Burke, Peter (2006) ¿Qué Es La Historia Cultural?
DamGama112 de Mayo de 2015
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PETER BURKE: “SIN IMAGINACIÓN NO SE PUEDE ESCRIBIR HISTORIA”
Peter Burke (Londres, 1937) es un historiador británico, especialista en historia cultural moderna.
Trayectoria
Peter Burke fue educado por los jesuitas en el St John's College, Oxford, donde obtuvo el doctorado. Desde 1962 a 1979 formó parte de la Escuela de Estudios Europeos en la Universidad de Sussex, para después pasar a laUniversidad de Cambridge en la que ostentó la cátedra de Historia Cultural hasta su jubilación.
Peter Burke es un historiador especializado en la historia social y cultural de la primera Edad Moderna en Europa y estudioso de la historia social del conocimiento. Reconocido como uno de los grandes renovadores de la historiografía por el impulso interdisciplinar que dio a la investigación histórica, propició la mediación entre la historia, la antropología y la sociología. Es catedrático emérito de Historia cultural de la Universidad de Cambridge y miembro del Emmanuel College. Ha sido profesor visitante o investigador en numerosas universidades de Europa y América. Es miembro de la Academia Británica y de la Academia Europea, y ha sido distinguido doctor honoris causa por las universidades de Lund, Copenhague y Bucarest.
Ha publicado 26 libros, que han sido traducidos a más de 31 idiomas. Entre ellos destacan Hablar y callar. Funciones sociales del lenguaje a través de la historia (Gedisa, 1996), Formas de hacer historia (Alianza, 1999), El Renacimiento (Crítica, 1999), El Renacimiento europeo. Centros y periferias (Crítica, 2000), Historia social del conocimiento. De Gutenberg a Diderot (Paidós, 2002), Una historia social de los medios de comunicación (Taurus, 2002), Lenguas y comunidades en la Europa moderna (Akal, 2006), La traducción cultural en la Europa moderna(Akal, 2010), Qué es la historia cultural (Paidós, 2010), Hibridismo cultural (Akal, 2010) o, recientemente, Historia social del conocimiento II. De la Enciclopedia a la Wikipedia (Paidós, 2012).
Fuente de información: <http://revistadeletras.net/peter-burke-sin-imaginacion-no-se-puede-escribir-historia/>
Ficha mixta.
Resumen
La historia cultural no es un nuevo descubrimiento ni una invención. Ya se cultivaba en Alemania con ese nombre (Kulturgeschichte) hace más de doscientos años. De la década de 1780 en adelante, encontramos historias independientes de la filosofía, la pintura, la química, el lenguaje, etc. De la década de 1780 en adelante, encontramos historias de la cultura humana o de la cultura de regiones o naciones particulares.
La historia cultural puede dividirse en cuatro fases: la fase <<clásica>>, la fase de la <<historia social del arte>> que comenzó en la década de 1930, el descubrimiento de la historia de la cultura popular en la década de 1960 y la <<nueva historia cultural>>.
LA HISTORIA CULTURAL CLÁSICA
El período va desde 1800 aproximadamente hasta 1950; este período también podría denominarse período <<clásico>> por ser la época en la cual los historiadores culturales se centraban en la historia de los clásicos, un <<canon>> de obras maestras de arte, literatura, filosofía, ciencia, etc.
La diferencia entre estos estudiosos y los especialistas en historia del arte o de la literatura estribaba en que los historiadores culturales se ocupaban en particular de las conexiones entre las diferentes artes. Analizaban dichas conexiones atendiendo a la relación de estas diferentes artes con lo que, siguiendo a Hegel y otros filósofos, solía llamarse <<espíritu de la época>>. Sus cultivadores <<leían>> cuadros o poemas específicos como evidencia de la cultura y el período en el que se creaban. Al proceder de este modo, ampliaban la noción de hermenéutica, el arte de la interpretación.
Sin duda no es casual que los historiadores culturales más destacados del período, Jacob Burckhardt y Johan Huizinga, pese a ser académicos profesionales, escribieran principalmente para el gran público. Por ejemplo, en su más célebre obra Burckhardt describía lo que denominaba el individualismo, la competitividad, la autoconciencia y la modernidad del arte, la literatura, la filosofía e incluso en la política de la Italia renacentista.
Huizinga también cubría un amplio espectro, en un ensayo publicado en 1929, declaraba que el principal objetivo del historiador cultural consiste en retratar patrones de cultura, es decir, describir los pensamientos y los sentimientos característicos de una época y sus expresiones o encarnaciones en obras literarias y artísticas. El historiador, sugería, descubre estos patrones culturales estudiando <<temas>>, <<símbolos>>, <<sentimientos>> y <<formas>>. Cabría afirmar que la aproximación de Huizinga a la historia cultural era esencialmente morfológica.
