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Biografia Jorge Eliecer Gaitan

carloluis23 de Junio de 2012

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INTRODUCCIÓN

Jorge Eliécer Gaitán (1898-1948) suele ser considerado como el líder político más importante de Colombia en el siglo XX. La historia del siglo se divide en dos: antes y después de Gaitán o, mejor dicho, antes y después de su asesinato. La evocación de ese destino colombiano que marcó el destino de Colombia incluye dos paradojas. La primera: su importancia histórica no resulta sólo de su obra política sino aún más de lo que no pudo realizar. Proclamado jefe único del Partido Liberal colombiano en 1947, Gaitán se preparaba a ser Presidente de la República en la elección de 1950. El caudillo se quedó sin reino y Colombia entró en una espiral de violencia que perduró durante toda la segunda parte del siglo. La segunda: todo retrato de Gaitán inicia con su muerte.

El 9 de abril de 1948, la noticia de su asesinato provocó una inmensa y espontánea reacción popular conocida como el Bogotazo. En poco tiempo, una multitud se levantó y linchó al presunto asesino, un joven desconocido llamado Juan Roa Sierra, frente al palacio presidencial. La muchedumbre trató de penetrar en el palacio con la intención de matar al Presidente de entonces, el conservador Mariano Ospina Pérez. Después de haber sido rechazados del palacio por el ejército, los insurgentes invadieron las calles de Bogotá, saqueando, incendiando y matando, durante varios días, todos los símbolos –para ellos– del poder oligárquico. Infraestructuras, edificios importantes y monumentos, como las Iglesias, se esfumaron en medio del furor popular. La rebelión se extendió a otras ciudades del país y fue duramente reprimida. En Bogotá, el saldo fue de cientos de muertos y heridos y el centro de la ciudad quedó completamente destruido. Con el Bogotazo se inició una nueva y sangrienta etapa de la historia nacional en Colombia.

Los misterios que rodean el asesinato de Gaitán son aún debatidos con pasión. Algunos defienden la tesis del asesino aislado; otros afirman que Roa Sierra fue el instrumento de una conspiración; y los últimos sostienen que fue un chivo expiatorio designado por los verdaderos asesinos a la muchedumbre. El asunto no es original. En Colombia, existe una larga lista de personajes que han marcado la historia nacional y cuya muerte (siempre brutal) ha sido rodeada de fantasías y misterios, justificados o no. Basta recordar el asesinato irresuelto de otro líder del Partido Liberal (inspirado para Gaitán), Luís Carlos Galán, en 1989; seguido del asesinato del ex-guerrillero del desmovilizado M19 y también candidato a la elección presidencial Carlos Pizarro Leongómez, en 1990; de la muerte de Pablo Escobar en manos de la policía, en 1993, que muchos habitantes de Medellín juran haber visto vivo desde entonces; o de la desaparición respectiva de los hermanos Castaño, fundadores de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), de quienes no faltaron las voces que afirmaron que su supuesta muerte fue un simulacro.

Es un reflejo de la opacidad de los acontecimientos en un país donde la poca transparencia de los actores y de la información vuelve todo sospechoso. Es sobre todo la expresión de la fragmentación de los relatos sobre una violencia indomesticable que se convierte en objeto de interpretaciones contradictorias y discusiones infinitas. En Colombia, la fragmentación del espacio social y nacional es precisamente una de las fuentes reconocidas de la violencia. Gaitán fue la esperanza, justificada o no, de una mayor integración popular al proyecto político de la nación colombiana. Las elites liberales y conservadoras trataron de hacerlo olvidar, pero, durante todo lo que quedó de siglo, su fantasma acosó a una Colombia donde la esperanza dio paso a la violencia. Colombia fue el contra-ejemplo de los países que tuvieron importante experiencia nacional populista, como Argentina, Brasil, México y, en los Andes, Perú y Bolivia. No obstante y, en particular a través de la herencia gaitanista, el populismo no fue menos determinante en Colombia que en otras partes de América latina: reinó con y por su ausencia.

OBJETIVOS

OBJETIVO GENERAL

Revisar la vida y obra del caudillo Jorge Eliecer Gaitán Olaya y su legado socialista a Colombia y Latino América en general.

OBJETIVOS ESPECIFICOS

1. Revisar biografía de Jorge Eliecer Gaitán.

2. investigar la inmensa reacción popular luego del asesinato de Jorge Eliecer Gaitán.

