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Batalla Del Alto De La Alianza


Enviado por   •  10 de Agosto de 2012  •  560 Palabras (3 Páginas)  •  1.717 Visitas

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26 DE MAYO: ANIVERSARIO DE LA BATALLA DEL ALTO DE LA ALIANZA

Sobre la vasta llanura, distante 8 kilómetros de la ciudad de Tacna, se libra la memorable batalla. A esa llanura se ha denominado: “Alto o Campo de la Alianza”.

Es deber necesario enaltecer la memoria de los jefes, oficiales y soldados peruanos que, en la lucha desigual y sangrienta, en inferioridad de condiciones de número y armamentos – 9 mil hombres- se enfrentaron ante las fuerzas invasoras – 14 mil hombres -; y, si no obtuvieron la victoria, supieron engalanar sus frentes con esplendores de gloria y con lauros de perdurable y ejemplar heroísmo.

Va este homenaje hacia esos valerosos jefes y oficiales tacneños, cuyos nombres se hallan grabados, en el corazón fraterno de todos los habitantes de esta tierra histórica y gloriosa.

Va esta ofrenda de gratitud y afecto para todos aquellos, a quienes se denomina: “Soldados Desconocidos”. Campesinos que abandonaron sus trabajos del agro, para levantar barricadas. Artesanos, que cambiaron la herramienta por el fusil. Profesores y estudiantes que dejaron las aulas y los libros. Pequeños comerciantes, que cerraron sus negocios. Y que, todos ellos, derramaron su sangre generosa sobre los campos de lucha, en defensa de la tierra nativa, de la patria peruana.

Va, también este homenaje emotivo y justiciero, al doctor Guillermo G. Mac Lean Portocarrero, dignísimo y ejemplar Alcalde de Tacna, quien, en el instante de peligro, cuando las fuerzas enemigas victoriosas, habían iniciado el bombardeo de la ciudad indefensa, y ante el temor de que ella fuera destruida, con un profundo sentimiento humanitario y patriótico, con bandera de parlamentario, se dirige al encuentro de los jefes enemigos. Les manifiesta que no quedan restos de tropas peruanas en la ciudad, y que, en consecuencia, se suspenda el bombardeo.

Los jefes chilenos, dudando de la palabra del Alcalde tacneño, lo ponen con centinela de vista, con la orden terminante de fusilarlo al oír algún disparo. Así se salvó la ciudad de inevitable destrucción.

Merecen palabras de gratitud y de recuerdo los agentes consulares de varios países extranjeros y varias familias inglesas e italianas, residentes en la ciudad, que asilaron, generosamente, a centenares de ancianos, mujeres y niños peruanos, a fin de librarlos de cualquier tropelía de parte de las fuerzas enemigas.

Y cabe recordar que en aquella misma tarde del infausto 26 de mayo, muchas familias, poseídas de temor, abandonan sus hogares y viviendas, y emprenden precipitado retiro, utilizando rudimentarios medios de locomoción de la época, mulos y caballos, hacia los pueblos de la cabecera del valle tacneño, y , que, posteriormente, habrían de seguir viaje hacia las zonas del Altiplano boliviano, en demanda de asilo.

Es de justicia enaltecer, asimismo, la actitud de numerosos grupos de madres, esposas

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