DE LA SOCIOLOGÍA A LA HISTORIA DEL ARTE.
Algunas de las grandes contribuciones a la historia cultural de este período, especialmente en Alemania, fueron obra de estudiosos que trabajaban al margen de los departamentos de historia. El sociólogo Max Weber publicó una célebre obra, die protestantische ethik und der geist des kapitalismus [La ética protestante y el espíritu del capitalismo] (1904) que analizaba las raíces culturales de lo que denominaba <<el sistema económico prevalente en Europa occidental y en Estados Unidos>>, ofrecía una explicación cultural del cambio económico, destacando el papel del espíritu o sistema de valores protestante, especialmente la idea de una <<vocación>>, en la acumulación de capital y el desarrollo del comercio y la industria a gran escala.
Norbert Elias, llevó a cabo un estudio, que aducía que la cultura requiere sacrificios del individuo en las esferas del sexo y la agresividad; basándose en la investigación de Huizinga, Elias se centró en la historia de los modales en la mesa con el fin de mostrar el desarrollo gradual del autocontrol o el control de las emociones en las cortes de Europa occidental, conectando lo que llamaba <<presiones sociales en favor del autocontrol>> lo que podría describirse hoy en día como “la cultura del autocontrol”.
Aby Warburg fue una de las figuras más originales e influyentes en la historia cultural, quien se ocupó en especial de la tradición clásica y sus transformaciones a largo plazo. Al estudiar la tradición se centró en los esquemas o fórmulas culturales o perceptivas, por ejemplo en los gestos que expresan emociones particulares. La importancia de Warbur no reside únicamente en sus ensayos, sino también en su puesto central entre un grupo de eruditos que solían reunirse en su biblioteca de Hamburgo, el núcleo de los que sería el Instituto Warburg.
Ponofsky escribió un ensayo clásico sobre la interpretación de las imágenes, una hermenéutica visual que distinguía entre la <<iconografía>> y una iconología más general, que descubre la cosmovisión de una cultura o de un grupo social <<condensada en una obra>>.
LA GRAN DIÁSPOLA
Panofsky llevaba varios años viviendo en Estados Unidos cuando Hitler llegó al poder en 1933, Aby Warburg ya había muerto, pero los demás eruditos asociados a su instituto se refugiaron en el extranjero. El propio Instituto estaba bajo amenaza porque su fundador era judío. Enormes han sido las consecuencias de este desplazamiento para los dos países anfitriones (Estados Unidos y Alemania) para la historia cultural y para la historia del arte en particular. El episodio constituye un parte significativa de la historia de la gran diáspora de centroeuropeos, en su mayor parte judíos, en la década de 1930, incluidos científicos, escritores y músicos además de intelectuales. Ello ilustra asimismo el tema predilecto de Warburg: el de la transmisión y transformación de las tradiciones culturales.
En los Estados Unidos de comienzos del siglo XX, la palabra clave era <<civilización>> más que <<cultura>>. Los cursos sobre <<civilización>> estaban empezando por aquel entonces, gracias al movimiento conocido como <<la nueva Historia>>, en el que estaban involucrados los Beard y otros historiadores radicales.
En el ámbito de la investigación, por otra parte, una tradición estadounidense más fuerte o, en cualquier caso, más visible que la de la historia cultural, fue la de la <<historia de las ideas>>.
CULTURA Y SOCIEDAD
Un ejemplo temprano de historia social de la cultura es el de los Beard, una pareja que ocupa un puesto destacado en la historia del radicalismo estadounidense. Siendo estudiante en Oxford, Charles Beard contribuyó a fundar el Ruskin Hall para propiciar el acceso de la clase trabajadora a la educación superior.
Sea como fuere, la llegada de un grupo de intelectuales emigrados de Centroeuropa intensificaría la conciencia de la relación entre cultura y sociedad tanto entre los intelectuales británicos como entre los norteamericanos. En el caso británico, fue crucial el papel desempeñado por tres húngaros, el sociólogo Karl Mannheim, su amigo Arnold Hauster y el historiador del arte Frederick Antal.
Mannheim, admirador de Marx más que marxista en sentido estricto, se mostraba particularmente interesado en la sociología del conocimiento, que abordó en un modo histórico, estudiando por ejemplo la mentalidad de los conservadores alemanes. En sus libros y ensayos Antal abordaba la cultura como una expresión o incluso un <<reflejo>> de la sociedad. En cuanto a Hauser, un marxista más ortodoxo, escribió una Social
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