Historia Cultural

La Nueva Historia Cultural

Peter Burke

Desde hace décadas que se ha venido hablando del concepto de historia cultural por parte de historiadores, filósofos o teóricos. Al hablar, lo hacen para analizar las bases que implica el término, incluyendo todas las problemáticas que existen detrás. Al hablar de Historia Cultural, algunos intelectuales se refieren en desmedro, definiéndola como una “moda pasajera”. Sin embargo, esta “moda pasajera” posee ya una larga historia en el tiempo y cuya trascendencia aumenta con el paso de los años.

El presente trabajo se basa en la obra “¿Qué es la Historia Cultural”? del historiador británico Peter Burke. La obra presenta un panorama acerca de lo que han sido las tradiciones culturales, pasando por distintas épocas hasta llegar a lo que el autor denomina como Nueva Historia Cultural (NHC). El autor analiza y establece las delimitaciones entre lo que fue la historia cultural clásica y lo que es la NHC. Ante lo anterior, nos surgen algunas preguntas… ¿De qué manera Peter Burke organiza los paradigmas que sostienen la nueva historia cultural?, ¿Qué autores proporcionan este nuevo marco teórico por el cual se fundamenta esta forma de comprensión de la historia? y ¿Qué desafíos presentan para el futuro las temáticas que la historia cultural debiera abordar?

Peter Burke ha dividido la historia cultural en 4 etapas: la "clásica"; la de historia social del arte que comienza en 1930; el descubrimiento de la historia de la cultura popular en los 60’s y la Nueva Historia Cultural (NCH) 1980-90s.

Los orígenes de la NHC los encontramos en el marco de lo que es la historia cultural clásica, periodizada por el autor entre 1800 y 1950, fue esa la época en donde emergió la preocupación por retratar una época determinada desde las grandes obras producidas por la sociedad estudiada. Los trabajos de Jacob Burckhardt (Cultura del Renacimiento en Italia), de Johan Huizinga (El otoño en la Edad Media), de Max Weber (La ética protestantismo y el espíritu del capitalismo), de Norbert Elias (El proceso de la civilización), de Ernest Gombrich (Arte e ilusión: estudio sobre la psicología de la representación pictórica), de Arnold Hauser (Historia social de la literatura), entre otros autores; siguen siendo para nosotros unas obras emblemáticas del primer esfuerzo por conectar las diferentes corrientes intelectuales y artísticas de una determinada época al estudio de los diferentes procesos históricos utilizando las nociones de la hermenéutica. “El término <<hermenéutica>> se refería originalmente a la interpretación de textos, especialmente de la Biblia, pero se expandió en el siglo XIX para incluir la interpretación de objetos y acciones” (Burke, 2006). El objetivo de dichos estudios se desligaba de la tradicional tarea del historiador, el cual solo se basaba en documentos oficiales para bañarse en las aguas del conocimiento de los patrones de una época.

A partir de lo que se dijo en el párrafo anterior, se tomaron las bases de las nuevas formas de estudio, la década de los sesenta del siglo pasado presentó a los intelectuales una nueva forma de estudio: la volkskultur o cultura popular, la cual tenía su impronta en algunos anticuarios y folcloristas alemanes del siglo XVIII y en los antropólogos decimonónicos. Ya en el siglo XX fueron los historiadores los que se ocuparon de la cultura popular. Este creciente interés por la cultura popular se entiende ante el evidente “descuido” del enfoque historiográfico tradicional hacia la gente común y corriente, dicha corriente tradicional solo estudiaba a las grandes elites, las que eran consideradas que poseían una historia. Dos títulos representaron esta nueva fase de abordar la historia cultural: The Jazz Scene (escrito por Eric Hobsbawn bajo el seudónimo de Francis Newton) y La formación de la clase obrera en Inglaterra de Edward Thompson.

Entre los años sesenta y setenta la historia cultural adoptó lo que se denominó el giro antropológico. En efecto, la historia se comenzó a nutrir de los estudios realizados por la antropología y principalmente del concepto de “cultura”. Durante este encuentro ocurrieron discusiones acerca de lo que abarcaba realmente el término “cultura”, finalmente se determinó que era más apropiado hablar de “culturas”. En efecto, el término fue creciendo cada vez más que llegó a abarcar practicamente todo, existiendo la cultura impresa, cortesana, cultura del miedo, cultura de los bárbaros, cultura popular, etc. Entre los antropólogos más estudiados estuvieron Marcel Gauss, Edward Evans-Pritchard, Mary Douglas y Clifford Geerts. Es éste el inicio de la NHC estadounidense. Historiadores como Robert Darnton, Roger Chartier, Rhys Isaac, Emmanuel Le Roy Ladurie, Natalie Davis y Carlo Ginzburg son los que representan a la historia antropológica.

Es en este contexto que surge la microhistoria. El autor del texto ofrece tres ideas para explicar el surgimiento de este nuevo género. En primer lugar sería una reacción contra el paradigma tradicional de hacer historia. En segundo lugar, la microhistoria sería una analogía lógica en relación al método antropológico del estudio de una comunidad relativamente reducida. Por último, la microhistoria surgía como una efectiva alternativa al desprestigiado gran relato del progreso histórico.

Por otra parte, en el seno de las propias academias occidentales había una preocupación para el concepto de lo femenino, que acentuaba la historia de las mujeres, las cuales habían sido ignoradas hasta ese entonces.

Ahora bien, son cuatro los teóricos que consolidan el desarrollo de la Nueva Historia Cultural: Mijail Bajtin, Norbert Elias, Michel Foucault y Pierre Bourdieu. El primero aporta el concepto básico de la polifonía, el cual trata básicamente de las diferentes “voces” que tiene un texto. Por otra parte, Norbert Elias, en su obra mencionada en un párrafo anterior, aporta a la NHC nuevas perspectivas

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