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Batalla De La Victoria

mariaeugenia77722 de Enero de 2015

4.121 Palabras (17 Páginas)258 Visitas

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MUJER I: (habla a los soldados)

¿A quién traen allí?

SOLDADO I:

Al cuerpo de un soldado

VIEJO I:

¿Muerto?

SOLDADO I:

¡Si!

SOLDADO II:

Como todos, andaba con mi General Ribas. Murió ayer en la batalla librada en aquel sitio que llaman la Victoria.

VIEJO I:

Oímos el cay escuchamos la furia, de un suelo de metal que se agitaba.

MUJER II:

¡Fue en febrero 12!

SOLDADO I:

Quiso que lo enterraran en este campo abierto, bajo los surcos limpios que una vez él labrara.

(Los soldados se colocan en fila, firmes atrás del cuerpo yacente. Se oye un clarín a la sordina tocando silencio. Al concluir el toque, los soldados quedan a discreción.)

MUJER II:

¿Lo traen solo ustedes?

VIEJO I:

¿Y quienes los mandaban?

SOLDADOS: (A CORO)

¡Cayeron!

(Oyese una marcha militar fúnebre. Luego vuelve a sonar; a la sordina, el clarín, A la derecha se iluminan tres figuras musicales. Llevan capas oscuras que cubren parte de sus caras y cuerpos. Calzan botas altas de charol, con espuelas. Cubren sus cabezas con el bicornio usado por los oficiales del ejército independiente.)

OFICIALES: (GRAVES)

¡Aquí estamos!

¡Fuimos sus oficiales!

(Campo Elías):

¡Farriar!

(José Félix Ribas):

¡Estudiantes!

(Los soldados hacen posición de firmes y recobran luego su anterior postura.)

(José Félix Ribas):

¡Muertos fuimos ayer cuando emergió la patria!

¡También es de nosotros el funeral que ahora este lugar contempla!

¡Sus huesos son los nuestros!

(Señala el cuerpo yacente).

¡Como nuestro fue el canto que en sus labios llevaba!

Al enterrar su carne, a tierra va la nuestra.

OFICIALES: (A CORO).

¡La flor que en ella nazca, será la flor de todos!

(Algunas mujeres y un viejo se acercan al cadáver y lo miran con cuidado. Nuevamente el clarín toca silencio. Las mujeres y los viejos vuelven a sus sitios.)

MUJER I:

Lo conocí…

MUJER II:

También yo…

VIEJO I:

Pedro Juan se llamaba…

MUJER II:

Él nada poseía…sólo sus manos limpias y un morral lleno se sueños y esperanzas

(Campo Elías):

¡Y por sueño supo morir cuando la muerte cruzó por el camino del sol que procuraba!

MUJER I:

¿Y ese sueño cuál fue?

VIEJO I:

¿Tiene un nombre el sueño?

BOLÍVAR:

¡Un nombre hermoso tiene!

SOLDADOS: (A coro)

¡Venezuela se llama!

CAMPESINOS: (A CORO)

¡La patria!

BOLÍVAR:

Él la tomó una vez y en su pecho la puso.

¡En su sangre la puso! ¡En sus huesos la puso!

JOSÉ FELIX RIBAS:

¡Y la puso también en su firme pasión de verla sin cadenas, sin clavos, ni cerrojos!

CAMPO ELIAS I:

Por eso… ¡Hace ya tiempo, abandonó el conuco…

BOLÍVAR:

¡Su mujer y su perro; y con manos distintas alzó la dura lanza y fue tras del tirano Bobes!

JOSÉ FELIX RIBAS:

Y su pie sin calzado…

VIEJO II:

Pata en el suelo le dicen…

BOLÍVAR:

¡Gladiador de pasiones, los combates lo vieron arrebatarle al viento su impetuosa arrancada!

CORO: (Óyense clarines y tambores avanzando)

Entre los trepidantes corceles desbocados

¡Era un grito un suelto clarín que arrebataba!

¡ y tras su grito de todos avanzaba!

MUJER I:

Pero ahora, ya ven, está su cuerpo muerto…(LLORANDO DE PENA)

SOLDADO I:

Bien lo dices mujer, ¡sólo un cuerpo muerto!

SOLDADO II:

¡Su puño de guerrero sigue en la lucha siempre y en nuestras filas marchan sus pasos de valiente!

SOLDADO I:

¡ y no olvides tampoco que cayó en La Victoria, y nadie allí caído nombrando a Venezuela lo amortaja el olvido, ni para siempre es muerto!

MUJER I: (Se comienza a oír una marcha fúnebre a la sordina)

Debemos sepultarlo…

VIEJO III:

¡Abriremos la fosa!

(Sale hacia el fondo seguido de otro campesino. Los campesinos restantes se alinean a la derecha de la camilla. A la izquierda se sitúan los oficiales, dejando un espacio abierto para lo objetos que han de iluminarse. Se oye el rasgar, grave, monótono, de un cuarto.)

MUJER II: (A Ribas)

General… General.!!!! ¡Dinos!, ¿por qué se acorta la llama sagrada de la juventud con tan cálido beso de la muerte?

MUJER III:

¡Solo era un niño!