3. Anotar las frases celebres del Caudillo Jorge Eliecer Gaitán.

4. Revisar el legado servido que dejo Gaitán al pueblo colombiano y Latino América.

5. Acometer los movimientos Gaitanista en la actualidad.

VIDA Y OBRA DE JORGE ELIECRE GAITAN

UN CAUDILLO QUE NO REINÓ NUNCA

S

i bien no pertenecía a los sectores más subalternos y marginados de la sociedad colombiana, el interés político de Gaitán por la causa popular y la justicia social se expresó desde el principio de su carrera política. Su lugar y su fecha de nacimiento son, como su muerte, asuntos controversiales. Algunos ubican el lugar en Cucunubá, dentro del departamento de Cundinamarca, vecino del Distrito Capital. Otros afirman que nació en el barrio popular de Las Cruces, en Bogotá. La fecha es, según las versiones, 1898 (la más probable) o 1903. En todo caso, su familia se fue a vivir a un barrio humilde de la capital, debido a problemas económicos. Sin embargo, no era tampoco una familia de clase baja. Sus padres tenían el nivel educativo de una clase media colombiana de la época. Su padre, simpatizante de los liberales radicales, tenía una librería de venta de libros viejos. Su madre era maestra de escuela. A pesar de las dificultades económicas de la familia, Gaitán estudió en el colegio Simón Araujo, donde iban los hijos de liberales con cierta comodidad social. Como suele ser costumbre en la clase política colombiana, el futuro candidato a la Presidencia realizó después estudios de derecho en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Colombia, entre 1920 y 1924. Se tituló como abogado con una tesis, cuyo nombre –Las ideas socialistas en Colombia– fue el mejor testimonio de sus preocupaciones políticas de entonces. En 1926, se fue a estudiar en la Real Universidad de Roma, donde tuvo su doctorado en jurisprudencia, en 1928.

Su activismo político había sido precoz y, junto con su carrera, le permitió ubicarse entre las elites del Partido Liberal. En 1919, el joven liberal participó en las protestas reprimidas en contra del presidente Marco Fidel Suárez, el cual había pedido fuera del país la compra de uniformes para festejar el centenario de la batalla de Boyacá; sello de la independencia colombiana. Su activismo, durante los años de universidad, llamó la atención del candidato liberal a la elección presidencial de 1922, Benjamín Herrera. El reconocimiento posibilitó su elección como diputado liberal de la Asamblea de Cundinamarca para el periodo de 1924 a 1925. De regreso a Colombia de sus estudios europeos, fue elegido en la Cámara de Representantes en 1929. Justo antes, el 5 de diciembre de 1928, había ocurrido una matanza perpetrada por la “United Fruit Company” en contra de trabajadores de la empresa bananera; relatado en Cien años de soledad de Gabriel García Márquez. La prensa no mencionó el acontecimiento. Es entonces cuando Gaítan alcanzó la fama nacional y empezó a ser visto como el “tribuno del pueblo”. Como abogado y fiscal del Ministerio Público, denunció el crimen y asumió la defensa de los obreros presos y de las familias de las víctimas. En la Cámara, lanzó un debate que hizo conocer los hechos a nivel nacional, debilitó el gobierno conservador y desembocó en una victoria jurídica a favor de los obreros liberados y de las familias de los desparecidos. En 1931, ante las repercusiones de esa batalla jurídico-política, fue nombrado Presidente de la Cámara de Representantes y Presidente de la Dirección Nacional Liberal, durante el gobierno liberal de Enrique Olaya Herrera, elegido en 1930.

Aún integrante de las elites liberales, Gaitán representaba al ala izquierda del partido. La política del gobierno de Olaya Herrera lo decepcionó. Las propuestas de reforma constitucional y social de los liberales radicales fueron rechazadas por el gobierno. A partir de ese momento, la ambición mayor de Gaitán consistió en romper con al bipartidismo y la hegemonía de los dos grandes partidos históricos: conservador y liberal. En numerosos discursos, el líder político denunció el control de la “oligarquía” tanto sobre el partido conservador como sobre el oficialismo liberal. Desde entonces, Gaitán buscó construir una tercera fuerza política en un contexto latinoamericano precisamente marcado, en los 30’s del siglo pasado, por la emergencia de líderes y movimientos populistas en toda la región. Era la época de auge de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) de Haya de la Torre, fundada en 1924. En 1932, el propio Gaitán había viajado en varios países latinoamericanos, conociendo por ejemplo los primeros años de la “institucionalización” de la revolución mexicana. Poco después, en 1933, el ex-líder liberal fundó su propio partido, con Carlos Arango Vélez: la Unión Nacional Izquierdista Revolucionaria (UNIR).

La tentativa de Gaitán para emanciparse del Partido Liberal fracasó y, en 1935, volvió a las filas liberales. La fuerza de atracción del bipartidismo lo hizo renunciar a impulsar una fuerza política autónoma del liberalismo. Sin embargo, su proyecto político fundamental no se modificó. Alcalde de Bogotá, en 1936, implementó reformas sociales significativas, pero tuvo que renunciar después

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