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Ciencias Sociales


Enviado por   •  18 de Marzo de 2014  •  970 Palabras (4 Páginas)  •  141 Visitas

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La visión y el papel de la mujer en la sociedad del porfiriato.

Habla sobre las ultimas dos décadas del siglo XlX, dice algunas virtudes mas estimadas en la mujer eran la obediencia, la abnegación, fidelidad, amor, dulzura etc. Las mujeres eran el centro de la familia dicen que su función idónea era la de esposas casarse era la forma de mantenerse estables Las mujeres abnegadas, solícitas y cariñosas, debían imperar en el núcleo social, finalmente, desde la perspectiva masculina, así había funcionado la humanidad hasta el siglo XIX.

Si la mujer de fin de siglo reclamara para sí más protección, más consideración, más educación intelectual y moral haría muy bien, pero el caso es que reclama su completa igualdad con el hombre y su absoluta emancipación, y eso ya es otro cantar. El uso femenino de la bicicleta también resultaba aberrante. La escena era el extremo absoluto del Mari machismo. No se trata ya del teje y maneje de menudos pies sobre el piano sino sobre los pedales de la maquinaria más antiartística y antiestética, del instrumento más indecente del mundo. Y una de las pruebas de que el machismo se impone y de que la moral se va por la borda es que hay moralistas que hayan muy natural ese ejercicio equívoco sobre esas arañas más o menos zancudas. Y entre las prácticas de piedad del devoto sexo femenino está la de poner culto y adoración a la diosa bicicleta .La visión tradicional del papel de la mujer no cambió, las mujeres debían seguir, de manera general, bajo la tutela masculina. El ámbito de la mujer era el espacio privado, su vida, su universo, su cotidianidad se movía dentro de él. Casarse era la meta de toda muchacha durante esa época. Para que fuera digna de ser tomada en cuenta para el matrimonio debía saber cómo hacer los quehaceres domésticos.

Una madre de familia, por mucho que la haya favorecido la fortuna con sus dones, debe saber cocer zurcir, lavar, planchar, entender todos los porvenires que exige el aseo de la casa y de los muebles, entrar en las menudencias de lo más groseros y triviales servicios que corresponden a cada una de las personas sometidas a su vigilancia. La que no toma a su cargo estos deberes y que carece de los conocimientos necesarios para evitar el desperdicio, el fraude, y el desorden, es una carga pesada para su marido y uno objeto de ludibrio para los inferiores. A las mujeres se les educa con la idea de conservar su virginidad hasta el matrimonio. Cuando se sabía que una mujer, perdió la virginidad antes del matrimonio, era rechazada por la sociedad. En las clases altas trataban de ocultar el problema casándolas. No todas las parejas de ese entonces estaban casadas, pues no todos tenían el dinero para la ceremonia. Además de que el matrimonio civil llevaba poco de establecido, por lo que tampoco era muy común.

El hombre, tenía el derecho de hacer lo que quisiese con su mujer, pues ésta, erarealmente

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