Constantino se convirtió a la nueva fe comenzaron a aparecer manifestaciones de interés acerca de la arquitectural monumental. Cuando comenzaron a erigirse iglesias, y esto no sólo sucedió en Roma, sino también en Jerusalén, Constantinopla y Antioquia entre otras, lo que más preocupaba era la luminosidad de esta, ya que se creía que el ambiente hermoso ayudaba a la conexión con Dios.

      Las primeras imágenes representativas de Cristo no lo diferenciaban mucho de los apóstoles, sino que se le representaba como alguien joven, pero muy humano. Muchas de las primeras representaciones se basaban en trozos del génesis, historias de la vida de Jesús y los apóstoles, pero con el tinte pagano aún anclado al arte, ya que la transición no podía ser brusca, principalmente porque la transición social-religiosa tampoco se había dado de esa forma. Las manifestaciones artísticas más importantes de esta época eran la creación de sarcófagos y los murales en las catacumbas, con una iconografía que era básicamente narrativa, pero estas no fueron las únicas representaciones, también se encontraron dípticos, paneles de marfil, cofres, relicarios y vinajeras de plata. Este ciclo complejo e ilustrativo reflejaba mediante los relieves “los eruditos comentarios de los Padres de la Iglesia y los hábitos y gustos de la corte imperial, así como las enseñanzas filosóficas judías y paganas” (Beckwith 62).

      Luego que bajo el mandato de Teodosio el grande  el arte tuviera un prolífico crecimiento, las cosas comenzaron a desmoronarse tras las constantes invasiones y destrucciones de iglesias por parte de persas y árabes. Pero volvemos a ver el reflorecimiento de las artes con el reinado de Justiniano, aquí las imágenes de Cristo y la virgen, quien había sido declarada años antes como la madre de Dios, dejan de mostrarse como algo anecdótico y pasen a ser imágenes de culto a las cuales se les atribuyen propiedades mágicas, cuando no era eso lo que se buscaba, sino que con las imágenes se pretendía enseñar a los fieles, más estos las tomaron como extensiones de las divinidades, algo que sucede hasta nuestros tiempos.

      También tenemos aquí el florecimiento del arte secular, donde las imágenes miran directamente al espectador, “merced a esta concentración de la mirada bien pudiera decirse que un poder etéreo mana del papel pintado” (Beckwith 104). Esta combinación entre la imagen secular y la cristiana no fue bien recibida por todos, ya que la virgen ahora pasa a ser venerada como reina, no haciendo la distinción entre los poderes de los gobernantes terrenales y los celestiales. Luego de toda esta transformación y mimetización, aparecieron los códices, donde  “El códice de Rossano y el de Sinope son probablemente los textos del evangelio griego ilustrados más antiguos” (Beckwith 142). Estas eran obras lujosas que representaban escenas del nuevo testamento y la vida de los santos.

      Comenzando el período bizantino, al surgir el sumo pontificado, las reglas acerca del arte comenzaron a hacerse estrictas, y hubo muchos oponentes a que se venerasen las imágenes. Muchas de estas fueron destruidas por los iconoclastas, y cuando el clima logra volver a la aparente calma, se designan ciertas reglas que tienen que seguir los trípticos y mosaicos. Estos últimos comienzan a llenarse de color, preferentemente el dorado. Estos mosaicos revisten el interior de las iglesias y las cúpulas. Las cúpulas, por su parte, son la manifestación más evidente del arte bizantina, son amplias y circulares. También tenemos más representantes de importancia en el arte bizantina, como lo es la arquitectura en general, la arte figurativa y la escultura.

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