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BLOQUE 4. ESPAÑA EN LA ÓRBITA FRANCESA: EL REFORMISMO DE LOS PRIMEROS BORBONES (1700-1788)


Enviado por   •  11 de Enero de 2020  •  Síntesis  •  2.163 Palabras (9 Páginas)  •  183 Visitas

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BLOQUE 4.  ESPAÑA EN LA ÓRBITA FRANCESA: EL REFORMISMO DE LOS PRIMEROS BORBONES (1700-1788)

4.1. La Guerra de Sucesión Española y el sistema de Utrecht. Los Pactos de Familia.

El último testamento de Carlos II de 1700 reconocía como heredero a Felipe, nieto de Luis XIV de Francia. Varios países se mostraron contrarios a este testamento (contrarios a la hegemonía borbónica en Europa y buscando sacar beneficios territoriales a costa de España), y crearon una Gran Alianza (Inglaterra, Holanda, Dinamarca o Prusia) que defendía los derechos del archiduque Carlos, hijo del emperador Leopoldo de Austria, estallando un conflicto bélico en toda Europa: España queda dividida entre Castilla que apoya a Felipe de Anjou y Aragón, que apoya a Carlos. En una primera fase de la guerra, hasta 1705, ésta se desarrolla fuera de España. Felipe obtuvo algunas victorias en Italia y Luis XIV en Alemania, pero su avance se vio frenado tras la derrota de Blenheim frente a las tropas del duque de Malborough; en 1704 una flota inglesa conquista Gibraltar.  En 1705 la guerra se traslada a la península; Felipe vence en Almansa, en Brihuega y Villaviciosa; estas victorias y el nombramiento del pretendiente Carlos como nuevo emperador de Austria -tras la muerte de su padre y de su hermano-, llevan a las potencias europeas a iniciar conversaciones de paz (para evitar que se rompiera el equilibrio a favor de Austria).

        La paz de Utrech supone para España la pérdida de sus posesiones europeas: cede territorios a Austria (Países Bajos e Italia), varios enclaves estratégicos a Inglaterra (Gibraltar y Menorca) además de algunos derechos comerciales que rompen el monopolio comercial en América (navío de permiso que permite introducir hasta 300 toneladas de productos ingleses en las colonias españolas y el asiento de esclavos, limitado a 30 años). Se plantea un nuevo orden en Europa.

Entre 1733 y 1761 se firmaron tres acuerdos entre las monarquías de España y Francia, conocidos como Pactos de Familia debido a la relación de parentesco existente. El Primer Pacto, firmado en 1733 entre Felipe y Luis XV –sobrino del rey español- establecía una alianza frente a Austria (Felipe intentaba recuperar las antiguas posesiones españolas en Italia, consiguiendo entronizar a Carlos, futuro Carlos III en Nápoles y Sicilia). El Segundo Pacto, de 1743,  buscaba la alianza en el marco de la guerra de Sucesión Austríaca. El Tercer Pacto, de 1761, entre Carlos III y el rey francés, conlleva la entrada de España en la Guerra de los Siete Años: la derrota frente a Gran Bretaña conlleva la pérdida de Florida y la entrega de la colonia de Sacramento a Portugal.

4.2. La Monarquía Borbónica. Decretos de Nueva Planta. Modelo de Estado y reformas.

        La llegada de Felipe V al trono español supone el cambio dinástico y la llegada de la casa de Borbón; este cambio de dinastía supuso importantes transformaciones en España, al introducirse el sistema organizativo francés: se produjo una tendencia a la centralización, motivada por una concepción absolutista y centralista del poder y como medida de castigo contra los territorios que habían apoyado en la guerra de Sucesión al pretendiente don Carlos. Se procede a la unificación de las leyes e instituciones del país mediante los Decretos de Nueva Planta de Gobierno, que suprimen los fueros de los antiguos reinos de Aragón, así como las asambleas y autonomía municipales; en la práctica se introdujo el sistema administrativo castellano en el resto de territorios, salvo en Navarra y el País Vasco donde se mantienen sus fueros por haber seguido fieles a Felipe V.

        Se establecen nuevas instituciones, como el Sistema del Real Acuerdo, que coordinaba el nuevo cargo de Capitán General y el de las Audiencias (es decir el gobierno militar y el poder judicial). Los Consejos perdieron atribuciones en favor de las Secretarías de Estado, especializadas en las grandes áreas de la administración (Estado, Guerra, Gracia, Justicia, Marina e Indias): los secretarios toman el nombre de ministros, nombre que hasta entonces designaba a cualquier funcionario (destacaron el marqués de la Ensenada con Fernando VI, Aranda, Floridablanca con Carlos III, y Godoy con Carlos IV). Igualmente adquieren gran importancia las Intendencias, desde 1711, que siguen el modelo francés, encargadas de la recaudación de los impuestos y del fomento de la economía. Por el contrario, las Cortes pierden todo su poder (en Castilla sus funciones se vieron reducidas a la administración del impuesto de los “millones”, a la Jura del Príncipe de Asturias y a la introducción de nuevas Leyes como la Ley Sálica de 1713, de origen francés, según la cual las mujeres no pueden reinar y que sustituía a las tradicionales leyes de partidas, que permitían reinar a las mujeres pero dando preeminencia a la línea masculina).

4.3. La España del siglo XVIII. Expansión y transformaciones económicas: agricultura, industria y comercio con América. Causas del despegue económico de Cataluña.

El sector agrario sufre en este siglo un atraso técnico evidente: el regadío apenas se desarrolla (5% de las tierras cultivadas), la tecnología estaba anticuada (aperos, barbecho, siembra a voleo...). El rendimiento era escaso; sólo el aumento de las roturaciones permitió aumentar la producción a lo largo de siglo. Se mantuvo la trilogía mediterránea. Se trata de una agricultura de autoconsumo, donde eran frecuentes las crisis de subsistencias; además el crecimiento de la población en la segunda mitad de siglo provocó un aumento de la demanda con la consiguiente subida de precios. La estructura de la propiedad no cambió (bienes inmovilizados, señoríos jurisdiccionales).

El comercio tenía un peso reducido en la vida económica. El interno era escaso, debido a la insuficiente red  de caminos y a los múltiples peajes  y aduanas señoriales y concejiles. El comercio exterior con las colonias era mucho más importante; los productos coloniales eran reexportados a Europa; estaban en manos de un reducido grupo de empresarios, concentrado en Cádiz, que formaban una débil burguesía, incapaz de generar la necesaria revolución en la industria.

        Según el catastro de Ensenada, la producción artesanal empleaba a 200.000 trabajadores a mediados de siglo. Se caracterizaba por la dispersión de la producción por las ciudades, generalmente en talleres gremiales, de pequeño tamaño y tecnología arcaica. La pobreza general impedía la existencia de un mercado. Además creció la concentración de la producción en manos del capital mercantil. La única región en la que apareció un foco de industrialización fue Cataluña, donde a finales de siglo se desarrollan las fábricas de indianas (telas de algodón), alrededor de Barcelona. Fueron la consecuencia de la iniciativa privada de pequeños fabricantes; sin embargo, su dependencia colonial era excesiva (obtenía el algodón de América y vendían allí la mayor parte de su producción: cuando las guerras de finales de siglo estrangularon los circuitos comerciales, estas fábricas entraron en crisis.

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