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Biografia Del Santo Hermano Pedro San José De Betancourt


Enviado por   •  18 de Marzo de 2014  •  1.435 Palabras (6 Páginas)  •  1.274 Visitas

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Biografía del Santo Hermano. Pedro de San José Betancourt

Santo Hermano Pedro de San José Betancourt (Villa flor de Chafna, Tenerife, 21 de marzo de 1626 - Ciudad de Santiago de los Caballeros, Guatemala, 25 de abril de 1667), más popularmente conocido como el Hermano Pedro, Fray Pedro de Betancourt o Santo Hermano Pedro, fue un religioso terciario franciscano español.

Fue beatificado en 1980 en la Basílica de San Pedro del Vaticano y canonizado en la Ciudad de Guatemala por el Papa Juan Pablo II en 2002. Es el primer y único santo de las Islas Canarias, así como de Guatemala y Centroamérica. Debido a su labor misionera y pastoral es popularmente conocido como el "San Francisco de Asís de las Américas".

Es lugar de masivas peregrinaciones la Cueva del Santo Hermano Pedro, en el municipio sureño de Granadilla de Abona en Tenerife, cerca de la costa, donde vivía cuando era joven mientras pastaba con su rebaño en invierno. También es un lugar de peregrinación la Iglesia de San Francisco en la Antigua Guatemala, lugar donde reposan sus restos mortales.

El Hermano Pedro sentía una gran devoción por la Virgen de Candelaria (Patrona General del Archipiélago Canario). De hecho uno de sus deseos fue volver a su tierra e ir en peregrinación a su Santuario. Doscientos años antes de ser proclamado el dogma de la Inmaculada Concepción, el Hermano Pedro ya le había jurado fidelidad hasta la muerte, con un juramento que lo sellaba, cada año, firmándolo con su sangre.1

Semblanza del Santo Hermano Pedro

Nacimiento y Primeros Años

El Santo Hermano Pedro de San José de Betancur nace en Villaflor, población del sur de la Isla de Tenerife el 21 de marzo de 1626 y muere en Guatemala el 25 de abril de1667. La distancia en el tiempo no opaca la luz que emana de su figura y que ha iluminado tanto a Tenerife y a las Islas Canarias como a toda la América Central desde aquellos remotos días de la Colonia.

Pedro de Betancur supo leer el Evangelio con los ojos de los humildes y vivió intensamente los Misterios de Belén y de la Cruz, los cuales orientaron todo su pensamiento y acción de caridad. Hijo de pastores y agricultores, tuvo la gracia de ser educado por sus padres profundamente cristianos; tuvo cuatro hermanos: Mateo, Pablo de Jesús, Catalina y Lucía. De ellos, Mateo se vino a América, posiblemente aEcuador; Pablo de Jesús se trasladó a La Orotava, muriendo a avanzada edad; Catalina, la hermana mayor, se casó y vivió en Garachico, hasta su muerte; y Lucía, la menor, se hizo monja.

El origen de la familia se remonta a don Jean IV de Béthencourt, quién dió inicio a la conquista de las Islas Canarias en 1401. El apellido Betancur era originalmente Bethancourt, de origen normando, sufriendo cambios a Bethancur, Betancurt, Bethancuourt y Betancur. Este apellido, en varias de sus diferentes modalidades, se encuentra en otros países de América, por ejemplo Cuba, Colombia, Argentina y Guatemala, pero se desconoce si son del mismo origen familiar.

La niñez de Pedro transcurrió en la bella campiña de Villaflor, tranquila y alejada del mundo. Era un niño modesto, callado, tal vez un poco retraído, pero de constitución fuerte por sus trabajos en el campo. Desde muy pequeño tuvo predilección por las cosas de Dios, orando todo el tiempo, incluso cuando estaba en el campo cuidando las ovejas de su padre.

La familia Betancur no poseía dinero, eran de abolengo pero de pocos recursos. Su papá tenía tierras y ovejas, que perdió en manos de un usurero, habiendo aceptado que Pedro, entonces de 12 años, entrada al servicio de tal persona como condición para recuperarlas. Varios años estuvo Pedro en esta condición, que desempeñó con toda humildad y fidelidad.

A los 23 años abandonó su nativa Tenerife y, después de 2 años, llegó a Guatemala, tierra que la Providencia había asignado para su apostolado misionero.

Apostolado en Guatemala

Apenas desembarcado en el Nuevo Mundo, una grave enfermedad lo puso en contacto directo con los más pobres y desheredados. Recuperada inesperadamente la salud, quiso consagrar su vida a Dios realizando los estudios eclesiásticos pero, al no poder hacerlo, profesó como terciario franciscano en el Convento e Iglesia de San Francisco (Antigua Guatemala), con un bien determinado programa de revivir la experiencia de Jesús de Nazaret en la humildad, la pobreza, la penitencia y el servicio a los pobres.

En un primer momento realizó su programa como custodio y sacristán de la Ermita

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