CAMPO ELIAS:

¡La llama arderá cada 12 de Febrero en el espíritu de cada joven! Recordarán con asombro como un ejercito de jóvenes valientes derrotaron al ejercito infernal del vendaval llanero!

RIBAS:

¡Planeado había allí la batalla en noches deslumbradas por lunas y vigilias!

(Óyense fanfarreas lanzar toque de partida, luego cajas de guerras y clarines. Seguidamente resuena una banda militar tocando una marcha potros al galope. Rumor de multitud avanzando. Música y rumores se van esfumando lentamente y se empieza a fraguar la valentía de los héroes que en tierra bendita derramaran su sangre)

CAMPO ELIAS:

Frente a Bolívar hecho estatua dura,

Entre sables de azules resonancias,

y un mar hirviente de encendidos pasos.

RIBAS:

¡Crepitaban hogueras en los gritos y estallaban espejos sobre lanzas!

CAMPO ELIAS:

¡Los corceles el polvo removían y los breves penachos fulguraban!

RIBAS:

¡Sobre la vastedad y el estampido grave la patria toda nos miraba!

VOZ: (Lejos una voz grita)

¡Recuerda la otra fuerza desplegada!

(Fanfarreas)

SOLDADO I:

Otro ejército allí miró Ribas…

Cruzar por la llanura iluminada...

MUJER I:

¿Otro?

MUJER II:

¿Cuál?

VIEJO I:

¿Acaso hubo otro ejército?

CORO:

¡Sí!

RIBAS:

¡Los grandes héroes muertos que venían a combatir también en la victoria!

(Oyese un rumor de viento fuerte que pasa, luego un himno.)

BOLÍVAR I:

¡De todo el continente estremecido llegaron sombras fuertes a ese campo!

¡Fotutos, atabales y guaruras, lanzas machetes, corazón y cantos!

Espuelas de esplendores removidos y obscuras flechas de perfil violento!

SOLDADO III:

Ribas los miró desfilar, graves…….

Entre un rumor de sangres y tormentos….

Y escuchó desgajarse una tormenta cuando alguien dijo recio:

CORO:

¡LA VICTORIA!

SOLDADOS:

Y ¡Presente!

CORO:

¡LA VICTORIA!

MUJER I:

¡Queremos conocerlos!

(Campo Elías señala un lugar donde se ilumina en rojo un tambor indígena; comienza a sonar, triste, una quena; luego de lejos, nítida se oye una voz.)

VOZ: (Lejos)

¡Presente estoy aquí, Bolívar, Libertador del fuego que hoy a América incendia!

José Gabriel Condorcanqui tupacamaru me han llamado me llaman, me llamarán mañana, los indios de otros tristes, los niños de hambre cierta.

¡Supe que surgirías de las piedras, del polen, del cactus, de la arcilla, del maíz, de las aguas, de todo cuanto guardan las entrañas de América!

¡Y que mi ruda sangre vertida bajo sombras llevaría a la tuya el sol de sus crisoles!

¡Por eso estoy aquí, presente!

¡Y he decirte hoy que nunca has dormir, Bolívar, ni descansar, Bolívar!

¡Tu imagen, tu palabra, tu corazón han de estar sobre América despiertos para siempre!

¡Mientras en ella quede un blanco con cadenas, un indio con espinas, un negro maniatado, un pobre de hombres yerto, tu espada a seguir, Bolívar, sobre el fuego!

(Obscuro. Suenan varias quenas y golpean recios dos maderos. Una luz viva cae sobre un tronco. De lejos llega otra voz.)

VOZ:

¡Despierto has de estar siempre, Bolívar, sí, despierto!

MUJER I:

Tú, ¿quién eres?

(Resuenan de nuevo los maderos.)

VOZ:

¿ Caupolicán he sido, soy, seguiré siendo!

¡Llego del sur de chile, del Arauco!

¡Me acompañan dos bravos que alumbran con frentes!

(Otra voz lejana grita)

VOZ: (Lejana)

¡Lautaaaaaro!

VOZ: (Otra voz lejana grita:)

¡Colocoloooooo!

(Callan las voces.)

VOZ: (Anterior: Caupolicán)

Conmigo está mi pueblo multiplicando para guerrear las manos que una vez por esa libertad, que en tu mirada afirmas, me cortaron.

¡En el fuerte madero que sostuve en mis hombros desde el alba hasta el alba, te presentí Bolívar, sentí tu corazón, tu fuerza, tu quimera!

¡Los pantanos, los aires, las lluvias, los samanes, para sembrar el grito que mi garganta dijo en el Arauco frío!

¡Está por eso aquí mi sombra de guerrero que no pudo ceder, que jamás ha cedido!

¡Yo soñé tu victoria cuando la muerte en hierros y garfios me cercaba!

¡Ahora estoy contigo de pie para mirarla nacer como copihue de luz en Carabobo!

¡Gran Toqui, yo te digo: muy cerca de tu espada irá el madero rudo!

(Obscuro. Óyese una flauta dulce y el galopar de una sola mano sobre el parche de un tambor indígena. Se ilumina de rojo un cardón. Lejos elévase una voz serena.)

VOZ:

¡También estoy aquí, yo soy Cuauhtémoc el de los pies quemados!

Vengo

...

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