¿Colombia se encuentra en un periodo de post conflicto?

CATEDRA DE LA PAZ

(¿SE ENCUENTRA COLOMBIA EN UN PERIODO DE POSTCONFLICTO?)

ELABORADO POR:

NATALIA GONZÁLEZ MARTÍNEZ

ENTREGADO A:

PROF. ERWIN VILORIA.

UNIVERSIDAD SAN BUENAVENTURA.

SECCIONAL CARTAGENA.

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD.

PROGRAMA DE BACTERIOLOGIA.

CENTRO INTERDISCIPLINAR DE ESTUDIOS HUMANISTICOS.

IV SEMESTRE.

CARTAGENA DE INDIAS.

2019.

¿SE ENCUENTRA COLOMBIA EN UN PERIODO DE POSTCONFLICTO?

Colombia, en surcos de dolores el bien nunca germinó.

     En el marco del proceso de paz en Colombia y en el posconflicto queremos aportar que la paz es un compromiso de todos, desde el momento en que empezamos a mirar al otro como reflejo de nosotros mismos estamos aportando a esa construcción de paz, estamos aportando a nuestro país. No se trata de como dijo Rousseau de que todos tengamos las mismas riquezas, se trata básicamente de que nadie sea tan rico como para poder comprar al otro ni que nadie sea tan pobre que se vea obligado a venderse. A eso se le llama paz.

     Suena bien, pero hay un largo camino que recorrer para osar decir que Colombia se encuentra en una época de posconflicto; y no es que desee dimitir contra la paz, ni mucho menos, es solo que como pueblo todavía consumimos guerra. Somos leones, como lo menciona F. Nietzsche; somos pensantes bélicos, desde aquellos que ven con malos ojos a excombatientes a profesores, alumnos y mandatarios que pelean entre sí.

     La guerra no es más que ínfulas de poder mezcladas con las diferencias políticas debido a emporios económicos, con intermediación mediática, moral y civil.

Para llegar a un estado ideal de posconflicto debemos asimilar el perdón ante lo ocasionado, sin que esto signifique dejar pasar crímenes aborrecibles y maquillarlos con esperanza de libertad civil. El posconflicto no significa el cese de la guerra, significa que la esperanza y el deseo de paz se aviva y que existen métodos justos para acabar con ella, pero mientras nuestros gobernantes se beneficien a escondidas de existencia bélica, no cesaremos de estar en esa brecha entre una guerra que, aunque nos duela, nos hace más ricos y una paz que nos cueste, y cueste caro.

Desde hace mucho tiempo se nos ha hablado de las grandísimas perdidas económicas con la guerra, como las explosiones a oleoductos, las zonas fértiles arrebatadas incluso las emociones masacradas; pero no se oye tan seguido que desde se inició la guerra entre estado y carteles de drogas, estado, guerrillas y paramilicia, se ha venido dando un incremento sustancial a los impuestos, destinados en su mayoría a la misma guerra. Guerras en las cuales los lideres son los mismos, y cada vez más ricos.

La corrupción hace parte del nacimiento y desarrollo de las guerras, es por eso que no se ha dado un cambio circunstancial en estas. Desde el hombre anti-paz, como denomina el New York times a el senador Uribe hasta el Nobel que de paz no tiene mucho.

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